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Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez en la Segunda Reunión
de Ministros y Altas Autoridades de Desarrollo Social de la OEA

8 de julio de 2010 (Cali)
     
 

“Permítanme abrir un espacio para expresar mi inmensa gratitud al señor Alcalde de Cali, el doctor Jorge Iván Ospina Gómez, por esta condecoración que tanto me honra y que llevaré conmigo toda la vida, de esta ciudad a la que tanto queremos.

Para expresar mi gratitud a la honorable Asamblea del Valle de Cauca por esta condecoración que tanto nos honra y que llevaremos siempre con agradecimientos.

Quiero compartir estas distinciones generosas del Valle del Cauca, señor Alcalde y honorables diputados Yiminson Figueroa (Presidente de la Asamblea Departamental) y Rubiel Antonio Muñoz, con mis compañeros de Gobierno y con el trabajo heroico de las Fuerzas Armadas, que son las responsables de recuperarnos plenamente la paz en una región tan próspera y que ha sido en algunos tiempos flagelados por la violencia.

Muchas gracias, señor Alcalde y apreciados diputados, por tanta generosidad.

Lo que he buscado es que nunca nos falte amor por esta tierra. Cualquier cosita buena que hayamos podido hacer, lo que faltó, aquello en lo cual nos equivocamos, pide la benevolencia de ustedes por que lo que hemos procurado es tener, que no nos falte amor por el Valle del Cauca y por Cali. Muchas gracias.

Muy apreciados delegados, bienvenidos a Colombia. Bienvenidos a este gran departamento del Valle del Cauca, bienvenidos a esta gran ciudad de Cali.

Muchas gracias a Planeación Nacional a la OEA, a todos ustedes, nuestros hermanos latinoamericanos y del Caribe, por asistir a Cali.

La importancia de Cali en Colombia

Esta gran ciudad realizó con su esfuerzo propio en los últimos años la construcción de este gran Centro de Convenciones (Centro de Eventos Valle del Pacífico), que ustedes engalanan, y que ayudan a crear esa tendencia para visitarla.

Esta ha sido una ciudad muy importante en Colombia, una ciudad pionera en muchas actividades, una ciudad pionera en civismo, una ciudad con una gran cultura popular, una ciudad muy diversa y muy respetuosa de la diversidad; una ciudad en el corazón de uno de los valles más fértiles del mundo, a 140 kilómetros de la Cuenca del Caribe, justamente donde se asoma este departamento.

Permítanme expresar la alegría por la presencia de esta reunión tan importante en Cali. Nos honra mucho a los colombianos y lo que queremos es que el ejemplo de ustedes lo sigan otras instituciones para reuniones tan importantes como ésta. Muchas gracias. Bienvenidos a Cali.

Una historia de violencia preocupante

Colombia es un país que ha sufrido muchas crisis. En 200 años de vida independiente, escasamente hemos tenido 47 años de paz. Una historia de violencia, muy preocupante historia de violencia.

Las generaciones vivas desde los años 1940 no han vivido un solo día de paz. La violencia entre los partidos apenas termino a finales de los años 1950. Vinieron las guerrillas marxistas, que al cabo de los años se convirtieron en mercenarios del narcotráfico, y la reacción igualmente cruel del paramilitarismo, que hemos desmontado y que también, como la guerrilla, fue cooptado por el narcotráfico.

Esta es la triste crisis de violencia que ha vivido este país.

Una Nación con energía y alegría

Sin embargo, encuentran ustedes una Nación con toda la energía, con todo el compromiso de salir adelante, con toda la alegría.

Sé que el alcalde de Cali (Jorge Iván Ospina), el Gobernador (Juan Carlos Abadía), habrán de llevarlos en las noches de esta ciudad a uno de los sitios que mejor expresan la alegría el talento, el arte del pueblo colombiano. A esos sitios, que son todos en Cali, donde esta el corazón mundial de la Salsa.

Esta ciudad es riquísima en escuelas musicales y en escuelas de danzas; esta ciudad es una ciudad que se viste de todos los colores, es una ciudad de gran alegría que expresa la alegría colombiana.

