“Me abruma la reunión de ustedes esta noche.
Hemos procurado a lo largo de estos años simplemente cumplir con el mínimo deber: entregar sin reservas, con afecto, todas las energías a la Patria.
Sé que a esta hora miles de barranquilleros, de ciudadanos de Soledad y Malambo, están afectados por las inundaciones. No obstante que hemos avanzado en las obras del río Magdalena y de La Mojana, que se ha avanzado en los caños de Barranquilla, se han adelantado los primeros trabajos en los arroyos de Soledad, todavía la situación es bien difícil; y no podrá descansar el país hasta que se presente una situación de que no haya una sola familia con inundaciones.
Por eso nuestra solidaridad con todos los ciudadanos afectados y con el señor Alcalde de Barranquilla, el doctor Alejandro Char, quien a esta hora los acompaña; y el señor Gobernador (del Atlántico, Eduardo Verano de La Rosa), que ha estado presente en todos los momentos de dificultades.
Quiero agradecer de corazón la concurrencia de ustedes esta noche, sus palabras; sus palabras, doctor José Félix Lafaurie (Presidente de Fedegán), escritas desde el corazón, escritas desde el afecto, escritas desde la identificación que nos une alrededor de la Patria, las agradezco inmensamente. Las llevaré en el equipaje de los recuerdos que comprometen las más nobles energías con Colombia.
Muy apreciado Gobernador: he tenido la oportunidad desde hace muchos años, de conocer su caballerosidad, su liderazgo caribe, su sentido de buen ciudadano. Y ha sido muy grato en este final de la Presidencia haber compartido con usted como Gobernador de esta gran tierra.
Ese bello escudo que desde hace 90 años reposa en la Gobernación del Atlántico y cuya réplica tan generosamente nos ha entregado, lo tendremos por ahí cerca de los ojos, conectado con el alma hasta el final de los días.
Muchas gracias por permitirme llevar la máxima condecoración de esta tierra, que como su bello himno lo dice: ‘esta tierra, esta tierra de hombres libres, dispuestos a vencer el porvenir. El Atlántico, como una lira inmensa pulsada por el viento’.
Muchas gracias por permitirme sentir que soy parte de los hijos de esta tierra, bajo este esplendente sol azul de la libertad.
Muchas gracias a los ganaderos de Colombia por entregarme la condecoración que lleva el nombre de uno de los grandes luchadores de la Colombia rural, que combinó, como el que mejor lo ha podido hacer, las tareas del labriego con las tareas del servicio público; de ese gran líder del civismo, de Pedro Castro Monsalvo.
Muchas gracias a los ganaderos del Cesar por entregarnos esas condecoraciones del ‘Valle’ (Valledupar), esa muestra de la Patria tan sufrida y tan importante.
Muchas gracias a mis compatriotas del Atlántico, de esos sectores laboriosos de la Colombia sencilla; muchas gracias a Silvio Charris (Presidente de la Asociación de Hoteleros y Restaurantes de Santa Verónica) y a todos mis compatriotas de Santa Verónica (Atlántico).
Muchas gracias a los transportadores, a los tenderos aquí presentes; muchas gracias a las gentes del campo, a los industriales, a las cámaras de comercio, a la Cámara Colombo Americana, al sector financiero, a los palmeros, a sus empresas, a su gremio; muchas gracias a todos ustedes.
Su generosidad nos abruma, y todas estas expresiones las quiero compartir con quienes me han acompañado en el Gobierno en estos años. Con amor a Colombia han trabajado ellos, han entregado lo mejor de sí.
Cualquier cosa buena que haya podido hacerse corresponde a su esfuerzo, al de mis colaboradores; corresponde al afecto con que nos ha rodeado el pueblo colombiano. Y todo aquello que falta, los errores y dificultades, corresponden a las vicisitudes de mi humana condición.
A mis compañeros de Gobierno, aquí encabezados por ese gran representante del Caribe, el Ministro Hernán Martínez Torres (de Minas y Energía), expreso desde Barranquilla mi infinita e incancelable gratitud.
