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El Gobierno Nacional ha querido hacerle un homenaje al profesor
Julio Carrizosa Umaña, otorgándole la Orden Nacional
al Mérito, en el Grado de Oficial. Para ello, la mejor ocasión:
el trigésimo aniversario de la expedición del Código
de Recursos Naturales Renovables y de Protección del Medio
Ambiente, el Decreto 2811 de 1974.
La disciplina ambiental supone percibir el mundo de la manera más
compleja y elaborada. Antes el hombre era cosmocéntrico,
se veía como el dueño y señor de la naturaleza,
a la que podía expoliar como si fuese una simple esclava
al servicio de su hedonismo. Sólo unos cuantos iluminados
pensaban en las especies animales y vegetales como hermanas del
hombre. Frente a la naturaleza había crueldad, ignorancia,
altanería.
Cuánto honra a Colombia tener hijos como usted, profesor
Carrizosa. Ha enseñado a muchas generaciones que no sólo
hay que proteger la naturaleza, sino estar en permanente proceso
de perfeccionamiento en la tarea de protegerla.
Usted nos ha enseñado que el medio ambiente no existe sin
el conocimiento. Que es imposible proteger la fauna y la flora,
si no se protege el pensamiento que las identifica. Que lo físico
y lo biótico debe acompañarse de lo cultural, de
lo social, para poder abarcar la realidad, porque la ecología
es la disciplina que abarca todas las variables.
Usted no se redujo al discurso sino que concretó la defensa
del patrimonio universal, con su gran aporte pedagógico
y su apostolado administrativo. Nos ha hablado esta tarde de temas
tan importantes como la sostenibilidad ambiental, la sostenibilidad
social, y el tema de la política ambiental como factor de
convergencia.
Soy relativamente menos pesimista en el tema. Cuando veo que el
país todavía tiene 578 mil kilómetros de
bosque, que a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho para
acabar nuestros recursos naturales se ha evitado lo que pudo
ser una destrucción fatal, creo que le debemos mucho al
Código, a su tarea, profesor Carrizosa Umaña, a
esa fuerza de sensibilización que se desató con
la expedición normativa y con las instituciones que tomaron
fuerza, justamente en la época y gracias a su insistencia
pedagógica.
Hay que trabajar inmensamente. Pero mire: el problema mayor lo
ha causado la financiación del terrorismo a cargo de la
droga. Uno habla con los campesinos del Bajo Putumayo y le cuentan
que cuando se instalaron allí hace 30 ó 40 años,
todos los días descubrían una nueva variedad de
peces, todos los días descubrían una nueva variedad
de árboles, de maticas, de animales en la selva. Cuando
llegó la droga los terroristas comenzaron a financiarse
con ella, fueron contaminados esos ríos con los vertimientos,
empezó ese proceso de destrucción. Hace 30 años
sobrevolábamos el Putumayo y era selva tupida, hoy esa
inserción colombiana en la Amazonía está llena
de claros. Destrucción que se hizo solamente para plantar
droga.
Entonces ahí vamos viendo cómo el terrorismo ha financiado
la droga, se ha convertido en la gran amenaza ambiental y como
todo eso frenó el crecimiento de la economía.
Una economía que creció casi al 5% entre 1960 y 1980,
entre 1980 y el año 2002 creció escasamente al 2%
en promedio. Mientras la población creció velozmente,
la economía no creció y eso nos condujo a los mayores
niveles de pobreza que el país nunca conoció y nunca
imaginó.
Ese crecimiento poblacional que no fue acompañado de un
crecimiento de la economía que absorbiera las necesidades
de la gente, produjo destrucción en el campo, destrucción
de recursos naturales, estampida del campo a la ciudad, hacinamiento
en las ciudades, cordones de miseria, saturación de nuestras
calles por ventas informales, todo expresión de esa pobreza,
conectada por la falta de crecimiento de la economía, la
destrucción ambiental, la destrucción de la droga
para financiar el terrorismo.
No vacilo en repetir, profesor Carrizosa Umaña, que el país
tiene que superar el problema terrorista como una condición
para tener mayor éxito en la lucha por el medio ambiente
y en su gran compañera que es la lucha para erradicar la
pobreza.
