PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE DURANTE EL SEMINARIO “UNA AGENDA SOCIAL PARA COLOMBIA”.

Bogotá, 03 ago (SNE). La siguiente es la intervención del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, durante la instalación del seminario “Una Agenda Social para Colombia”, organizada por el Partido Conservador colombiano.

“Quiero felicitar a la Academia del Pensamiento Conservador y Humanista por la convocatoria a este foro. La introducción que acabamos de escuchar de su presidente, el doctor Martínez Simahan, pone un punto muy claro de lo que tiene que ser la nueva política colombiana.

Cuando trato de racionalizar muchas de las decisiones de mi vida pública en el ejercicio de una larga tarea política local y menos larga en lo nacional, me he dicho lo siguiente: a una generación que no le ha tocado un día de tranquilidad, como a la mía, que no le ha tocado un día de paz, le queda muy difícil dedicar la política a hacer vida partidista.

El apremio de las circunstancias y de las dificultades, en mi caso e imagino que en el de muchos de mi generación, la angustia de qué habrá de pasar con las nuevas generaciones de colombianos, si podrán vivir felices y tranquilas en esta nación o tendrán que repetir ciclos de tanto temor, de tanta incertidumbre es quizás lo que explique porqué muchos, sin pretender derrumbar a los partidos, al contrario, reconociendo su importancia como referentes morales de la nación, hemos optado por dedicar nuestras energías en el ejercicio de la política a buscar soluciones para la Patria a fin de que haya una democracia más operativa, más tranquila. Una nación que depare felicidad a quienes habrán de venir.

Quiero volver a aquella pregunta elemental: ¿qué es primero, la paz o la justicia social?

Recordamos ese debate, los mayores, en la época de universidad. La mía fue particularmente agitada en la universidad pública, parecía que el capitalismo se estaba derrumbando, que el concepto de propiedad privada estaba en crisis, que la teoría de la plusvalía, de su apropiación, de la explotación, del valor de uso, del valor de cambio, habían producido un efecto político devastador de la empresa privada y que nos aprestábamos a una sociedad de monopolio estatal de los medios de producción, como camino hacia la utopía comunista.

Pero, vivir para ver. Pocos años después sucedió todo lo contrario: la caída del muro de Berlín, el colapso de los sistemas comunistas, la profunda revisión en China que abre todas las posibilidades al capital internacional - para allá iba Cuba y es bueno tenerlo en cuenta, porque en ausencia de la Ley Hells-Burton Cuba sería, sin duda, uno de los polos más dinámicos de atracción del capital privado -. Nadie discute hoy esa empresa privada, pero queda la pregunta ¿qué es primero, la paz o la justicia social?.

En esa época era imposible pensar en la paz sin justicia social. Pero ¿qué hemos visto en varias décadas?: una economía que no ha crecido al nivel que lo ha exigido el crecimiento y las demandas de la población, una confianza inversionista que no se ha dado, una explicación de las desigualdades no por culpa de la empresa privada sino por falta de empresa privada. Eso sí que es importante.

Colombia, a mi juicio, lo que necesita para una política social sostenida y dinámica es una empresa privada vigorosa.

No es sino salir a las calles de Bogotá y comparar los ingresos de un trabajador informal de las calles capitalinas con los ingresos de un trabajador de salario mínimo de una empresa privada organizada. Éste último, en su ingreso, supera en dos veces y media al ingreso de los trabajadores informales. Quisiera dejar esa reflexión hoy en este foro del pensamiento conservador.

En mi concepto, una de las explicaciones de la injusticia colombiana es la falta de crecimiento de la empresa privada, que ha lanzado a las grandes masas a una informalidad que las ha empobrecido más y más.

Yo diría que la violencia, sobre todo la falta de sostenida voluntad política para derrotar esa violencia, ha sido el gran factor de incertidumbre en la inversión privada en Colombia. ¿Qué se requiere para que haya esa vigorosa empresa privada?: una política sostenida para superar la violencia. Por supuesto, eso tiene que generar confianza, tiene que construir albores de paz, pero no es suficiente.

Para sostener esa paz se necesita una sociedad con cohesión. Y esa sociedad con cohesión requiere unas políticas de igualdad de oportunidades y unas políticas redistributivas profundas. De ahí la importancia de este planteamiento de la Academia del Pensamiento Conservador.

Tenemos que avanzar hacia la superación de la violencia y hacia la consolidación de la comunidad colombiana como una comunidad de convivencia. Una sociedad en paz, pero una sociedad con cohesión social.

Son polos de esta ecuación mutuamente necesarios. Sin paz, sin voluntad política para derrotar la violencia, no es posible ese crecimiento y esa confianza inversionista para lograr la cohesión social. Y sin avance hacia la cohesión social es insostenible una política de Estado y de sociedad contra la violencia.

Por su puesto, hay que pensar en el planteamiento político. Hay que volver a hablar de lo elemental. Una sociedad sin exclusiones, si, pero también sin odios. Proyectos políticos sembradores de odio, proyectos políticos que a pesar de que no se atreven a enfrentar el concepto de empresa privada siguen apelando a la lucha de clases como el motor de la historia, son proyectos políticos que finalmente frenan el desarrollo de la sociedades.

