DISCURSO
DEL PRESIDENTE ÁLVARO URIBE EN
EL CONGRESO ALGODONERO
Bogotá, 21 jul. (SNE).- El siguiente es el discurso pronunciado
este miércoles por el presidente Álvaro Uribe Vélez
al instalar el Congreso Algodonero Nacional 2004 en Bogotá:
"Registro con complacencia que se vuelva a reunir este
Congreso Algodonero, que es la señal de que, en Colombia,
por lo menos se ha revivido un interés importante por
el tema. El algodón es a la agricultura lo que la agricultura
en Colombia hace a la economía. Imposible mirar la economía
colombiana en una visión de corto, mediano y de largo,
larguísimo plazo, sin que en ella participe de manera
destacada la agricultura.
Hace pocos
días volvíamos a compararnos con ese
milagro que es el desarrollo económico de Irlanda, pero
es que aquel país tiene 70 mil kilómetros, nosotros
tenemos millón 164 mil; aquel país tiene menos
de cinco millones de habitantes; nosotros, 44 millones. Allá hicieron
un magnifico desarrollo de industria de alta tecnología,
les ha aumentado enormemente el ingreso per capita, pero aún
tienen desempleo. El modelo nuestro tiene que darle gran importancia
al campo en la extensión de Colombia, en sus posibilidades,
en la participación de la ruralidad. El campo no se puede
desconocer como motor para el crecimiento de la economía
y para la propia conversión de la economía hacía
una economía más competitiva en la aldea global.
El doctor
Mejía Lopez traía el número de
los habitantes rurales de Colombia. Hablaba él de algo
menos de 12 millones en un país de 44 millones. Pero yo
anotaría dos cosas. La primera, ese número no decrece.
Es creciente. Y la segunda, el censo colombiano muestra muchas
poblaciones a cuyos habitantes clasifica como habitantes urbanos,
que tienen una dependencia total del campo. Esas poblaciones
son dormitorios urbanos y esas comunidades son comunidades de
vocación, y de trabajo rural.
Cuando miramos
las posibilidades de la oferta exportable de Colombia en el
largo plazo, los productos del campo juegan un
gran papel. Yo no vería pues - yéndome a extremos
- la posibilidad de que Colombia pensara en lo que pensó Irlanda,
en lo que pensó Puerto Rico, de un gran desarrollo de
gran industria prescindiendo de un gran aporte que necesitamos
del campo. El campo es vital. El Gobierno es conciente de ello.
Quiero referirme
a dos de los temas tratados por mis ilustres antecesores en
el uso de la palabra. En la política macro,
tasa de interés y tasa de cambio, los esfuerzos del Gobierno
para sanear el déficit fiscal por varias vías,
por la vía del crecimiento de los ingresos, por la vía
de la ampliación de la base de contribuyentes, por la
vía de la reducción del gasto. Cuando ustedes miran
el gasto público, encuentran que hay unos gastos imperativos
frente a los cuales el Gobierno no tiene discrecionalidad: las
transferencias a las regiones, las pensiones. Por supuesto que
esos gastos han venido creciendo. Hay otros gastos como la seguridad
discrecional del Gobierno. También ha crecido y en el
resto de los gastos discrecionales se nota una gran disminución
del gasto público.
Ayer daba
ese informe al Congreso de la República. Eso
nos ayuda a tener una situación más favorable en
materia de tasa de interés para el sector privado y a
ello ha contribuido el Banco de la República. Tenemos
hoy una tasa de interés más halagüeña
que acompaña más para tener un moderado endeudamiento
en los sectores productivos y agregar valor después de
servir esa deuda.
El Gobierno
hará todos los esfuerzos en materia de gasto
público, de reforma del Estado. Hemos reformado 142 entidades
del Estado. Ayer hacía yo esa pregunta en la instalación
del Congreso: ¿qué habría pasado con los
jubilados de Telecom si no hacemos esa reforma? Una empresa que
le estaba costando 50 mil millones al Presupuesto Nacional año
tras año, ¿ustedes se imaginan qué estaría
pasando hoy con la tasa de interés si no hubiéramos
reformado Telecom y Telecom llegara a pedirle 500 mil millones
al presupuesto nacional, para que el presupuesto nacional pagara
a los pensionados de Telecom?
