ENTREVISTA
PRESIDENTE URIBE A RCN RADIO
Febrero 20 de 2007
Pregunta:
Para empezar de una vez con el tema, ¿cuál es el mensaje
que usted quiso enviarle al país y a la comunidad
internacional con el nombramiento de Fernando Araújo
como Ministro de Relaciones?
Presidente
de la República:
Ayer hubo un comunicado a las cuatro de la tarde, muy corto,
en el cual digo que se ha nombrado Ministro de Relaciones
al doctor Fernando Araújo Perdomo. Digo ciudadano
reflexivo, quien ha sufrido en su propio ser la tragedia
nacional que estamos empeñados en superar. Es que
el país ha vivido una profunda tragedia. Yo tengo
fe que la estemos superando.
Yo conversé con el doctor Araújo hace algunas
semanas, largamente, y quedé muy admirado de la
manera como ve el país, su futuro. Le escuché unas
reflexiones muy importantes, además de manera tranquila,
desprevenida.
Y le voy a contar: poca televisión alcanzo a ver
en las madrugaditas. Mientras hago deporte, veo por ahí algún
canal. Y estaba viendo una canal internacional, tal vez
la BBC, y mostraban la renuncia de la Canciller, pero titulaban
la noticia diciendo que había sido nombrado Ministro
de Relaciones Exteriores, quien estuvo seis años
secuestrado por las Farc. Y entonces extrañamente
hablaron como un minuto de Colombia. Y me pareció que
el nombramiento del doctor Fernando Araújo empezaba
a generar una inquietud internacional distinta.
No se limitaron a decir simplemente
que había renunciado
la Canciller, a hablar de la parapolítica, que ahora
está apareciendo y que es de tiempo atrás,
anterior a este Gobierno, sino a mostrar la realidad colombiana,
que me parece de gran importancia.
Me parece de gran importancia que el mundo vea, conozca
el mensaje de la tragedia nacional, no sesgadamente, sino
en todas sus expresiones.
Pregunta:
Usted acaba de mencionar que vio esta madrugada en BBC
Televisión
el informe sobre el nombramiento de Fernando Araújo.
Nos llegó este informe, aquí lo tengo en
mis manos, precisamente, coincidencialmente, porque la
BBC es nuestro asociado en Inglaterra. El título
del informe a que usted alude es este: ‘Ex rehén
de las Farc, designado Canciller de Colombia: de escapar
de la guerrilla a dirigir la diplomacia de su país’.
Pero también agrega ese informe de la BBC de Londres
esta consideración: ‘El nombramiento de Fernando
Araújo como nuevo Canciller fue una hábil
jugada maestra del Gobierno colombiano, pero el Gobierno
tendrá ahora obstáculos en el camino por
dos razones’, dice la BBC. ‘Primero, para conseguir
la aprobación del Tratado de Libre Comercio en el
Congreso de Estados Unidos, que parece reacio a hacerlo.
Y segundo: ¿Está seguro el Gobierno colombiano
de la recuperación sicológica del nuevo Ministro,
después de seis años de secuestro?’.
Le traslado a usted esa pregunta.
Presidente
de la República:
El tema del TLC la verdad es que ese ha sido un tema muy
difícil. Vamos a remontarnos al principio. O como
es más largo empiezo por lo del doctor Araújo.
La verdad es que el país entero lo ha escuchado,
desde la primera semana de enero, cuando fue liberado.
Creo que lo han entrevistado en todas las revistas, en
todas las emisoras, en todos los programas de televisión.
Yo no había tenido oportunidad de hablar en la
vida con él. Él dice que poco antes del secuestro,
cuando yo empezaba la candidatura presidencial, estuvo
en una reunión conmigo en Cartagena.
He hablado mucho con su padre,
con sus hermanos, con Luis Ernesto, su hijo, quien ha
trabajado conmigo, a quien admiro
mucho. Y tuve oportunidad de hablar primero con el doctor
Araújo, minutos después de haber llegado él
a nuestro cerco militar en la zona donde lo estábamos
buscando. Hablé con él a través de
un teléfono satelital.
Estaba más afectado sicológicamente yo.
Quedé impresionado por su serenidad, la manera reflexiva
como se expresaba. En cambio yo estaba muy afectado, porque
pasaron por mi mente tantas cosas de la vida en el momento
en que lo rescatamos.
Y después hablé con él aquí,
en la Presidencia de la República, largo rato.
Tengo plena confianza en él. Y creo que su padre,
con quien he hablado mucho, es un ciudadano de ejemplar
sensatez. O sea que tengo toda la confianza en el doctor
Araújo.
El TLC: primero, fue muy difícil empezar a negociar.
Aquí no había claridad y en los Estados Unidos
no había voluntad. En Colombia había habido
intentos en el pasado. Por eso el presidente (Alfonso)
López Pumarejo hizo un TLC con los Estados Unidos,
que la Guerra no lo dejó aplicar. Después
hubo intentos de carteras ministeriales, que no alcanzaron
a unificar el criterio de los gobiernos.
Nosotros presentamos la propuesta
como una voluntad de gobierno, y recuerdo que en Estados
Unidos había
mucho desánimo para negociarlo. Logramos negociarlo
con muchísimas dificultades. Usted sabe que los
TLC con Centroamérica apenas pasaron en el Congreso
de Estados Unidos por un voto, casi no pasan, y que la
campaña actual que se acaba de hacer en Estados
Unidos es una campaña de nuevo proteccionismo. Eso
todo causa dificultades.
Ahora, tenemos que mirar un tema
político con los
Estados Unidos. ¿Cuál es la integración
que quiere con nuestros países? Esto va más
allá del tema comercial. Hay un tema político: ¿Cuál
es la integración que quiere con nuestros países?
Esto es difícil, pero estamos haciendo todo el esfuerzo.
Ahora, hablemos de la parapolítica y el TLC. ¡Por
Dios! Si algo puede decir este Gobierno es que está desmontando
el terrorismo, que se había apoderado de Colombia.
¿De dónde viene lo que este Gobierno encontró y
lo que este Gobierno está desmontando? Eso es muy
importante y eso se le puede presentar a cualquiera en
el mundo.