De ahí la importancia de fortalecer el concepto político de la sociedad sin odios, el concepto político del debate fraterno, el concepto político de la agitación de antagonismos que se puedan superar, no de antagonismos irreconciliables. Creo que eso hay que repetirlo en todos los rincones de la Patria. Yo diría que en nuestra época aparecen proyectos políticos que saben mimetizar el odio de clases pero no lo abandonan, y su peligrosidad deriva de la circunstancia de que nunca construyen consensos sociales, nunca construyen consensos políticos.

En cambio, la sociedad sin exclusiones pero con el concepto político de la fraternidad, del debate solidario, es una sociedad que construye los mayores consensos posibles.

Quiero referirme, con estas declaraciones generales y elementales, al planteamiento que el Gobierno ha recibido de los parlamentarios Conservadores sobre política social.

FONDO PARA LA EQUIDAD SOCIAL

Primero: crear un fondo para la equidad social que asegure y soporte las 7 Herramientas de Equidad, garantice la permanencia de extensión, el componente social del Plan Colombia orientado a dar mayor apoyo a la capacitación para el trabajo de los jóvenes de los estratos uno y dos, y los programas a favor de las familias sin ingresos y de las mujeres cabeza de familia.

Me parece que es de gran importancia, en unas relaciones desclientelizadas, de compromiso programático entre el Congreso y el Ejecutivo - como lo ha señalado el doctor Martínez Simahan en esta mañana -, entender ese fondo como un compromiso de cantidad y calidad que se debe estar verificando permanentemente para que se avance en este derrotero social.

Yo creo que nosotros no debemos crear más fondos jurídicos. Eso es introducirle más inflexibilidad al manejo de las finanzas públicas. Pero tenemos que hacer la cuenta, proponernos unas metas, evaluarlas de cara al pueblo colombiano permanentemente, ver en qué estamos cumpliendo, en qué no estamos cumpliendo, cómo se corrige el rumbo para poder cumplir con esas metas. Quisiera dejar esa reflexión.

El Gobierno está dispuesto a revisar todas esas metas y a estar en un proceso público con ustedes, con los diferentes sectores políticos que nos acompañan y también con aquellos que están del otro lado examinando como vamos en esas metas. Diría yo, una contabilidad de lo social que asigne responsabilidades políticas. El Gobierno está dispuesto, con ustedes, a ponerle cifras y procedimientos de evaluación. Ahí entra el tema de la mayor capacitación para el trabajo de los jóvenes de los estratos uno y dos, y del programa de Familias en Acción.

La política social, a mi juicio, tiene que ser sostenible, lo cual la conecta necesariamente con dos temas: el crecimiento de la economía y el tema fiscal, a lo cual me voy a referir más adelante. Pero también tiene que ser una política generadora de valor. Y la mejor manera de verificar que una política social genere valor, es examinar si tiene capacidad redistributiva.

Entonces, uno entra a hacer una diferencia entre lo que es, por ejemplo, el programa Familias en Acción, el programa Jóvenes en Acción y una relación política entre Gobierno y Congreso de auxilios. Dejando a un lado el debate moralista sobre los auxilios, a mi juicio, el gran problema, aún en el evento de que se manejen transparentemente, es que no se garantiza con ellos inversión social que produzca un impacto redistributivo.

Entonces hagamos la comparación entre una partida presupuestal para arreglar una fuente de ornato en un municipio y el programa Familias en Acción. Puede que la inversión en esa fuente de ornato genere unos empleos transitorios unos días, apacigüe el desempleo en ese municipio, mejore la estética del municipio, contribuya a ese ornato público, pero no produce impacto redistributivo alguno. En cambio, hay 340.000 Familias en Acción, - la semana pasada terminamos una evaluación -, beneficia a más de 800.000 niños. ¿Qué dice la evaluación?: ha mejorado sustancialmente la asistencia escolar, la nutrición. Y lo de la nutrición se refleja, por ejemplo, en el mismo crecimiento de los niños.

La Revolución Educativa

Entonces, eso nos va conectando con la solución de unos problemas bien graves como la vinculación laboral de los niños prematuramente. La retención escolar y el auxilio a la familia, para garantizar esa retención escolar, nos ayuda a superar ese problema y nos va conectando con el tema de la Revolución Educativa, que nosotros no dudamos en ponerla como la primera de las 7 Herramientas de Equidad por la relación educación – oportunidades – productividad – competitividad – ingresos.

La Revolución Educativa es el esquema de inversión social que más profundo impacto puede tener en la redistribución del ingreso. Y Familias en Acción, en una sociedad con ésta pobreza, es un presupuesto para esa Revolución Educativa.

Un programa como Familias en Acción hay que destacarlo, defenderlo, echarlo para adelante. Para eso no puede haber escasez presupuestal, para eso hay que aplicar lo que decía don Pepe Sierra en materia de contabilidad: “hay cosas para las cuales la única contabilidad que se acepta es: tiene que haber”. Que en otras cosas se reduzca el gasto, pero para esto tiene que haber, sin duda alguna.

Quería resaltarles ese programa para que pensemos y vayamos conectando lo empírico y casuista con la concepción general; la concepción general de la sociedad con cohesión para sostener la paz; de la política social con impacto redistributivo con los instrumentos que la pueden lograr.