Permítanme expresar unas palabras, desde esta Barranquilla, que parecería tener un corazón acorazado y difícil de conquistar, pero que finalmente es infinita en su actitud afectuosa.
Desde esta Barranquilla difícil de conquistar, pero también con una generosidad sin límites, con un afecto rebosante, quiero referir unas reflexiones a mis compatriotas del Caribe.
El espíritu libertario e igualitario del Caribe
Cuando hablamos de la seguridad, necesariamente tenemos que relacionarla con el Caribe; cuando hablamos de la inversión con fraternidad, necesariamente tenemos que relacionarla con el Caribe; cuando hablamos de la cohesión social, necesariamente tenemos que relacionarla con el espíritu libertario e igualitario del Caribe.
En la seguridad, este pueblo ha estado en la vanguardia colombiana en la lucha por la independencia y por la libertad; en la lucha contra el desorden, en la lucha contra la violencia.
Bolívar, derrotado más por las trifulcas con sus propios coterráneos en Venezuela, que por la fuerza de los españoles, llegó después de sus derrotas a buscar refuerzos en el Caribe. Siempre los encontró con generosidad ilimitada de esta tierra, que aportó todos sus hijos, los que fueran necesarios para la causa de la independencia y de la libertad.
Bolívar encontró en los ejércitos que construyó en el Caribe el gran apoyo para suplir los vacíos que le habían dejado las derrotas de Venezuela. De Cartagena saltó a Tenerife y a Mompós; por allí marchó a La Gloria y a Gamarra, remontó la cordillera, llegó a Ocaña y a Cúcuta, y avanzó en aquello que se llamó la guerra admirable, la Campaña Admirable.
Pudo regresar a Venezuela con posibilidades de victoria, después de que había salido derrotado de Venezuela, gracias al apoyo del Caribe colombiano.
Cuando el general (José María) Córdoba gana la Batalla de Chorros Blancos, al norte de mi provincia (Antioquia) y gana las batallas de Majagual y Magangué y entonces se va consolidando la independencia del Caribe, es con caribeños es que se nutre el Ejército que finalmente se reúne con el Libertador para emprender la Campaña del Sur.
La campaña de Bomboná, la campaña de las faldas del Pichincha, que consolidara la independencia del Ecuador; la campaña de Junín y de Carabobo que completara la obra de San Martín en el Perú y la campaña del Alto Perú, la construcción de Bolivia, dirigida por el predilecto de los hijos del Libertador, de sus discípulos, el Mariscal (Antonio José de) Sucre.
El aporte caribe contra el desorden y la violencia
Este Caribe, protagonista de los más importantes episodios de la vida nacional. Solo 50 años después de su muerte, por una gran investigación de Indalecio Liévano, el partido al cual él sirvió en su juventud que interpretó bien a pesar de que lo desconoció y lo combatió en su madurez, solo 50 años después de su muerte, esa colectividad reconoció el mérito inmenso de (Rafael) Núñez.
Hijo genuino del Caribe, la historia nos ha dicho sin lugar a equivocarse, cómo la elección de Núñez, primero como Presidente del Estado de Bolívar y después como Presidente de la Nación entera, tuvo una causa determinante, la rebelión, innata en el temperamento caribeño contra el desorden, contra la anarquía y contra la violencia.
La restauración moral no fue una obra ideada de Núñez; fue una obra que estaba inserta en el temperamento de Núñez, que corría por su sangre caribe y que era proveniente de estilo del alma que subyace a la expresividad del Caribe. Un gran temple para evitar la anarquía, una fortaleza de acero para proteger la libertad, una determinación inclaudicable de evitar que prospere la violencia.
Pero nos duró poco ese aporte caribe, persistimos en la violencia. Solamente tuvimos siete años de paz alrededor del Gobierno de Núñez, de prosperidad en las industrias del Caribe, de prosperidad en la Colombia Andina en materia agrícola y en materia cafetera.
Reaparece la violencia tras breves años de paz
Vino la guerra civil de 1895, sucedida por la guerra de los 1.128 días. Termina ésta en los pactos de finales de 1902 y después se pierde Panamá por obra, entre otras razones, de nuestro gran descuido.