Se refería el doctor Mejía Lopez al Sena. El Sena
hace dos años capacitó un millón 100 mil
colombianos. El año pasado, dos millones 200. Este año
serán dos millones 600. Aspiramos que en 2006 el Sena
está capacitando cuatro millones y una capacitación
con mayor pertinencia, con mayor conexión con la demanda,
con los requerimientos de la economía colombiana. Eso
lo ha logrado el Sena sin un peso del Presupuesto Nacional, haciendo
rendir su presupuesto de recursos propios. Con la reforma administrativa
lo ha logrado, con la decisión de suspender construcciones,
con la decisión de darle gran importancia a la educación
virtual.
Si el Ministro
Botero no hubiera tomado la decisión de
que se liquidara el IFI y asignarle esas tareas a Bancoldex,
sostener el IFI nos estaría costando 350 mil millones
al año. Y así podrá yo enumerarles 142 reformas
que hemos adelantado en 142 instituciones del Estado. Yo confío
que, por ese camino, Colombia vaya superando las etapas de la
volatilidad en la tasa de interés y podamos mostrar un
horizonte de largo plazo de tasa de interés que acompaña
a trabajar. Ese manejo del gasto público y el acierto
del control inflacionario son las únicas dos variables
que le permiten a cualquier economía tener tasas de interés
en una tendencia decreciente y créditos de largo plazo.
La tasa de
cambio. Cuando sucedió la elección
presidencial del año 2002, en mi primera reunión
con el Banco de la República le expresé la necesidad
de que dejáramos que el dólar flotara. Había
mucha oposición, se me decía: 'Eso nos encarece
el servicio de deuda.' Era la tesis que predominaba en el Gobierno
que me antecedió. Yo expresé que, si bien aparecía
con una mayor devaluación, veníamos en un proceso
revaluacionista de nuevo, un encarecimiento de la deuda pública
externa. Esa mayor competitividad para la producción colombiana
que se derivaba de la tendencia de tasa de cambio a corregir
la revaluación iba a tener una gran incidencia en el crecimiento
e hice esta elemental reflexión: '¿Qué nos
ganamos con mostrar transitoriamente una menor deuda pública
externa por efecto de una revaluación, si impedimos que
la economía crezca y finalmente lo único que genera
empleo y lo único que paga la deuda es una economía
en sostenido y vigoroso crecimiento?'
Íbamos bien con tasa de cambio. Este año se nos
ha devuelto, hemos tenido serias dificultades, hemos hecho todos
los esfuerzos. El Banco de la República hizo un acuerdo
con el Gobierno y entre el Banco de la República, Fogafin
y el Gobierno se han propuesto comprar este año dos mil
millones de dólares para enfrentar esa tendencia revaluacionista.
A mí me preocupa mucho esa tendencia. Seguiremos haciendo
todos los esfuerzos a ver cómo la contrarrestamos.
Al hablar
de tasa de interés, omití referirme
al suministro de crédito porque ustedes todos han reconocido
el enorme esfuerzo de Finagro, de las entidades crediticias del
sector agropecuario como el Banco Agrario, el liderazgo del Ministerio
para poder ofrecer a los agricultores colombianos unas líneas
de crédito más asequibles. Celebro la evolución
de los patrimonios autónomos. Cuando recorría en
mi campaña el departamento del Cesar, la gran preocupación
de los cesarenses era: '¿Para qué nos ofrecen crédito
si no somos sujetos de crédito?' Los patrimonios autónomos
se han convertido en una figura que permite acceder al crédito
sin que la entidad que lo ofrezca corra mayores riesgos y devolverles
la práctica capacidad de sujeto de crédito a muchos
compatriotas que habían perdido esa capacidad. Y celebro
también el acuerdo que se ha hecho este año para
tener, por ejemplo, en ese departamento del Cesar, una mayor
cantidad de patrimonio autónomos que la que obtuvimos
el año pasado.
Es importante
destacar la línea de crédito para
maquinaria agrícola, una línea de crédito
de ocho años de plazo, tasa fija de interés del
nueve por ciento. El balance de la línea es muy bueno
en cuanto a los recursos desembolsados, en cuanto a aquello que
le ha facilitado al sector privado para renovar maquinaria agrícola.