Hace poco un medico norteamericano que nos visito por primera vez (Charles Cummings, del Hospital Johns Hopkins) y que vino a otra gran ciudad de Colombia, a Cartagena, al Foro Económico Mundial. Me dijo: ‘Presidente, yo venia prevenido. Tantos años de violencia me hacían pensar que iba a encontrar unos colombianos amargados, frustrados; unos colombianos acongojados, con el ceño fruncido, con una mirada de odio, y lo que encuentro es un pueblo colombiano desprevenido, calido, amable, alegre, optimista’.

Ahí reside, apreciados hermanos latinoamericanos y caribeños, un gran potencial de este país. La violencia no logró destruir el capital social; se mantiene intacto en el corazón amable de sus hermanos colombianos, que hoy los recibimos con todo afecto.

Construcción de confianza en medio de crisis

Pero esa crisis de violencia nos ha privado de muchas oportunidades. Esa crisis nos ahuyentó la inversión, nos aumentó el desempleo, nos aumentó la pobreza, nos aumentó la inequidad; produjo una diáspora de 4 millones de colombianos al extranjero, expulsados en poco tiempo.

Y a esta crisis se ha sumado la crisis de 1999, a la cual se refirió el Director Nacional de Planeación (Esteban Piedrahita), la crisis reciente de la economía internacional y una crisis particular con la hermana República Bolivariana de Venezuela, que hacemos todos los votos para que de manera sincera y resolviendo los problemas de fondo, se pueda superar en los días que vienen. Porque son dos pueblos hermanos, nunca separados en la historia, inseparables en el presente y de un futuro inexorablemente unido.

Nosotros hemos venido trabajando a lo largo de este Gobierno, con el criterio de enfrentar crisis y de superarlas. Por eso la crisis de la economía internacional no nos tomó por sorpresa. Mucho de lo que veníamos haciendo para enfrentar las crisis históricas nos sirvió para enfrentar la crisis de la economía internacional.

Y entonces aquí entro a contarles cuáles han sido los principios que han guiado al Gobierno próximo a terminar. Nosotros hemos querido construir confianza en Colombia, que toda la comunidad internacional tenga confianza en Colombia, como ustedes hoy tienen confianza para venir a esta asamblea en esta gran ciudad de Cali; que los colombianos tengan confianza en su Patria.

Y hemos soportado la construcción de confianza en tres pilares: la seguridad con libertades, valores democráticos; la inversión con fraternidad, la política social. Pilares inseparables.

Cuando yo era joven, a pesar de que el país se desangraba en la violencia, el discurso político no admitía la proposición de seguridad porque se le consideraba un camino a la dictadura.

Seguridad e inversión son medios, no fines

Hoy se ha presentado una gran transformación cultural. La inmensa mayoría de nuestros compatriotas acepta que la seguridad es un valor democrático y una fuente de recursos.

Cuando yo era joven, el discurso político, al repetir la proposición de inversión social, omitía referirse a la fuente de los recursos para la inversión social. Hoy la inmensa mayoría de los colombianos acepta que lo social está indisolublemente unido a la seguridad y a la confianza de inversión. Que si no hay una alta tasa sostenida de inversión, una gran confianza del sector privado, un gran estímulo a la iniciativa creativa de los particulares con criterio social, en ausencia de ello no hay los recursos para lo social.

Para nosotros la seguridad y la política de inversión no son fines en sí mismos; son medios para lograr una Nación en paz y en prosperidad. El fin en sí mismo es la cohesión social, que se convierte en el gran validador, en una sociedad democrática, de las políticas de seguridad y de promoción de inversión. Estos son los medios, los presupuestos; y la cohesión social es su validador.
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Encuentran ustedes una Nación que ha dado una gran batalla contra el terrorismo, contra el narcoterrorismo. Pero una Nación que ha dado esa batalla con absoluto respeto a las libertades, al pluralismo, a la institucionalidad democrática, sin leyes marciales, sin recorte a las garantías de los ciudadanos, ni a las garantías individuales, ni a los derechos políticos. Sometida esa política a la Constitución, sometida a todas las garantías legales.

Inversión con fraternidad

Encuentran una Nación que viene construyendo una gran confianza en materia de tasa de inversión, pero inversión con fraternidad.

