ENTREVISTA
DEL PRESIDENTE EN RCN RADIO
Noviembre
29 de 2006
Juan Gossaín,
director de Radiosucesos RCN: Buenos
días tenga usted señor Presidente.
Álvaro UribeVélez,
presidente de la República: Buenos
días a usted, a sus compañeros
de RCN y a todos los compatriotas que nos escuchan
en RCN.
J.G.: ¿Qué piensa
de la propuesta de Piedad Córdoba en el
sentido de que deben renunciar los congresistas
liberales en bloque?
Presidente de la
República: Que me voy
a referir yo a esa propuesta, lo que debía
de pensar la senadora Piedad Córdoba
es que al país se le diga la verdad
y que ella también le diga al país
si fue o no amiga del ELN y de las Farc. Es
muy importante también despejar esa
duda, que la despeje la senadora Piedad Córdoba,
porque aquí la verdad tiene que ser
completa.
Y lo otro es: nosotros estamos
en un proceso de recuperación de instituciones.
Hace cuatro años las instituciones estaban
prácticamente superadas por los poderes
de hecho de guerrilla y paramilitares, la prueba
es que la mayor parte de los hechos que se imputan
ahora a unos y otros, son hechos acaecidos con
anterioridad a que empezara la política
de Seguridad Democrática de este Gobierno.
Sino hubiéramos desmontando
ese poder militar del paramilitarismo –que
está desmontado en muy buen porcentaje-,
distintas serían las cosas. Todo lo que
se ha venido aclarando es porque se ha recuperado,
nuevamente, en muy buena parte la institucionalidad.
En coherencia con eso, uno no
puede afectar la institución del Congreso
que es el órgano legislativo de control
político. Congresista que tenga responsabilidades,
que las asuma individualmente y que llegue el siguiente
de la lista, como lo prevé la Constitución.
La doctora Piedad Córdoba, en lugar de pedir
que renuncien en bloque los congresistas liberales,
lo que debería es ayudar a decir la verdad
y despejar incógnitas, que le cuente al
país también –para que los
colombianos puedan tranquilizarse sobre la materia-,
cuáles fueron sus relaciones con el ELN
y con las Farc.
J.G.: Usted
acaba de decirnos: cada congresista asuma su
responsabilidad individualmente. ¿Qué responde
a quienes han dicho que lo que ocurre es que
con esos mismos votos, con los cuales los uribistas
fueron elegidos congresistas, usted fue elegido
Presidente de la República?
Presidente de la
República:Veámoslo,
me gustaría verlo congresista por congresista.
Es que, la verdad es que yo en el 2002 llegué con
el apoyo de muy poquitos congresistas, inclusive
el Partido Conservador como partido, me vino
a apoyar días antes de la elección
presidencial cuando había ocurrido la
elección del Congreso.
Primero, para introducirle una
respuesta a ese tema, en todos esos departamentos
donde se cuestiona por esa presencia del paramilitarismo
en el 2002, yo perdí, salvo en el Magdalena
donde gané por 8 mil votos. Perdí ampliamente
en Córdoba, perdí ampliamente en
Sucre, ampliamente en el Cesar, en La Guajira,
en el Caribe colombiano, en Bolívar perdí,
en el Atlántico perdí, solamente
gané por 7, 8 mil votos. Ahí están
los datos de la Registraduría en el departamento
del Magdalena.
En mi departamento gané en
todas partes, menos en dos zonas de gran control
paramilitar: el Bajo Cauca y Urabá. Pero
si hay que mirar lo de cada congresista individualmente,
asumo la responsabilidad de contarle sobre cada
caso en particular.
J.G.: Por
lo menos de algunos de ellos, por ejemplo, en
el caso de 3 congresistas de Sucre que fueron
detenidos por orden de la Corte o de los 6 congresistas
de Magdalena y Cesar que ayer fueron llamados
a indagatoria por la Corte Suprema de Justicia.
Presidente de la
República: Primero, en
el departamento de Sucre, yo no perdí solamente,
me doblaron en el 2002.
Segundo, estos congresistas apoyaron
la legislatura de mi Gobierno, pero no estuvieron
conmigo en la elección del 2002. Quien quiso
estar conmigo fue Jairo Merlano, finalmente no
sé qué pasó, porque él
tuvo unas diferencias con Felipe Villegas, quien
era nuestro gerente de campaña en Sucre.
El doctor Merlano sí, posteriormente, apoyó con
toda lealtad la agenda legislativa del Gobierno.
La doctora Muriel BenitoRebollo,
hacía parte del Partido Conservador que
apoyó mi elección institucionalmente,
después de la elección del Congreso
en 2002 y antes de la elección presidencial.
Juan ManuelRuíz,
periodista: ¿Podemos seguir
con la lista, Presidente?
Presidente de la
República: Si, claro.
J.M.R.: Salvador
Arana, fue Gobernador de Sucre y también
Embajador de su Gobierno…
Presidente de la
República: Sí,
fue Gobernador de Sucre, elegido antes de que
yo llegara a la Presidencia. Cuando llegué a
la Presidencia, el Gobernador de Sucre, cuando
terminó la Gobernación de Sucre,
me dijeron que por favor lo nombrara en un
cargo diplomático, que lo iban a matar,
que tenían todas las amenazas y lo hice
y lo hice como hemos tenido en la diplomacia,
gente de otras orientaciones ideológicas.
Es cierto.
J.G.: En
presencia de usted, el Alcalde de Roble en el
departamento de Sucre, los acusó a todos
ellos de que lo iban a matar y luego lo mataron, ¿el
Gobierno tomó alguna actitud en ese momento
ante las denuncias de ese alcalde que luego sería
víctima?
Presidente de la
República: Primero, fue
en un Consejo Comunitario, públicamente.
Segundo, fui yo quien le dio
la palabra al Alcalde. Tercero, fui yo quien se
impuso para que el Alcalde pudiera hablar ampliamente.
Y cuarto, fui yo quien instruyó a las Fuerzas
Militares y de Policía, ese mismo día,
que había que darle toda la protección
y le pedí públicamente a la Procuraduría
y a la administración de justicia que investigara
esas denuncias, como ocurre en cada ocasión
en las cuales hay denuncia en un Consejo Comunitario.
