PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE DURANTE LA CONFERENCIA DE LAS AMÉRICAS
Miami,
30 sep. (SNE).- A continuación las palabras del
presidente Álvaro Uribe Vélez durante la Conferencia
de las Américas organizada por el diario Miami Herald
Hace
un año la intensa campaña del referendo en
Colombia me privó del placer de poder estar acá y
hoy no podía permitir el tercer strike. Entonces para no
estar out, aquí estamos presentes en esta convocatoria del
Miami Herald.
Es
un gran honor, el Miami Herald es un baluarte de la libertad
de prensa,
esta convocatoria se ha convertido año tras año
en una gran convocatoria para el continente, para la intelectualidad
política, para el manejo de la economía, para el
liderazgo para las relaciones entre Estados Unidos y nuestros países
y para las relaciones entre nuestros países latinoamericanos.
Colombia
tiene inmensos problemas, desempleo, déficit fiscal,
endeudamiento, pobreza, violencia, coca, amapola, pero yo diría
que el principal problema que Colombia tiene que resolver es recuperar
la credibilidad ciudadana en las instituciones, la confianza de
la ciudadanía en las instituciones democráticas,
el imperio de la ley, el imperio del orden, es el gran objetivo
que nos hemos propuesto.
Para
lograrlo, hemos venido trabajado en la dirección de
recuperar la paz, derrotar la violencia, en la dirección
de estimular el crecimiento de la economía, en la dirección
de introducir transparencia plena en la acción pública,
en la dirección de una creciente participación de
la ciudadanía en la toma de decisiones públicas,
en su ejecución, en su vigilancia y en la decisión
de poder avanzar en lo que llamamos la construcción de cohesión
social.
Para
derrotar la violencia nos hemos propuesto una política
de seguridad democrática, con toda la determinación. ¿Por
qué democrática? Para establecer la diferencia entre
lo que fue la doctrina de Seguridad Nacional que recorrió América
Latina y lo que tiene que ser un concepto democrático de
seguridad. Seguridad Democrática significa seguridad para
todos, seguridad para el empresario, para el líder sindical,
para el propietario de explotaciones agrícolas, seguridad
para el labriego campesino, seguridad para los líderes con
ideas afines al Gobierno, seguridad para aquellos que expresan
ideas políticas contrarias al Gobierno.
Hace
pocos días decía yo a unos compatriotas que
la diferencia en Colombia es que el Ejército y la Policía
no son el Ejército y la Policía del Presidente Uribe,
no son el Ejército y la Policía del gobierno de turno,
son el Ejército y la Policía de la Constitución,
del orden, de la democracia, para proteger a todos los ciudadanos
y ese es el sesgo que nosotros le hemos impuesto a esta política
de seguridad, el sesgo democrático de la seguridad colombiana.
Esa
política ha implicado trabajar para aislar a los violentos,
esa política ha implicado trabajar para recuperar la confianza
ciudadana, para ejercer control territorial.
Para
aislar a los violentos, dentro de las muchas acciones puestas
en marcha
esta aquellas de capturar los enlaces urbanos con los
cuales tenían arrodilladas a nuestras ciudades con acciones
permanentes de terrorismo. Para aislar a los violentos, hemos venido
avanzando en lo que se llama la tarea del control en las carreteras
colombianas que se habían convertido en los corredores de
abastecimiento y de presencia de los grupos violentos.
Para
aislar a los violentos hemos desarrollado un programa muy importante
de deserción de las filas de los violentos, de
integración a la vida constitucional colombiana de reinserción.
Hasta la fecha más de 7 mil colombianos, el 70 por ciento
de ellos provenientes de las Farc han desertado de esas organizaciones
y el Gobierno los está apoyando con los brazos abiertos.
Queremos
que el país sepa que hay una decisión tan
firme para derrotar militarmente al terrorismo, como generosa para
acoger a aquellos que rectifiquen y así lo hemos demostrado,
porque al tiempo que avanza una implacable acción militar
y policiva contra el terrorismo dirigida por el propio Presidente
de la República, hay un proceso generoso para acoger a todos
aquellos que han tomado la decisión de reinsertarse.