Por ejemplo, Jóvenes en Acción. Todos sabemos lo que ha pasado con miles de bachilleres colombianos sin formación para el trabajo, sin posibilidades de acceso a la universidad, muchos jugando billar, a esperas de que los contraten guerrilleros o paramilitares, a esperas de que los llamen a participar en el negocio del narcotráfico. De ahí la importancia del programa Jóvenes en Acción.

El programa Jóvenes en Acción cómo conecta con la Revolución Educativa que es la gran oportunidad de impacto redistributivo: esos muchachos asisten a un ciclo académico y práctico, y ahora que le hemos asignado el programa al Sena se les está vinculando, una vez concluyen, al programa de crédito de microempresas. Además, se les estimula a que combinen la continuidad en el estudio con la continuidad en el trabajo.

Entonces muchachos de los estratos más pobres que eran unos bachilleres perdidos, sin formación laboral, sin perspectivas de empleo lícito, sin posibilidades de acceso a la universidad se están rescatando para el trabajo y para la vida académica. Estamos terminando, ahora, una graduación de 19.000, haciendo una convocatoria de otros 20.000.

En la Reforma Administrativa le hemos dicho al Sena: “uno de los esfuerzos que usted tiene que hacer ‘Sena’, es llevar sobre sus hombros este programa”. Este programa no puede depender de que tengamos un crédito externo o no.

En la Reforma Administrativa, que tiene otro significado que es ir derrotando al Estado burocrático para poder financiar el Estado social - no es acabar el Estado es tener menos Estado burocrático para tener más Estado social -, ese es otro tema importante para la política social, para la cohesión social: ¿cuál es el tipo de Estado que necesitamos, cuál es el tipo de Estado que queremos?, esa es una pregunta absolutamente necesaria.

El Estado burocrático ha sido un derrochador de recursos, lo que ha hecho es desviarlos y crearle escasez a la política social, de ahí la exigencia al Sena: “ustedes tienen que pasar de un millón de estudiantes a cuatro millones por año; tienen que hacerse cargo del programa Jóvenes en Acción y crear un programa nuevo, semejante a este, para el campo: Jóvenes Rurales”. Están empezando con 65.000 jóvenes rurales. El programa empezó hace alrededor de dos meses, en Simití - sur de Bolívar.

Cuando se analizan dos programas como este, que vienen del Gobierno anterior, hay que tener en cuenta su sostenibilidad financiera. Nada nos ganamos con lanzar esos programas y no pagarle a la gente. Nosotros nos hemos dado a la tarea de que la gente pueda creer en esos programas, de que a las Familias en Acción se les pague oportunamente.

Entonces, en muchas partes primero me reclamaban: ‘Presidente, es que no nos pagan’. Y a penas empezamos a cumplir en los pagos, me reclaman: ‘Presidente, es que hay que ampliar la cobertura’. ¿Qué les he dicho yo?: afiancemos la credibilidad, vamos a pagar oportunamente, es lo más importante antes que ampliar cobertura, aún necesitando mucha más cobertura.

Defender un esquema de política social no es decir que esto está bien. La sociedad colombiana está tragada de la tierra, sumida en el empobrecimiento. Lo importante es que definamos muy bien cómo vamos a recuperar esto y seamos consecuentes y avancemos. Cómo vamos a pintar nosotros que esto es un paraíso, no es sino ir allí al sur de Bogotá o ver los vendedores informales aquí a 20 metros de la puerta de la Universidad. Pero, si tenemos unas políticas bien evaluadas y estamos convencidos objetivamente de que sirven, insistamos en ellas.

- País de Propietarios

El segundo punto que propone el partido Conservador: adoptar medidas audaces para desarrollar el propósito de hacer de Colombia un país de propietarios, con iniciativas como la democratización de la propiedad accionaria de las empresas públicas, estimulando la capitalización del ahorro de los usuarios de los servicios, facilitar el crédito para estimular el espíritu emprendedor y empresarial de los colombianos, y agilizar la titulación de la propiedad urbana en los barrios subnormales.

Estamos plenamente de acuerdo. Una de las 7 Herramientas de Equidad, es el País de Propietarios.

Este país le tiene que doler a todo el mundo. No puede ser que les duela a unos si, a otros no. No puede ser que aumentemos el riesgo que se corre hoy en toda América Latina - a lo cual refería el doctor Martínez Simahan -, que las sociedades desesperadas ya no les importa el sistema que las rige, sino las soluciones. Es lo que ha sustentado las dictaduras. La gente ha perdonado en muchos periodos históricos los excesos de las dictaduras porque no miran el mal de las dictaduras simplemente por apoyar lo que consideran que esa dictadura les está respondiendo y que no lo habían encontrado con otro sistema.

Nosotros tenemos que ser muy cuidadosos para que la sociedad colombiana aprecie sus instituciones, para que la sociedad colombiana no renuncie ideológicamente al marco democrático, para que la sociedad colombiana no caiga en las tentaciones del nuevo populismo, para que la sociedad democrática no caiga en las tentaciones de los modelos vergonzantes de la lucha de clases. Y para eso es bien importante el País de Propietarios.