Pero déjeme decir esto,
cual fue el Sucre que yo encontré: el Sucre
que encontré fue un Sucre, en el Golfo de
Morrosquillo, totalmente dominado por paramilitarismo
y narcotráfico y en los Montes de María
y de ahí hacia el sur, totalmente dominado
por Farc y narcotráfico. Vaya a ver hoy
cuánto lo hemos mejorado, gracias a nuestra
política de Seguridad y eso nos ha permitido
que todo esto –que no se conocía-
se vaya conociendo.
J.M.R.: Y
en el caso de los congresistas, por ejemplo,
Luis Eduardo Vives, de Convergencia Ciudadana
quien aparece también en el famoso computador
de ‘Jorge 40’, según el ex
jefe de informática del DAS, Rafael García,
dijo que recibió apoyo de ‘Jorge
40’ y del Bloque Norte de las Autodefensas
para representar al Magdalena y allí obtuvo
la mayor votación en ese departamento.
Presidente de la
República: Sí,
quiero decirle lo siguiente: él único
congresista del Magdalena que me apoyó a
mí hace cuatro años, abiertamente,
fue Miguel Pinedo. Inicialmente Sergio Diaz-Granados
(hoy viceministro de Desarrollo Empresarial)
me apoyó mucho, pero al final lo ví muy
frío, porque él ha sido muy cercano
siempre al Ministro Santos quien en esa época
no me apoyaba.
Elegido Luis Eduardo Vives y
elegido yo, Luis Eduardo Vives si apoyó mi
agenda legislativa.
Vinieron las elecciones del 2006,
en enero –y eso lo va a explicar bien esta
noche el Comisionado (Luis Carlos Restrepo) en
el Congreso... y quiero hablarle al país
con toda claridad, porque lo que quiero es que
el país vea cómo hemos avanzado en
Seguridad Democrática y que el país,
no vamos de dejar aquí, que las acciones
de la justicia que son normales, necesarias, se
interpreten como un hecho negativo. No, esto es
triste, pero es un hecho positivo para que el país
recupere la institucionalidad, por eso el Presidente
de la República quiere referirse a todos
estos temas y en detalle.
En enero de este año llegan
a la Presidencia, Juan Manuel Santos y Germán
Vargas Lleras, me dicen que tienen conocimiento
de una reunión de algunos aspirantes al
Congreso de la República con ‘Jorge
40’. Les dije: señores, yo les tengo
todo el respeto a ustedes, con eso que me han dicho
es suficiente, si estos señores estaban
en las listas nuestras, retírenlos. Y fueron
retirados, uno de ellos, Luis Eduardo Vives quien
había procedido como Senador, con toda la
decencia frente al Gobierno y con toda solidaridad
apoyando la agenda legislativa, fue retirado, ahí no
hubo vacilación.
Inclusive, yo había podido
hacer lo del pasado: guardar esas denuncias y esperar
que transcurrieran las elecciones. Eso no se hizo.
Toda denuncia que recibí en este proceso
electoral de inmediato la tramité, a riesgo
de lo que pasara. No repetí lo que había
ocurrido en el pasado: que a un Presidente de la
República le hicieron unas denuncias y el
país las vino a conocer después de
elecciones y él las había recibido
antes de elecciones, yo no. Denuncia que llegaba,
denuncia que formulaba públicamente a los
organismos de control y de justicia.
Se retiró a Luis Eduardo
Vives de nuestras listas. Ahora en el Congreso él
ha venido votando favorablemente los proyectos
del Gobierno.
Entonces, un colega de ustedes
me decía esta mañana: ‘pero
eso es inmoral’, no señor, es que
yo no lo apoyé para su elección al
Congreso, a pesar de que lo retiramos de las listas,
el pueblo colombianos lo eligió congresista
y mi deber es, de manera transparente, sin auxilios
parlamentarios, sin sobornos a través de
puestos, sin reuniones clandestinas, sino abiertamente,
de cara al sol, pedirle a todos los congresistas
que nos ayuden a aprobar la agenda legislativa.
Inclusive, en estos días
voy a pedirle a los que puedan ir al Congreso porque
no hayan sido recluidos, por orden de la Corte
Suprema de Justicia, en una cárcel, que
por favor acudan a cumplir el deber y que voten
favorablemente la agenda legislativa, que es una
agenda legislativa crucial para el presente y para
el futuro de este país.
Le he contestado allí,
también, lo del Senador Vives. Todo senador
por el que me pregunte, trataré de dar una
respuesta con la mayor objetividad.
J.G.: Usted
acaba de explicar el caso del Senador Vives,
recordando que fue expulsado de las listas del
Partido de La U, pero los candidatos expulsados,
en vísperas de las elecciones, fueron
a otros partidos uribistas, se inscribieron por
ellos y fueron elegidos como uribistas
Presidente de la
República: No, ellos no
fueron elegidos como uribistas, ahí hay
una equivocación de ustedes. Ellos me
han apoyado la agenda legislativa, es lo que
me han apoyado y le pido a todo senador… yo
vivo debatiendo sobre la agenda legislativa,
es mi deber sacarla adelante y ahora en este
momento, cuando faltan dos o tres semanas para
que termine este período de sesiones
del Congreso de la República, sí que
me tengo que poner con total diligencia a sacar
adelante la agenda legislativa.
Ellos fueron retirados de las
listas que en nombre de estas banderas debían
acudir a la elección del Congreso y el país
conoció exactamente cuáles fueron
esas listas. Ahora, esa numeración de tantas
listas es difícil, pero tratemos de hacerla –no
me vaya a dejar incurrir en una sola omisión-:
estuvo La U, el Partido Conservador, Cambio Radical,
Alas – Equipo Colombia, Colombia Democrática.
Estuvo El país de mis sueños, de
Enrique Peñalosa y estuvo Dejen jugar al
Moreno, de Carlos Moreno de Caro.
Quisiera no haber tenido una
sola omisión, estoy hablando de memoria,
si la tengo, la reconozco, pero hasta donde recuerdo
esa es, taxativamente, la lista de partidos que
concurrieron a la elección del Congreso,
en nombre de estas banderas.
J.G.: El
Senador Vives fue elegido por las listas de Convergencia
Ciudadana que dirige el Senador Gil, ¿no
son uribistas el Senador Gil, Convergencia Ciudadana
y el Senador Vives?
