PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN LA INAUGURACIÓN DE LA BRIGADA
MÓVIL NÚMERO 10
Larandia,
Caquetá, 20 mar (SNE).- Las siguientes son las palabras
del presidente Álvaro Uribe Vélez durante la inauguración
de la Brigada Móvil Número 10 del Ejército
Nacional.
Acudimos
esta tarde con varios propósitos a este fuerte militar
de Larandia, a saludar a los compatriotas que portan las armas
de la Nación, a animarlos, a agradecer su sacrificio,
a decir a todos Ustedes que la Nación entera tiene gran
esperanza en sus logros, gran esperanza en el desalojo de los
terroristas que Ustedes están produciendo y que van a
consumar plenamente, gran esperanza en el rescate de la paz,
gran esperanza en que con su acción en estas tierras flamee
orgullosa la bandera de Colombia y desaparezcan los terroristas.
Acudimos
hoy a condecorar y a destacar ante los colombianos a un grupo
de compatriotas del Ejército distinguidos por su valor,
distinguidos por la heroicidad y el arrojo de sus acciones, distinguidos
por el ejemplo de patriotismo que nos han dado.
En
orden público recibe la medalla de servicios distinguidos
por cuarta vez el capitán Edgar Rico Vega; por tercera
vez el mayor Juan Carlos Espinel Garnica; por segunda vez, los
capitanes Fabián Ricardo Giraldo y Carlos Enrique Arbeláez;
por primera vez el subteniente Alexander Martínez Santos,
los soldados profesionales Alveiro Bustamante Sierra, José Cotincha,
Carlos Páez Serrano; por primera vez el capitán
Andrés Hernando Parra Espítia y el teniente Fredy
Castro Cepeda.
Reciben
la medalla que los distingue como héroes heridos en acción
por primera vez los soldados profesionales Waiber Osorio Pachón,
Wilson Ocampo Parra, Edwin Leyva Ramírez, Hernando Uribe
Mantilla, Luis María Florez Vergara.
A
todos ellos nuestras felicitaciones, a sus familias nuestra inmensa
gratitud, hoy el corazón de 44 millones de colombianos
que ven en la energía y el valor de su Fuerza Pública
el amanecer del sol promisorio de la paz, palpita de felicidad
porque se condecora a estos compatriotas paradigmas del valor,
héroes de la Nación.
¿Qué ha
dejado el terrorismo? Desempleo, pobreza, un país en estampida,
cuatro millones de colombianos desterrados por fuera del país,
dos millones de desplazados internamente, los campos abandonados,
los campesinos despojados de sus parcelas agolpados en los cinturones
de miseria de las ciudades, sin oportunidades, sin ilusión,
con amargura.
¿Qué ha
dejado el terrorismo? Millón 700 mil hectáreas
de selva destruídas para sembrar droga, que tristeza en
una Patria como la nuestra, que es uno de los países más
ricos en biodiversidad, que tiene uno de los territorios con
mayor disponibilidad de agua dulce en proporción a la
extensión. Esta destrucción ecológica es
un daño al planeta, un daño a cuencas tan importantes
como la amazónica.
¿Qué ha
dejado el terrorismo? Centenares de campesinos engañados
por el terrorismo, llevados a las vías del terrorismo
forzadamente, seducidos por el engaño, coaccionados por
la fuerza al oído de ellos, los invito a desertar. Han
desertado en este Gobierno 4800 integrantes de los grupos terroristas,
el 70 por ciento de ellos de las Farc y la Nación los
ha acogido con los brazos abiertos, con solidaridad, ha sido
de manera silenciosa un proceso de paz más importante
en cifras que los del pasado. Cuando el M19 empezó a hacer
la paz, dejaron las armas entre 600 y 700 personas; cuando el
EPL tomó idéntica decisión, se desmovilizaron
a lo sumo 1200 guerrilleros, 270 posteriormente de la Corriente
de Renovación Socialista del ELN.
Los
4800 desmovilizados en el período de este Gobierno superan
la cifra acumulada de todos los anteriores procesos de paz. Invito
a los campesinos que siguen engañados en estos grupos
para que abandonen estos grupos, para que vengan a encontrarse
con la bandera de la Nación, con la Constitución,
a abrazarse con sus familias, con el resto de sus conciudadanos,
que el Gobierno los recibe con generosidad y la Nación
comparte y quiere que se les reciba con generosidad.
Hoy
estos grupos negocian con droga, inundan de sangre los poblados
de Colombia y lo único que logran es enriquecer a los
cabecillas. Qué tristeza el campesino reclutado forzosamente,
la niña hija del campesino llevada contra su voluntad
a las filas del terrorismo maltratada en su dignidad, ese riesgo
de la dignidad y de la vida, ese rompimiento de la unidad de
la familia y lo único que consiguen es el enriquecimiento
de los cabecillas en virtud de la droga.
Eso
ha dejado el terrorismo. Hay que derrotarlo. Expreso esta noche
desde el fuerte militar de Larandia que al despuntar el sol de
cada amanecer sentidos más henchido el corazón
para derrotar el terrorismo, sentimos más fortalecida
la voluntad para derrotar el terrorismo y al estrechar la mano
de los soldados y de los policías de mi Patria, de los
suboficiales y de los oficiales, se me contagia más energía,
asciende por mi brazo energía a mi corazón, se
llena de energía mi alma para perseverar en la tarea de
que esta Nación derrote al terrorismo.