Hemos hecho un gran esfuerzo en microcrédito. La cartera pasó de 700 mil millones de pesos en diciembre de 2002, a una cartera hoy de billón 400 mil millones de pesos. Hemos llegado con microcrédito a un millón cien mil colombianos.

Por ejemplo, el descenso del desempleo en Cali, que ha sido bien importante, está bastante conectado a la política de microcrédito. Cuando este Gobierno empezó una fundación de Cali, el Banco de la Mujer, tenía 40 mil usuarios de microcrédito con una cartera de 40 mil millones de pesos. Hoy tiene más de 80 mil usuarios con una cartera de 120 mil millones de pesos. Y eso ha impactado de manera bien importante la ciudad de Cali.

Me da pena esbozar esta tesis delante de economistas tan prestigiosos como los que asisten a este acto, encabezados por ese gran patriota el ex ministro Roberto Junguito. Cada que Colombia tiene un incendio lo tenemos que llamar. Quiero hacerle ese reconocimiento con todo patriotismo y con toda admiración. De él si me dejo regañar, porque él tiene una cosa que se llama: Entidad patriótica.

Discutiendo con los economistas uno ve lo siguiente: en algún momento se habla de cómo impactar la oferta, y en otro, de cómo impactar la demanda. En esas discusiones yo les he dicho: “pongan a prueba esta tesis: que el microcrédito las junta en el espacio y en el tiempo, y produce efectos sobre ambas de inmediato”.

Uno financia a una microempresaria, se supone que ella ha hecho un curso en el Sena del Valle del Cauca, está acompañada por la Fundación Carvajal, llega al Banco (ahí vamos mirando todos los elementos que se juntan en esto), recibe el microcrédito e inmediatamente compra su maquinita. Crece la oferta.

Pero también inmediatamente empieza a aumentar sus ingresos o vincula a alguien de su familia o a un tercero a esa pequeña empresa. Entonces, uno ve allí una simultaneidad entre el crecimiento de la oferta y el crecimiento de la demanda.

En una economía estancada por el lado de la inversión y estancada por el lado de la demanda y el consumo, el microcrédito ayuda a resolver simultáneamente ambos problemas.

Pero también hay que conectar el tema del microcrédito con el resultado general de la empresa privada. Porque muchas veces la microempresa, o generalmente, es alimentaria de insumos de materias primas de la gran empresa, o distribuidora de la gran empresa. Hay una gran conexión. O un conjunto de pequeñas empresas forman una gran empresa desconcentrada, que finalmente confluyen a una marca, a un producto, a un servicio. Entonces, tampoco podemos mirar el tema aislado del conjunto general de la economía.

Y esa es una de las políticas en las que hemos logrado tener inmenso avance sin plata. ¿Qué hicimos?: con el sector financiero hicimos un pacto, le dijimos: “el sector financiero tiene que volverse simpático y querido con el país”. El sector financiero tiene dos opciones: o ser el malo del paseo, los periódicos publicando las utilidades del sector financiero y el país odiándolo, o ser el bueno del paseo y ayudar a que la sociedad colombiana esté más tranquila.

Entonces, el sector financiero también tiene que entrar en el tema de la solidaridad. ¿Por qué? - y además por razones prácticas -: si se van a quedar solamente para prestarle a los ricos, son muy poquitos ya. Rapidito se quedan sin clientela. Ellos tienen que ampliar el mercado, buscar nueva gente a quien prestarle. Entonces, una serie de concepciones de esta naturaleza, son las que inspiran nuestro pacto con el sector financiero, que tiene dos eventos: septiembre de 2002 y diciembre de 2003.

En septiembre de 2002 ellos se comprometen a entregarle a la microempresa 350 mil millones de pesos. En diciembre de 2003 se comprometen a entregarnos, para vivienda social, 550 mil millones de pesos y lo van cumpliendo.

Recursos hay. ¿Cuál es el problema del microcrédito?: la capacitación del microempresario, el acompañamiento del microempresario, el proyecto del microempresario y la garantía.

El país tiene que hacer un gran estímulo para capacitación del microempresario con el Sena y con todas las fundaciones. ¿Qué hemos encontrado?: que las fundaciones son muy buenas pero están en muy poquitas partes del país. Uno encuentra, por ejemplo, en Cali siete fundaciones extraordinarias para colocar microcrédito. Pero no las encuentra en los municipios de la Cordillera en el Norte del Valle del Cauca. ¿Qué se está haciendo?: buscando, por ejemplo, en la Costa, que la Fundación Mario Santodomingo nos ayude a instalar las fundaciones de microcrédito en Montería, en Sincelejo, etcétera.

Yo les diría, primera barrera para poder generalizar el microcrédito: la falta de fundaciones en todo el territorio. Las hay muy buenas en unas regiones, pero tenemos que llevarlas a la generalidad del territorio. Allí hay un problema.

Y el segundo problema, el del acompañamiento. Si la microempresaria acude a un banco hay dos opciones: o va acompañada por la Fundación Mario Santodomingo o por Actuar o por la Fundación Carvajal o por el Banco de la Mujer o va sola. Y si va sola y no tiene antecedentes, encuentra grandes dificultades para acceder. Si va acompañada le abren las puertas, lo hemos estado viendo en todo el país. Se necesita el acompañamiento al microempresario. El acompañamiento para solicitar el crédito, el acompañamiento mientras el microempresario sea deudor.