Presidente de la
República: Esto es, ellos
no acudieron a las elecciones del Congreso
con estas banderas, ahora sí me han
aprobado en el Congreso de la República
las leyes y necesito que las aprueben, porque
nosotros tenemos una agenda legislativa responsable,
conveniente para este país y no voy
a caer en la trampa de dejar que la oposición,
que no me vote esas leyes y no las aprueba,
sino que inventa todo pretexto para hacer oposición,
me lleve a mí a una decisión
política de perder unos votos en el
Congreso, que no los necesito para Álvaro
Uribe, los necesito para una agenda legislativa
que necesita la Patria.
Por ejemplo, el proyecto transferencias,
eso es de una gran urgencia nacional. No nos podemos
olvidar la crisis económica en que vivió el
país, de la cual no nos hemos reparado totalmente.
No nos podemos olvidar cómo se fue llevando
el país, paulatinamente, a esa crisis de
los años 99 y 2000, eso no surgió súbitamente.
El proyecto transferencias tiene un gran equilibrio:
fomenta la descentralización sin arruinar
a la Nación. Entonces necesito esas mayorías
en el Congreso para poderlo sacar.
La reforma tributaria tiene un
gran capítulo de incentivos a la inversión,
eso no lo podemos dejar ahogar ahora que el país
se ha convertido en un gran destino inversionista. ¿Nosotros
con 6 mil millones de dólares de inversión?,
no lo sonábamos. Cuando hay 1.800 ó 2.000
en hidrocarburos y el resto en los demás
sectores de la economía. Cuando el país
empieza a mejorar, no podemos dejar que eso se
estanque, que eso se reverse. Por eso para nosotros
es crucial la agenda legislativa, como también
la capitalización de Ecopetrol.
Entonces, distingamos entre los
partidos que acudieron con estas banderas a las
elecciones del Congreso y el apoyo que se le está dando
a la agenda legislativa en el Congreso de la República.
J.G.: En
ese mismo sentido y atendiendo su solicitud,
de hablar de los partidos que concurrieron a
la elección como uribistas, me gustaría
hablar de dos casos muy especiales. El caso del
senador Álvaro Araujo Castro, elegido
por Alas – Equipo Colombia, que usted acaba
de mencionarlo como uno de los partidos uribistas
que concurrieron así a las elecciones;
no sólo es Senador de la República,
es hermano de la Canciller (María Consuelo
Araújo) y algunas voces en el Senado –como
los voceros liberales y los voceros del Polo
Democrático, el senador Robledo, por ejemplo-,
están pidiendo la renuncia de la Canciller.
Presidente de la
República: Hablemos del
senador Álvaro Araujo Castro y de la
Canciller.
El senador Álvaro Araujo
Castro no me apoyó en el 2002. –Anoche
me decía el Director del DAS (Andrés
Peñate) que, fundamentalmente, estos son
hechos del proceso electoral que condujo a las
elecciones del 2002-. No me apoyó a mí, él
estaba con otro candidato, él estaba con
el oficialismo liberal. Él vino a apoyarme
a mí ya después, de elegido yo Presidente,
para apoyarme en la agenda legislativa. Eso es
muy importante tenerlo en cuenta. Y ahora yo apoyé a
Alas – Equipo Colombia, es cierto, pero miren
el momento en que se dan esos hechos que está investigando
la Corte, etcétera.
La Canciller de la República.
Yo no la conocía, en la campaña de
2002 algunas personas –entre ellas Alicia
Arango- me hablaban muy bien de María Consuelo
Araujo, me contaba que era una revelación
de la juventud, que había desempeñado
un gran papel en el Gobierno de Enrique Peñalosa
en la ciudad de Bogotá.
Además, yo hice por allá una
asociación mental: la última vez
que yo vi a Consuelo Araujo Noguera fue en el aeropuerto
de Valledupar –ya había dejado de
ser Ministra de la Cultura, por el nombramiento
como Procurador de su esposo, Edgardo Maya Villazón-,
yo llegué a Valledupar –en ese Cesar,
como en Córdoba, como en Sucre, como en
Atlántico, como en Bolívar, como
en la Guajira, yo perdí la elecciones monstruosamente
en el 2002, no las perdí por poquito-, yo
llegaba a buscar opinión, nos cruzamos en
el aeropuerto, ella salía para Washington
con unos niñitos vallenatos y yo entraba
y me dijo: ‘Álvaro, quiero hablar
con usted porque lo quiero acompañar’.
Después la secuestraron y la mataron y yo
me quedé con esa tristeza. La secuestró y
la mató las Farc.
Es que esas regiones estuvieron
muchos años en poder de las Farc, del EPL,
del ELN y los gobiernos nada hacían por
esas regiones y llegó el narcotráfico
y el paramilitarismo. Lo que encontramos hace cuatro
años fue la institucionalidad colombiana
superada por esos poderes irregulares. Lo que venimos
recuperando es el poder legítimo de la institucionalidad
colombiana.
Yo me quedo con esa tristeza
por Consuelo Araujo Noguera. Cuando en la campaña
del 2002 me hablan de María Consuelo Araujo
Castro, a quien no conocía, la vine a conocer
después de nombrarla Ministra de Cultura,
cuyo hermano aspirante al Senado no estaba conmigo,
yo siempre hice esa asociación mental con
Consuelo Araujo Noguera. Y sin conocerla, por referencias
de su desempeño en la administración
Peñalosa, nombré a María Consuelo
Araujo ministra de la Cultura.
Hizo una gran tarea, fue la única
capaz de reformar la Orquesta Sinfónica
Nacional, una de las reformas administrativas más
importantes de este Gobierno. En síntesis,
la volvió viable económicamente,
le quitó esos enormes costos y la sacó de
Bogotá y la llevó a las regiones.
Interpretó muy bien mi programa de País
de Lectores, de bandas de música. Hay que
ver cómo creció el país en
esos cuatro años en bibliotecas, en bandas
de música. El esfuerzo de María Consuelo
Araujo, transparentemente con gran personalidad,
con gran espontaneidad.
Ella tuvo que retirarse del Ministerio
porque su hermano aspiraba a ser senador y se incorporó a
mi campaña y allí hubo un gran grupo
de mujeres -voy a mencionar tres-: Anny Vásquez,
que siempre me ha acompañado; la actual
ministra de Comunicaciones, María del Rosario
Guerra; Claudia Jiménez quien me había
dirigido el programa de reforma del Estado y María
Consuelo Araujo. Una gran campaña de mujeres,
eso lo gerenciaba Fabio Echeverri y ellas cumplieron
un gran papel.