Yo
me posesioné el 7 de agosto del año 2002 a las
3:00 de la tarde. Al otro día, a las 4:30 de la mañana
estaba abordando un avión con rumbo a Valledupar en la costa
caribe y aterrizamos allí a las 6:00 de la mañana.
Ese día emprendimos con el Ejército, con la Policía
la tarea de recuperar la seguridad en las carreteras de Colombia.
Ese día lo emprendimos en el trayecto Valledupar-Santa Marta,
un trayecto de 298 kilómetros, hasta entonces dominado totalmente
por los grupos guerrilleros y hemos seguido recuperando las carreteras
colombianas. Nos falta mucho. Toda noticia buena que yo les de
hoy, Ustedes también entiendan que estoy reconociendo lo
que falta, porque hemos avanzado un poquito pero falta mucho.
Hemos
avanzado mucho en la recuperación del orden en las
carreteras colombianas. Eso tiene un gran significado porque le
hemos devuelto confianza a la economía, hemos reducido costos
de transporte, los colombianos se han volcado nuevamente sobre
las carreteras.
Cuando
yo observaba nuevamente a los colombianos volcados sobre las
carreteras, me
parecía ver un país que estaba
saliendo de un secuestro colectivo. Ahora hablaba con nuestra distinguida
representante de Chrysler y ella me explicaba que este año
sus ventas en Colombia han crecido un 18 por ciento, esa es la
expresión de un país que esta recuperando la confianza
en las instituciones, de una economía que quiere revivir.
Esa
tarea ha sido fundamental para desabastecer a los violentos,
para desabastecer
a los violentos ha sido fundamental la lucha
contra el secuestro, para desabastecer a los violentos es fundamental
la lucha contra la droga. Las guerrillas marxistas que recorrieron
algunos países de América Latina, Nicaragua, El Salvador,
algunos del cono sur, fueron guerrillas de limosna, muy pobres,
que vivieron de donaciones internacionales. Joaquín Villalobos,
ex comandante de la guerrilla salvadoreña, compañero
mío de la Universidad de Oxford me decía que ellos
tomaron la decisión de negociar cuando sintieron que no
podían avanzar militarmente y cuando vieron que estaban
perdiendo el suministro de recursos provenientes de ONGs internacionales,
especialmente de Europa.
La
diferencia con los grupos violentos de Colombia, es que ellos
son poderosamente
ricos, su principal fuente de financiación
es la droga, su segunda fuente de financiación es el secuestro.
Colombia tenía 170 mil hectáreas de droga, el año
pasado terminamos con cerca de 90 mil. Confiamos este año
terminar con no más de 60-65 mil.
Pero
quiero dejar esta reflexión. La culebra está debilitada,
sin embargo sigue vive. La lucha hay que continuarla hasta que
no haya sola mata de coca en Colombia. Por eso es muy importante
que la opinión pública de los Estados Unidos, los
medios de comunicación, el Congreso, el Gobierno, hagan
eco a un clamor: el Plan Colombia hay que continuarlo hasta que
en la Patria colombiana no haya una sola mata de coca, una sola
mata de amapola. El camino no se puede recorrer a medias, el camino
hay que recorrerlo completo y para derrotar el terrorismo hay que
recorrer de manera total el camino de la erradicación de
la coca.
Hemos
hecho un gran esfuerzo en aquello que se llama el control territorial.
Para no fatigarlos a ustedes con cifras y cifras,
déjenme decir que había 170 cabeceras municipales
de Colombia sin Policía. Pero nos falta muchísimo,
porque hay cientos de corregimientos que son cascos urbanos de
importante tamaño que todavía no tienen Policía.
Colombia tiene 1096 municipalidades, hoy en más de 500 municipalidades
tenemos una especie nueva de soldados, creada en este Gobierno,
se llaman “soldados de mi pueblo”, los jóvenes
prestan su servicio militar en el mismo pueblo en donde han residido,
donde vive su familia y eso ha ayudado mucho porque ellos sienten
un compromiso más grande, al saber que la población
que están protegiendo es la población donde han nacido
o crecido o residido, la población donde esta su familia
y reciben una gran cooperación de la comunidad, porque esa
comunidad siente que tiene que trabajar por sus soldados, por su
hermano, su hijo o su compañero de estudio.