Cuando me preguntan mis compatriotas, me han preguntado a lo largo de estos ocho años, por el concepto de inversión con fraternidad, la respuesta ha sido elemental: la inversión no es un fin, es un medio para resolver los programas sociales.

La inversión con fraternidad es la inversión con transparencia. Para la democracia es fundamental que haya transparencia en la inversión, transparencia en la tributación, transparencia en los contratos, transparencia en la solución de las disputas.

Para la inversión con fraternidad es fundamental respetar todos los derechos de los ciudadanos, como los derechos ambientales. En este país hoy hay un gran auge en la búsqueda de hidrocarburos, en la exploración minera; y por supuesto, eso trae contratiempos y dificultades.

Aquí hay un país vibrante que trabaja y protesta, que ejerce sus libertades. En aquellas zonas donde se han presentado dificultades, protestas de las comunidades con las empresas mineras, nosotros no hemos reprimido a las comunidades.

Nuestra Política de Seguridad es una política de valores democráticos, no de represión a la comunidad. Pero tampoco hemos expulsado la inversión.

Hemos promovido un gran diálogo sincero, público, generoso, de la comunidad a las autoridades locales, los inversionistas, para lograr acuerdos de fraternidad, y a fe que se han logrado.

Nuestra política de inversión tiene un postulado de fraternidad: las relaciones entre empresarios y trabajadores tienen que ser fraternas; no pueden ser de capitalismo salvaje, no pueden ser de odios de clases.

Aquí secuestraban a centenares de empresarios; hemos venido derrotando el secuestro. Aquí asesinaban a centenares de trabajadores; hemos venido derrotando el asesinato de trabajadores.

Las guerrillas marxistas trajeron a Colombia la combinación de las diferentes formas de lucha. Proponían sus ideas políticas y las combinaban con las armas, con el terrorismo; mataban y penetraban el movimiento obrero, el movimiento estudiantil, el movimiento campesino.

Vino la reacción cruel del paramilitarismo y empezó a asesinar obreros, líderes sindicales, acusándolos de ser colaboradores de las guerrillas. Y las guerrillas reaccionaron asesinando líderes de los trabajadores, acusándolos de ser traidores.

Protección a los trabajadores

Nosotros nos propusimos desde nuestra campaña de los años 2000-2001, desde el día cero, a partir de nuestra elección, trabajar por la protección de los trabajadores. Se ha reducido sustancialmente el asesinato de trabajadores en Colombia.

Y hay hoy 200 sentencias que condenan a sus asesinos. Había solamente una. Y hay más de 200 personas en la cárcel.

Colombia durante más de 20 años estuvo en la lista de países sancionados de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Por primera vez, este año, en reconocimiento a la tarea que hemos realizado, Colombia ha sido excluida plenamente de la lista de países sancionados en la Organización Internacional del Trabajo.

Aquí, como en muchos países, se celebra el 1° de Mayo el Día del Trabajo. Este Gobierno no ha estado en la usanza antigua, escondido en las oficinas oficiales, llamando a la Policía a ver cómo van las protestas. Hemos hecho todo lo contrario, hemos tenido una participación activa el 1° de Mayo haciendo una prédica, una pedagogía: el necesario tránsito de la organización reivindicatoria de los trabajadores a la organización del sindicalismo participativo.

Unas empresas más abiertas a los trabajadores, con más fraternidad, y unos trabajadores más responsables, no solamente de sus reivindicaciones, sino de la sostenibilidad y de la prosperidad de las empresas

El último 1° de Mayo dictamos la nueva legislación para facilitar el Contrato Sindical, a fin de que, en nombre de la fraternidad, todos los días haya más participación de las organizaciones de los trabajadores en lo que son los procesos de contratación, de tercerización o de outsourcing de las empresas.

Durante todos estos ocho años hemos aumentado al salario mínimo por encima de la inflación, salvo en el año 2008, cuando sentimos todo ese golpe tan duro de la crisis económica internacional.

Por supuesto, falta mucho. Este Gobierno les dice a ustedes lo que diariamente conversamos con nuestros compatriotas.

No estamos en un paraíso, no hemos ganado las victorias fundamentales, pero vamos avanzando y tenemos unos presupuestos sólidos en lo social, en lo de inversión, en lo de política de seguridad.