Por supuesto, tenemos dificultades en el ICR, dificultades derivadas
del alto déficit del Presupuesto Nacional, pero en buena
hora las utilidades de Finagro y las decisiones del Congreso
de la República nos han permitido con ese 50 por ciento
de las utilidades de Finagro entrar a compensar las dificultades
del fisco nacional para el pago del ICR.
Vamos pues
a seguir trabajando estos temas macros, el crédito,
el acceso, las tasas de interés, las líneas especiales,
el tema de la tasa de cambio. Por eso es tan importante la reforma
del Estado. Por eso es tan importante la reducción del
déficit fiscal. Un déficit fiscal en desbordamiento
equivale a una tasa de interés en desbordamiento. Recuerden
ustedes escenarios que vimos en el campo colombiano. Cuando ese
déficit fiscal se empezaba a asomar al 5 por ciento tuvimos
que trabajar en una economía con tasas en revaluación
y con tasas de interés del 50. Eso es para matar cualquier
economía productiva. De ahí que nosotros tenemos
que seguir desde el Estado en este esfuerzo de control del gasto
público.
El tema del
cultivo. Medité mucho al escribir el Manifiesto
Democrático sobre los cultivos en los cuales me debía
comprometer y me comprometí con el algodón por
su impacto en el tejido social de las zonas algodoneras. Me ha
parecido ver dos productos en Colombia de gran impacto en el
tejido social, entre muchos, pero dos para destacar: el café en
la montaña andina y el algodón en las planicies
colombianas. Por eso me comprometí con esos dos cultivos.
Nosotros
hemos avanzado, primero en el animo de ustedes. ¿Cuándo
fue el último congreso, doctor Mario? 1993. Es que la
noticia hoy no debería ser el precio y los problemas,
sino que por fin hubo congreso algodonero.
Ahí les ayudo, compañeros de la prensa. Desde
1993 no había congreso algodonero y era por algo. Yo dije
esta mañana: 'Pero están muy pinchados hacerlo
en el Tequendama. Quiere decir que no van mal del todo.' Yo creo
que es una cosa bien importante haber recuperado entusiasmo.
Se ha avanzado en productividad, parece que el liderazgo del
Ministerio para ayudar en el tema de semillas es bueno. El señor
Ministro me confirma que ya hay garantizadas semillas transgénicas
ahora para 20 mil hectáreas. Ojalá llegue para
más. Hay que seguir con el liderazgo del ICA, allí ajustando
la semilla, mirando cuál es la más indicada para
el medio colombiano, para las plagas que nos afectan, etc.
Me preocupa
mucho lo que nos falta en toda la infraestructura de competitividad,
la agenda interna a la cual se refería
el doctor Mejía Lopez. Tenemos que hacer un gran esfuerzo
en los distritos de riego. Yo soy partidario que, salvo algunos
que tiene que hacer el Estado, los recursos los destinemos a
manera de ICR para que los cultivadores construyan esos distritos
y los operen. Ojalá aquellos que están instalados
en el país, que ha venido recuperando el Incoder, queden
todos en manos de operadores privados. La operación estatal
de esos distritos no ha dejado buenas experiencias en Colombia.
Para no referirme a varios temas de infraestructura, me quería
referir solamente a ese tema.
Entonces,
hay ánimo para sembrar buenas condiciones para
producir. Está mejorando la productividad. Hay que mejorarla
más. Colombia produce un algodón de muy buena calidad.
Hay que buscarle mercados, hay que buscárselo interna
y externamente. Internamente, con la cadena. Ustedes tienen mucha
claridad de que tenemos que volver a recuperar el posicionamiento
exportador colombiano con este producto, pero si lo vamos a recuperar
nosotros tenemos que persistir en sacar adelante la recuperación
algodonera. Si el tema es 'garanticemos un mercado de exportación',
el otro tema que va aparejado es 'garanticemos producción'.