En aquellos días finales de 1902 se llevaron a cabo los tres pactos de paz: uno en Chinácota, cerca de Cúcuta, suscrito en nombre de las fuerzas oficiales por el General Ramón González Valencia; otro en Panamá al que accedieron el General Alfredo Vásquez Cobo en nombre del Gobierno y el General Lucas Caballero como delegado del General Benjamín Herrera, en nombre de las fuerzas insurgentes.
Y otro allí en una finca del Magdalena, la finca Neerlandia, suscrito por el General Rafael Uribe Uribe y por el General Florentino Manjarrés. Aquel día dijo Uribe Uribe: ‘hemos hecho la paz no porque estemos convencidos de la paz, sino porque nos equivocamos. Nuestros padres y nosotros mismos nos equivocamos al pensar que hacíamos Patria con los fusiles destructores de la violencia. Hoy sabemos que el único camino para hacer Patria es con las herramientas fecundas del trabajo’.
Se había destruido la Patria, así lo certificaba el Caribe que en esa guerra sí participó y por esa razón se hizo la paz. Pero las consecuencias fueron profundamente negativas. Panamá, que aparecía como ‘la joya de la corona’, se independizó sin ofensiva actitud y sin capacidad nuestra para resistir.
En aquella acta del 3 de noviembre de 1903, el pueblo panameño dijo que había llegado a la mayoría de edad, que tomaba la decisión de independizarse para ejercer sus derechos y que procederían como hermanos.
Pues bien. La violencia nos había llevado a un profundo descuido frente a Panamá que tomó la decisión de su camino independiente.
Pero en aquel 1903 otro caribeño, el General Javier Vengoechea, interpretó que esta tierra era la indicada para decirle al país que no podíamos seguir con la violencia, con esa violencia que nos llevó a tener 100 mil muertos en la guerra de los 1.128 días; con esa violencia que nos llevó también a perder a Panamá.
Y entonces el General Javier Vengoechea propuso que las únicas batallas que deberían existir en Colombia serían las batallas de flores. Y allí nació aquel componente tan importante del Carnaval de Barranquilla, patrimonio cultural de la humanidad.
Esta tarde, en una de nuestras últimas sesiones de trabajo aquí, el Gobierno Nacional se comprometió en tres temas para ser tramitados en estos veinte días que restan de Gobierno, que tendrán que ser veinte días de cuatro turnos de trabajo por día, apreciados compañeros.
Compromisos con Barranquilla
Y esos tres compromisos tienen relación con el Centro de Convenciones ‘Puerta de Oro de Colombia’. Pero allí el señor Alcalde (de Barranquilla, Alejandro Char), el señor Gobernador (del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa), el Presidente de la Cámara de Comercio (Luis Fernando Castro), todos hicieron el compromiso de acelerar esa gran obra que merece y necesita Barranquilla para poderla inaugurar en la Batalla de Flores del Carnaval de Barranquilla de febrero del año de 2012.
La señora Directora de Proexport (Nubia Stella Martínez) se ha comprometido a firmar un acta de intención con la empresa promotora del centro ‘Puerta de Oro del Caribe’ para que los recursos de promoción turística oportunamente promocionen esa bella obra.
El señor Viceministro de Turismo (Óscar Rueda) y la doctora Natalia Jarava (Asesora de la Ministra Consejera de la Presidencia) se han comprometido a firmar un acta de intención para que Findeter (Financiera de Desarrollo Territorial S.A.) preste 15 mil millones que quedarían faltando, a cambio de que las autoridades de Barranquilla, del Atlántico, sus parlamentarios, le lleven un mensajito de mi parte –sin decirle que yo estoy allí entre los que hacen el pedido, porque me da pena–, al nuevo Mandatario de los colombianos, Juan Manuel Santos, para que él los ayude con dos pequeñas partidas presupuestales para completar la obra.