Yo lo único que pido es objetividad. Que los analistas
empiecen a mirar de dónde viene lo que se está destapando.
Y que empiecen a ver que, gracias a la política
de Seguridad Democrática, se ha venido restando
poder a la guerrilla y se ha venido desmontando el paramilitarismo.
Y que gracias a la Ley de Justicia y Paz, en Colombia hay
un proceso de paz, pero con verdad y con reparación.
Cuando titulan: ‘Comienzan estragos de parapolítica’,
deberían pensar de dónde viene eso. Y deberían
por lo menos poder un subtítulo amable, de que gracias
a este Gobierno se está desmontando.
Es que no se puede jugar contra
los intereses del país. ¡Por
Dios! Yo creo que si hay alguna cosa importante que ha
reunido a las grandes mayorías colombianas, es buscar
que la economía colombiana se inserte en la economía
mundial. Buscar mercados para generar oportunidades de
empleo para nuestros compatriotas.
No somos nosotros los colombianos
los que podemos frustrar eso, distorsionando la verdad.
Y la verdad es que este
fenómeno de la parapolítica es un fenómeno
que lo pone en evidencia este Gobierno, gracias a la política
de Seguridad Democrática y a la Ley de Justicia
y Paz, y que lo estamos desmontando.
Cuando a mí me preguntan, por ejemplo: ¿y
qué se hace para que no resurja? La política
de Seguridad Democrática. Lo único que frena
a los terroristas de rearmarse, de intentar crecer en Colombia,
de persistir, es una política severa de seguridad,
que los golpee. Como se ha hecho desde las cuatro de la
tarde del 7 de agosto del 2002.
Pregunta:
Volviendo al caso del nombramiento de Fernando Araújo como nuevo
Canciller, el diario El Tiempo de hoy titula: ‘Uribe
nombró un símbolo en la Cancillería’. ¿Usted
comparte ese titular de El Tiempo? ¿Está de
acuerdo con él?
Presidente
de la República:
A ver, déjemelo pensar, cómo le reacciono.
En alguna forma, sí. Es un símbolo de la
tragedia nacional, un símbolo además con
capacidad, con preparación, con conocimiento del
mundo, con serenidad, con reflexión, sin odios.
Una cosa muy importante: una cosa
es tener la determinación
de que hay que derrotar todos estos bandidos, y otra cosa
es acceder al Estado con odios.
Una de las cosas que gratamente
me sorprendió a
mí, que me impactaron mucho al conversar con el
doctor Fernando Araújo Perdomo, fue encontrarlo,
después de ese sufrimiento, en esa actitud tan reflexiva,
en una gran claridad sobre el país, sobre las soluciones
nacionales y, al mismo tiempo, despojado de cualquier odio.
Entonces, sí. Creo que yo compartiría el
titular, agregándole que es un símbolo reflexivo,
preparado, habla muy bien el inglés, conoce el mundo,
un hombre ajeno a los odios, conoce muy bien los intereses
superiores del país, y estoy seguro que va a hacer
una gran labor.
Pregunta: ¿Pero
es un símbolo a favor del acuerdo humanitario el
nombramiento de un Canciller que es sobreviviente del conflicto,
o es un símbolo hacia la guerra contra el terrorismo?
Presidente
de la República:
Es un símbolo de que Colombia necesita superar esta
tragedia. Entre otras cosas, no se les olvide que estamos
desmontando el paramilitarismo, pero vamos a acabar la
guerrilla.
A nosotros que no nos vayan a distraer
ahora. Una de las cosas que quise recordarles a mis compatriotas,
es que
esta voluntad del Gobierno Nacional de desmontar el paramilitarismo
no nos puede llevar a ignorar la guerrilla. La guerrilla,
que tanto daño le ha hecho al país, que le
enseñó todas las formas de lucha, cuya verdad
no se ha revelado. Ese es un mensaje que va en el nombramiento
del doctor Fernando Araújo, ante el mundo.
Por eso esta mañana me gustó mucho la BBC.
Si no hubiéramos nombrado al doctor Fernando Araújo,
simplemente muestran ahí escenas de la parapolítica.
Tuvieron que mostrar esa escena macabra de las Farc, con
el doctor Fernando Araújo en cautiverio, cuando
lo rescatan y lo entregan en semejantes condiciones físicas.
Y esta mañana dije: bueno, gracias a Dios. Gracias,
Espíritu Santo, que nos iluminaste. Porque le va
llegando al mundo el mensaje, un poquito más equilibrado,
de la realidad que hemos vivido, de la tragedia nacional
que estamos superando.
Y ese mensajito a la guerrilla
y a los mentores intelectuales de la guerrilla: que se
olviden, que se olviden. Están
muy entretenidos con el cuento de la parapolítica,
porque nosotros estamos desmontando este paramilitarismo,
pero que se olviden: vamos a acabar con la guerrilla. Y
en ese propósito estamos.
Ahora, usted sabe que para rescatar
a los rehenes, a los secuestrados de la guerrilla, nosotros
estamos abiertos
o al acuerdo humanitario en las condiciones que tantas
veces he referido a mis compatriotas a través de
RCN, o a través del rescate por intermedio de nuestras
instituciones armadas, legítimas y constitucionales.
Pregunta:
Usted coincide, como lo ha dicho y lo ha explicado, con
el titular del
diario El Tiempo: ‘Uribe nombró un símbolo’.
Pero hay otros analistas, otros periodistas, otros comentaristas,
que dicen que usted lo que quiso dar con este nombramiento
fue un golpe publicitario o un golpe de opinión. ¿Qué responde
usted a ellos?
Presidente
de la República:
Nada. ¿Qué voy a responder a eso? Ya le expliqué por
qué lo nombré. Y me parecen muy importantes
los mensajes que los hechos también le transmitan
de Colombia a la comunidad internacional. Solamente ver
las imágenes que vi esta madrugada en la BBC, me
empezaron a dar la razón de que el nombramiento
era muy bueno, para que el mundo conozca más a fondo
esta tragedia colombiana, que estamos superando, y nos
ayude a superarla. Lo que pasa es que muchas veces hay
que salirse de los lugares comunes.