Cuando por razones conocidas
nombré a Carolina Barco, excelente Canciller,
Embajadora en Washington, dije: voy a nombrar a
María Consuelo Araujo ministra de Relaciones.
En ese momento obraron todos estos antecedentes
en mi mente y una responsabilidad: promover gente
nueva, para que en el futuro asuma liderazgo en
este país. Yo he nombrado mucha gente joven
en este Gobierno y por eso la nombré
Y hay que darle todo el respaldo
a la Canciller. Las responsabilidades penales son
individuales.
Uno no puede esconder la tragedia
colombiana. La tragedia colombiana muestra muchas
familias con gentes asesinadas por la guerrilla,
gentes asesinadas y secuestradas por los paramilitares.
Es que yo hablo con mucha familia colombiana que
me cuenta: ‘cómo le parece, un hijo
se me fue para las Farc, el otro para el ELN, el
otro para los paramilitares’.
Entonces, las tragedias a que
nos condujeron la debilidad, la falta de compromiso
oficial durante tantos años, para enfrentar
la violencia, yo no voy a dejar que esa tragedia
la pague el nuevo liderazgo joven de la Nación.
Es un momento duro para la Ministra, para el Gobierno,
pero confió plenamente en sus ejecutorias.
Ella está ahí,
por ninguna razón diferente a sus ejecutorias
y por ninguna consideración diferente del
Presidente de la República, a sus ejecutorias
y a la voluntad de nombrar gente joven que le garantice
a este país un buen liderazgo futuro.
No sé si ustedes querrán
preguntarme sobre la visita de ella a la Fiscalía.
J.G.: Pero
antes, para concluir con la lista que usted nos
propuso, de hablar de uno en uno de los casos
de los congresistas implicados por la Corte,
hay un caso particular del cual me gustaría
oír su opinión.
El partido Colombia Democrática
del senador Mario Uribe, que se presentó como
uribista a las elecciones, dos de sus congresistas
están en la cárcel en este momento
por orden de la Corte, Álvaro García
Romero y Eric Morris.
Presidente de la
República: Sí,
correcto. Primero, miren los hechos por los
cuales los investigan, creo que la mayoría
de esos hechos se dan con anterioridad a mi
ejercicio presidencial, inclusive a mi elección
presidencial, ahí sobre los años
90, a principios de los años 2000.
Segundo, ellos no me apoyaron
en el 2002. Tercero, ellos estaban votando favorablemente
la agenda legislativa del Gobierno, es cierto.
Y que la justicia investigue, mi deber como Presidente
de la República es apoyar a la justicia,
lo dije muy claramente el viernes hará dos
semanas en la Corte Suprema de Justicia.
J.G.: Volvamos
al caso de la Canciller. En el Congreso ha habido
revuelos, citaciones, debates, porque es evidente
que la Canciller fue a la Fiscalía a una
cita de ella con el Fiscal (Mario Iguarán),
acompañada de su hermano, el senador Álvaro
Araujo que ahora es citado a indagatoria por
la Corte. ¿A usted le parece natural que
eso ocurra?
Presidente de la
República: Voy a tratar
de referirme con la mayor sinceridad, de pronto
no objetividad –porque tengo gran aprecio
por mis colaboradores, pero con la mayor sinceridad-.
Primero, bueno o malo que ella
hubiera ido a la Fiscalía, ella ha mantenido
una agenda con el Fiscal, una agenda sobre cooperación
judicial... Cada vez que nosotros conversamos con
las autoridades de Estados Unidos o de Europa,
aparecen unos reclamos por unos casos del pasado
que no se han esclarecido, masacres anteriores
a este Gobierno, etcétera.
Segundo: ella le había
pedido la cita al Fiscal… yo le dije que
le hablara a los medios de comunicación
y ella habló la semana pasada y habló con
toda sinceridad. Ella cuando le pidió la
cita al Fiscal fue para hablar temas institucionales
y que le iba preguntar temas de su familia. Ella
no lo hizo a hurtadillas, no lo hizo a escondidas.
Tercero, que fue Álvaro
Araujo con ella. Hombre, supongamos que eso no
quede bien Juan, pero él no necesitaba ir
con ella, él es amigo del Fiscal y el Fiscal
le da cita a los parlamentarios, ese día
allá había un poco de parlamentarios
distintos a él –según me han
contado-. Los parlamentarios vienen a Bogotá al
parlamento, a comidas, a cócteles, a reuniones
políticas y recorren todos los despachos
oficiales. Pero ¿sabe qué salvo yo?:
que ella ha tenido el valor de decirle al país: ‘hablé temas
instituciones y le pregunté por mi familia,
qué había contra mi familia’,
ella lo ha dicho.
Y ¿sabe qué salvo
yo?: es muy de la usanza, en el manejo sibilino
del poder, hacer esas reuniones a hurtadillas,
a escondidas. Ella no. No la hizo a escondidas
ni la ha negado. Entró a la Fiscalía
y salió de la Fiscalía por donde
la podían ver, ella no buscó alcantarillas
para llegar a la Fiscalía ni salió con
disfraz. Eso es una cosa buena de las nuevas generaciones.
Yo prefiero eso que esa actitud taimada del poder
sibilino, prefiero esa espontaneidad.
Y por eso, basado en todos estos
hechos, le voy a pedir al país que rodeemos
la Canciller, independientemente de lo que le pase
a su hermano, el Senador, rodeémosla por
sus antecedentes, por su espontaneidad.
¿Que la representación
internacional de Colombia? ¡Por Dios! Que
entienda la Comunidad Internacional que aquí hay
un país de instituciones, que la responsabilidad
penal es individual, que aquí no estamos
ocultando nada.
¿Que la imagen? ¡Hombre!,
nada peor que sepulcros blanqueados. La imagen
es los hechos, un país que está enfrentando
todas estas dificultades.
¿Que la extradición?
Un Gobierno que lleva casi 500 extraditados, es
que nosotros no tenemos de qué avergonzarnos.
Si nosotros tuviéramos miedo de qué avergonzarnos,
de pronto uno se esconda en la Canciller, que tiene
un hermano llamado en indagatoria por la Corte
Suprema, pero nosotros no tenemos de qué avergonzarnos,
aquí hemos procedido de cara al sol, por
eso yo no voy a mandar a que la respalden, yo he
asumido la responsabilidad de respaldarla. Yo me
voy a quedar aquí agazapado, calculador,
a ver qué le pasa. Una muchacha de 35 años,
buena líder, honrada, con futuro y el Presidente
de la República de 54 (años), dando
el mal ejemplo de estar por ahí, como un
gato agazapado, viendo a ver qué le pasa.