Y se necesita la garantía. Creo que ha sido bastante audaz el Ministerio de Comercio e Industria con los acuerdos que ha promovido con el Fondo Nacional de Garantías. Hemos vinculado a gobernadores y alcaldes y eso nos ha permitido empezar a ofrecer garantías en todo el país por el 70 por ciento. Entonces, por cada peso que aporta un municipio, un departamento, la Nación garantiza $22, a través del Fondo Nacional de garantías. Allí ahí un instrumento bien importante.

Este es un caso de política social donde se necesita más que plata vincular a todo el mundo: al sector financiero, a las fundaciones, al Fondo de Garantías, etcétera, y hacer política en el buen sentido. Yo le digo a los alcaldes ‘ustedes cómo le resuelven el problema más fácilmente a sus electores: colocándolos en el municipio o creando un programa de microempresas’. Se lo quisiera decir también a los congresistas con toda solidaridad. Ese es un camino bien importante para la praxis política, porque vemos los líos que tenemos en departamentos, en municipios, en la Nación.

Yo creo que en microcrédito vamos bien y vamos bien en financiamiento de la gran empresa. Vamos mal en la mitad. Hay un conjunto muy grande de empresarios del país, pequeños, que no alcanzan a ser micros, que no son grandes, que en el pasado perdieron la condición de sujetos de crédito y no la hemos podido reestablecer.

Se está haciendo un esfuerzo en las regiones agropecuarias, con los patrimonios autónomos. Este año han aumentado bastante en el Cesar para la nueva cosecha algodonera, pero ahí tenemos un problema.

Yo no quisiera venir a pintarles acá un paraíso. Un camino de rosas. No. Ver donde hemos avanzado y donde no.

El Ministro Botero se queja porque vamos a esos foros, que convocamos en las ciudades permanentemente, a ver cómo vamos en el crédito, cómo vamos en las relaciones Estado – generación de empleo. Y dice: ‘pero por qué tanta protesta si ha mejorado mucho el crédito’. Y le dije: ‘poruqe aquí no vienen los que recibieron el crédito, sino los que no lo han podido recibir’.

Por eso el Gobierno no puede vivir pendiente del power point. Yo he dicho en el gabinete: mejor que vivir pendientes del power point hay que vivir pendientes del power people. De ahí la importancia de la relación permanente del Gobierno con la gente. Ese ejercicio semanal no es de un Presidente que llegó allá como Santa Claus con una chequera. El Ministro Junguito nos advirtió muy claramente, cuando los empezábamos, que el reto era hacer eso con responsabilidad frente al fisco. Y hoy los que critican que no hay responsabilidad frente al fisco es porque no los conocen, porque no han ido a esos Consejos Comunitarios, porque simplemente oyen chismes sobre ellos. Pero, ¿cuál es la importancia? Esa presión de la gente.

Uno viendo un power point se pone feliz. Entonces dice la doctora Beatriz Londoño (directora del ICBF) “voy a lograr el año entrante el millón de niños beneficiados con refrigerios, el doble de lo que prometimos en la campaña”. Otra cosa es ver lo que no se ha logrado.

El power point le permite ver a uno lo que se ha logrado. El contacto con la gente, todo lo que falta, que es lo mayor en Colombia.

- Manejo social de los servicios públicos

Este tema si que es bien delicado en Colombia. Problemas de deficiencias en cobertura, en calidad y unos problemas de incendios ideológicos.

Para pasar de lo general al caso. Nosotros encontramos incendiada la relación entre las empresas electrificadoras de la Costa y los usuarios. ¿Qué hicimos?: en lugar de adoptar una posición indiferente o de estimular la contradicción, nos hemos dado a la tarea de hacer una pedagogía para juntarlos.

Le hemos dicho a los usuarios: ‘los problemas de servicios públicos de Colombia no permiten un monopolio estatal, es imprescindible el capital privado en los servicios públicos’. Tampoco tenemos la posición dogmática de llegar al extremo de decir: “todo privado”. Creo, por ejemplo, que las empresas estatales buenas hay que mantenerlas, son una defensa frente a las fallas del mercado.

¿Quién instala aquí hidroeléctricas si se vende ISAGEN?, a uno le dicen que el mercado, y nunca las instalan. El mercado en Colombia ha comprado hidroeléctrica baratas pero no ha construida la primera. Entonces le dicen a uno: “el día que se necesite el presupuesto aporte el dinero, no se necesita ISAGEN”, ¿Si?, y entonces cuando aporta el dinero, a uno en el evento de aceptar que lo tenga, ¿dónde está el instrumento institucional para ejecutar la obra?. Entonces nosotros hemos querido mirar esto con algún grado de pragmatismo.