Ese
terrorismo que ha dejado heridas en el 50 por ciento de las familias
de Colombia, ese terrorismo que ha producido que tres millones
y medio de colombianos estén desempleados, ese terrorismo
que ha logrado que el 40 por ciento de las familias de Colombia
tenga a alguien cercano desplazado en el país o en el
exterior; vamos a derrotarlo.
Los
que nos reunimos esta noche aquí para activar la Brigada
Móvil Número 10 sabemos que ese terrorismo es miserable
y cobarde, que cuando había debilidad merodeaba por los
alrededores de Larandia, atacaba con aparente fiereza, pero cuando
apareció la fortaleza se repliega, apela solamente a la
acción traicionera e infame de las minas quiebrapatas,
de los implementos terroristas, de los explosivos cobardes.
Sabemos
que ese terrorismo es cobarde, que se aprovecha de que la Nación
todavía conserva 570 mil kilómetros cuadrados de
selva para esconderse, ese terrorismo se parece a algunas culebras
patreras, sabe fingir la muerte, se agazapa, creyendo que la
tormenta va a pasar y que va a recuperar oxígeno para
después morder e inocular veneno con más fortaleza,
pero estamos advertidos, la Nación sabe que hay que persistir
el tiempo que requiramos con el esfuerzo que necesitemos, con
el sacrificio que sea menester para derrotarlos y para derrotarlo,
Ustedes tienen que ganarse el cariño del campesino y del
ciudadano urbano, cada soldado y cada policía de mi Patria
tiene que aproximarse a los campesinos y los habitantes urbanos
con afecto, ganarse el cariño y la confianza de los colombianos
de bien.
Invitar
a los campesinos de bien a que nos informen, a que nos ayuden
que la Nación toda apoya su Ejército y a su Policía,
que en lugar de estar sometidos a los terroristas, la Nación
venga a encontrar su protección en la Fuerza Pública
y le colabore.
Cada
uno de Ustedes, mis compatriotas que portan las armas de la República,
tiene que ganarse el cariño y la confianza de todos los
compatriotas. Necesitamos que cada uno de Ustedes sea un gran
gerente para pensar la estrategia, ayudarla a construir, ejecutarla
meticulosamente, necesitamos que cada uno de Ustedes tenga espíritu
de vencedor, sea un ganador, porque la Nación solamente
de Ustedes espera el triunfo para que triunfe Colombia. Que no
haya moridera, que todos los días amanezcamos con crecidos ímpetus
para ganar, que esta luna de miel entre la sangre de los colombianos,
que han tenido estos bandoleros por cuatro décadas les
vaya llegando a su final y que triunfe el Ejército y la
Policía de la Patria para que triunfe Colombia entera.
Necesitamos
que cada uno de Ustedes sea un ejemplo de agresividad, que a
medida que estos terroristas encuentren guaridas en la selva,
Ustedes lleguen con fiereza a perseguirlos y a derrotarlos. Necesitamos
que cada uno de Ustedes sea un ejemplo de transparencia, que
los derechos humanos vayan en nuestra acción como insignia
de nuestro pundonor, como expresión de respeto a la Constitución.
Hace
pocos días el Embajador de un país hermano, general
retirado, al presentarme cartas credenciales me decía
que en Colombia estamos haciendo las cosas bien, que él
fue crítico de su Ejército porque allá hubo
procedimientos de guerra sucia y que él aplaude que nosotros
vamos a derrotar el terrorismo limpiamente, transparentemente
y así lo vamos a hacer.
Que
nada exista que nos avergüence, que a medida que el país
recoja los frutos victoriosos del esfuerzo del Ejército,
podamos mirar a propios y extraños a los ojos para que
llevemos en una mano la enseña de la victoria y en otra
la satisfacción del deber cumplido con transparencia.
Los
invito a todo ello, soldados y policías de mi Patria.
La Nación confía en Ustedes, difícil encontrar
que en un pueblo tan empobrecido, que en un pueblo con tanto
desempleo, que en un pueblo con tanta herida haya tanto apoyo
a la Fuerza Pública, esa es la expresión de que
la Nación confía en Ustedes y ese amor de la Nación
lo tenemos que cultivar, esa flor que es el amor de la Nación
la tenemos que fertilizar diariamente, por eso cuando la Nación
quiere a su fuerza pública, su fuerza pública tiene
que producir mayores resultados diariamente.
Un
amor en alta dosis, como el amor del pueblo colombiano por su
fuerza pública es un amor que tenemos que crecer y crecer
más y más. Nosotros los que tenemos el deber de
derrotar el terrorismo carecemos del derecho al descanso. Tenemos
que renunciar al dominical, recortar las horas de sueño,
frente a cualquier dificultad levantar una nueva trinchera de
lucha y tomar cualquier éxito como un estímulo
adicional para cosechar otro más grande, teniendo en el
horizonte un objetivo claro, el bienestar de Colombia.
Su
victoria, su acción de todos los días, cultivará ese
amor que el pueblo colombiano siente por su fuerza pública
y bosquejará un futuro grande para esta Patria que la
queremos sin exclusiones sociales y sin odio, democrática,
con debate fraterno, con contradicción de ideas que se
exprese solidariamente, que la queremos con una visión
cristiana y democrática y en ese sueño hay un autor
que ayudará a esculpirlo, el esfuerzo de la Fuerza Pública
de la Nación.
Mil
gracias, soldados y policías de mi Patria, apresurémonos
a conseguir la victoria que nacerá de su sacrificio.
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