Esa
acción ha sido una acción
de gran importancia para la eficacia de lo que llamamos el control
territorial.
Y
estamos trabajando la confianza en nuestra Fuerza Pública.
Por eso hemos dicho y se lo repito constantemente a la Fuerza Pública
de Colombia, hay que trabajar con voluntad política, ustedes
tienen todo el apoyo, toda la expresión política
del primer soldado, del primer policía que es el Presidente
de la República. Hoy hay ciento por ciento voluntad política
en Colombia para derrotar el terrorismo. Allá no tenemos
dudas, allá en esa materia no nos distraemos en debates
bizantinos, allá vamos tras un objetivo que es la derrota
del terrorismo.
Y
le he dicho a la Fuerza Pública, ustedes tienen que proceder
con total agresividad, necesitamos un Ejército, una Policía
siempre a la iniciativa para proteger a los ciudadanos de bien,
para derrotar a los terroristas. Adicionalmente tienen que proceder
con toda transparencia. Le hemos asignado gran importancia al tema
de los derechos humanos, porque en un país de opinión,
en un mundo donde todos los días las democracias son más
de opinión que de maquinarias, la sostenibilidad de estas
políticas dependen del respaldo de la opinión y el
respaldo de la opinión depende de la eficacia y de la transparencia
de estas políticas.
¿Por qué el tema de los derechos humanos? Para que
los colombianos puedan confiar en su Fuerza Pública. El
tema de los derechos humanos para que el país se reconcilie
cuanto antes, para que no nos ocurra lo que ha sucedido en otras
partes donde las violaciones de derechos humanos dejaron heridas
que tomaron décadas en cicatrizar.
El
tema de los derechos humanos para poder darle un parte de confianza
a
la comunidad internacional, que a su vez se constituya en un
factor de autoridad moral para pedirle más y más
apoyo a la comunidad internacional.
¿Por qué el tema de los derechos humanos? Para poder
legitimar, incluso ante las voces de oposición al interior
de Colombia, nuestra política de seguridad. Alguien me decía
de manera coloquial hace poco tiempo ‘Presidente, es que
usted nos quiere obligar a tomar partido entre los actores del
conflicto’, yo le dije, aquí no hay conflicto, aquí lo
que hay es un desafío del terrorismo a 44 millones de colombianos
de bien. Le dije, ‘quiénes son los actores del conflicto’ dijo,
pues la guerrilla, los paramilitares, el Ejército y la Policía.
Dije esta bien, los primeros no son actores del conflicto, son
actores del terrorismo, pero no me sigan al pie de los actores
del terrorismo al Ejército y la Policía. El Ejército
y la Policía son la expresión legítima de
la Constitución, son la fuerza legítima para ejercer
el poder democrático a favor de la protección de
los ciudadanos.
Y
ese Ejército y esa Policía realizando esa tarea
de manera transparente nos van a ayudar a quitar de la mente de
algunas personas de que se pueda igualar al Ejército y a
la Policía como actores del conflicto con quienes son los
verdaderos actores del desastre terrorista.
En
la transparencia de los derechos humanos, estamos ganando confianza
ciudadana.
El año pasado en las elecciones territoriales
de octubre se demostró que Colombia necesita una política
libre de orden, para poder obtener una democracia vigorosamente
operante. Por qué lo digo? Porque Colombia siempre ha tenido
libertades políticas en la teoría, lo que lo llamo
las libertades retóricas, pero por falta de acción
del Estado frente a los terroristas, esas libertades que afectaban
en la vida real, asesinaban candidatos, adulaban alternativas políticas
y el año pasado nos dimos a la tarea de proteger eficazmente
a los candidatos de partidos tradicionales, propuestas afines al
Gobierno, a los candidatos de partidos alternativos, de partidos
de oposición, de partidos provenientes de antiguas guerrillas
y nadie puede decir, nadie puede levantar la mano para decir que
no recibió total protección de las Fuerzas Institucionales.