El país exige en responsabilidad social

Ustedes encuentran un país que exige mucho de responsabilidad social a los empresarios. Por ejemplo, nosotros exigimos que los empleadores paguen la totalidad de la inversión para el seguro de accidente de trabajo y enfermedad profesional.

Nosotros exigimos que los empleadores paguen el 75 por ciento de lo que vale la afiliación a pensiones. Nosotros en Colombia exigimos que los empleadores paguen el 66 por ciento de lo que vale la afiliación a salud.

Es un país que hace grandes esfuerzos para construir equidad, para superar la pobreza.

El año pasado, por ejemplo, en medio de esta crisis, en Colombia vimos un leve descenso en la pobreza y un leve mejoramiento del coeficiente Gini de distribución del ingreso.

Nosotros también creemos que hay que revisar el concepto de capital, teniendo en cuenta lo que ha ocurrido en la crisis económica mundial. Algún día los historiadores reconocerán que esta crisis que todavía no se ha superado tiene un origen: el concepto especulativo de capital.

Pensamos que hay que reconstruir la razón de ser del capital, que es una: construir riqueza social. El capital especulativo debe enterrarse y tiene que prosperar el capital dispuesto a construir riqueza social.

Aquí damos todas las garantías a la inversión. Creemos en la imaginación, en la creatividad del ser humano. Pensamos que cuando se restringen las libertades y las posibilidades de inversión, las sociedades se aperezan, la prosperidad se estanca.

La educación, elemento transversal

Damos todas las garantías de inversión, creemos en la inversión, pero fundamentalmente atada al principio de la fraternidad.

Hemos encaminado nuestra política social con la política educativa. La política educativa es necesaria como elemento transversal.

¿Por qué en la seguridad? Porque una Nación que ha sufrido durante 200 años la violencia, requiere una educación en el hogar, en las instituciones escolares, universitarias, en la vida del trabajo, en el diálogo comunitario, para que todos construyamos la seguridad, que es el fundamento de la paz.

La inversión necesita un proceso educativo dinámico permanente, porque de lo contrario no se da la innovación productiva. Y cuando falta innovación, la inversión se estanca. Y por supuesto, en ese gran pilar de la política social la educación es la que encabeza.

Hemos logrado los siguientes resultados y reconocemos lo que falta. Hoy los niños pobres, menores de seis años, todos tienen atención alimentaria.

Mis antecesores en la Presidencia de la República, como el Presidente Carlos Lleras, que creó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf); el Presidente Virgilio Barco, que le dio un impulso; dieron grandes pasos, y nosotros hemos pasado en ese Instituto de 5 millones 900 mil beneficiarios a 13 millones de beneficiarios.

En educación para colombianos menores de de 6 años, de los sectores pobres, hemos estado muy atrasados. Este Gobierno crea los primeros 650 mil cupos, pero el país tiene el reto de crear 2 millones 400 mil cupos.

En educación básica hemos pasado del 80 por ciento al ciento por ciento de cobertura, pero las coberturas han rebasado las posibilidades de infraestructura, hay un gran reto de construcción de infraestructura.

En educación media hemos pasado de una cobertura del 57 por ciento a una cobertura del 80 por ciento, pero también tenemos un gran reto, dos retos: llegar al ciento por ciento en educación media y al mismo tiempo, al mismo tiempo superar el déficit de infraestructura.

Este país ha avanzado enormemente en educación universitaria. Nuestra tasa de cobertura al iniciar el Gobierno era del 21.6; hoy es del 36 por ciento. El reto es llegar en los próximos años a una tasa de cobertura universitaria del ciento por ciento, del 50 por ciento.

Avance en formación técnica y tecnológica

Hemos avanzado mucho en formación técnica y tecnológica en un instituto estatal que se paga con una contribución de los empleadores sobre la nómina, lo que llamamos aquí un tributo parafiscal del 2 por ciento. Ese instituto se llama Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena).

Nosotros hoy graduamos por año en formación vocacional a ocho millones de colombianos; al principio del Gobierno se graduaba a un millón 100 mil colombianos.