Pregunta:
El nombramiento de Fernando Araújo, además de todas las consideraciones
que usted se hizo y que se está haciendo aquí en
RCN para haberlo nombrado, en materia política,
que nunca falta, ¿el nombramiento es un acercamiento
de usted al ex presidente Pastrana?
Presidente
de la República:
Mire Juan (Gossaín), la verdad es ésta: el
ex presidente Pastrana se retiró de la Embajada
de Washington. Usted sabe cuánto le insistí yo
que no lo hiciera. Me referí a él en los
más respetuosos términos. He tenido y mantendré la
mayor actitud de respeto. Y la verdad es que nadie intervino
en este nombramiento. Entonces eso es todo lo que tengo
que decirle, con todo el respeto y sin ninguna respuesta
cínica. No, no. Nadie intervino en este nombramiento.
Las razones de este nombramiento son las razones que acabo
de darle.
Pregunta:
Quisiera preguntarle a esta hora: ¿Qué lo llevó finalmente
a aceptarle la renuncia a la ex canciller María
Consuelo Araújo?
Presidente
de la República:
Solamente un elemento, que quede para la historia: la decisión
de ella para retirarse.
Yo pensé muy bien un discurso que pronuncié al
inicio del Consejo Comunitario del sábado en Melgar.
Consejo Comunitario que dedicamos a revisar los contratos,
uno a uno, del Plan 2500 en el Huila, en Cundinamarca,
en Tolima, Caldas, Quindío y Risaralda.
Generalmente el espacio de introducción en los
Consejos Comunitarios lo utilizo para comentarles a mis
compatriotas sobre algunos temas de interés de la
vida nacional.
Y dije allí, primero, por qué había
nombrado a María Consuelo Araújo. Y dije:
la nombré sin ningún motivo político.
La nombré porque lo había hecho muy bien
en la Alcaldía de Bogotá. Porque seleccioné tres
mujeres de la administración de Bogotá que
habían hecho excelente trabajo y las traje al gabinete:
Carolina Barco, que vino a ser Canciller, hoy Embajadora
en Washington; Cecilia María Vélez, Ministra
de Educación, y María Consuelo Araújo,
a quien traje como Ministra de la Cultura. Las tres venían
de la Alcaldía de Bogotá.
Expliqué cómo a María Consuelo Araújo
la nombré Canciller por su gran desempeño
como Ministra de la Cultura. Uno. Dos: por su juventud,
porque he querido darle oportunidades a la nueva generación
de colombianos, a los líderes del futuro. Por eso
he nombrado tres ministros menores de 35 años: el
Director de Invias actual, que es excelente, tiene 31 años.
El nuevo Director del Inco, que es excelente, tiene 30
años. Porque he buscado gente joven que tenga posibilidades
de dirigir al país, de hacer liderazgo en los próximos
50 años de la vida de esta Nación. Por eso
la nombré Canciller, con toda la fe en ella.
Y entonces me referí al tema político. Dije:
mire, en el 2002, cuando yo fui elegido Presidente, el
grupo político dirigido por la familia de la doctora
María Consuelo Araújo en el Cesar, no me
acompañó a mí. No me acompañó a
mí. Estuvieron con otra candidatura, perteneciendo
a un grupo que no me acompañó a mí.
O sea, recordándoles a los colombianos cómo
en el nombramiento de la doctora María Consuelo
Araújo no hubo nada de determinación política.
Enseguida conté cómo la mayoría de
estos sucesos que hoy se están investigando, fueron
hechos anteriores a mi Gobierno. Y cómo mi Gobierno
ha venido en el propósito de desmontar todas esas
expresiones criminales.
Enseguida contesté dos preguntas. Porque los colombianos
preguntan: Presidente, ¿por qué la política
de Seguridad Democrática y por qué la Ley
de Justicia y Paz tienen que ver con lo que está pasando
ahora?
Contesté: porque la política de Seguridad
Democrática es la que ha presionado el desmonte
del paramilitarismo y el debilitamiento de la guerrilla.
La política de Seguridad Democrática es la
que toma la decisión de que Colombia tiene que ser
un país sin paramilitares y sin guerrilla. La política
de Seguridad Democrática es la que decomisa el computador
del señor Jorge 40, que sirve de base probatoria
a los organismos de justicia. Y la política incorporada
en la Ley de Justicia y Paz, es la que exige la verdad
como condición para que obtengan los beneficios
judiciales.
En fin, expliqué todo eso. Y enseguida dije: miren,
este país, que le ha perdonado a culpables y dolosos,
no puede por razones de imagen condenar a inocentes.
Eso lo pensé muchísimo y lo dije allá el
sábado en Melgar.
Y expliqué cómo no podíamos ser injustos,
ni tampoco cínicos. Dije: no podemos ser injustos
con una persona que le ha servido bien a Colombia, que
ha hecho una gran labor en la Cancillería. Expliqué por
qué me parecía que ella debía continuar
en la Cancillería. Expliqué su gestión
de seis meses, que ha sido exitosa. Basta mencionar cómo
en dos meses, con el liderazgo y el empuje de ella, se
logró el acuerdo con la hermana Nación chilena.
Y además expliqué cómo Colombia no
podía vivir de imagen. Dije: Lo peor que hay frente
al mundo, es tratar de dar una imagen diferente a la realidad
que vivimos.
Expliqué cómo la solución no era
pasarla para otro cargo porque, dije, eso es una especie
de hipocresía. Eso es como pretender ser luz de
la calle y oscuridad de la casa.
Y acepté que esto iba a exigir muchas explicaciones,
y que había que hacer un esfuerzo muy grande, empezando
por la Canciller, para explicarle al mundo lo que estaba
ocurriendo en Colombia. Lo acepté, porque no se
puede ser cínico.
Yo estaba muy seguro de la continuación de ella
en el cargo. Me llamó ella el domingo por la mañana,
yo me dediqué a sacar adelante una serie de documentos,
a desatrasar unas llamadas telefónicas, a leer ese
nuevo libro de Stiglitz sobre cómo manejar la globalización.