Esa es una demostración de que nuestra seguridad es democrática
y por primera vez, personas provenientes de antiguos partidos de
guerrilla ganaron alcaldías, gobernaciones muy importantes,
partidos alternativos ganaron la alcaldía de Bogotá,
ganaron la Gobernación del Valle del Cauca.
Eso
es bien importante que lo sepa la comunidad internacional para
que la
comunidad internacional se entusiasme a respaldar a
Colombia más y más, pero esta tarea de orden público
la llevamos de la mano de tarea de la recuperación de la
economía.
Cuando
empezó este Gobierno, las cifras macroeconómicas
eran muy difíciles y también los textos. La cosa
hoy no es óptima pero va mejorando. Encontramos un déficit
fiscal del 4.2, hemos trabajado para aumentar ingresos del Estado,
para aumentar la base de contribuyentes empezamos con 600 mil contribuyentes,
este año debemos terminar con un millón, el año
entrante debemos llegar a dos millones de contribuyentes del impuesto
de renta.
Hemos
trabajado para derrotar la corrupción, hemos trabajado
para reformar la administración pública a fin de
eliminar el derroche, el gasto burocrático, hemos reformado
142 empresas del Estado, hemos liquidado 37 empresas del Estado.
Son bien importantes las reformas en la Empresa de Telecomunicaciones,
en el Servicio Nacional de Aprendizaje, en Ecopetrol. Hemos sido
dirigidos por el concepto de la necesidad de un Estado sostenible.
Para
no citar sino dos de esos casos, la Empresa Nacional de Telecomunicaciones
estaba perdiendo 170 millones de dólares al año,
no tenía con qué pagar las pensiones. Gracias a la
reforma, este año se gana más de 300 millones de
dólares y se ha evitado que esas pensiones de altísimo
costo las tenga que pagar el Presupuesto Nacional.
El
Servicio Nacional de Aprendizaje lo hemos reformado profundamente
y hemos
eliminado costos burocráticos, politiquería,
corrupción y ha pasado de formar un millón de estudiantes
en el año 2002 a formar en este año 2004 2 millones
600 mil colombianos y aspiramos que en el año 2006 este
formando cuatro millones de estudiantes.
Pero
quiero contarles cómo hemos avanzado y dejar en la
mente de ustedes los avances que requerimos. Todavía necesitamos
reformar muchas empresas del Estado. La red pública hospitalaria
requiere una profunda reforma que debemos emprender en las próximas
semanas. Es bien importante continuar las reformas en pensiones.
El año pasado hicimos nuestro segundo intento porque aprobamos
una reforma pensional en diciembre de 2002, hicimos nuestro segundo
intento en el referendo, nos faltaron 30 mil votos para poder pasar
el umbral de aprobación del referendo.
En
el referendo votó un millón de colombianos más
de los colombianos que votaron por mi elección presidencial,
obtuvimos en promedio para cada uno de los 15 puntos un 95 por
ciento de aprobación, pero nos faltaron 30 mil votos. El
Consejo Electoral, independiente del Gobierno, integrado por muchas
expresiones también de la oposición contó dentro
del umbral personas que no podían votar como los militares,
como los titulares de documentos de identificación no entregados
y como muchos muertos cuyos documentos de identificación
no habían sido descargados.
Ahora
nos proponemos sacar adelante esa reforma pensional, apelando
al Congreso de
la República. Yo creo que tiene que despejar
muchísimo las dudas que puedan existir en los mercados sobre
la aplicación fiscal de Colombia.
El
otro tema fiscal de gran importancia que tenemos que resolver
es el tema
petrolero. Si bien nuestra política energética
es una política que apela a la activación de muchas
fuentes de energía, si bien hemos crecido en carbón,
este año exportamos 52 millones de toneladas de carbón,
si bien tenemos una gran capacidad instalada de energía
hidroeléctrica, si bien estamos estimulando fuentes alternativas
con incentivos tributarios orientados a ellas, como la energía
eólica que ya tiene las primeras instalaciones, como el
alcohol carburante. El país el año entrante comenzará a
producir un millón de litros diarios de alcohol, si bien
estamos estimulando el diesel biológico proveniente de aceite
de palma, si bien estamos estimulando para ello, con estímulos
tributarios, cultivos permanentes de tardío rendimiento
como la palma africana, necesitamos hacer un gran esfuerzo en petróleo.