Una en el 2012, porque la del 2011 queda lista, y otra en el 2013. Pero como necesitamos que la obra esté en febrero de 2012, entonces que se anticipen los recursos con un crédito de Findeter, cuya carta de intención debe quedar firmada en estos días finales del Gobierno.
Y además, otros compromisos para poder avanzar en esa financiación apreciados compatriotas. Barranquilla lo necesita; el sitio está muy bien escogido, reencuentra la ciudad con el río (Magdalena). Además se incorpora con el sistema de transporte masivo y permite la renovación, una renovación que habrá de ser ejemplar en un área bien deprimida y bien importante de reivindicar para esta gran ciudad.
Pero esa conmemoración de la Batalla de Flores nos pone nuevamente a seguir el curso de la historia.
Solamente dos regiones de Colombia se han excluido en algunos momentos de la violencia. El país entero vivió alguna paz entre los pactos de 1902 y el inicio nuevamente de la violencia política a principios de los años 1940. Esa violencia entre los partidos cesó finalmente a finales de los años 1950 por los pactos del Frente Nacional, liderados por los ex presidentes Alberto Lleras y Laureano Gómez.
El Caribe resistió la tentación de la violencia
Hay algo importante para anotar: el Caribe no sufrió, como el resto de Colombia, la violencia entre los partidos históricos. El Caribe resistió la tentación de esa violencia. Eso dijo bien de esta región, de su resistencia frente a los embates de los violentos.
Solamente se registraba algo parecido años atrás. En los últimos 25 años del siglo XIX la región que se excluyó de esas guerras civiles fue Antioquia. Y eso le permitió a Antioquia avanzar muchísimo con una revolución educativa que jalonó una misión alemana y el Gobernador (Pedro Justo) Berrío.
Mientras entre los años 1940 y 1957 y 58 el resto del país se debatía en la violencia política, el Caribe avanzaba por una senda muy importante de progreso. El Caribe supo que tenía nuevamente que dar un ejemplo de resistencia del país, un ejemplo al país en materia de resistencia a la violencia.
Llegada de las guerrillas marxistas a sembrar el odio
Pero en el resto de Colombia todavía no había llegado totalmente la noticia de los acuerdos del Frente Nacional y ya se escuchaban los fusiles de las guerrillas marxistas, que habían venido a hacer de Colombia un objetivo de réplica de la Revolución Cubana, las guerrillas sembradoras del odio que agitaban la política basada en la lucha violenta de clases, cuya proposición era al estado de la dictadura y cuya actividad era la combinación de la sangre con el ejercicio de la política.
Esas guerrillas marxistas se convirtieron después en mercenarios del narcotráfico y generaron la reacción igualmente cruel del paramilitarismo; unos y otros terminaron cooptados por el narcoterrorismo. Y esa es la triste realidad que han vivido las generaciones de compatriotas desde los años 1940.
Al Caribe llegó tarde la guerrilla marxista, pero hizo profundo daño. Y el Caribe no sintió la reacción del Estado para apoyar la necesidad de frenar esos movimientos que derramaban esta tierra en sangre y el Caribe tuvo que asistir a otro episodio reprobable.
Esas guerrillas y el vacío de Estado determinaron la reacción igualmente cruel del paramilitarismo. Se sumaron las acciones de las guerrillas y el vacío de Estado y se permitió que irrumpiera el paramilitarismo con su crueldad y finalmente también, como la guerrilla, cooptado por el narcotráfico. Esa es la triste tragedia que hemos vivido y es la triste tragedia que tenemos que superar definitivamente.
Esta Patria tiene muchas posibilidades, las ha tenido, pero no ha podido aprovecharlas debidamente. En este Bicentenario, los historiadores, los sociólogos, los políticos dirán por qué Colombia no ha tenido más prosperidad. Pienso yo, y lo asomo desde mi visión de ciudadano público, que ese elemento transversal de la violencia lo largo de la historia ha causado la falta de prosperidad que los colombianos reclamamos.