Ese Instituto tenía matriculados en programas técnicos y tecnológicos a 41 mil colombianos; este año a 500 mil.

Ese instituto vivía desconectado con la media; este año tenemos una conexión con 600 mil estudiantes de la media, para que los bachilleres –antes graduábamos 424 mil bachilleres, este año se gradúan cerca de 750 mil–, para que los bachilleres salgan con toda la promoción para el emprendimiento, para la vida cívica, para la vida laboral, listos a participar en la sociedad y listos a seguir en la universidad.

Hemos introducido el concepto de educación por ciclos propedéuticos. Hoy un tecnólogo, un técnico que se gradúa en Colombia, tiene la posibilidad de ir a una universidad, de completar los créditos que haga falta y de acceder al grado de educación superior.

Nuestra masificación ha estado acompañada por un gran esfuerzo en materia de calidad, antes los maestros se nombraban por recomendación política, hoy se nombran por concurso de meritos.

Y este país está haciendo un gran esfuerzo en ciencia y tecnología. Tenemos hoy el mayor presupuesto, en medio de la crisis, el mayor presupuesto para la investigación científica.

Y el nuevo Presidente, Juan Manuel Santos, ha propuesto a los colombianos, que ante el hecho del crecimiento de las regalías por recuperación en la producción de hidrocarburos, expansión en la producción de carbón y también una gran auge minero, el 10 por ciento de las regalías se lleve a proyectos de ciencia, tecnología e investigación. El país está haciendo un gran esfuerzo en esa metería, una concepción integral de la educación.

A las puertas de cobertura plena en salud

Permítanme referir al tema de la salud. Colombia empezó la transformación en 1993 con la Ley 100, que creó una nueva institucionalizad para la salud. Entre ese año y nuestra llegada al Gobierno en 2002, ese sistema había afiliado 23 millones de colombianos, nosotros dejamos afiliados 43 millones de colombianos. Estamos arribando, estamos en las puertas de la plena cobertura, hemos fortalecido la institucionalidad.

Al hablar de la salud permítanme hablar de la reforma del Estado, que ha tenido un gran epicentro en la salud. Nosotros no creemos ni en la tesis del neoliberalismo que apunta a destruir el Estado, ni en la tesis del burocratismo a ultranza que quiebra al Estado y que anula las posibilidades del sector privado.

Nosotros creemos en un Estado con creciente participación comunitaria. Hemos llamado y hemos avalado en los hechos el nombre de un Gobierno Comunitario; hemos vivido en un franco dialogo, abriendo ampliamente las puertas de la participación a los colombianos en estos ocho años de Gobierno.

Nosotros creemos que América Latina se ha equivocado cuando en nombre del neoliberalismo ha destruido el Estado o cuando en nombre del social burocratismo ha quebrado el Estado. Nosotros pensamos que la razón de ser del Estado no son las burocracias ni los privilegios; que la razón de ser del Estado es el servicio a la comunidad.

En nombre de esta tesis hemos reformado 465 entidades del Estado. No hemos cerrado un solo hospital, pero si hemos reformado 220. Hemos reformado todas clínicas del Seguro Social para que sean eficientes, austeras, para que no derrochen el dinero en politiquería y en excesos sindicales, sino que le presten mejor servicio a la comunidad.

Hemos aumentado impuesto sobre cigarrillos, impuesto sobre tabaco en general, impuesto sobre cerveza, impuesto sobre juegos, impuesto sobre licores.

Hace pocos días, a cuatro días de la elección presidencial, Colombia aprobó una reforma tributaria en esta dirección para fortalecer los recursos de la salud, y otra reforma tributaria para fortalecer los recursos de la justicia, el Arancel Judicial. Y muchos observadores me decían: ‘pero si ya hubo la elección del Congreso, va a entrar el nuevo Congreso, si están a tres días de la elección presidencial ¿cómo aprueban esta reforma?

Gobernabilidad, responsabilidad social, por encima del cálculo electoral. Yo creo que eso dice bien de la democracia colombiana.

Por supuesto, con toda franqueza hemos dicho al nuevo Gobierno lo que expresamos hoy a la comunidad de países hermanos: todavía no son suficientes los recursos para darle sostenibilidad a un seguro universal de salud.