Nooo, yo no voy a calcular a ver qué le
pasa, uno tiene que salir sin cálculos,
claramente a respaldarla mientras lo merezca y
ella lo ha merecido.
J.G.: Acaba
de decir que es mejor que la Canciller haya actuado
así, abiertamente y de manera sibilina
o por las alcantarillas, pero también
ha dicho que no le parece bien, “no quedó bien”,
fue la expresión que usted usó,
no queda bien que la Canciller haya ido con su
hermano a visitar el Fiscal. ¿Quiere usted
ampliarnos su punto de vista sobre ese tema específico?
Presidente de la
República: Yo
se lo pregunté a ella y ella, con toda
franqueza, me dijo: ‘le pedí al
Fiscal una cita el sábado –que
me lo confirmó el Fiscal, yo soy cuidadoso,
yo verifico estos temas antes de pronunciarme
sobre ellos-‘, tanto ella como el Fiscal
me dicen que ella pidió la cita el sábado.
Le dije: ¿para qué pediste la
cita? Me dijo: ‘Presidente, para temas
institucionales y con la intención de
preguntar qué pasaba con mi familia’,
preocupada por eso. Me lo dijo con toda franqueza.
Ella llega de Washington conmigo,
tal vez el miércoles, yo me quedo en Medellín
en tres o cuatro reuniones esa tarde, llego a Bogotá a
las 12 de la noche y ella va a la Fiscalía.
Ella dice que Álvaro Araujo la llamó por
teléfono y se fue para la Fiscalía
tan pronto ella supo. Ella me dice: ‘Presidente,
es mi hermano y no me atreví a decirle que
no’, yo iba sola y sola iba a preguntar qué pasaba
con mi familia.
Allá había otros
congresistas, el Fiscal mismo me dijo: ‘yo
soy amigo de Álvaro Araujo –me dijo
el Fiscal-, muy amigo’, la verdad es que
no quedó bien que él se fuera con
ella, pero ella lo hizo espontáneamente,
se la contado espontáneamente al país,
ella no entró allá oculta, no entró por
las alcantarillas, no entró disfrazada.
Entonces, ahí también hay unos elementos
de buena fe, de espontaneidad que hay que premiar.
A mí no me gustan las
apariencias de los sepulcros blanqueados. A mí me
gusta más la gente auténtica, así cometa
errores.
J.G.: ¿Por
todo lo anterior, estaría en lo correcto
si digo: pase lo que pase con su hermano, el
senador Álvaro Araujo, el presidente Uribe
mantendrá a la Canciller?
Presidente de la
República: Así es
Juan, mientras ella lo merezca, por sus propias
y personales actuaciones.
Javier Ayala, periodista: En
las últimas horas se ha planteado la posibilidad
de una revocatoria del mandato del Congreso,
inclusive algunos parlamentarios han dicho que
valdría la pena cerrar el Congreso, convocar
unas nuevas elecciones, frente a la situación
jurídica que viven varios congresistas, ¿cuál
es su opinión, usted cree que vale la
pena seguir hablando o especulando sobre el cierre
del Congreso?
Presidente de la
República: Yo
les voy a hacer una pregunta a ustedes. La
mayoría de estos hechos son anteriores
al 2002 y el país los ha venido enfrentando
y el Gobierno los ha venido enfrentando, con
toda determinación, ¿el proceso
que vivimos es de recuperación o de
empeoramiento? Es un proceso de recuperación, ¿para
qué vamos a cerrar el Congreso en un
proceso de recuperación?
Además, este es un país
democrático, es un país donde el
Presidente de la República tiene que ceñirse
es a la Constitución y es un país
de instituciones, la responsabilidad penal es individual.
Por mi mente no ha pasado buscarme argucias para
cerrar el Congreso, para revocarlo. ¡Ni riesgos! ¡Por
Dios!, ¿después de la ley de garantías
que a mí me impusieron? ¿Eso es lo
que se está olvidado de cómo transcurrió este
proceso?, ¿después de que el Presidente
de la República, todas las denuncias que
hubo en la elección de Congreso, no se las
guardó, sino que las tramitó?
¿Yo acaso tengo remordimientos,
acaso tengo por allá guardados que me dijeran
que fui cómplice con anomalías en
la elección del Congreso? ¡No! Este
es un país de instituciones. Congresista
que vaya a la cárcel, que venga el siguiente
de la lista y lo reemplace y que siga la institución
legislativa y el control político.
J.A.: ¿O
sea que en este momento, por ejemplo, se descarta
cualquier posibilidad de que a instancias del
Gobierno se empiece a hablar en Colombia de una
Asamblea Constituyente, ese tema que tanto se
especula en los pasillos, no tiene asidero de
parte del Gobierno?
Presidente de la
República: Se descarta,
claramente.
Yo le iba a hablar esta mañana
una emisora de Tunja, me dijeron: ‘Darío
Arizmendi está hablando de esto’,
dije: ¡por Dios!, ahí mismo lo llamé.
Colgué con él y me dijeron: ‘Juan
Gossaín quiere hablar con usted’ y
dije: llamen ya a Juan, llámenlo ya y mañana
le hablaré a esta emisora de Tunja. Ustedes
saben que yo mantengo la disciplina de 6:00, 6:30
de la mañana, de tratar el tema de orden
público y a las 7 de la mañana le
hablo a alguna emisora regional, pero hoy hice
la excepción porque es que este país,
ahora que está mejorando, que todos los
indicadores mejoran, no podemos dejar que reverse
y el Presidente de la República tiene que
estar en la primera línea, ejerciendo liderazgo.
Primero, yo no me voy a inventar
argucias para revocar el Congreso.
Segundo, yo no tengo motivos
de remordimiento, las quejas que a mi me pusieron
antes de la elección del Congreso, las tramité.
Cuando vinieron aquí con la queja de unos
aspirantes al Congreso que se habían reunido
con Autodefensas, inmediatamente acepté que
los retiraran de las listas y le pedí a
la Fiscalía y la Corte Suprema que investigaran
eso. Yo, directamente, llamé al Fiscal General
de la Nación y el país lo supo. Eso
da autoridad para decir: defendimos la institución
en el proceso eleccionario, ahora defendamos la
institución para que cumpla su tarea de
control político y su tarea de legislar.