Nosotros no podemos buscar un mercado de exportación para
un año para que al siguiente o el de más allá digamos:
'No, es que dejamos de producir porque el Gobierno cambió la
política.' La política tiene que ser una política
de largo plazo que, para estimular la producción, asegure
los mercados. Eso es bien importante en las decisiones que se
tomen.
Yo les preguntaba
hace varios días a los textileros:
'Díganme la verdad. Yo reconozco que, en el sector de
textiles y confecciones, Colombia tiene una gran posibilidad.
Tan pronto pudimos que se promulgara el Atpdea por el Gobierno
de Estados Unidos, cuando tomamos las primeras decisiones iniciado
este Gobierno en propiedad intelectual de agroquímicos,
de medicamentos tan difíciles, tan difíciles, y
que eran requisitos que nos exigían para poder entrar
al mercado Atpdea. Empezamos a notar una gran recuperación
textilera y de confección, con muy serias limitaciones
en hilandería y textiles, con mucha mejor evolución
la doctora Ángela le tocó ese tema y lo conoce
muy de cerca. Mucha mejor evolución ya en la confección,
pero con atrasos bien preocupantes en hilandería y textiles
porque habíamos abandonado todos esos sectores. Entonces,
le decía yo a los industriales: 'Muy bien, magnifico para
Colombia la posibilidad de ustedes en el mercado. Pero díganme
la verdad: aceptando que el algodón tiene muchas volatilidades
y que, de un enero a un agosto, de un agosto a un diciembre,
oscilan bruscamente los precios y que hay momento en los cuales
ustedes se pueden surtir con unos precios muy favorables desde
afuera, ¿ustedes qué prefieren para poder proyectar
en el largo plazo la parte industrial, un país con algodón
o sin algodón?' Y no vacilaron en decirme: 'no, para poder
tener un crecimiento sostenido importante del sector industrial
necesitamos en muy buena parte sustentarlo en una base de producción
algodonera.'
Pero eso
implica comprensión de todos, sabiendo las volatilidades,
un aumento excesivo en el precio no puede llevar a unas pretensiones
excesivas. Un preaumento excesivo del precio internacional no
puede llevar a unas pretensiones excesivas y de inmediato en
el precio interno, ni una caída vertical en el precio
internacional puede llevar a unas pretensiones para cavar con
los productores. Aquí toda decisión hay que mirarla,
no en el día, sino en el mediano y en el largo plazo para
que, en la cadena, industria y producción de algodón
sean ejes de una relación de mutua dependencia y de mutua
sustentación. Creo que hay que tener muy en cuenta eso
para lo inmediato, que es esta negociación del precio
que tiene a todo el mundo tan a la expectativa.
Yo no me
voy a referir al tema del TLC. Ustedes lo habrán
podido examinar con los ministros. Yo creo que el tema es difícil,
pero tengo fe de que salgamos bien. Ya hemos hablado mucho de
la palabra equidad. Simplemente una referencia muy macro pensando
en el TLC. A mí me han pasado por la cabeza dos momentos
anteriores de la vida económica del país: todo
el proceso de sustitución de importaciones, uno, y dos,
las aperturas unilaterales de la economía. Ambos fueron
puestos sobre una tesis subyacente: la inequidad en los términos
de intercambio. Lo que nosotros exportamos tiene unos precios
muy bajos en bienes de capital y tecnología y unos espacios
muy altos; y nos vemos a la tarea de sustitución de importaciones
y hubo un momento en que se agotó y siguió evolucionando
y nos dejaron atrás. No pudimos sustituir más y,
entonces, nos volvimos a atrasar en acceso a la tecnología,
con unos costos inmensos para adquirirla, y no abrimos mercados.
La apertura
unilateral tampoco resolvió el problema porque
no tuvo reciprocidades. Nosotros no hemos tenido reciprocidades
sino en donde hemos negociado acuerdos, como en la Comunidad
Andina, en el TLC, en el G-3 con México. Hemos obtenido
ventajas cuando nos han dado tratamientos preferenciales, unilaterales.
Nos lo da Estados Unidos con el anterior Atpa, ahora con el Atpdea,
o no los da la Comunidad Económica Europea con el Sistema
General de Preferencias.