Y me dijo que necesitaba hablar
conmigo. Y entonces a las seis de la tarde nos reunimos.
Ella vino con su esposo.
Estaban Lina y la doctora Alicia Arango. Y me dijo que
definitivamente ella me agradecía todo el respaldo,
pero que, por sus razones, las que dio en la carta, ella
no podía continuar en el cargo. Eso es lo único
que me lleva a aceptarle la renuncia.
Pregunta:
Usted dice justamente que le aceptó la renuncia porque ella se la presentó.
Pero el país en varias oportunidades había
conocido que ella ya se la había presentado. ¿Por
qué esta vez sí?
Presidente
de la República:
No, no. Ella no me había presentado renuncia. Ella
no me había presentado renuncia. Ella en algún
momento me sugirió que de pronto yo iba a estar
incómodo y eso. Y yo ni siquiera la dejé avanzar
en el tema.
Todo lo que yo he dicho es lo que
he dicho públicamente.
Y ella el domingo en la noche me
dejó sin opción.
Ella vino a decirme que definitivamente se tenía
que retirar. Ella no me dio opción. No era una renuncia
protocolaria sino irrevocable.
Me dejó sin opción, y ahí no tuve
qué hacer. Le dije muchas cosas, inclusive de mi
vida pública. Le conté, por ejemplo, cuando
a los 30 años de edad (ella tiene 36), le narré una
experiencia de mi vida cuando, a los 30 años, le
dije a mi familia, le dije a Lina: jamás, jamás
vuelvo a aceptar una posición por nombramiento.
Las que no me consiga por elección, que no lleguen.
En fin, la única razón para haberle aceptado
la renuncia fue que ella me dejó sin opción.
Me dijo que se iba, se iba. Me presenta una renuncia irrevocable,
por las razones que ella le expresó ayer al país
en la carta de renuncia.
Pregunta:
En ese punto específico, a mí me gustaría saber
si usted consideró otros nombres aparte del de Fernando
Araújo o le ofreció la Cancillería
a otra persona antes que a él.
Presidente
de la República:
A nadie, Juan (Gossaín). Y anótelo, anótelo
para la historia: a nadie. Porque, entre otras cosas, yo
no había pensado. Yo estaba seguro. De pronto gástele
unos minutitos a lo que yo dije el sábado por allá en
Melgar. Unas palabras que las introduje diciendo que quería
conectar el alma con el lenguaje. Yo estaba seguro que
ella continuaría en el cargo. Estaba seguro que
sacarla del cargo sería una injusticia. Estaba seguro
que para no ser cínico con los intereses superiores
del país, era necesario darle unas explicaciones
al mundo, que necesitábamos ese gran balance entre
no ser injustos y no ser cínicos. Estaba seguro
que el país salía adelante no con falsas
apariencias, sino mostrándole al mundo la realidad
de su tragedia. A mí me parece que es más
fácil salir adelante mostrando la realidad de una
tragedia, que ocultándola, que con falsas apariencias.
Y estaba seguro que el país entendería
que cuando se le ha perdonado a los culpables y a los
dolosos,
en aras de la imagen no se puede condenar a los inocentes.
Estaba seguro de eso.
Entonces lo que menos pude pensar
fue que ella se me fuera a retirar. Ella me llama por
teléfono. Yo le digo:
bueno, para que ustedes no partan el día y no me
lo hagan partir a mí tampoco, reunámonos
a las seis de la tarde. Y ella llegó a las seis
de la tarde, y, a los diez minutos de estar reunida conmigo,
me dijo que se tenía que ir. Y no me dio opción,
Juan.
Pregunta: ¿Eso
fue el domingo?
Presidente
de la República:
Sí, eso fue el domingo por la noche. Yo conversé con
ella, creo que por ahí hasta las diez y media de
la noche, y no me dio opción, Juan, no me dio opción.
Eso es lo único. Yo le tengo que decir la verdad.
La verdad es como con el Ministro de Hacienda: cuánto
le rogué a Alberto (Carrasquilla), con todo el afecto
y la admiración que le tengo, que se quedara. Y
María Consuelo no me dio opción. Es la única
razón por la cual se le aceptó la renuncia.
Pregunta:
Los episodios que usted nos está narrando de su reunión
con la Canciller fueron el domingo. ¿Cómo
fue su conversación con el vicepresidente Santos
el viernes en el Palacio Presidencial?
Presidente
de la República:
No, nada. La verdad es que yo converso muchas veces con él.
Conversaciones privadas, que me sentiría mal si
las revelara. Yo a nadie se las revelo. Y converso con él,
de la manera más desprevenida. Lo escucho. Además
de que es el Vicepresidente, le tengo mucho afecto. Le
he dicho siempre lo que siento, porque es un hombre químicamente
bueno, desprevenido, espontáneo. Me gusta escucharlo.
El domingo, por ejemplo, hablamos
dos veces por teléfono.
Primero, lo llamé a un tema, y después hablamos
otra vez sobre temas distintos. Nada tuvo que ver con la
Canciller.
Por ejemplo, uno de los temas fue
sobre una reunión
que acababa de tener con Frank Pearl y el proceso de reinserción.
Eso es todo.
Yo hablo mucho con el Vicepresidente.
Cuando me llama y por alguna razón no me encuentra rapidito, le
respondo la llamada. Cuando lo llamo y por alguna razón
no lo encuentro rapidito, me responde la llamada. Mantenemos
un diálogo muy constructivo. Además yo siempre
lo oigo con mucho aprecio.
Pregunta:
El senador Álvaro
Araújo, hermano de la ex Canciller, hoy capturado
por el CTI, en su momento, antes de que empezara la investigación,
dijo: Si vienen por mí, vienen por la Conchi, por
el Procurador y por el Presidente. Ya cayó la Conchi,
el Procurador se ha declarado impedido para las investigaciones
de su familia, digamos queda el mensaje del senador Araújo
de que el último de la lista está usted. ¿Qué piensa
de este mensaje del senador Araújo?