Pero creemos que el nuevo Gobierno puede encontrar esos recursos a través de no tener que dedicar dinero a subsidiar clínicas corruptas, pero sí dedicar dinero a pagar el aseguramiento de los colombianos pobres.

Y a medida que se vaya fortaleciendo la formalización de la economía, se irá haciendo el tránsito del esquema de seguro de salud, que en nuestro medio llamamos Régimen Subsidiado –que lo paga ciento por ciento el Estado–, a un esquema de cotizaciones de empleadores en un 66 por ciento y de trabajadores en un 33 por ciento.

Un país que puede decir hoy que de 46 millones de habitantes ya tiene 43 millones asegurados, que hay cupos suficientes para el aseguramiento de todos los pobres, yo creo que es un país que muestra un gran avance en la salud y reconoce que se requieren más recursos para darle sostenibilidad a ese avance en la salud.

Política social

Nosotros hemos trabajado muchísimo. Programas como Familias en Acción y Red Juntos; teníamos 220 mil Familias en Acción, hoy tenemos 2 millones 840 mil.

Es un subsidio a la demanda educativa y de salud, vigilado. Nuestra institucionalidad ha garantizado que esos subsidios lleguen a los más pobres sin ningún criterio de afiliación política. Jamás este Gobierno le ha preguntado a un ciudadano que debe recibir el beneficio de nuestra política social, si está de acuerdo o en desacuerdo con el Gobierno Nacional.

Ha sido una política focalizada a los más pobres y una política estructural, no asistencial. Ha sido estructural porque hemos buscado que nuestra política social finalmente cambie la estructura de la distribución del ingreso, redima el alto nivel de pobreza que subsiste en Colombia. Tal vez la única política asistencial que tenemos es la política de atención a los mayores.

Antes se atendían 60 mil ancianos pobres; hoy atendemos más de un millón. Pero este país se tiene que preparar para atender a 9 millones de ancianos que van a llegar en las próximas décadas y que no han hecho las provisiones para acceder a una pensión.

Dejamos nosotros el esquema constitucional y legal para hacerlo y unos recursos que seguramente habrá que aumentar en los próximos años.

Lleven ustedes la certeza de que nuestra política social ha sido estructural, ha buscado resolver problemas de pobreza y de inequidad en la distribución del ingreso.

Y para garantizarlo, las millón y medio de familias, los sectores más pobres del país han sido reunidos en la Red Juntos, que hemos tomado de otros países hermanos.

La Red Juntos ubica en el millón y medio de familias más pobres los principales instrumentos de política social. Esas familias tienen que tener acceso a la educación de sus hijos en todo el ciclo educativo, a la salud subsidiada, a la nutrición de sus hijos, a la atención de sus abuelos, a los programas de crédito, a los programas de vivienda.

Vivienda y servicios públicos

Al referirme a la vivienda, reconozco que los esfuerzos hechos son insuficientes. El año pasado, por ejemplo, nos gastamos 400 millones de dólares como parte de la política anticíclica para subsidiar tasas de interés y con eso no pudimos atender todas las necesidades.

El país todavía registra un atraso en vivienda social, pero se están haciendo esfuerzos para poder superar ese atraso.

El país ha avanzado mucho en servicios públicos y los estratos más pobres tienen subsidios de agua y tienen subsidios de energía. El subsidio de energía de los estratos más pobres, este año nos cuesta, 650 millones de dólares.

Se ha hecho un gran esfuerzo. Hemos quitado el subsidio al combustible, hemos quitado el subsidio al combustible del vehículo privado, de todos los vehículos, pero hemos acrecentado el subsidio a los servicios públicos, para los sectores más pobres.

Porque creemos que el subsidio a los combustibles no es un subsidio focalizado y al no ser focalizado puede ser un subsidio injusto. En cambio el subsidio a los servicios públicos de los sectores más pobres, en un servicio equitativo, es un servicio focalizado.

Microcrédito

Nosotros hemos creído mucho en el concepto de país de propietarios. Por eso hemos hecho un gran esfuerzo para financiar a los sectores más populares de la nación.

Creamos un esquema de Banca de Oportunidades bastante discutido con nuestro Premio Nobel, el profesor Muhammad Yunus.