J.A.: En
ese mismo orden de ideas, se ha visto en los últimos
días una crisis en las bancadas uribistas
en relación con La U, por ejemplo, en
relación con la desintegración
de otro de los partidos uribista, ¿qué opina
usted de esta crisis que está planteando,
a nivel directivo de los partidos uribistas?
Presidente de la
República: Ese es un tema
político sobre el cual tengo que ser
muy prudente y lo único que aspiraría
es que, en bien del futuro democrático
del país, de nuestras tesis, de la agenda
legislativa que hoy urjo al Congreso para que
la apruebe, lo único que les pediría
es que por favor mantengan los canales de comunicación.
J.G.: Presidente
Permítame volver a un tema que usted mencionó al
principio de esta entrevista, dijo, textualmente: ‘que
la senadora Piedad Córdoba le explique
al país sus vínculos con las Farc
y el ELN’. Presidente, ¿el Gobierno
tiene información de vínculos de
la senadora con esos dos grupos guerrilleros?
Presidente de la
República: Que
lo explique ella porque es muy importante que
todo eso se sepa. Es que es muy complicado
que amigos de las Farc y del ELN estén
pidiendo renuncias del Presidente de la República,
cuando el Presidente de la República
ha sido un combatiente, seguramente con errores,
pero con la espada sobre la mesa.
Y esto es complicado, que quienes
participaron en aquel grupo, que con dineros del
narcotráfico incendió el Palacio
de Justicia, quieran hoy fungir de catones morales
de la Nación. Es que es complicado que lo
quieran hacer, justamente, cuando el país
ha corregido errores, cuando la nueva ley de Justicia
y Paz es la primera en Colombia, que además
de buscar reconciliación, busca justicia
y busca reparación y busca verdad.
En el pasado no se exigía
eso. Yo mismo, como congresista, voté por
el reindulto del M – 19 y hoy hay gentes
que estuvieron en el M – 19, como Everth
Bustamante (actual director de Coldeportes) y Rossemberg
Pabón (acutal director de DANSOCIAL), que
están en este Gobierno.
J.M.R.: Concretamente, ¿a
quiénes se refiere usted en la actualidad
y considera usted que hay más congresistas,
aparte de lo que usted ha dicho de la senadora
Piedad Córdoba, que podrían tener
vínculos o simpatías con el ELN
y las Farc?
Presidente de la
República: Que
los expliquen, que los expliquen y que así como
por ahí vi que uno salió a contar
en el período El Tiempo una reunión
con el paramilitarismo, una reunión
antes de mi elección, una reunión
de congresistas de esa época, una reunión
que nada tuvo que ver con mi elección –y
usted sabe a qué me ha llevado eso,
tema del cual podemos hablar, porque el Gobierno
le aceptó ayer la renuncia al doctor
(Luis Carlos) Ordosgoitía-.
Entonces, en este largo recorrido
yo sí que he conocido gente de aquellos
que me han dicho a mí fascista y paramilitar,
que lo que quieren es defender a las Farc y al
ELN. Como son de altaneros y como le hacen el asco
al paramilitarismo y como son de serviles con las
Farc y el ELN. ¡Ave María! y cómo
lo he conocido al nivel de candidatos a la Presidencia,
y no se atreven a decir que son amigos de las Farc
y del ELN, lo que dicen es que ‘Uribe es
fascista’ y que ‘Uribe es paramilitar’ y
no confiesan sus inclinaciones.
¡Que ayuden!, que ayuden
a que país haga verdad en esto, porque nos
va a tocar dar esta batalla por preservar la institucionalización
colombiana, la recuperación de la institucionalidad,
que estaba rebasada, que estaba derogada por los
poderes de facto de la guerrilla y el paramilitarismo.
La batalla para que el país siga su curso
de progreso y la batalla para que la guerra política,
que es una expresión de la guerra sucia,
no nos afecte la política de Seguridad Democrática.
Esta entrevista la estoy respondiendo
aquí, en presencia de los generales (Fredy)
Padilla de León (comandante de las Fuerzas
Militares) y (Mario) Montoya (comandante del Ejército)
-el Ministro (de Defensa, Juan Manuel Santos) no
está porque está en México
y General (Jorge Daniel) Castro Castro cumpliendo
una tarea que le encomendé para recuperar
la seguridad en Cali, lo mismo el General Oscar
Naranjo (comandante de la DIJIN). Porque lo que
no podemos permitir es que la guerra política,
que es una expresión de la guerra sucia,
a la cual saben acudir defensores de oficio de
poderes de facto, nos afecte la Seguridad Democrática.
J.G.: En
estas dos últimas respuestas, usted ha
hecho un par de alusiones que me gustaría
precisar. Usted dice: ‘quienes tenían
vínculos con los que se tomaron el Palacio
de Justicia, ahora piden la renuncia del Presidente
de la República’, eso es el M-19, ¿a
quiénes se refiere concretamente en ese
caso?
Presidente de la
República: No, déjelo,
el país sabe quiénes estaban
en esa organización y quienes fungen
hoy como catones morales de la Nación,
con ilimitadas aspiraciones políticas.
Es que eso es muy importante
ver la secuencia: a ellos se les perdonó todo,
el perdón fue total, no obra ese delito
como impedimento para que lleguen al Congreso,
critiquen, aspiren a la Presidencia de la República.
En la ley de Justicia y Paz,
ahora, para los nuevos desmovilizados, las cosas
fueron distintas. Fue una ley que no removió los
obstáculos constitucionales que impiden
que aquellos condenados por delitos distintos al
delito político o al homicidio culposo,
puedan llegar al Congreso de la República.
Los desmovilizados que tengan cuentas por otros
delitos no pueden llegar al Congreso de la República.
Para delitos los delitos atroces,
ahora, no hay amnistía ni indulto, como
lo hubo en el pasado.
Y seguramente, cuando vayamos
a negociar con las Farc y con el ELN –y esto
se lo he dicho al país con mucha claridad-,
hay que prepararnos. Porque esta ley de Justicia
y Paz, que le ha parecido tan mala a los críticos
del Gobierno –que porque la consideran muy
benigna con los paramilitares-, en ese momento
la van a considerar muy dura con las Farc y con
el ELN.
