PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN 113 AÑOS DE LA POLICÍA
NACIONAL
Bogotá, 8 nov (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez
en la ceremonia de conmemoración de los 113 años
de la Policía Nacional, acto que se llevó a cabo
en la Escuela General Santander.
“Nos reunimos hoy en este campo de la
Escuela General Santander para graduar una nueva promoción
de subtenientes de la Policía Nacional. Lleva el nombre
del teniente coronel Hernando Augusto Sáchica Rengifo,
asesinado por el terrorismo cuando cumplía lealmente el
deber de proteger a sus compatriotas.
Este curso de oficiales
hace parte de una generación
de colombianos que está llamada a ser la generación
del quiebre histórico. A ser la generación del
tránsito definitivo de una Patria maltratada por un terrorismo
que ha hablado de justicia social y ha causado más miseria,
más pobreza y más injusticia.
Esta generación que tiene que hacer
el tránsito de una Patria donde el Estado en ocasiones
ha sido observador pusilánime del avance del terrorismo,
a una Patria donde se tiene que recuperar plenamente el imperio
de las instituciones.
Queremos felicitar
de todo corazón a
estos jóvenes que son hoy subtenientes de la Policía
de la Patria, que han tomado la decisión de servir a la
Patria a través de la institución policiva.
Se constituyen
en un gran ejemplo para las nuevas generaciones de Colombia.
Nos comprometen a los mayores
a trabajar honradamente, a trabajar con amor por esta Patria,
para que las generaciones que habrán de venir puedan vivir
felices, plenamente felices en Colombia.
Quiero felicitar
de todo corazón a los
papás, a las mamás, a los hermanos, a los familiares
de quienes integran este curso 083 de oficiales. Estos papás,
estas mamás, están haciendo un enorme sacrificio
en procura del bienestar superior de la Patria.
Se están desprendiendo de hijos a quienes
tanto quieren. Los están entregando al servicio de la
Patria, donde saben que ellos tienen que exponerse a todos los
sacrificios, de acuerdo con lo que acaban de jurar.
Muchas gracias,
papás y mamás,
por su sacrificio. Muchas gracias por su solidaridad con la Patria.
Muchas gracias por el ejemplo que nos traen.
Y quiero felicitar
a todos los condecorados en el día de hoy. A los presidentes de las diferentes
ramas del poder público. A mis compañeros del Gobierno
Nacional.
Colombia necesita
una Seguridad Democrática
y de Estado. Democrática al servicio de todos los ciudadanos.
De Estado, surgida del compromiso de todas las instituciones.
Ninguna institución puede fallar en
el rescate de esa seguridad. Y justamente la causa del compromiso
de cada una de las instituciones es el concepto democrático
de la seguridad que buscamos.
Aquí no estamos buscando seguridad para
unos y atropello para otros. Aquí no estamos graduando
subtenientes para que sirvan a un gobierno sino para que sirvan
a toda la Patria.
Aquí estamos graduando subtenientes
para que protejan a todos los colombianos, sin considerar su
afinidad o su discrepancia con el Gobierno, sin considerar su
situación como trabajadores o como empresarios, como líderes
sindicales o como líderes gremiales, para proteger a todos
los colombianos independientemente de lo que cada ciudadano,
destinatario de esa protección, piense en lo político,
en lo social y en lo económico.
Ese concepto de
Seguridad Democrática
honra a Colombia, estimula a todos a luchar para restablecerla
plenamente en el ejercicio de la vida cotidiana y vincula a todos
los órganos del Estado.
Muchas gracias
a quienes representan estos órganos
por servir a Colombia, como lo ha destacado hoy la Policía
Nacional, al destacarlos con la Medalla al Mérito Ciudadano.
Y condecoramos
hoy a dos Generales de la República.
Al señor General Héctor García, comandante
de la Policía Metropolitana de Bogotá, y al señor
General Rubén Carrillo, comandante de la Policía
Metropolitana de Medellín.
Dos extraordinarias
carreras al servicio de la Policía de la Patria, desempeñadas con honradez
y con eficacia, y comprometidas en la actual coyuntura a devolverles
plenamente la seguridad, que es el presupuesto de la justicia
y de la libertad, a dos urbes de la importancia de la Capital
de la República y de la ciudad de Medellín.
Generales García y Carrillo: la tarea
que ustedes, con todos sus compañeros de la institución
armada, realizan para devolverles a estas dos ciudades plenamente
la tranquilidad, redundará en inversión, redundará en
empleo, redundará en justicia social, redundará en
calidad de vida de los habitantes de estas dos ciudades colombianas.
Y condecoramos con la Medalla al Valor a oficiales,
suboficiales, agentes y a un representante de las empresas privadas
de vigilancia.