En Colombia, un país extenso y con 46 millones de habitantes, el Banco de Oportunidades no es un banco; es un esquema. En ese esquema está el Gobierno, los bancos públicos y privados, los bancos del primero y de segundo piso, los fondos de garantías, las gobernaciones y las alcaldías.

En este Gobierno hemos entregado 7 millones y medio de créditos a los sectores populares de la Nación. Microempresas exitosas. De ellos, un millón 800 mil familias por primera vez recibieron un crédito institucional.

Lleven esta cifra en el corazón de ustedes. Cuando empezamos, la cartera a favor de los microempresarios en Colombia, valía 300 millones de dólares; hoy vale 4 mil millones de dólares. Es un crecimiento bastante significativo.

Pero reconocemos que en todo esto falta. A pocos días de concluir el Gobierno me veo ante ustedes en la misma obligación que he procurado cumplir ante mis compatriotas en estas semanas finales: rendir cuentas.

Y uno cree que lo que ha hecho es mucho, pero a la hora de la verdad se equivoca, es más lo que falta por hacer.

Hace no muchos años, al principio de mi Gobierno, cuando avanzaba grandemente la política de microcrédito, acudí a una reunión popular, de las centenares que ha realizado este Gobierno, con el Ministro de la cartera. Y a esa reunión fueron personas a reclamar, porque hemos tenido un diálogo fecundo con los colombianos, de reclamos, pero de respeto. Un diálogo no de promesas, pero sí de compromiso, un diálogo de credibilidad.

Y me dijo el Ministro: ‘Presidente, pero si yo le mostré a usted en el power point en la Presidencia, todo lo que hemos avanzado en microcrédito, por qué hay tanta protesta’. Y le dije: Ministro, porque los que ya recibieron el crédito se quedaron en la pequeña empresa; aquí vinieron los que no han recibido el crédito. Porque usted me mostró en la Presidencia el power point , pero aquí está el ‘power people’ , que obliga que los gobiernos vivan permanentemente conectados con los sectores populares, con vibración, con entusiasmo, con energía, para ayudar a superar estas enormes dificultades.

Nuestro relacionamiento con los colombianos ha sido un relacionamiento sincero, del corazón, con afecto, de todos los días del Gobierno.

Les pedí hace ocho años a mis colaboradores, cuando empezaba esta gestión, que había que eliminar del candelario personal el domingo, el festivo, el sábado en la noche, el viernes cultural, y que no había sino tres palabras en el calendario: trabajo, trabajo, trabajo. Que lo único que debían ver en la agenda de cada día era esos tres compromisos: trabajo, trabajo y trabajo.

Hemos tenido un relacionamiento afectuoso con mis compatriotas. Y aquí en el Valle del Cauca sí que ha sido importante y sincero.

Firmeza contra el terrorismo

Es que en este país se preocupaban mucho por dialogar con el terrorismo, que no quería dialogar. Se le ofrecía el diálogo y ellos respondían con los carros bomba. Pero no había preocupación para dialogar con el pueblo colombiano, que vive austeramente con gran abnegación, con gran disciplina del trabajo.

Nosotros hemos tenido toda la firmeza frente al terrorismo, Colombia los derrotará totalmente, pero hemos tenido todo el corazón para invertir el diálogo, para dialogar con nuestros compatriotas.

Le hemos puesto toda la energía a la política de seguridad, toda la responsabilidad a la política de promoción de inversiones y todo el afecto a la política social.

Yo tengo mucha fe que el índice, todavía elevado, de pobreza en Colombia en los próximos años, gracias a la tasa de inversión con fraternidad, que se ha doblado en Colombia en estos años, que ese índice de pobreza empiece a mostrar una reducción más importante.

Entre 2003 y 2007 redujimos mucho la pobreza, pero se nos desaceleró esa reducción por estas crisis a las cuales me he referido.

Sin embargo, hay dos indicadores sociales de gran trascendencia. El año pasado Naciones Unidas calificó a Colombia como uno de los países que más ha avanzado, después de China, en el Índice de Desarrollo Humano.