Por eso desde esta Barranquilla, desde este gran epicentro abogo hoy para que las nuevas generaciones de colombianos puedan vivir en una Patria segura, en una Patria próspera, en una Patria equitativa sin la pesadilla de la violencia que ha afectado a nuestra generación, a los menores que están en el curso de su juventud y que ha afectado a las generaciones anteriores.
El Caribe y la confianza de inversión
Al Caribe hay que relacionarlo siempre con la confianza de inversión. Esta tarde decíamos cómo Barranquilla ha dado ejemplo de su visión para incorporarse al mundo.
En esa magnífica tesis doctoral de Eduardo Posada Carbó sobre cien años del Caribe, nos cuenta cómo en 1915 aquí estaban asentados los talleres industriales, sin aire acondicionado, sin ventiladores modernos, bajo techos sumamente calurosos y respondían a la capacidad de ver el mundo de los ciudadanos del Caribe; exportaban al mercado norteamericano y al mercado europeo. Barranquilla dio ejemplo en materia de incorporación a la economía mundial, en materia de promoción de la inversión.
Eso decayó, no por culpa de los barranquilleros; eso decayó porque los mercados externos se deprimieron a consecuencia de la guerra.
El Caribe ha librado unas batallas enormes para salir adelante en materia productiva. Alguien me respondió talentosamente a las equivocaciones en la apreciación del doctor (Orlando) Fals Borda (sociólogo), recordando como en cien años el Caribe tuvo que enfrentar cualquier cantidad de inundaciones y de plagas, y a pesar de ello, de las sequías, de las temporadas invernales, el Caribe logró un desarrollo agropecuario, un gran desarrollo agrícola y ganadero y al mismo tiempo empezaron a crecer estas ciudades y a responder en materia industrial y de servicios.
En el Caribe reposan esperanzas para el bienestar material de la Nación.
Hoy vemos a Barranquilla con el índice más bajo de desempleo en el país, con un gran avance en materia de zonas francas industriales y de servicios; hoy vemos a Barranquilla con una apuesta a ayudar a convertir rápidamente a Colombia en un país de acelerado desarrollo.
Y en el Caribe necesariamente tenemos que crear una asociación con la cohesión social. El espíritu festivo, igualitarista; el espíritu que refleja la cultura de este gran pueblo del Caribe, es la expresión de un capital social en el cual no cabe la discriminación, en el cual se impone la cohesión social.
Hemos trabajado con afecto por esta tierra. Ese afecto es lo único que nos permite recibir la generosa condecoración máxima del departamento del Atlántico.
Por supuesto, apenas hemos sembrado unas pequeñas tendencias, apenas hemos avanzado en aquello de los tres huevitos del triángulo de la confianza que vengo refiriendo a mis compatriotas para significar que la Nación no esta en un paraíso, que falta mucho por hacer, pero que quedan unas pequeñas tendencias. Esa tendencia a la seguridad, de la promoción de la inversión, de la política social.
Obras pendientes en la Costa Atlántica
Permítanme tratar de hacer un recorrido mental por esta tierra para referir algunos de los faltantes.
En la bella Guajira apenas pudimos hacer los primeros kilómetros de la vía circunvalar de la península. La península de La Guajira tiene un perímetro de 400 kilómetros, 400 kilómetros de Caribe, de playa virgen, cerca de los destinos paradisíacos del turismo del Caribe, esa reserva nadie la tiene. Confío que en los próximos años Colombia pueda ver adelantar la construcción de toda esa carretera perimetral de la Península de La Guajira…
El sábado pasado en Riohacha firmamos los primeros acuerdos para construir hoteles ajustados a la cultura, a la arquitectura de la región, que sean anclas, que vayan desarrollando un nuevo turismo, un turismo ambiental para darles una nueva fuente de ingresos a nuestros compatriotas de La Guajira.
Con las exenciones tributarias apenas se instalaron allí las primeras plantas de generación de energía eólica. El país tiene que considerar la posibilidad de que se siga haciendo ese desarrollo.
Hay que insistir en el estudio y en los acuerdos de suministro de energía a Puerto Rico y a Republica Dominicana para extender desde La Guajira un cable submarino que permita un mayor desarrollo energético del Caribe, que tiene todas las posibilidades.