Presidente de la República: ¿Qué se
le ocurre a usted? ¿Qué hay detrás
de su pregunta? Dígame a ver.
Pregunta:
No hay nada malicioso. Quiero es entender usted cómo recibe
el mensaje del senador Araújo (las expresiones,
las afirmaciones del senador Araújo).
Presidente
de la República:
No las recibí. Si uno recibiera tanta cosa que se
dice, estaría medio loco. Uno tiene que pensar en
qué hace: si se pone a moler esas cositas o si piensa
en el futuro del país.
Y antenoche sí que me tocó eso. Dije: a
mí me toca aquí pensar ya, cuando esta muchachita
me ha dicho que no sigue, la doctora María Consuelo,
en remorder aquí problemas, o en buscar soluciones.
Vea, le voy a repetir lo que tantas
veces he dicho: seguramente yo tengo muchos defectos,
muchos errores, pero yo estoy
en la vida pública porque quiero mucho este país.
Tengo una larga carrera política, seguramente con
errores, pero con honradez y con amor a Colombia.
Si vamos a hablar de paramilitares,
le quiero decir esto: en mi carrera política jamás me he reunido
con ellos, jamás les mandé emisarios, jamás
he hablado con ellos por teléfono, jamás
me he mezclado con delincuentes.
Mi carrera política ha sido
una carrera, seguramente con errores, pero siempre consciente
de que no debo ser
inferior al profundo afecto que me ha movido con la Patria.
Y lo otro: júzguenme por resultados. Es que hace
años en Colombia no se hablaba de paramilitarismo.
Hablaban en los cocteles. Pero este país, que estaba
dominado entre guerrilla y paramilitares, tenía
a todo el mundo amedrentado.
¿Sabe cuándo se perdió aquí el
miedo y cuándo empezaron a hablar de los paramilitares?
Cuando el Gobierno empezó a perseguir a los paramilitares,
a desmontarlos militarmente, que lo hace mi Gobierno.
Entonces yo recuerdo: al único que le decían
aquí paramilitar en el año 2002, eran mis
contradictores a mí, por razones políticas.
Decían: cómo van a votar por Uribe, que Uribe
es paramilitar.
Leo una vez un periódico de Ibagué, un mes
antes de elecciones, la doctora Piedad Córdoba diciendo:
no pueden elegir a Uribe, que Uribe es paramilitar.
Al único que le decían paramilitar, para
desacreditarme políticamente, era a mí. De
los paramilitares nada hablaban, porque se morían
de miedo.
¿Cuándo les pierden
el temor a los paramilitares y empiezan a hablar de ellos?
Cuando mi Gobierno empieza
a desmontarlos militarmente.
En cambio, mire lo que pasó en las elecciones del
año pasado: ¿dónde no fue la oposición?
La oposición, que cuatro años antes era calladita
frente a los paras, el año pasado sí fueron
a Valencia y a Tierralta a gritar: abajo los paramilitares.
La única presión que hubo en las elecciones
del año pasado fue la presión de las Farc
contra mi Gobierno. ¿Y estos paras a dónde
están, la inmensa mayoría? En la cárcel. ¿A
cuántos les hemos dado de baja? A más de
1.700.
Ayer me reuní con el juez Baltasar Garzón.
El proceso de paz nuestro es ejemplar en el mundo, en materia
de verdad y de reparación. Eso sí que es
bien importante y ejemplar, porque no ha amnistiado ni
ha indultado delitos atroces. Y preparémonos para
la presión del ELN y las Farc, que van a pedir amnistía
e indulto en favor de todos los delitos que han cometido.
Que se prepare el país para ello y que tenga desde
ya mucha conciencia.
Los procesos de paz del mundo medianamente
han reparado víctimas. ¿Y saben con qué lo han
hecho? Con recursos del Estado. Este es el primer proceso
de paz del mundo que va a reparar víctimas con recursos
de los victimarios. Que midan cada una de las decisiones
mías, incluida la última, cuando le ordené a
la Policía que, con el apoyo de la Fiscalía,
decomisaran preventivamente los bienes de los sometidos
a la Ley de Justicia y Paz.
Porque ahora, por fortuna, para
el cumplimiento de la ley, ellos ya han anunciado (y
lo celebro y lo aplaudo
por el país), que van a entregar todos los bienes
al Fondo de Reparación.
Y ahí están testimonios de gentes ajenas
a mi vida política, de pronto en algunos momentos
muy críticos, como el doctor Eduardo Pizarro Leongómez,
quien ayer estuvo en el Consejo de Ministros. Díganle
que les cuente todo lo que me ha oído expresar sobre
estos temas y cuál ha sido mi posición en
privado y en público.
Entonces la verdad es que llevo
una vida política
muy larga y tengo una determinación, que es desmantelar
paramilitarismo, guerrilla, corrupción, narcotráfico.
Y he procedido de manera inclaudicable y sin cálculo
sobre eso. Y a eso invito a mis compatriotas: vamos es
para adelante a dejar esta Patria sin guerrilla, sin paramilitares,
sin corrupción, sin narcotráfico. Vamos para
adelante. No nos van a detener aquí con sofismas
de distracción, con nubecitas, con fuegos pirotécnicos
de pequeña politiquería.
Pregunta:
Según
su visión de hoy, ¿cómo debe interpretar
la Unión Europea el nombramiento del canciller Araújo,
es decir, cómo se puede iniciar una nueva etapa
para mejorar la imagen de Colombia en Europa?
Presidente
de la República:
No, la imagen de Colombia en Europa ha mejorado mucho.
Una cosa era, cuando yo empecé, el Parlamento Europeo,
y otra cosa es hoy. Nosotros hemos tenido un gran apoyo.
Pregúntenme por gobiernos. Un gran apoyo del Gobierno
español, del anterior del Partido Popular y del
actual del Partido Socialista Obrero Español. Un
gran apoyo del Gobierno británico, un gran apoyo
del Gobierno de Portugal, un gran apoyo de los dos gobiernos
alemanes: del anterior del Primer Ministro (Gerhard) Schröder,
del Partido Socialdemócrata Alemán, y del
actual de la Democracia Cristiana, de la Canciller Ángela
Merkel.