Cuando
empezó mi Gobierno se estaban explorando en Colombia
10 pozos por año. Este año se exploran más
de 30. Compañías que querían irse de Colombia,
están hoy invirtiendo más en Colombia. Compañías
que se habían ido de Colombia han regresado. Dentro de los
contratos celebrados quiero destacar una concesión de cuatro
millones de hectáreas en el Mar Caribe entregada a un consorcio
integrado entre Petrobras de Brasil; Ecopetrol de Colombia y Exxon
Mobil.
Estamos
extendiendo los contratos a los antiguos concesionarios e inversionistas
a fin de que ellos puedan hacer inversiones adicionales
para explorar los remanentes de petróleo en esos pozos,
mientras el país logra nuevos hallazgos.
Diría
yo que en el tema de soluciones en el tema petrolero radican
las dos grandes preocupaciones fiscales, pero estamos haciendo
todos los esfuerzos para poder superarla.
Cuáles son los resultados? El déficit fiscal se redujo
del 4.2 al 2.7 en diciembre del año pasado. Este año
estamos buscando que no se sitúe por encima del 2.5 por
ciento.
El
endeudamiento ha ido pasando en los últimos ocho años
del 24 por ciento del Producto al 54. Venía en un ascenso
vertiginoso. Lo frenamos y lo hemos reducido al 50 y la tendencia
descendente continúa. El servicio de deuda como porcentaje
del presupuesto representaba el 40 por ciento, lo hemos reducido
al 35 y confiamos seguir reduciéndolo, pero necesitamos
una contrapartida.
Antenoche
a los banqueros de Nueva York les decía mucho
cuidado con un discurso latinoamericano. Colombia ha sido un pagador
cumplido, Colombia seguirá pagando cumplidamente, pero nuestros
esfuerzos necesitan mejor compensación de los mercados internacionales.
Requerimos que los mercados internacionales tengan mayor olfato
político, que ayuden a Colombia y vean en el caso de Colombia
un caso en el cual es posible bien que le vaya bien a todo el mundo
por la vía de los acuerdos.
Necesitamos
créditos frescos, a más largo plazo
y a menor tasa de interés. Nosotros hacemos la tarea internamente,
esa tarea internamente implica sacrificio para nuestro pueblo,
hemos aumentado la presión tributaria en dos puntos durante
este gobierno, pero los mercados internacionales también
tienen que ser receptivos a la necesidad de tener mejores condiciones
de crédito para países como Colombia.
Es
la única manera de frenar tendencias de populismo destructor
que quieren irrumpir en toda América Latina.
Y
es bien importante referirnos al crecimiento. La economía
colombiana entre los 60 y 1980 creció al 4.5. De 1980 a
la fecha, el crecimiento promedio apenas ha sido del dos. Nuestros
prospectos eran crecer dos y medio en 2003, crecimos cuatro; y
este año estamos apostando al cinco. Si ese crecimiento
supera el cuatro, tiene un elemento bien importante a su favor.
Ese crecimiento es real a pesar de la contracción de la
inversión pública por el déficit fiscal.
Ese
crecimiento se da a pesar de haber reducido la droga a la mitad
en el área sembrada. E infortunadamente en las cuentas
públicas de Colombia, la droga ha tenido una negativa pero
profunda incidencia. Uno pregunta, cuál fue el crecimiento
de la agricultura y le contestan, Presidente Usted lo quiere con
droga o sin droga? Sin droga, entonces me dicen seis, con droga,
como hemos reducido la droga el consolidado es 3.7. Entonces, en
una batalla inmensa por lograr el equilibrio fiscal y por derrotar
la droga, un crecimiento superior al cuatro es un crecimiento bien
importante.
El
desempleo en Colombia había pasado del año 94
al año 2000, del 7.5 al 20 por ciento. En el 2002 lo encontramos
en el 17.18, lo hemos rebajado 3, 3.5. sigue siendo muy alto, pero
destaco que el sector privado ha creado millón 200 mil empleos
y hemos visto florecer de nuevo la afiliación de trabajadores
a la seguridad social.