Se avanzó en un sueño de 40 años; se avanzó en la parte fundamental del proyecto multipropósito del río Ranchería, llamado a irrigar 18 mil 500 hectáreas de suelos de un ph neutro, con una gran capacidad de reaccionar ante la irrigación, pero también a alimentar los acueductos de diez municipios guajiros.
Queda pendiente la tubería secundaria y lo que se llaman las acometidas intraprediales; un gran reto para las nuevas administraciones.
En el Cesar pudimos avanzar muchísimo en La Paz, acrecentar los desarrollos mineros que había visionado el ex presidente Alfonso López Michelsen.
En el Cesar pudimos avanzar en obras muy importantes de infraestructura como la carretera de Cuatro Vientos a El Banco; la que se está concluyendo de El Burro a Tamalameque.
Un gran avance en la reconstrucción de la carretera de San Roque a La Paz, la carretera minera; avances en el ferrocarril, avances en el Plan Departamental de Aguas, avances en otras vías como la carretera de Patillal, parte de la carretera que va de Badillo a San Juan del Cesar.
Pero quedan faltando obras muy grandes. Confiamos que al adjudicar en las dos semanas que nos quedan de Gobierno, la licitación para el tramo 3 de la Ruta del Sol, entre Bogotá y el Caribe, quede adjudicado ese tercer tramo de San Roque a Santa Marta, que tiene dos derivaciones, una al este, a Valledupar y otra al oeste, a Bosconia, a Plato para ingresar a Cartagena por el corredor de los contenedores.
Confiamos también que los próximos gobiernos puedan avanzar en el proyecto multipropósito del río Guatapurí, que nosotros no pudimos acometer.
En el Magdalena vimos una disminución de las plantaciones de banano y un gran crecimiento de las plantaciones de palma africana. El Magdalena se ha convertido en un gran destino de inversión agropecuaria, tanto de la inversión domestica como de la inversión internacional.
Pudimos avanzar en obras muy importantes y quedan retos. Apenas se está construyendo el puerto carbonero para poder retirar los puertos carboneros de la zona turística.
El departamento del Magdalena acusa, como todo el Litoral Caribe, un gran riesgo de erosión de la línea costanera, acrecentado por el calentamiento global. Nosotros apenas entendimos el problema. No pudimos dejar recursos sino para dos tratamientos puntuales, uno en Cienaga y otro en la costa cordobesa en límites con Antioquia.
Un inmenso reto, un gran desafío de las futuras administraciones, es poder resolver el problema de la erosión costanera en el Caribe y en el Archipiélago de San Andrés y Providencia.
En este Atlántico, tan importante, que sale adelante a pesar de no contar con regalías, se ha avanzado en una serie de obras a las cuales generosamente refirió el señor Gobernador.
Por supuesto, hay que pensar en cómo se culminan todas estas obras, cómo se complementan con otras y cómo el país va convirtiendo en proyecto la idea de tener un tren desde la frontera con Panamá hasta la frontera con Venezuela en el puente de Paraguachón.
Se ha avanzado en la concesión de la vía al mar, pero no queda la totalidad de los recursos para la totalidad de la doble calzada. Quedan financiadas fundamentalmente las salidas de Cartagena, incluyendo las grandes obras de Crespo y los primeros kilómetros de Puerto Colombia hacia Cartagena.
Reto a las futuras administraciones a completar esa doble calzada de la vía al mar y también de la concesión que llamamos Ruta Caribe.
Esta concesión avanza muchísimo en el tramo de Palmar de Varela a Sabanalarga, en los tramos que salen de Cartagena hacía Barranquilla; pero le faltan recursos para poder garantizar la totalidad del recorrido en doble calzada.
Esta semana que viene aspiramos que quede adjudicada una gran licitación, la licitación de la Transversal de las Américas, que incluye otras obras muy importantes en el Caribe. Incluye el trazado definitivo, el estudio del nivel 3 entre la frontera con Panamá y el río Atrato, la construcción del puente sobre el río Atrato, la comunicación entre el río Atrato y el eje bananero de Urabá; la conclusión de la carretera que se ha avanzado bastante entre Urabá y Córdoba, una gran variante por el norte de Córdoba; incluye los recursos para completar la vía de La Mojana.