Hemos tenido algunas dificultades
con Francia por el tema del acuerdo humanitario, pero
Francia ha recibido todas
las autorizaciones nuestras para hacer gestiones en búsqueda
del acuerdo humanitario, y le hemos dado todas las razones
a Francia de nuestras exigencias en el acuerdo humanitario.
Yo creo que la publicación del periódico
Le Figaro de Paris, de ayer, es muy importante para Colombia.
Nosotros hemos encontrado un gran apoyo en los Países
Bajos. Y sigamos hablando de la Unión Europea. María
Consuelo Araújo avanzó mucho en el acuerdo
de asociación entre la Unión Europea y la
Comunidad Andina. Es una de las tareas del nuevo Canciller,
del doctor Fernando Araújo Perdomo, como pude hablarlo
ayer con él.
Le dije: mire, tenemos que hacer
todos los esfuerzos para sacar el TLC adelante, para
nuestro acuerdo con la hermana
República Bolivariana de Venezuela, para la formalización
en el Congreso del acuerdo con Chile, para el acuerdo con
Canadá, para un acuerdo de inversiones con China,
para buscar la solución del diferendo definitivamente
con Venezuela, para el acuerdo con la Unión Europea.
En eso vamos a seguir trabajando, e intensamente.
Pregunta:
Pero de todas maneras la oposición en estos temas no cesa las
críticas. Por un lado se dice, por parte de la senadora
Piedad Córdoba, que el Congreso (estoy leyendo textual)
es ilegítimo. Uribe es ilegítimo. Fueron
elegidos con los mismos votos. No se pueden aceptar unas
elecciones que se ganaron con masacres y secuestros, dice
la señora Córdoba.
Presidente
de la República:
Mire, la señora Córdoba no le ha dicho al
país sus amistades con la guerrilla. Por ejemplo,
me contaban ayer que el senador Wilson Borja, representante
a la Cámara, salió a decir que debía
renunciar la Ministra de Comunicaciones que porque tiene
unos primos investigados en Sucre. Me le voy a adelantar
a eso de una vez.
Primero, la señora Ministra de Comunicaciones tiene
un recorrido académico y personal ejemplar. Ella
empezó a apoyarme cuando era Vicerrectora de la
Universidad del Rosario, por allá en los años
2000 – 2002. Hizo parte del equipo académico
que asesoró mi campaña.
Después ella se fue a hacer una especialización
en la Universidad de Harvard. Cuando regresó la
nombramos Directora de Colciencias. Después, ya
en enero del año pasado, se retiró y participó activamente
en mi campaña del año 2006. Y pienso que
ha hecho una labor digna, respetable, en el Ministerio
de Comunicaciones.
Entonces que se olviden de eso,
y que el doctor Borja le diga al país qué es lo que ha pensado
su partido político, la fracción en la cual él
ha intervenido, tan cercana al Partido Comunista, sobre
las diferentes formas de lucha.
Es que en esta batalla política por el futuro de
Colombia me toca intervenir, y muy activamente. Y lo tengo
que hacer. Esta mañana, mientras hacía deporte,
veía ese canal de televisión. Dije: bueno,
a las siete me va a llamar Juan Gossaín, y yo tengo
dos opciones: o caminar en escarpines, o decirle al país
lo que pienso realmente.
Me toca, a pesar de que sea mortificante.
Aunque digan que se genera mucha polémica, me toca, porque aquí está el
futuro del país. Yo se lo voy a decir a la Sociedad
Interamericana de Prensa.
No se puede olvidar la historia.
Aquí hay unos
grupos políticos, y a ese grupo pertenece el doctor
Wilson Borja, a una fracción de un partido político,
una fracción de un partido político en que él
está ha convalidado la idea de las diferentes formas
de lucha.
Y entonces esa guerrilla de las
diferentes formas de lucha le hizo enorme daño al movimiento obrero, y al movimiento
estudiantil, y al movimiento agrario, y al movimiento campesino,
y penetró todos los estamentos de la vida nacional.
Penetró periodismo, penetró política,
verdad que todavía no se ha establecido, verdad
que todavía no ha aflorado, porque eso nunca se
judicializó y contó con una especie de manto,
una especie de sábana para tapar todo eso.
Entonces el doctor Wilson Borja
que, en lugar de preocuparse por los parientes de una
mujer respetable desde todos los
puntos de vista, como es la Ministra de Comunicaciones,
que se preocupe por sus amistades, y que se las cuente
al país, y que asuma la responsabilidad de decirle
al país por qué la fracción política
a la cual él pertenece ha convalidado todas las
formas de lucha.
La senadora Piedad Córdoba. La senadora Piedad
Córdoba, cuando yo era Gobernador de Antioquia,
al principio me apoyó. Siempre estuvo en el Gobierno
hasta el último día. Tuvo un representante
por allá en una cosa que liquidé, que se
llama Acuantioquia. Allá llegó con congresistas
de los Estados Unidos, los recibimos en la Gobernación,
la traté con todo el respeto, creo que no tiene
queja mía.
Cuando se acercaba el proceso electoral
se dedicó a
hacerme oposición. ¿Por qué? Era la
exigencia que le hacían el ELN y las Farc, para
que pudiera hacer política en muchas regiones del
departamento de Antioquia. Que maltratara al Gobernador
y que le dijera ‘paramilitar’.
Es como doña Gloria Cuartas. Yo veo que doña
Gloria Cuartas también desorienta el país.
Pero es muy importante que le diga al país por qué fue
candidata única a la Alcaldía de Apartadó en
1997, impuesta por los grupos armados. Es que el país
no se ha detenido a mirar esas cosas.
Y a mí, mis voticos que me los respeten, que yo
no me los he conseguido ni con la guerrilla ni con los
paramilitares, sino en un diálogo permanente, afectuoso,
con el pueblo colombiano.
Y como se trata de defender esta legitimidad, por eso
tengo que salir a la palestra y tengo que salir, tantas
veces como sea necesario.