Tenemos que derrotar la droga. Un país que llegó a
tener 170 mil hectáreas de droga no tiene ninguna posibilidad
en materia ambiental, no tiene ninguna posibilidad en materia económica,
no tiene ninguna posibilidad en materia social. 50 mil terroristas
financiándose de la droga frenan todas las posibilidades
del país
Por eso nosotros creemos profundamente en la necesidad de conectar
la política de seguridad con la política ambiental.
Hemos dado unos pasos bien importantes en los últimos
días, como es la integración de las brigadas que
empiezan a hacer presencia en sitios como Paramillo, que estaban
controlados en unas partes por los paramilitares y en otras por
la guerrilla. Allí empieza a haber una gran coordinación
de Parques Nacionales con la Brigada.
Lo mismo en la Sierra Nevada. Allí todavía tenemos
un problema paramilitar grave, un problema guerrillero grave, pero
el control era total. Hace dos años no se podía ir
de Valledupar a Santa Marta, ni de Santa Marta a Riohacha, ni de
Riohacha a Valledupar. En todas partes retenes de la guerrilla.
Una despreocupación de la gente por la recuperación
institucional. Los que querían defenderse apelaban no al
Estado sino a los paramilitares, y eso se convirtió allí en
otro objeto de destrucción ecológica. En un lado
la guerrilla haciendo daño, en otro lado los paramilitares
haciendo daño, la gran fábrica de agua siendo sembrada
en droga.
Hoy hemos logrado avanzar bastante y confiamos que la integración
de Parques Naturales, las comunidades indígenas, la Fuerza
Pública, el concepto de recuperación institucional
nos permita frenar esa destrucción ecológica que
tanto daño ha hecho y que tanto daño podría
hacer si no se le frena y si no recuperamos lo allí destruido.
Tenemos inmensos retos. Después del Código vino la
Constitución del 91. Después de la Constitución
del 91, la Ley 99, las corporaciones ambientales.
Las corporaciones ambientales dejan mucho que desear. Se fueron
perfilando ante el país simplemente como unos pulpos burocráticos.
En el recorrido por el país como candidato presidencial,
muchos colombianos me decían: “hombre, no se gasten
ese platal en esas corporaciones, son innecesarias, además
dañinas. Más bien hagan unos planes de concertación
con gobernaciones y alcaldías. Nosotros, después
de oír a muchos colombianos sus voces autorizadas en la
materia, hemos tomado la decisión de insistir en reestructurarlas.
La primera medida que se tomó fue obligarlas a reducir sustancialmente
sus gastos de administración. La segunda medida que se tomó fue
imponer un proceso de meritocracia, que se surtió en diciembre,
para nombrar sus nuevos directores. La tercera medida que se ha
tomado es exigirles unos indicadores de desempeño. Próximamente
haremos el segundo consejo comunitario en televisión, de
cara al país, haciendo pasar al tablero a cada uno de los
directores de las corporaciones ambientales, para que den cuenta
de los indicadores de desempeño que se les ha impuesto.
Allí el país tiene unos recursos muy importantes,
unos resultados hasta la fecha muy pobres, un marco institucional
que se creó con todo entusiasmo, y vamos a hacer el esfuerzo
para que eso salga adelante. Si no se tiene éxito en la
tarea de que funcionen las corporaciones ambientales, creo que
la ciudadanía se va a cansar y será inevitable en
algún momento su desaparición.
Hay unos retos inmensos: el problema de sustitución de la
droga. Nosotros creemos que se necesita un crecimiento muy acelerado
de la economía, como el factor esencial de sustitución
de la droga. Y acciones puntuales, para no repetirlas todas, hemos
asignado principal importancia a la acción puntual de las
Familias Guardabosques. Tenemos 21 mil. Inicialmente no se entendía
el tema, se decía que era una acción no sostenible,
pero qué más sostenibilidad que recuperar las áreas
en donde se ha destruido la selva, que recuperar bosque protector
en fábricas de agua como la Sierra Nevada o el Macizo Colombiano
o Paramillo, que más sostenibilidad para Colombia y para
el planeta que obtener ese objetivo.