Y del otro lado llamamos a las empresas privadas en la Costa y les dijimos: ‘hay que tener mucha paciencia, escuchar a los usuarios, mucha objetividad, mirar en qué tiene razón, un diálogo permanente y vamos a construir solidaridad’. En eso hemos avanzado. En las últimas semanas ya se han creado unas microempresas de distribución de energía en algunos municipios de la Costa, que cambian totalmente la percepción social, donde está la comunidad directamente vinculada a microempresas de distribución de energía. Entonces estamos sustituyendo ese antagonismo por un entendimiento.

La última asamblea de los prestadores de servicios públicos fue bien importante porque aparecieron los voceros de los usuarios. Quedan por resolver muchos problemas, pero allí hubo más tranquilidad y concurrieron ambos a la asamblea. Y encontramos un discurso de menor tensión, un discurso ya con asomos de comprensión. Eso lo necesita Colombia: una relación muy fluida, muy constructiva, entre empresas de servicios públicos y usuarios, que garantice transparencia, que no haya abusos.

¿Y la participación de los usuarios?: muchas formas. Por ejemplo, frente a estas empresas privadas de la Costa, una forma: las microempresas de distribución. En Emcali (Cali) vamos a tener un gran ejemplo, el doctor Holguín lo ha seguido muy de cerca y lo ha apoyado, uno de los puntos de la solución es tener un fondo de capitalización social del cual sean socios todos los usuarios.

Y ese fondo va a cumplir varias misiones: la primera, cerrar la brecha entre el proveedor del servicio y el usuario. Que cuando yo abra la llavecita del agua en Cali sepa que en alguna forma yo no soy solamente usuario, sino que participo en la estructura del proveedor.

Segundo, ese fondo va a empezar con unos 25 mil millones de pesos el primer año. Pero proyectándolo a 20 años, puede ser inmenso. Le puede dar una buena dosis de independencia financiera a la empresa.

Tercero, ese fondo va a tener un contrato de desempeño con la empresa. O sea que Emcali no solamente va a depender del alcalde municipal de turno, sino que va a tener que honrar un plan de desempeño permanente con ese fondo. Y como la Nación capitaliza en ese fondo una deuda de Emcali muy alta, allí estará la Nación.

¿Cuál es la idea?: ir extendiendo ese modelo, ajustado a todas las empresas de servicios públicos, empezando por aquellas donde intervenga la nación. Que la nación tiene que rescatar la empresa de acueducto de Sincelejo: exigir el fondo. Que la Nación tiene que rescatar la empresa de acueducto de Cúcuta: exigir el fondo. Además de todo lo que hay que exigir.

Estoy plenamente de acuerdo en esos esquemas de participación de los usuarios en los servicios públicos.

- Política de Vivienda (País de propietarios)

Tercero, fijar porcentajes anuales de aumento en los servicios destinados al subsidio de vivienda de interés social. Estoy plenamente de acuerdo.

Veníamos ejecutando 30 mil millones de pesos en el mejoramiento de vivienda rural. Los 30 mil millones de pesos de este año ya se acaban de asignar, y en la adición presupuestal vienen otros 30 mil millones. El primer compromiso en esta materia es duplicar los recursos para mejoramiento de vivienda rural.

La causa del desplazamiento no es solamente la violencia. La violencia ha sido un detonador del desplazamiento. La vivienda rural tiene todas las justificaciones en Colombia, hay que atajar ese crecimiento macrocefálico, como lo llamara el doctor Álvaro Gómez Hurtado, aplicando el concepto a las manchas urbanas. Ahí juega un papel importante la vivienda rural.

El compromiso del Gobierno es duplicar los recursos para vivienda rural.

Para vivienda urbana, lo que va a presentar la doctora Beatriz Uribe (Viceministra de vivienda), muestra una política bien concebida, que tiene elementos muy importantes que vienen de atrás. Por ejemplo: ¿ustedes creen que yo iba a poner en duda las cuentas AFC del Gobierno anterior y del Ministro Eduardo Pizano?, son muy buenas, excelentes. Ha habido mucha disputa teórica: “que es un estímulo que no impacta a los sectores más pobres”, inicialmente no. Pero en ese tipo de construcción es donde se genera el mayor empleo. Eso, solamente, las justifica.

Y hemos dado unos pasos importantes. Por ejemplo, estamos al día en subsidios. Pagamos toda la cuenta de subsidios que venía de atrás. Y está bien que el Gobierno anterior se hubiera comprometido con unas vigencias futuras y que a este Gobierno hubiera heredado la deuda. Cómo no lo hace, con ese problema de desempleo tan grave y que este Gobierno la hubiera pagado.

Estamos atrasados todavía en ejecución. Pero la Viceministra les va a mostrar una política muy bien concebida, muy bien concertada, que tiene que mostrar en los meses que viene, mejores resultados, con un elemento: la Ministra y la Viceministra se han dado a la tarea de sustituir el concepto de simple subsidio a la demanda, por el concepto de subsidio efectivo.

Porque aquí llegamos a tener el año pasado 140 mil millones asignados en vivienda de interés social que la gente no reclamaba, porque no reunía los requisitos. La Viceministra les contará como se está garantizando que el beneficiario pueda reunir los requisitos.

No hemos encontrado posibilidad fiscal de aumentar esos recursos. Ojalá podamos hacerlo. Pero ahí entra una cosa bastante promisoria, que es la nueva línea de crédito.