Y aquí estamos defendiendo un modelo de Estado.
Un modelo de Estado, en el cual no vamos a permitir que
florezcan unas tesis totalmente dañinas para el
futuro de Colombia. Y como eso es lo que se quiere atacar,
este modelo de Estado que nosotros estamos defendiendo,
por eso me toca estar en la primera línea de combate
defendiéndolo.
Entre otras cosas, porque a este
país se le habían
acabado los flujos de inversión, y nosotros los
hemos recuperado. Y no vamos a dejar, como lo quiere anticipar
algún periódico capitalino, que esos flujos
de inversión se paralicen, que por cuenta de la
parapolítica, la misma que nosotros encontramos,
la que estamos desmontando.
Y cuando estamos interesados en
recuperarle totalmente a este país la confianza inversionista, es porque
creemos que ese es un camino necesario para el desarrollo
y para la superación de la pobreza y la construcción
de equidad.
Pregunta:
A propósito
de lo que está respondiendo usted a través
de RCN, estamops viendo aquí la columna de Daniel
Coronel en Semana, que dice: ‘tragedias familiares’ Y
después de nombrar varios de sus colaboradores,
por ejemplo, José Obdulio Gaviria, Flor Gnecco Arregoces,
Teresita García Romero y Marina Escobar Araújo,
dice que los favoritos del Jefe de Estado parecen ser los
familiares de personas con antecedentes, y éstos
no pueden tener rabo de paja familiar.
Presidente
de la República:
No. Pero déjenme redondearles una cosita anterior.
Es muy bueno que la doctora Piedad Córdoba le diga
al país por qué sus frecuentes reuniones
con los testigos que declaran en todos estos procesos.
Es muy importante que se sepa. Porque a mí me cuentan
eso, y la gente no es capaz de decirlo públicamente.
Y me toca a mí decirlo públicamente. Es que
tenemos una clase política como anonadada, como
muerta de miedo. Entonces a mí me dicen: ‘es
que usted no tiene escuderos’. ¿Qué hago?
Si yo no soy escudero de esta causa… Veo un poco
de gente muerta de miedo, cuando se trata es de defender
al país.
Muy importante que la doctora Piedad
Córdoba y
sus amigos le digan al país lo siguiente: la mayoría
de estas personas que hoy están en la cárcel
no estaban con mi candidatura en el 2002. Los hechos por
los cuales se les investiga los produjeron cuando estaban
ellos apoyando otras candidaturas. Eso es muy importante
saberlo.
Vea, para contarle solamente una
historia. El doctor José Obdulio
Gaviria, ¿sabe cómo lo conozco yo? Yo había
fundado el sector democrático del Directorio Liberal
de Antioquia. Estaba aspirando al Senado de la República
en 1986. Él pertenecía a un grupo proveniente
de la izquierda, que se llamaba Firmes, donde creo que
también militaron nacionalmente personajes muy importantes
como el doctor Álvaro Tirado Mejía. En Antioquia
en ese grupo estaban Jaime Jaramillo Panesso, José Obdulio,
el médico Leonardo Betancur, a quien asesinaron
en el mismo día que asesinaron al doctor Héctor
Abad Gómez. Y eran mis grandes amigos.
El grupo Firmes me dio a mí apoyo en las elecciones
al parlamento en 1986. ¿Sabe quién legitimó ese
apoyo? El doctor Gerardo Molina, con su presencia y un
magnífico discurso que pronunció en la sede
del Directorio Liberal de Antioquia, sector democrático,
que yo presidía. En ese momento empezó a
apoyarme el doctor José Obdulio Gaviria, a quien
le ha tocado la ingrata tarea de estar a toda hora en los
micrófonos defendiendo este Gobierno.
Anoche hablé a las 10:00 – 11:00 de la noche
con el doctor Germán Vargas Lleras. Y me dijo: ahí vamos
José Obdulio y yo solos (me dijo el doctor Vargas
Lleras) a Europa, a defendernos de toda la oposición,
que han invitado también.
Entonces, sí, hay unos pocos voceros que defienden
esto, y lo hacen sin temor. Uno de ellos es el doctor José Obdulio
Gaviria.
La doctora Flor Gnecco: ella fue
elegida senadora de la República por una causa opuesta a la mía
en el 2002. Me apoyó en el Congreso. Hizo una gran
labor en la Comisión Séptima, donde nos ayudó a
sacar todas las leyes tan importantes de la anterior legislatura,
en materia laboral, en materia de contrato de aprendizaje,
en materia de seguridad social, en materia pensional, etcétera.
Y le causó la mejor impresión al señor
Ministro de Protección. Por eso está hoy
de Superintendente del Subsidio Familiar.
Pregunta:
Hace un momento le escuchamos decir a usted (y si estoy
equivocado me lo
hace caer en la cuenta), ¿que a la Sociedad Interamericana
de Prensa –SIP– usted le va a informar que
la guerrilla permeó, penetró, que la guerrilla
infiltró varios sectores de la vida nacional, entre
ellos el periodismo colombiano?
Presidente
de la República:
Sí, claro. Y lo coaccionaron. Y lo mismo hicieron
los paramilitares. Y yo creo que una de las cosas que hemos
logrado hoy es recuperar bastante libertad. Hace cinco
años, cuando yo recorría el país (lo
que podía recorrer), aspirando a la Presidencia
de la República, encontraba esa situación
del periodismo muy distinta a la de hoy. Hoy encuentro
un periodismo que ha recuperado su fortaleza, se ha sacudido
de presiones, de coacciones, ha respirado de nuevo aires
de libertad. Hace cuatro años en las regiones estaba
muy sometido por unos y por otros terroristas.
Yo creo que hemos avanzado bastante,
no solamente en la protección efectiva de los periodistas, amenazados
y asesinados, mire la cifras, sino en recuperar, gracias
a la Seguridad Democrática, el ejercicio de las
libertades para el periodismo colombiano en esas regiones
donde estaban tan maltratados, tan amordazados.
