PALABRAS
DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA EN EL BANQUETE DEL MILLÓN
Bogotá,
21 nov (CNE). El siguiente es el discurso pronunciado por el presidente
Álvaro Uribe Vélez en el Banquete del Millón.
La
solidaridad es el valor fundante de toda verdadera comunidad compacta
y armoniosa. Es la argamasa sin la cual el edificio social no
logra cohesión y fortaleza. Sólo la solidaridad
nos torna indestructibles.
En
la obra El Minuto de Dios, la solidaridad adquiere un matiz destacable:
más que un imperativo de la razón, traduce un sentimiento,
una sensibilidad, unos resultados. El discurso corto y el hecho
franco es una de las grandes enseñanzas del padre Rafael
García-Herreros.
Este
acto y esta generosa presencia de ustedes convoca a todos los
colombianos a incrementar la solidaridad. La violencia y la pobreza
han afectado, como calamidades que son, la solidaridad en la Patria.
Se ha menguado en pasajes de nuestra historia.
Con
ustedes que tanto han contribuido al Minuto de Dios y con la obra
del Minuto de Dios como ejemplo, tenemos que rescatar esa solidaridad.
El
padre Diego nos acaba de hacer una brevísima síntesis
de la gran obra del Minuto de Dios. Padre: el Estado, con las
dificultades de recursos, lo quiere apoyar en todas ellas.
He
podido conocer su universidad, su programa de capacitación
técnica. Qué bueno que rápidamente, más
integrados con el Sena, ese programa de capacitación técnica
nos ayude a capacitar más y más colombianos.
Qué
bueno que podamos arbitrar los recursos para hacer convenios con
ustedes, con las cajas de compensación, para construir
más y más viviendas sociales.
A
todos los alcaldes de Colombia, que seguramente siguen esta noche
el Banquete del Minuto de Dios, a través de la televisión,
un mensaje, y a los Gobernadores: pongan cuidado a lo que dijo
el padre Diego. Lo que hace el Minuto de Dios en vivienda, en
educación, en capacitación técnica, en el
programa de confecciones, en empleo en general.
Y
quiero decirles a los alcaldes: en muchas partes me expresan ellos
la necesidad de que el Gobierno les ayude a financiar los programas
de microcrédito.
El
Gobierno está empeñado en que construyamos un país
de propietarios, en impulsar la pequeña y la mediana empresa.
Pero necesitamos quien maneje esos recursos.
Esta
tarde me reunía en Chinácota con el señor
Gobernador y los Alcaldes de Norte de Santander, en un acto bello
para conmemorar el final de la Guerra de los Mil Días,
y todos reclamaban el microcrédito.
Voy
a hacer una cuña por Colombia: inviten al Minuto de Dios
a que maneje microcrédito en ese municipio y el Gobierno
consigue la platica de donde sea. Está muy escasa, pero
para eso la sacamos.
¿Y
por qué inviten al Minuto de Dios? Porque lo que se pone
en las manos del Minuto de Dios funciona bien. Dos pesos que pongamos
para microcrédito en las manos del Minuto de Dios, se multiplica.
Entonces
vamos a hacer la cuenta de cuántos alcaldes van a llegar
a acuerdos con el padre Diego, para que el padre Diego les ponga
en ese municipio el programa de microcrédito y yo no les
quedo mal. Me hago moler para que el Gobierno lo apoye con recursos.
Pensando
en ese maestro que fue el padre García Herreros, encontramos
un bello párrafo de San Pablo.
"Aunque
domine todas las lenguas humanas y angélicas, si no tengo
amor, soy un metal estridente o un platillo estruendoso. Aunque
posea la ciencia entera y tenga una fe que mueva montañas,
si no tengo amor no soy nada. Aunque reparta mis bienes y entregue
mi cuerpo a las llamas, si carezco de amor de nada me sirve".
Dos
reflexiones: solidaridad no es dar lo que sobra. Es compartir
lo que se tiene y también compartir lo que hace falta.
Y una reflexión final: con amor todos los problemas de
la Patria los podemos superar.
Que
el padre García-Herreros desde el cielo nos dé lo
que fundamentalmente necesitamos: amor por Colombia y por nuestros
compatriotas. Y que el padre Diego y toda esta gran familia que
es el Minuto de Dios, siga recibiendo el apoyo unánime
de los colombianos para que continúe esta gran obra.
Padre
Diego, muchas felicitaciones.