Yo diría que, cuando uno ve el faltante de recursos fiscales y el faltante de vivienda social en Colombia, a futuro piensa que más importante que los subsidios, serán los créditos.

Y el gran problema que hemos tenido en vivienda social es la dificultad de la gente para acceder al crédito. El acuerdo que hicimos con los bancos en diciembre, lo que se viene haciendo a través de Findeter y de las Cajas de Compensación, inicialmente, y de algunas cooperativas serias, nos ayudará mucho.

No es fácil canalizar ese crédito. Muchos bancos nos dijeron: ‘nosotros firmamos el acuerdo y aportamos la plata, pero no tenemos experiencia en administrar esos créditos’, entonces le entregaron la plata a Findeter que la capta con unos títulos, pero Findeter no puede ser banco de primer piso. Findeter tiene que encontrar, a través de quien las coloca.

Entonces se buscó a las Cajas de Compensación, con ellas hay un acuerdo, están unos cupos asignados, pero empieza muy lentamente el desembolso. El sistema está bien concebido, con precauciones. Por ejemplo, tenemos que llegarle a los sectores más pobres a través de fundaciones y cooperativas, pero con el buen cuidado de no incurrir en errores del pasado, donde se colocaron unos recursos en unas cooperativas y se los robaron. Eso también le causa mucho pánico a Findeter.

Tenemos que saber cómo colocamos esos recursos., pero yo llamaría la atención de ustedes sobre esto: avancemos en el mejoramiento de vivienda rural, reitero el compromiso de duplicar esos recursos. Analicemos bien la política que les va a presentar la doctora Beatriz Uribe Botero, en vivienda urbana. Confío en que, a pesar de que estamos atrasados en ejecución, esa política, como está concebida, va a mostrar muy buenos resultados en pocos meses.

Y quiero pedirles una reflexión sobre la importancia del crédito para vivienda social. Yo creo que va a ser más importante el crédito para vivienda social que el subsidio.

- Cobertura en educación y salud (Revolución Educativa y Protección Social)

“Fijar metas anuales debidamente comprobables de aumentos en los cupos de educación y en el cubrimiento del Sisben”. Estoy plenamente de acuerdo. Las Siete Herramientas de Equidad tienen que buscar ese impacto redistributivo.

¿Cómo hemos avanzado en eso?: a la fecha se han creado más de 750 mil cupos - eso casi que lo medimos diariamente -, pero la meta en el cuatrienio es de un millón 500 mil cupos. Y falta lo difícil, porque hasta ahora lo hemos logrado con el aumento de la carga de estudiantes por profesor, pero ya eso está bastante copado. De aquí para adelante, nos va a tocar inyectar más recursos.

Ahí es donde quiero invitarlos a ir conectando este tema con el de las finanzas públicas.

¿Cómo vamos a financiar 750 mil nuevos cupos escolares, que tenemos que crear en lo que resta del Gobierno?: hay un elemento, por ejemplo, el crecimiento real de las transferencias.

Y quiero - nuevamente ofreciéndoles todas mis excusas por el atrevimiento de hablar estos temas delante de economistas tan prestigiosos -, pedir que se mire muy cuidadosamente el tema de las transferencias.

Cuando uno ve, por ejemplo, en el caso educativo, dice: ‘pidánnos eficiencia en la aplicación’. En el caso de la salud (que es otro tema al que me voy a referir más adelante), pero yo veo imposible recortarlas.

El año pasado hicimos un esfuerzo muy grande para exigir que parte de las transferencias, las entidades territoriales las llevaran a pensiones. Pero cuando uno ve el faltante en cobertura escolar y el faltante en cobertura de salud, se pregunta ¿cómo las recortamos?.

¿Yo qué propondría en transferencias?: mantengamos el acto legislativo que se aprobó en la administración Pastrana y que el país empiece a estudiar cómo sustituirlo, porque se agota en el año 2008.

Yo me atrevo a decir lo siguiente: pensemos, por ejemplo para sustituirlo, en que simplemente a partir de ese momento se mantenga su valor real. Dejaría allí la propuesta. Pero por lo pronto no pensemos en afectar el crecimiento de esas transferencias por el impacto, especialmente, en la educación y en la salud. Eso si, busquemos mecanismos para garantizar la mayor productividad.

En educación hemos avanzado mucho, en salud no. En servicios públicos, allí tampoco. Todavía no se ve una relación directa entre el aumento de las transferencias para acueductos y alcantarillados y lo que debería ser un aumento proporcional de cobertura.

El tema frente a las transferencias hoy es, no disminuirlas, pero si exigir mejores resultados.

Quería darles algunas cifras alentadoras en educación.

La matrícula pública venía creciendo, pero la privada disminuyendo, especialmente en primaria y secundaria. Entonces se crearon, por ejemplo, 800 mil cupos en el sector público, pero el crecimiento total no fue sino de 400 mil, ¿por qué?: por el decrecimiento de la privada.

¿Qué vemos ahora?: hay un crecimiento de 750 mil cupos en estos dos años, pero se frenó el decrecimiento de la matrícula privada. Entonces se espera, como van las cosas, en el sector público y en el sector privado un crecimiento general bastante significativo.