Hemos avanzado en una obra de la cual habló Colombia y por la cual reclamó el Caribe durante 40 años. Hemos construido buena parte de las carreteras de accesos a La Mojana, aquello que Álvaro Gómez llamara la despensa agrícola potencial de la Patria y hemos avanzado también en La Mojana contra la protección de inundaciones.
Pero no es suficiente todo el trincho de la margen izquierda del río Cauca hay que completarlo, porque allí donde han quedado todavía tramos sin ese dique, se corre el riesgo de que rompa el río y destruya lo construido; lo propio en la margen derecha donde apenas hicimos un principio de obra.
Y hay que completar la carretera. Buena parte de ese avance para completar todas las obras carreteables de La Mojana está incluido en esta licitación de la Transversal de las Américas.
Esta licitación también incluye una obra muy importante para el Caribe, la vía del puente de Barrancabermeja, construido en este Gobierno sobre el río Magdalena, por los municipios del sur de Bolívar bordeando la Serranía de San Lucas.
E incluye la comunicación que falta de la Depresión Momposina. Nosotros construimos el puente Gutiérrez de Piñeres en Mompós y esta obra incluye la recuperación total de las carreteras de Mompós, la construcción del puente de Talaigua y la carretera que sale de Talaigua a la carretera de Bosconia, Santa Ana-La Gloria, para facilitar la comunicación de Mompós con el Magdalena, con el Atlántico, con Bolívar, con Cartagena y con Barranquilla.
Se necesita mucho más para el desarrollo de la región
Pero sé que las aspiraciones del Caribe apenas quedan respondidas en un mínima parte y que para el desarrollo que requiere esta región se necesita mucho más.
Esto todo esta contratado con honradez, en audiencia pública, con afecto por Colombia. El sello de honradez que tienen estos contratos le da tranquilidad a la nueva administración presidencial para continuarlos.
Y creo que una Ecopetrol orientada por un Ministro caribeño, Hernán Martínez, que ha aumentado en ocho veces su valor, le da posibilidades al nuevo Presidente de considerar la idea de vender un poquito de Ecopetrol para financiar las grandes obras pendientes de infraestructura.
Los sectores más pudientes de Colombia, pagaron el Impuesto al Patrimonio para financiar la seguridad, la seguridad se ha podido financiar no a expensas de la política social, gracias a ese impuesto al patrimonio para financiar la seguridad.
La seguridad se ha podido financiar no a expensas de la política social; gracias a ese Impuesto al Patrimonio. La política social ha acompañado la política de seguridad.
Barranquilla es ejemplo por sus avances
Hemos avanzado enormemente en la cobertura del Sena, de Bienestar Familiar, en la salud. Todos los días tenemos que poner de ejemplo a Barranquilla por los avances en la salud, donde hemos logrado la plena cobertura con unos costos en promedio menores a los que se registran en otros sitios del país y con un gran avance en la satisfacción ciudadano sobre la prestación de este servicio.
Hemos avanzado en los cimientos de una gran revolución educativa. Graduábamos en el país 424 mil bachilleres; este año más de 700 mil. Teníamos menos de un millón de estudiantes universitarios; quedamos con millón 700 mil.
Nuestra cobertura universitaria era del 21,6 (por ciento), está en el 36. Y queda un camino despejado para que en los años que vienen Colombia se ponga en cobertura universitaria a la par de los países industrializados, logrando cobertura del 50 por ciento.
El Sena es una de las 465 entidades reformadas, un proceso que ha apuntado no a eliminar el Estado pero sí a ponerlo al servicio de la comunidad. 465 entidades reformadas que han sido liberadas de la politiquería, del clientelismo, de los excesos sindicales y que hoy corresponden hay un estado más eficiente y más comprometido con la comunidad.