Tenemos 21 mil Familias Guardabosques, hoy lo que ocurre es que
no damos abasto, en todas las regiones las reclaman. Antes no
se entendía el tema y se criticaba, hoy en todas partes
las reclaman, vamos a ver cómo avanzamos para tener más
Familias Guardabosques, estratégicamente ubicadas, para
cuidar estas áreas de la Patria tan importantes en materia
ambiental.
Tenemos inmensos retos, como la conciliación con comunidades
indígenas en muchas regiones del país. Hace dos semanas
les dije a los indígenas del Cauca que no me oponía
a su tesis de que las áreas de páramo no se les cuente
dentro de las áreas agrícolas asignadas. Me parece
un absurdo que eso se les sigua contabilizando como área
agrícola. Uno les asigna esas áreas de páramo
en la convicción de que ellos son los mejores cuidadores
de las fábricas de agua, pero no los puede poner a cuidar
el páramo como fábrica de agua y simultáneamente
a darle una utilización de tierra agrícola. Aceptamos
eso, lo vamos a aplicar y creemos que ahí se ha dado un
gran paso.
Nos preocupan tres fuentes de contaminación en el país,
inmensas: Bogotá, Medellín y Cali. La salvación
de Emcali nos va a ayudar para que opere la planta de tratamiento
de agua residual allí, la Ptar, no abarca el 100% de las
necesidades de la ciudad pero es un gran paso. Confiamos que Empresas
Públicas de Medellín, que siempre ha tenido una situación
financiera despejada, construya las otras plantas de tratamiento
después de haber hecho un gran esfuerzo en Itagüí y
un gran esfuerzo con el sistema paralelo de captación de
aguas residuales.
El Alcalde Garzón ha dado un paso importante, al cual no
fue ajeno el Gobierno Nacional, para resolver el problema de la
Planta del Salitre, en su relación con el Banco Interamericano
de Desarrollo. La señora Ministra ha venido involucrada
de lleno en el tema de encontrar una solución definitiva
al Río Bogotá, que involucre a todos los actores:
la ciudad, el departamento, la CAR, el Gobierno Nacional, la empresa
generadora de energía, el problema del Muña, de Sibaté,
etcétera.
Confiamos que rápidamente, después de lograr el acuerdo
entre todos, el Conpes apruebe el respectivo documento, y manos
a la obra. Y que ese documento no entre en contravía con
la sentencia que acaba de producir una jueza de la República
después de un exhaustivo estudio.
Con usted los colombianos tenemos el inmenso compromiso de acatar
lo que ha sido un magnífico ejemplo en defensa de los
intereses ambientales de la Nación, que son los intereses
sociales.
Sabemos que hay un reto muy grande, que es con el TLC, y nos hemos
comprometido a que en el tema de patentes debe quedar claro que
aquellas derivadas de la biodiversidad amazónica deben
ser un privilegio, un patrimonio exclusivo de los países
convergentes a la cuenca amazónica.
Creo que no hay motivos de preocupación por el TLC. La semana
pasada me decían las comunidades indígenas que íbamos
a afectar sus derechos de territorialidad. En eso no hay propuesta
alguna, no hay norma alguna. Vamos a tener mucho cuidado para que
el texto final del TLC ponga a salvo todos los derechos del pueblo
colombiano en materia de patentes de propiedad intelectual que
se deriven de los recursos de biodiversidad de la Nación
y de la Nación mirada en el conjunto, también, de
la cuenca amazónica.
Quería hacer estos comentarios en su presencia, en un día
que para nosotros en muy importante, porque esta Patria llena de
malas noticias tiene que distinguir y recordar ante los colombianos
quiénes son sus mejores hijos. Y usted con su tarea, con
su perseverancia, con sus obras, es un hijo notable de la Patria
a quien debemos respeto, admiración y a quien reconocemos
un gran ejemplo.
Lo hemos hecho con todo el cariño por Colombia, porque Colombia
se siente muy orgullosa de tener hijos como usted, profesor Carrizosa
Umaña”.