La
inequidad social colombiana no es porque hay empresa privada,
es porque
falta empresa privada. Cuando yo comparo los ingresos
de un trabajador de empresa privada de salario mínimo en
Bogotá, con los ingresos del trabajador informal, que esta
en un puesto de venta vecino a esa empresa organizada, entonces
el trabajador de salario mínimo de la empresa privada devenga
un ingreso dos veces y media al trabajador informal.
En
mi concepto la pobreza colombiana tiene su más determinante
explicación en la falta de crecimiento a la empresa privada.
Y hemos tenido crecimiento de la empresa privada y se ha presentado
un gran crecimiento poblacional, entonces al no ser capaz la empresa
privada de absorber la gran oferta de mano de obra, ha cundido
la informalidad equivalente en nuestro país ha miseria.
Y
qué ha frenado el crecimiento de la empresa privada?
Fundamentalmente la violencia y la falta de voluntad política
para derrotar esa violencia. En mis épocas universitarias,
yo soy de la universidad pública, mi generación aprendió a
hacer política mirando la experiencia de la revolución
cubana, leyendo a Marx, a Mao Tse Tung, a Lenin, nos convencieron
que la injusticia social era la causa violencia. Después
de hacer este recorrido de mi Patria durante décadas, he
llegado a la conclusión contraria, la violencia ha frenado
el crecimiento de la economía, la violencia ha obstaculizado
la posibilidad de que se generen empleos con seguridad social,
la violencia ha evitado que el país pueda tener mayores
ingresos fiscales para hacer más inversión social,
la violencia ha volcado a los ciudadanos a una economía
informal de miseria por eso he dicho que Colombia necesita una
decisión firme para derrotar a los terroristas, que de confianza
a la inversión, una decisión firme para que los beneficios
del crecimiento de la economía puedan derrotar la pobreza.
Por
eso, estamos haciendo el gran esfuerzo para que crezca la inversión y para derrotar la pobreza. Cuando el crecimiento
de inversión se había reducido a niveles del cinco
por ciento, el año pasado logramos el 16. Este año
va por encima del 20 la inversión privada y la importación
de bienes de capital para el sector industrial esta creciendo por
niveles del 25.
Aquí en Miami hay en este momento 602 firmas exportadoras
de Colombia, 457 de ellas pequeñas, con 330 empresarios
de los Estados Unidos. Y el embajador Moreno con el sector privado
de Nueva York a un seminario cuya asistencia en número y
calidad demostró el interés que resurge para invertir
en Colombia.
Y
queremos reducir la pobreza a un ritmo todavía más
acelerado, que el acelerado ritmo de crecimiento que podamos lograr
en la economía. Por eso estamos trabajando lo que llamamos
siete herramientas de equidad. La revolución educativa,
que es lo único que consagra la igualdad de oportunidades.
La
ampliación de la seguridad social, el impulso a la economía
solidaria. Estamos trabajando el manejo social de los servicios
públicos, el manejo social de la agricultura. Que importante
tener en cuenta eso en las negociaciones del tratado de libre comercio
con Estados Unidos.
Estamos
trabajando la construcción del país de propietarios,
estamos trabajando calidad en la vida urbana, hemos aumentado más
de un 50 por ciento la cartera para el microcrédito en estos
dos años, una acción conjunta del sector financiero
privado, del fondo de garantías del Estado, de la Nación,
de departamentos y municipios y estamos construyendo en seis ciudades
colombianas sistemas de transporte masivo como el Transmilenio
que se viene construyendo en la ciudad de Bogotá.
Lo
que necesitamos es la compañía del mundo democrático,
la inversión en Colombia del mundo democrático, la
fe en Colombia del mundo democrático para salir adelante.
Quiero
agradecer inmensamente esta invitación al Miami
Herald. La muy honrosa compañía del presidente Mesa
de Bolivia y preferiría en los minutos que nos quedan poder
atender las preguntas y comentarios que ustedes quieren formular
sobre estos temas de la Patria colombiana.
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