Y le voy a decir a la Sociedad
Interamericana de Prensa cómo aquí, cuando se pasó de las guerrillas
partidistas a las guerrillas marxistas, esas guerrillas
marxistas empezaron a apelar a lo que se ha llamado la
validez de todas las formas de lucha. Y entonces tuvieron
complicidades en la política, penetraron el movimiento
obrero, el movimiento campesino, el movimiento universitario,
penetraron sectores del periodismo. Todo lo hacían
en nombre de la validez de las diferentes formas de lucha.
Lo que no le han respondido algunos al país, con
el doctor Wilson Borja y muchos de sus compañeros
de acción política, como el propio doctor
Carlos Gaviria.
Entonces esa parte de la historia
hay que contársela
al mundo. Y el Estado no enfrentó eso debidamente.
Por eso se ha hablado de un juicio al Estado. No de unas
responsabilidades a personas individualmente definidas,
sino un juicio al Estado. Y esa guerrilla, que apeló a
todas las formas de lucha, que avanzó en la destrucción
del país, que no tuvo un Estado que la enfrentara
con toda la contundencia, engendra la otra expresión
criminal: el paramilitarismo. Y por eso hay que acabar
con los unos y con los otros, y en eso no nos vamos a detener.
Pregunta:
Me queda una duda: usted ha hablado sobre las amistades
dudosas de los
congresistas Piedad Córdoba y Wilson Borja. Pareciera
que el Gobierno Nacional tiene pruebas de esas relaciones
con la guerrilla de estos dos congresistas. ¿Por
qué no los denuncia, señor Presidente?
Presidente
de la República:
Esto es: la senadora Piedad Córdoba sabe por qué dio
el tránsito de apoyarme a mí en la Gobernación
de Antioquia, a decirme ‘paramilitar’. No porque
yo fuera paramilitar, que ella sabe que no lo he sido.
Ella sabe que no he tenido una sola relación con
los paramilitares. Yo no soy el político que dice
un discurso y manda un mensajito por allá: tranquilos,
no se basen en ese discurso que después arreglamos.
Yo no soy ese político. Eso le dijo Carlos Castaño
a Luis Carlos Restrepo: que en la campaña del 2002,
ellos sabían a qué atenerse con Uribe. En
cambio otros les mandaban decir: no, nosotros tenemos que
ser duros en el discurso, pero después arreglamos.
Yo no he sido ese político. Y la doctora Piedad
Córdoba y muchos ignoran que estos congresistas
que hoy están siendo investigados, muchos eran del
oficialismo liberal en el 2002. No me apoyaron a mí,
que hice la campaña en contra y a pesar de ellos.
Muchos de ellos ya en el Congreso, elegido yo, me apoyaron,
porque a todo el Congreso le insistí que me apoyara
la agenda legislativa. Entonces hay que mirar a qué partidos
pertenecían, a qué candidatos apoyaban en
el 2002, cuando se produjeron estos hechos, y antes. Es
que la mayoría de los hechos que se están
investigando aquí son del 2002 y anteriores.
Ahora, para que la verdad les quede
completita: por ejemplo, Dieb Maloof me apoyó a la candidatura. Hizo un acto
en un hotel de Barranquilla, allá estuvo su familia,
electores suyos, apoyó mi candidatura. Yo eso no
lo puedo negar. Así como digo que él apoyó mi
candidatura, es muy bueno que vean los otros qué candidaturas
apoyaron, para que la doctora Piedad Córdoba deje
de estar deslegitimando esto.
Y el doctor Wilson Borja, que ahora
quiere salir lance en ristre contra la Ministra de Comunicaciones,
que no
mire los parientes de la Ministra de Comunicaciones, que
es una mujer respetable desde todos los puntos de vista,
que viene de la academia, sino que mire sus amigos y lo
que ha sido su tesis política de odio de clases.
Porque lo percibí. Era yo senador de la República
y tramitaba yo la Ley de carrera administrativa, y recuerdo
el odio, el radicalismo del doctor Wilson Borja, que no
era senador, sino dirigente sindical. Y después
su afiliación a sectores radicales de la política
que han tenido asociación con esos sectores de la
política que hablan de la validez de todas las formas
de lucha.
Entonces como aquí veo una clase política
amiga tan anonadada, muchos de los cuales simplemente aparecen
a la palestra cuando hay que criticar a su Gobierno, pero
no defienden esto, no da la batalla, parece que estuvieran
o enfermos, o sin energía, o muertos de miedo, me
toca a mí salir a la batalla, me toca ser escudero
de estas tesis, porque estamos es en la defensa del modelo
colombiano del presente y del futuro.
Pregunta:
Mientras hemos estado en esta entrevista con usted en
RCN, a través
del chat nos han llegado varias opiniones sobre lo que
ha sido, volviendo al caso del nuevo Canciller, el nombramiento
del ministro Fernando Araujo. Dicen unos que perfecto,
que maravilloso. Otros se preguntan si usted tuvo en cuenta
que él tuvo algunos líos con la Fiscalía
que, de paso, digo, fue precluida esa investigación,
por el caso de Chambacú?
Presidente
de la República:
Esto es: yo le pregunté. Y él me dijo que
todo eso estaba superado, que había precluido, yo
se lo pregunté.
Pregunta:
Efectivamente esa fue una decisión, como usted dice, que fue precluida
por la Fiscalía, y el Canciller la explicó en
RCN esta mañana.
Presidente
de la República:
Yo se lo pregunté, y eso me dijo.
Pregunta:
Es decir, ¿usted
sí tuvo en cuenta ese caso y lo comentó con él?
Presidente
de la República:
Sí. Yo tenía un vago recuerdo de ese caso,
se lo pregunté. La interlocución con Fernando
Araújo me ha gustado mucho, por sincera, por reflexiva,
por clara frente a la problemática del país,
por desprevenida. Porque tiene claridad, pero claridad
sin odios. Y me dijo: sí, Presidente, eso está todo
resuelto favorablemente.
Juan Gossaín:
Señor
Presidente de la República, de parte nuestra, de
RCN, desde el punto de vista periodístico, muchas
gracias por su colaboración y que tenga usted muy
buen día.
Presidente
de la República:
A ustedes, muchas gracias. |