El Sena, como muestra de esas entidades, ha multiplicado su cobertura por siete, le enseña inglés a un millón de colombianos a través de Internet. La mayoría de los profesores están en nuestro archipiélago de San Andrés, que con el cable submarino que se instala tendrá que ser convertido en un gran polo de desarrollo de informática.
Desde Barraquilla, este epicentro del Caribe, llamo la atención de mis compatriotas para avanzar en el proceso de liberar a San Andrés totalmente del narcotráfico y de transformarlo en lo que puede ser un gran polo de informática, una gran ciudad de turismo cultural, de turismo de aprendizaje, de turismo caribe, de ecoturismo.
Qué bueno ver esa posibilidad no lejana convertida en realidad que la puedan asir las generaciones próximas a asumir los comandos de la Nación.
Una Nación con necesidades pero con gran amor patrio
Muy apreciados compatriotas, sé que falta mucho pero aquello que se ha creado es patriotismo, afecto a Colombia. Cuando hay amor por la Patria todo lo demás va llegando, cuando hay amor por la Patria se impone el trabajo honrado.
Yo diría que hay dos remedios contra la corrupción: la seguridad que aterra al criminal y el amor por la Patria que aterra las sensaciones negativas del ser humano.
Con amor por la Patria vamos a lograr que esta Nación salga adelante. Recuerdo hace diez años. Preguntaba yo a los universitarios de Colombia si en alguna ocasión habían pensado irse definitivamente del país. Y la inmensa mayoría levantaba las manos; querían irse del país sin tiquete de regreso, había una especie de marchitamiento del sentimiento patrio. Parecía que se hubieran cortado las raíces de la colombianidad, se daba la sensación de que había desprendimiento, espíritu de fuga.
Hoy vemos una Nación, todavía llena de necesidades, una Nación que requiere respuestas pero una Nación optimista, una Nación esperanzada, una Nación con un reverdecido patriotismo. Y eso nos alegra el alma, eso nos solaza el espíritu. Saber que en la tarde del 7 de agosto, cuando regresemos al bello oficio de simples ciudadanos de Colombia, quedará una Nación llena de necesidades pero con un gran amor, con un gran amor que es el amor patrio para poder suplir las necesidades.
Señor Gobernador, señor Presidente de Fedegan, muy apreciados dirigentes del Caribe que nos acompañan esta noche: en esta tierra de la libertad y de la independencia del trabajo, en esta tierra de la cultura, en esta tierra de la alegría, en esta tierra del rechazo a la violencia y al desorden, en el recuerdo de la historia y en la fe del porvenir, permítanme invitar mis compatriotas a consolidar el más bello de todos los activos. Ese sentimiento individual y colectivo de desbordado amor a Colombia para sacarla adelante con afecto a sus regiones, con respeto a la diversidad.
Mañana iré a mi pequeña comarca a decirle a ese pueblo que me vio crecer, que procuré hacerlo quedar bien, solamente en un aspecto a lo largo y ancho de la Patria; queriendo con el mismo afecto regional a todas las regiones de la Patria.
Yo pude llegar pequeño a una aldea del Caribe, a Córdoba. Profeso amor por esta tierra, admiración por la manera de ser de sus habitantes y quiero, espero haber podido trabajar con la entrega del alma para poder sentir que el resto de mis años estén integrados a la pasión constructora de la prosperidad del Caribe colombiano.
A las nuevas generación nuestro compromiso. Está bien doctor José Félix (Lafaurie) que no podamos vivir en cuerpo propio siempre y cuando nuestro esfuerzo se puede ver fructificado en al posibilidad de que las nuevas generaciones vivan felices en el fecundo suelo de Colombia.
Que viva el Caribe de la Patria y que viva toda la Patria colombiana. Fe en Colombia, firmeza para no retroceder, q ue bajo de este bello, esplendente sol azul, siempre se defienda la libertad.
Que no sueñen los terroristas que van a volver a esta tierra. Firmeza para repelerlos. Apoyemos al nuevo Gobierno, la institucionalidad de la Patria y así iremos labrando un gran futuro.
Muchas gracias”. |