Y cada rato propongo ese desafío
porque al Presidente le toca advertir cosas que él
cree, pueden pasar en el futuro y no me lo han
contestado. Pero verá usted que en su momento,
grandes críticos de esta ley, porque le
tienen asco a procesos de paz con el paramilitarismo,
que han dicho que esta ley es más benigna
con los paras y van a pedir una ley más
benigna, que perdone todo, para poder negociar
con las Farc y con el ELN. O sea que esta secuencia
viene de atrás y hay que proyectarla hacia
delante.
Yo le digo una cosa, Juan: si
hubiera un proceso con las Farc o con el ELN y
hubiera que hacerle unas reformas a esta ley, yo
estaría dispuesto a estudiarlas. Y eso lo
he dicho claramente porque nuestra firmeza es total
para derrotar militarmente el terrorismo o para
sacar adelante procesos de reconciliación.
¿Usted quiere dejar por
fuera el caso del doctor Ordosgoitía o quiere
preguntar sobre eso?
J.G.: No,
es que quería precisar primero, para no
ir saltando de un tema al otro, no es cierto.
También acaba de decir usted: ‘los
amigos del M – 19 que se tomó el
Palacio de Justicia o los amigos de las Farc
y del ELN, ahora son hasta candidatos presidenciales’,
con franqueza ¿se refiere a Horacio Serpa
Uribe?
Presidente de la
República: No,
no, no. Déjeme, sin hablar de nombres,
cada cual responda por lo suyo. Yo llevo muchos
años enfrentando todos los cargos que
me hacen y defendí las Convivir en Antioquia,
con toda determinación. Fui responsable
de las que se crearon en Antioquia, la responsabilidad
nunca la negué, se aprobaron en la época
más de 600 y yo asumí la responsabilidad
por las de Antioquia. Está bueno que
asumieran la responsabilidad por el resto y
lo hice, en la convicción que ahora
he tenido con los cooperantes: el país
necesita la integración de la Fuerza
Pública con la ciudadanía, por
eso tenemos ahora más de tres millones
de cooperantes, es sano y necesario.
Y usted recuerda todo el debate
que se generó sobre mi. Que ‘Uribe
paramilitar’, que ‘el amigo de los
paramilitares’, ‘que amigo de Castaño’,
que amigo del uno, del otro, que ‘Uribe fascista’ etcétera.
Usted ha visto como he enfrentado todo eso, con
una advertencia muy clara, que la he repetido desde
hace muchos años, para cuidar mis convicciones
de autoridad: jamás, jamás he tenido
relación con los paramilitares. Ni una sola
reunión.
Y la Fuerza Pública colombiana,
que entró al quinto año bajo mi conducción,
sabe que lo que siempre le he dicho en privado
ha sido consistente con lo que he dicho en público.
He sido un comandante de la Fuerza Pública,
por mandato constitucional, quizás con errores
pero con toda transparencia. Ninguno de ellos puede
inferir de una frase mía, en las miles de
reuniones privadas, un mal ejemplo o una indebida
insinuación. Hemos procedido, seguramente
con errores, pero con toda la transparencia. Que
todos los dirigentes políticos se esculquen
y le digan al país sobre el papel que algún
momento cumplieron o han cumplido.
J.G.: Presidente ¿por
qué le aceptó la renuncia a Luis
Carlos Ordosgoitía en el Instituto Nacional
de Concesiones (INCO)?
Presidente de la
República: El domingo
en la noche, en Santiago de Chile, en presencia
de Alicia Arango y Ricardo Galán, secretaria
privada de la Presidencia y jefe de comunicaciones
de la Presidencia, hice dos llamadas: una a
Miguel Alfonso de La Espriella, senador de
la República y otra a Luis Carlos Ordosgoitía.
A Miguel Alfonso de La Espriella
le dije: ¿Senador, usted conoce de algún
involucramiento del Presidente de la República
con los paramilitares? Dijo: ‘no, no Presidente,
de ninguna manera’ Le dije: yo no le pido
que me defienda ni defienda el Gobierno, yo le
pido que diga al país la verdad total. Y
me contó esa reunión que yo no conocía.
Una reunión de congresistas líderes
políticos con jefes paramilitares, antes
de mi Gobierno, que nada tiene que ver con mi Gobierno
ni con mi candidatura presidencial, en ciernes
en ese momento.
Y entonces me preocupó porque
en esa reunión, el actual director del INCO,
que era congresista, participó. Llamé al
doctor Ordosgoitía, le dije: ¿usted
participación en la reunión? y me
dijo: ‘es cierto Presidente, estuve allá y
firmé un documento’. Me dijo esto,
que el Presidente Pastrana lo había autorizado
a él para hacer unos contactos con los paramilitares
para un proceso de paz. Le pregunté: ¿qué dice
el documento que firmaron –a propósito
Juan, ayer en un comunicado de prensa pedí que
ese documento se le revelara al país, si
yo lo tuviera lo haría revelar-…
J.G.: …Y
yo conté esta mañana, en un confidencial,
Presidente, que hasta ahora que se sepa no hay
copias, todas fueron destruidas.
Presidente de la
República:…que lo
entreguen a la justicia y que se lo revelen
al país.
Entonces Ordosgoitía me
dice que él firmó ese documento.
Le dije: ¿qué decía ese documento,
usted tiene copia? Me dijo que no tenía
copia, me dice que ese documento era una declaración
para buscar la paz. Él lo califica como
un documento que no tenía ninguna línea
delictiva, que era una declaración para
buscar la paz.
Entiendo que ayer en la mañana,
algún vocero del ex Presidente Pastrana
dijo que Ordosgoitía no estaba autorizado
para esa reunión, entonces ahí entra
uno en una discusión: la autorización
que le había dado el Presidente Pastrana –y
que él dice que está en el libro
del Presidente Pastrana, que la tiene también
el libro de Jorge Lezmes y el libro de Carlos Castaño-,
uno se pregunta: esa autorización sí,
era una autorización general, Ordosgoitía
dice que él entendió que con esa
autorización él podía ir a
esa reunión, pero también hay otra
tesis y en esto hay que respetar mucho totalmente
al anterior Gobierno, que Ordosgoitía no
estaba autorizado para esa reunión. Entonces
ahí hay una contradicción, él
dice: ‘yo tenía una autorización
general’, un vocero del ex Presidente Pastrana
dice: ‘no estaba autorizado para esa reunión’.
Para el Gobierno que yo presido,
hasta ahí es muy difícil la decisión,
pero enseguida él aparece firmando ese documento.