Y cuando miramos también el Índice de Oportunidades, que es el que nos dice si se están construyendo o no condiciones para poder superar la pobreza, Colombia empieza a mostrar un índice de oportunidades bastante mejor para poder garantizar que se cumplan esas metas de superación de pobreza y de construcción de equidad.

Muy apreciados representantes de los hermanos países latinoamericanos y caribeños: reitero nuestro afecto por cada uno de sus países, nuestro afecto por cada uno de sus pueblos; son nuestros hermanos. Bienvenidos a esta gran ciudad de Cali. Y recibimos con todo afecto, también, a los representantes de Canadá y de los Estados Unidos.

Tengo un motivo de gratitud con Canadá. A pesar de una gran oposición, Canadá, hace pocos días, ratificó el Tratado de Comercio con Colombia. Un gran paso. Esos tratados de comercio de nueva generación no hacen parte de la globalización neoliberal; hacen parte de lo que podríamos llamar una nueva era de globalización social, porque incluyen el capítulo de los derechos de los trabajadores, el capítulo del respeto a los derechos humanos y el capítulo de la observancia de las normas ambientales.

Producción y consumo de droga

Y al saludar también a los representantes de los Estados Unidos. quiero agradecerle a los Estados Unidos la tarea que ha realizado con nuestro país para superar esa causa de pobreza que es el narcoterrorismo. Hay que seguir en esa campaña y contagiar a todos nuestros pueblos.

Porque llévense esta idea: nosotros nunca pensamos que el narcotráfico nos fuera a llevar de ser un país de tránsito de drogas a un país de producción. Y de la noche a la mañana tuvimos la sorpresa de 400 mil hectáreas de producción, hoy reducidas a 68 mil.

Nosotros nunca pensamos que fuéramos a pasar de un país de tránsito y de producción a un país de consumidores, hoy hay 350 mil adictos. El problema de la droga ya no es un problema entre un Sur que produce y un Norte que consume. Todos tenemos el riesgo de la producción, el tráfico y el consumo.

Y el problema de la droga antes era un negocio criminal de exportación; hoy también es un negocio criminal destinado al consumo doméstico.

Colombia durante catorce años fue permisiva con una norma que autorizaba la legalización de la dosis personal de droga.

Por fin, en diciembre, se completó la aprobación de la reforma constitucional que prohíbe la droga en todas las instancias. No para llevar a la cárcel a los adictos y enfermos –se requiere un gran predominio en las políticas de rehabilitación y de prevención–, pero sí para llevar a la cárcel a aquellos que han corrompido a nuestra juventud poniéndola en el trabajo miserable de la distribución de drogas, que han llevado a nuestra juventud a la tumba, que han sacado a nuestra juventud del estudio, que han llevado a nuestra juventud a la delincuencia.

Creo que el mundo se equivoca cuando propone la legalización de la droga; hay es que ilegalizarla. La legalización del consumo, que hemos vivido durante tantos años, ha sido la legalización de las drogas ilícitas. Y se probó que la legalización del consumo, como legalización de las drogas, en lugar de evitar el carácter criminal del negocio, lo que hace es aumentarlo.

Nosotros vivimos una relación de causa-efecto entre el narcoterrorismo y la pobreza, entre el narcoterrorismo y el desempleo, entre el narcoterrorismo y la inseguridad generalizada. Por eso esa batalla que vamos ganando hay que ganarla. Hoy con la colaboración de los Estados Unidos, pero necesitamos la colaboración de todos ustedes.

Ya con muchos de sus países estamos trabajando armónicamente y este tiene que ser un propósito que no se desvincule de la política social.

TLC con Estados Unidos

Eso sí, esperamos que Estados Unidos en poco tiempo sancione, ratifique en su Congreso el Tratado de Libre Comercio suscrito con Colombia.

Recibimos con esperanza la declaración del Presidente (de los Estados Unidos, Barack) Obama ayer, pero creemos que la señal más importante va a ser la ratificación definitiva en el Congreso de los Estados Unidos.

Que esta reunión en Cali sea venturosa para la política social de nuestro continente americano y que esta reunión de Cali les permita a ustedes, también, conocer valores colombianos y disfrutar de esta gran capital del trabajo, de la cultura, esta gran capital de la alegría.

Muchas gracias”.

 
     
 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
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