Palabras del Presidente Uribe en la entrega de la Orden al Mérito Agrícola a Mauricio Herrera Vélez, fundador de la Hacienda La Cabaña

 
Marzo 4 de 2010 (Bogotá)
 
 

Bogotá, 4 mar (SP). “Nos reunimos para entregar la Orden del Mérito Agrícola, no a un agricultor; a alguien mucho más, a un patriota. Por eso sentimos superior complacencia.

Yo recuerdo mucho cuando se estaba en Unión Soviética en los hervores de Perestroika, las grandes dificultades que tuvieron en un comienzo, porque el nuevo gobierno quiso devolver el campo ruso a los agricultores y no encontró quien lo recibiera.

Se dificultó mucho la producción de alimentos, siguió durante un tiempo la escasez. (Vladimir Ilich) Lenin había tenido algún sentido para no acabar totalmente a los agricultores, pero (José) Stalin los acabó.

Esos economistas, sociólogos, politólogos de la época dijeron: cómo es de difícil construir clase empresarial, cómo es de fácil destruirla y es casi imposible reconstruirla.

Cuando un país como Colombia tiene personas como Mauricio Herrera (Presidente y fundador de La Cabaña), tiene que sentirse muy orgulloso, muy contento. Y tiene que pensar desde lo individual hasta lo general, inductivamente, del caso particular a la regla general, lo útil que es para una nación tener esta vocación empresarial integral.

En un país que necesita seguridad, en un país que necesita promoción de la inversión, es fundamental poder contar con ciudadanos como Mauricio Herrera y como todo este grupo de Hacienda La Cabaña.

Confianza y responsabilidad social

Nosotros hemos venido insistiendo en algo elemental, pero que al mismo tiempo puede ser profundo, apreciados compatriotas: la necesidad de que Colombia sea un país que todos los días tenga más confianza de parte de la comunidad nacional e internacional. Además, si no hay confianza no se superan las vicisitudes, las dificultades.

Y hemos querido que esa confianza se soporte en el avance de la seguridad, en la promoción de la inversión y en ese necesario acompañamiento que tiene que dar la política social.

Pensamos que sin seguridad, a pesar de que pueda haber toda la mejor intención en el manejo de la economía, el país no puede obtener las altas tasas de inversión que se requieren para poder superar la pobreza, para construir equidad.

En el tema de la inversión, creemos que esa inversión tiene que ser elevada, sostenida. No puede ser una política de un día, tiene que ser una política de visión de largo plazo, una política con un horizonte infinito.

Y la sostenibilidad de esa política es que la inversión se haga con responsabilidad social. Entonces ahí vienen unos elementos de responsabilidad social que se dan plenamente en esta tarea ejemplar de La Cabaña.

Responsabilidad social se expresa en la transparencia en la relaciones entre la inversión y el Estado. La Cabaña, un ejemplo de transparencia, ni una mácula. Estos 50 años de tarea expresan en la transparencia esa gran responsabilidad social.

Responsabilidad social es fraternidad en las relaciones laborales. Casi mil personas, todas con ese gran entusiasmo, que vibran por la empresa. Es la indicación incontrovertible de la responsabilidad social traducida en fraternidad laboral.

Nosotros creemos muchísimo en la fraternidad laboral. El tema no se puede despreciar, no se puede descuidar. Los manejos de capitalismo salvaje o en el otro extremo, de odio de clases, han hecho mucho daño en muchos países. Han estado bien relacionados con los fenómenos terroristas en Colombia. Y por eso hay que destacar los buenos ejemplos, como el ejemplo que nos ha dado La Cabaña.

Responsabilidad social es trabajar con las comunidades y por la comunidad más allá de los mínimos legales. La tarea investigativa que ha hecho La Cabaña es una formidable tarea de responsabilidad social, la manera como ha superado obstáculos.

Importancia de la palma

Cuenta la historia de La Cabaña que las primeras producciones tenían que ser sacadas con buey, con enormes dificultades. También la manera como ha tenido que superar problemas de plagas.

Horrorizados como hemos estado en los últimos años por esa pudrición del cogollo en Tumaco (Nariño), ahora en otros sectores del país, en un Gobierno que le ha puesto toda la fe a la palma. Y se la ha puesto también por sentido práctico, porque la verdad es que la palma se puede dar en casi todo nuestro territorio.

Allí tenemos una gran posibilidad y se ha demostrado que se puede dar en pequeña, en mediana, en gran escala y que el pequeño, como lo han hecho ustedes, puede ser muy exitoso en esos sistemas asociativos que han venido desarrollando.

Entonces a nosotros también nos ha dado muy duro saber que hemos tenido reveses, como la pudrición del cogollo en Tumaco. Yo creo que de no haber tenido ese revés, Tumaco podría tener hoy 70 mil hectáreas.

También la preocupación de que aparece la pudrición del cogollo en otros sitios del territorio. Pero también nos reconforta saber, que hace muchos años La Cabaña enfrentó esa dificultad y la superó.

Y la superó cuando la ciencia había avanzado menos, cuando habían menos posibilidades, lo que demuestra esa gran entereza, ese gran vigor empresarial de ustedes, doctor Mauricio, que es un gran ejemplo. Y si La Cabaña lo hizo en aquel momento, ¿por qué no se va a hacer hoy, no vamos a tener hoy la capacidad de superar estas dificultades, cuando hay mejores elementos de ciencia y mejores elementos de tecnología?

El capital debe crear riqueza social

Pienso que la crisis actual de la economía le tiene que producir al mundo una reflexión: el capital no puede ser un factor de especulación, tiene que ser un factor de creación de riqueza social; el capital no puede ser un factor de presencia esporádica, el capital tiene que ser un factor de presencia permanente.

La permanencia, la constancia empresarial de La Cabaña, muestran a La Cabaña como un gran ejemplo de esa noción que requerimos: el capital, no como factor de creación de riqueza especulativa, sino como factor de riqueza social.

Por todo esto y mucho más que podríamos decir, por los compromisos de La Cabaña con el medio ambiente, con la educación, con la región, con las comunidades, estamos ante un caso de una gran expresión de patriotismo, a la cual le queremos entregar esta Orden, que es la condecoración superior del Ministerio de Agricultura.

Invito a mis compatriotas a mirar este ejemplo de patriotismo, de responsabilidad social empresarial en La Cabaña, y a encontrar en La Cabaña la justificación de por qué Colombia tiene que trabajar sin duda en aquel rumbo: el rumbo de la seguridad, el rumbo de la promoción de inversión y el rumbo de la política social.

Los colombianos nos sentimos muy orgullosos de La Cabaña y nos sentimos muy orgullosos de tener compatriotas como usted, apreciado doctor Mauricio.

Muchas gracias”.

 
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