Entonces, ahí es donde digo: firmó el
documento, así hubiera tenido la autorización
para reunirse con ellos en busca de un proceso
de paz, de ahí no se infiere que tenga la
autorización para firmar un documento con
un grupo ilegal. Por eso nosotros, en el comunicado
ayer decimos que no debe haber funcionarios en
el Gobierno Nacional, con el precedente de haberse
reunido o de haber firmado acuerdos con grupos
ilegales, sin la autorización del Gobierno
Nacional correspondiente.
Esa es la razón por la
cual yo le acepto ayer la renuncia a Luis Carlos
Ordosgoitía y que está consignada
en un comunicado de prensa.
J.A.: En
las últimas horas también se ha
planteado la posibilidad de una especie de ley
de perdón y olvido o por lo menos una
ley especial para los congresistas involucrados
en todas estas conversaciones, desde el año
98, en relación con los paramilitares. ¿Tiene
usted una opinión sobre esa iniciativa?
Presidente de la
República: Yo creo que
hay que avanzar hacia la recuperación
de la seguridad total, nuestro objetivo es
una Colombia sin guerrilla, sin paramilitares,
sin narcotráfico y respetando el ordenamiento
jurídico.
Los jueces, los magistrados de
la República, en su independencia, en su
sabiduría, mirarán en qué casos
una persona fue a una reunión por una coacción,
por temor, por una razón humanitaria, a
buscar la liberación de algún pariente
y en qué casos fue con la premeditada decisión
de constituir con ese grupo ilegal un concierto
para delinquir. Serán los jueces de la República
los que vayan trazando los mojones. Esperemos que
avancen los jueces de la República, confiemos
en la justicia.
J.M.R.: En
relación con el mismo documento que sirvió de
base para que usted le pidiera la renuncia a
Luis Carlos Ordosgoitia, ¿qué pasaría,
por ejemplo, si aparece ese documento y se conocen
finalmente los nombres de los congresistas que
lo suscribieron, usted les pediría a esos
congresistas que se retiraran o le retiraran
su apoyo a usted, por las mismas razones por
las cuales el señor Ordosgoitía
no podía seguir en el Gobierno?
Presidente de la
República: Una cosa es
el Congreso, otra cosa es el Gobierno y el
Congreso tiene un órgano que administra
justicia sobre la conducta de sus integrantes,
que es la Corte Suprema de Justicia. El Gobierno
no puede suplantar a la Corte Suprema de Justicia,
por eso dejemos que avance la justicia.
Juan, ¿sabe que ahora
que firmamos ese acuerdo con Chile, he encontrado
todos los días creciente confianza para
invertir en Colombia?
J.G.: ¿Cómo
va la inversión?
Presidente de la
República: Bien, muy grande,
por eso no podemos dejar que esto se descomponga.
Esto es doloroso pero lo que está pasando
es una consecuencia de que el país ha
empezado a derrotar esos poderes ilegales.
Esto no se habría dado
si el paramilitarismo tuviera ese poder que tenía
hace cuatro años. Hay que recordarle al
país que de los 67, 68 líderes paramilitares,
hoy 65 están en La Ceja, en condiciones
carcelarias. Que de los 30 mil desmovilizados hay
más o menos 600 reincidentes, un porcentaje
pequeño pero un número muy alto como
cifra absoluta, que los estamos persiguiendo con
toda la decisión. Que hay orden a las Fuerzas
Militares de capturar a Vicente Castaño.
Hay que recordarle al país
que la guerra sucia tiene una expresión
que es la guerra política y la guerra política
buscará ahora, por todos los medios, desacreditar
la política de Seguridad Democrática.
No lo podemos permitir.
Me voy ya, al Congreso Nacional
Cafetero, a hablar con los cafeteros un temita: ¿cómo
cofinanciamos la renovación de 300 mil hectáreas
de café, en poder de pequeños propietarios
campesinos, para que el país vuelva a producir
16 ó 17 millones de sacos al año,
ahora que todo indica que el mercado mundial del
café va a pasar de 120 millones de sacos
a 150 millones de sacos?
O sea que no podemos dejar que
se salga del camino el proceso de recuperación
de la Nación. Cualquier tema Juan y sus
compañeros, Javier Ayala y todos allá,
estaré a disposición de ustedes.
Por ahora les agradezco mucho y si no tuvieron
una pregunta urgente para el día de hoy,
me despediría para ir al Congreso Nacional
Cafetero.
J.A.: Presidente
yo no puedo dejar pasar la oportunidad de una
pregunta económica al final y es que ¿usted
cree que el efecto del escándalo, dijéramos
parapolítico, va a tener resultados negativos
en el proceso económico? ¿Usted
vislumbra algún problema económico
en el dólar, en la inversión, por
el escándalo político?
Presidente de la
República: Hay que decirle
al mundo lo siguiente: están apareciendo
hechos que se sucedieron en el pasado y están
apareciendo gracias a que la política
de Seguridad Democrática está derrotando
los poderes de facto, que por debilidad del
Estado y de Gobierno, se enseñorearon
para mal de nuestra Nación durante mucho
tiempo.
La historia será objetiva
y hará el recorrido de cuántas décadas
permanecieron esos departamentos en poder de la
guerrilla, sin presencia estatal, en cuántas
décadas y después llegaron el narcotráfico
y los paramilitares. Esas reuniones quedaron entre
poderes y regulares de facto y eso lo empezamos
a recuperar hace cuatro años, con toda la
determinación. Falta mucho, por ejemplo
voy a hablar con los generales sobre la necesidad
de capturar unos bandidos, me preocupan unos asesinatos
que ha habido en Medellín, en estos días,
hemos estado enfrentados a todo lo que es el desmonte
de esas milicias de las Farc en Cali. Creo que
la situación de Cali, que la trataron de
descomponer, la hemos enfrentado y vamos mejorando.
Voy a hablar con los generales
la necesidad de capturar un bandido que llaman “El
Gordo Barrera” y que parece que es el principal
narcotraficante en los Llanos Orientales, quien
le está comprando toda la coca a las Farc
y quien ha hecho mucho daño a las instituciones
del Llano.
O sea que este proceso tiene
que seguir, pidámosle a mi Dios que nos
ilumine, que nos ayude a trabajar por la Patria
y que no permitamos que esto se reverse.
Muchas gracias a ustedes. |