Hemos venido impulsando en Colombia el concepto
de que la seguridad es para todos y entre todos la tenemos que
obtener.
Empezamos en Neiva
un esquema profesional muy bien concebido por la Policía,
para integrar a todos los que trabajan en las empresas privadas
de vigilancia en la tarea
de la seguridad.
Lo estamos ya extendiendo
a muchas ciudades colombianas. La Patria con más de
200 mil ciudadanos que sirven en las empresas de seguridad,
cuenta con una gran fuerza
humana para contribuir al rescate de la seguridad.
Bien integrados
con la Policía, bien
controlados por las instituciones oficiales, comprometidos en
la profunda dimensión de su patriotismo en este servicio,
estos compatriotas nos están ayudando muchísimo
al rescate de la seguridad.
Los condecorados
hoy, uno de Bogotá y
otro que hemos condecorado en forma póstuma y que la condecoración
la recibe su señora esposa, son ejemplo para aquellos
colombianos que, en más de 200 mil, estamos llamando a
que nos contribuyan en esta tarea.
Que mientras están en prestación
de su servicio, no solamente cuiden la oficina o el edificio
a cargo, sino también el espacio público, y se
mantengan prestos a comunicarse con la Policía, con el
Ejército, con el DAS, con la Fiscalía, para poder
proteger a todos los ciudadanos que transitan por ese espacio
público.
Y que cuando estén en sus horas de descanso
hagan parte integrante de los frentes de seguridad de la Policía,
allí en el barrio, en la localidad de su residencia.
Y hemos condecorado
en forma póstuma
a unos luchadores de la Policía Nacional. A sus familias,
nuestra gratitud. Nos duele en el alma el sacrificio de ellos.
Pero con su valeroso sacrificio, con ese sentimiento de Patria
de sus familias, han puesto un aporte muy alto, muy importante,
para que la Patria tenga que sufrir menos sacrificios de éstos
que tanto duelen.
Eso es lo que ha
dejado el terrorismo. Eso es lo que han dejado todos estos
discurseros del terrorismo,
que durante tanto tiempo han hecho tanto daño a Colombia
y han engañado a tantos colombianos.
Han dejado viudas
y huérfanos. Han dejado
estos terroristas dolor en madres, esposas, en padres e hijos.
Han dejado estos terroristas familias con profundo, permanente,
incurable, dolor.
Por eso tenemos
que derrotar estos terroristas. Ya han transcurrido 27 meses
de este Gobierno. Pero cuando estrecho
la mano de los policías de mi Patria, cuando estrecho
la mano de las viudas de los policías de mi Patria, asesinados
por el terrorismo, cuando estrecho la mano de madres y padres
de policías de mi Patria asesinados por el terrorismo,
le pido a Dios que el paso del tiempo no nos deje disminuir el
entusiasmo, no nos deje menguar la determinación, que
en cada nueva hora tengamos más entusiasmo, renacida esperanza,
mayor vocación, más férrea determinación
para derrotar el terrorismo.
Porque esta tarea
contra el terrorismo no es una tarea furtiva, de momento, por
una razón política.
Es una tarea permanente, consagrada hasta el momento en que en
la Patria no haya un solo terrorista, consagrada hasta el momento
en que hayamos recuperado plenamente la paz y la tranquilidad
para nuestros compatriotas.
Contra el Estado
pusilánime, nuestra
fortaleza para derrotar el terrorismo. Contra las justificaciones
de algunos políticos al terrorismo, nuestra fortaleza
para derrotar el terrorismo.
Convencidos como
estamos que estos 40 años
de terrorismo han sido 40 años de atraso en Colombia,
de atraso en lo económico, de atraso en lo social, de
atraso en el bienestar, de atraso en la consecución de
la sociedad fraterna, queremos una Colombia sin exclusiones y
sin odios, una Colombia en permanente debate democrático,
pero debate constructivo, debate sin acidez, debate en el cual
se puedan superar las contradicciones, y a éstas no se
les dé el alcance de insuperables y de antagónicas,
para poder ir en la construcción permanente de una sociedad
fraterna.
Y allí tenemos dos obstáculos.
El obstáculo del terrorismo y el obstáculo de la
corrupción.
Con nuestro ejemplo,
con el ejemplo de la Policía
de la Patria para derrotar el terrorismo, vamos a remover el
primer obstáculo. Y con el ejemplo de todos los que tenemos
responsabilidades en el Estado y en el sector privado para erradicar
la corrupción, vamos a remover este segundo obstáculo.
Muchas gracias,
Policía de mi Patria.
Con el sacrificio de ustedes, con su abnegación y con
su servicio, las nuevas generaciones de colombianos podrán
vivir felices en esta gran tierra de la Patria nuestra”.