Pero la apertura
unilateral no nos ha generado reciprocidades. Uno le dice a
los americanos: 'Pero es que nosotros estamos abiertos
para bienes de capital y este Gobierno eliminó el impuesto
a bienes de capital. Dénos una reciprocidad en el acceso
a nuestros mercados. Y entonces me contestaban: 'No, si ustedes
están facilitando que compren bienes de capital en los
Estados Unidos, es porque nuestros bienes de capital son muy
buenos.'
Por eso,
yo creo que hay que negociar estos tratados. Yo no veo otra
alternativa. Lo otro es que no podemos seguir con decisiones
unilaterales, esperando que nos den reciprocidades que no llegan
y no podemos depender tampoco de gestos de liberalidad, de solidaridad,
como el Atpdea o del Sistema General de Preferencias, que son
muy precarios. Son muy precarios. Esa es la razón de estos
tratados. Yo creo que con sensatez, con franqueza, podemos llegar
a un tratado equitativo para la Patria.
La coyuntura.
Con la industria, con ustedes, los ministros que me acompañan, el señor Ministro de Agricultura,
el señor Ministro de Comercio, han estado discutiendo
el tema. Cambió esto mucho de enero a la fecha, pero yo
vengo a manifestarles una voluntad política. El área
programada de algodón este año hay que salvarla,
hay que salir de aquí a sembrarla.
Yo no puedo
tener a los soldados de la Patria haciéndolos
sacrificar y nosotros sin generar empleo. La Política
de Seguridad necesita acompañamientos y uno de ellos es
la recuperación del campo. Entonces, de aquí hay
que salir con claridad, a sembrar la cosecha programada. La Costa
se acompaña del Meta, la cosecha de segundo semestre que
es la cosecha Caribe-Meta. La situación no nos permite
asegurar que va ser una cosecha lucrativa, que va a ser una lotería.
La situación es difícil, pero por lo menos debemos
dar seguridad de que los agricultores van a salir bien, seguramente
estrechitos, sin holgura en ganancias, pero que salgan bien.
Yo no veo
a los algodoneros con excedentes para poder arriesgarlos en
una cosecha. Éste no es un sector y lo he dicho mucho
al equipo económico del Gobierno que tenga para una alcancía
y esas utilidades para poderla arriesgar en un momento malo.
Es un sector que raspó la ola hace mucho rato, no tiene
reservas para jugar. Entonces, de ahí tan importante la
participación del Gobierno para fijar esas condiciones.
¿Qué le cuesta alto al Gobierno un subsidio? Le
cuesta, indudablemente, que no sea excesivo. El acuerdo de la
semana pasada a mí me asustó, cuando le pregunté al
Ministro de Agricultura cuánto nos costaría. La
formula de hoy me deja más tranquilo. Entonces, cuenten
con toda la voluntad del Gobierno para resolver este problema
de coyuntura. Ustedes saben que en la situación actual
no podemos ofrecer precios muy atractivos pero vamos a salvar
y a apuntalar la decisión de salvar esta cosecha y a comprarles
a los algodoneros del Tolima, del interior del país que
sembraron en febrero. La cosecha está empezando a recoger.
Lo de coyuntura,
hay que resolverlo. Yo creo que la decisión
que examinaron hoy los ministros con ustedes es buena y con ese
compromiso deberíamos salir esta noche.
Lo que sigue
hacia delante: seguirlo discutiendo. Con esta decisión,
Colombia tiene una gran posibilidad en la exportación
de textiles, confecciones, etcétera. Esa actividad tiene
que ser una actividad a largo plazo, tiene que ir apuntalada,
apoyada en una producción también de largo plazo
y el Gobierno tiene que ser muy comprensivo en que necesitamos
el largo plazo de la industria y el largo plazo de la producción
de algodón. Eso no se opone a que le busquemos al algodón
colombiano mercados de exportación y no se opone a que
haya un apareamiento entre oferta y demanda, que es lo que necesita
el industrial colombiano, que es lo que puede ofrecer el cultivador
colombiano.
Entonces,
mi invitación es a que esta noche quede resuelto
el problema de coyuntura y queden fijadas las bases para seguir
mirando el problema de largo, de mediano y largo plazo. ¿Hay
algún problema en eso Ministro?