En las universidades lo que nosotros tenemos es esto: hasta el momento se han creado alrededor de 130 mil cupos universitarios, la mayor parte en las universidades públicas.

La matrícula en la universidad privada venía descendiendo, pero desde el año pasado ya encontramos una recuperación de la tendencia de la matrícula en la universidad privada. Ese es un tema a tener en cuenta.

Y cuando hablan de fijar metas trianuales de mejoramiento en los índices de bienestar ciudadano, equidad social. Yo estoy de acuerdo.

Eso no puede ser una información esporádica, el país tiene que estar midiendo permanentemente el índice de calidad de vida, la evolución del coeficiente “Gini”. Hay 3 ó 4 indicadores, que los estuvimos repasando nuevamente en el Consejo de Ministros del sábado, porque cuando se utilizan esporádicamente, sorprenden las políticas y no se puede estar haciendo un seguimiento permanente a la política. Y se utiliza para fines electorales.

La situación social sigue muy difícil. Pero ¿qué diferencias encontró Planeación con la Contraloría? Las siguientes: el informe de la Contraloría tuvo en cuenta una canasta diferente a la que se venía utilizando. A mi me parece bien hasta ahí. Porque si se encuentra que la canasta para medir pobreza es una canasta muy avara y que hay que aumentarla, esa decisión hay que tomarla.

Lo qué pasa es que hay que ser justos. Hacia atrás y hacia delante hay que medir con la misma canasta. No puede ser que lo de atrás lo midamos con la canasta vieja, que era menos exigente, y lo nuevo con la canasta nueva, que es más exigente. Porque entonces, como la canasta vieja era menos exigente, atrás aparece menos pobreza. Y como la canasta nueva es más exigente, ahora aparece más pobreza.

Yo estoy de acuerdo que se cambie la canasta, pero hay que utilizar la misma medida hacia atrás y hacia delante.

El segundo problema es que se tiene en cuenta la encuesta de hogares y no las cuentas nacionales. Ese es un problema bastante técnico, delicado. Porque las cuentas nacionales, a través de las transferencias, por ejemplo, indican que a la gente de los sectores populares le debe estar llegando más dinero. Pero la gente no lo percibe así y no lo refleja así en la encuesta de hogares. ¿Por qué?: porque si llegan a un hogar que este en esa línea de pobreza y no tienen el carné del Sisben, o tuvieron un problema de deserción estudiantil, qué les va a interesar a ellos que haya unas transferencias. Lo que si miden las cuentas nacionales.

Y el informe de la Contraloría se salta dos años. Veo que no se refiere al año 2001 al año 2002. Pero es muy importante estar mirando esto permanentemente. Lo que no podemos es dejar que eso se convierta simplemente en un tema agitacional en vísperas electorales.

Y yo estoy de acuerdo con lo que proponen ustedes, doctor Carlos, de esa medición periódica, a ver cómo va mejorando la sociedad colombiana.

Quería hacerles estos comentarios. Ustedes en el día van a tener la oportunidad de examinar todo esto. Quería reiterarles toda la receptividad del Gobierno para estar ajustando con ustedes, con las otras fuerzas políticas, este tema. Me parece muy importante que ésta sea la relación de los partidos con el Gobierno.

Esto enaltece la política. Esto, verdaderamente, le crea legitimidad a las instituciones, le da peso a los referentes morales que debe tener cada sociedad entre los cuales de gran importancia, son los partidos. Por eso el Gobierno recibe con agrado y con regocijo patriótico este tipo de esfuerzos.

Yo les rogaría si conectar el tema con la situación fiscal, porque hay que financiar la política social. Yo les dejaría esa inquietud. Hay que financiar la política social.

Y con otro tema. No dejemos que prospere la tesis de que lo que pasa es que este Gobierno es un Gobierno militarista, que Uribe es militarista. Que digan de Uribe lo que quieran, eso esta bien. Pero que no prospere la tesis de que como Uribe es militarista, fascista, etcétera, que no se puede gastar en seguridad sino que hay que gastar en lo social.

Miren, en esa conversación con todos los alcaldes del país, todos le dicen a uno: más policías, por ahí cuando estamos reuniditos. Y todos exigen más política social.

Eso se siente en la base de la sociedad colombiana, interpretémoslo. No dejemos que nos pongan en contraposición, como variables excluyentes, la política de seguridad con la política social. Hay que pedir las dos cosas: más policía y más inversión social. Pero no dejemos que nos presenten un discurso como que lo uno excluyera lo otro. Entre otras cosas, porque si no hay seguridad no hay crecimiento y no hay manera de sostener la política social.

Conecten muy bien este tema con el tributario. El Ministro de Hacienda vendrá esta tarde, anoche tuvimos otra sesión con él. El tema es muy, muy difícil. Y yo le dije: ‘cuando estamos procurando hacer una política de bancadas, de nuevas relaciones con el Congreso, no conviene simplemente que nosotros presentemos proyectos de ley para que el Congreso los rechace. Ni conviene irnos al extremo de decir: como el Congreso no quiere, nada se hace’.

Vamos a forzar aquí con toda seriedad una concertación seria con el Congreso, a ver cómo damos un paso fiscal serio.

Muchas gracias”

ARCHIVO GENERAL