TEXTO
DE LA ALOCUCIÓN DEL PRESIDENTE ÁLVARO URIBE
VÉLEZ LUEGO DE LA SEMANA SANTA Y LOS HECHOS OCURRIDOS
EN EL CAÑÓN DE ANAIME
Bogotá,
12 abr. (SNE).- El siguiente es el texto de la alocución
del presidente Álvaro Uribe Vélez
Compatriotas:
Al dar a ustedes el saludo de Pascua no puedo hacerlo con la
alegría que sentimos en la Semana Santa cuando millones
de colombianos se movilizaron de manera libre y alegre por
el territorio de la Patria. Lo hago con el dolor que todos
sentimos y con mi dolor como padre de familia, Comandante
CONSTITUCIONAL de las Fuerzas Armadas y Presidente, por la
muerte de 5 campesinos tolimenses causada por un error del
Ejército.
Esta mañana, en compañía del Ministro de
la Defensa y los altos mandos, visitamos el sitio, ubicado en
el cañón de Anaime, al sur de Cajamarca. Tuvimos
oportunidad de conversar con los moradores de la región,
con campesinos, con los soldados, suboficiales y oficiales. Sentí abatimiento
al encontrarme y conversar con los familiares de las víctimas.
Solamente con mirar su tristeza se desgarra profundo dolor de
padre de familia.
El cañón de Anaime ha tenido control guerrillero
de tiempo atrás y sirve de escondite a los grupos de las
FARC que salen a cometer actos terroristas a la carretera entre
Ibagué y Armenia. Por esta razón el Ejército
ha reforzado sus operaciones allí para devolver totalmente
la seguridad a la vía y la tranquilidad al vecindario.
Ante la responsabilidad de cuidar la carretera durante la Semana
Santa, el Ejército taponó las posibles rutas de
comunicación de la guerrilla con tan importante troncal.
En la noche del sábado se llevaba a cabo un operativo
especial en persecución de un grupo de las FARC. En ese
operativo se disparó de manera equivocada contra los campesinos
que hacia las 9 de la noche transitaban por una carretera veredal.
Los disparos se sucedieron cuando uno de los campesinos desatendió el
llamado de "alto" que lanzó un soldado.
El Ejército, en seguimiento de la norma impuesta por el
Gobierno, asumió la responsabilidad de comunicar toda
la verdad. He llamado al señor Procurador General de la
Nación, quien adelanta la respectiva investigación
a pedido del Gobierno. Hace unas horas el Ministerio de Defensa
produjo un comunicado detallado sobre los hechos.
Estos trágicos episodios nos llenan de dolor, de reflexión,
pero no nos pueden desestimular para continuar la tarea de devolver
la seguridad a los colombianos.
Estoy convencido de la buena fe del Ejército en esta equivocación.
Si se tratara de un Ejército violador de derechos humanos,
quienes dispararon contra los campesinos hubieran buscado el
ocultamiento, la mentira o la desaparición de los cadáveres.
Nuestros soldados y oficiales, afectados por el dolor, llamaron
de inmediato a sus superiores y comunicaron la verdad. Si se
tratara de un Ejército violador de derechos humanos, los
comandantes regionales y nacionales de los soldados que dispararon
contra los campesinos, hubieran inducido a sus subalternos a
la mentira o a la distorsión de los hechos. Nuestros comandantes
afrontaron la responsabilidad y dijeron la verdad.
La Brigada de Ibagué atenderá a los familiares
de las víctimas y el Estado los indemnizará.
Tengo motivos de profundo dolor pero carezco de razones administrativas
para sancionar a los soldados y oficiales.
A raíz del último secuestro de Neiva tomé decisiones
severas porque pude comprobar falta de comprometimiento.
Me apena saber que aún no está claro el caso de
Guaitarilla en Nariño. Hasta ahora las versiones encontradas
y las diferentes hipótesis comprometen a los soldados
y policías que se cruzaron, con consecuencias funestas,
en un aparente operativo. Todavía no tenemos razones para
fijar responsabilidades y tomar decisiones administrativas contra
personal de base o de dirección. Si el Ministerio de Defensa
aclara lo sucedido a través de la investigación
administrativa, las decisiones pertinentes serán tomadas.
De lo contrario tenemos que esperar decisiones de la Fiscalía
y la Procuraduría. Debo recordar que estamos sometidos
a la reserva del sumario.
Compatriotas:
El Gobierno es conciente que para la consolidación de
la seguridad democrática se requiere una fuerza pública
respetable y eficaz que desaloje a los terroristas. Por eso a
cada momento estimulamos a nuestros soldados y policías,
exigimos resultados y demandamos rigurosa transparencia.
En lo corrido del año 2004 el homicidio ha descendido
un 19%, ya en el 2003, había presentado una reducción
del 22%. En lo corrido del año 2004, el secuestro se ha
reducido en un 51%, ya en el año 2004 había presentado
una reducción del 27%. En Semana Santa la movilización
por las carreteras creció un 33%.
El
camino de la seguridad democrática es difícil,
tiene borrascas como esta tragedia del Tolima, pero debemos
recorrerlo en su totalidad porque la Patria no puede continuar
entre discursos justificadores de violencia y la acción
de los terroristas.
Con el coraje y la entereza de nuestros compatriotas del Tolima,
persistamos en la tarea porque el bien no será esquivo
con esta gran Nación.
Abril 12 de 2004