DISCURSO
PRESIDENTE EN CLAUSURA CURSO DE ALTOS ESTUDIOS MILITARES
Bogotá,
26 nov (CNE).- El siguiente es el texto del discurso del presidente
de la República, Álvaro Uribe Vélez, durante
la ceremonia de clausura del Curso de Altos Estudios Militares
de las Fuerzas Militares de Colombia:
Quiero
reflexionar con ustedes sobre la política de Seguridad
Democrática en la cual la Nación tiene tanta esperanza,
cuya ejecutora principal es la Fuerza Pública que ha ganado
tanto prestigio y tanto afecto del pueblo colombiano.
La
concepción de Seguridad Democrática ha sido moldeada
con base en la rica consulta ciudadana, con todos los actores
de las comunidades regionales, locales y barriales, que han expresado
su clamor y brindado sugerencias.
Es
una política que empezó construyendo las mayorías
nacionales y que avanza construyendo un gran consenso nacional
que dependerá para su sostenibilidad de la eficacia y el
acierto.
En
muchas ocasiones la hemos expresado y estamos en un momento en
el cual a cada segundo la tenemos que repetir e implorar su ejecución.
Ustedes respetados académicos y expertos militares son
los llamados a enriquecerla con su aporte, con sus conocimientos
en tan delicados terrenos científicos.
La
Seguridad Democrática se diferencia claramente de otras
concepciones de seguridad, profesadas por regímenes autoritarios
que buscaban la hegemonía ideológica y la exclusión
política. Se distancia también de una concepción
elitista.
La
Seguridad Democrática tiene como esencia ser instrumento
combatible, compatible con los derechos y libertades fundamentales
del ser humano y ve en ellos su fin justificador.
Seguridad
para todos los colombianos sin discriminación. Para que
no desplacen a los campesinos de sus parcelas, no secuestren a
los empresarios, a los jubilados y a los taxistas, no amedrenten
a los periodistas, se respete la misión de los obispos.
Para que los sindicalistas ejerzan libremente su acción,
los dirigentes políticos se desplacen sin temores, los
defensores de derechos humanos se apliquen a su labor sin amenazas.
Esa
política implica una clara conciencia: la de que todos
los soldados, policías, miembros de la rama judicial y,
en general, los servidores públicos de la Patria, representan
al pueblo y se deben a él.
La
Seguridad Democrática supone, por tanto, el derecho a que
cada colombiano conciba libremente sus ideas, las exprese libremente.
La
Seguridad Democrática es para que bajo el cielo de la Patria
florezca una gama amplia de expresiones del pensamiento, para
que la Patria esté poseída por el pluralismo.
La
acción antidemocrática, el terrorismo, la destrucción
de los bienes materiales del pueblo, el asesinato y el secuestro
tienen que ser perseguidos todo día con más ardentía
por la Fuerza Pública, con las herramientas que le entregan
la Constitución y la Ley.
El
Estado colombiano con su larga tradición democrática,
la Fuerza Pública colombiana con su larga tradición
de respeto a la Constitución, su receptividad a la crítica,
su determinación de mejoramiento continuo, configuran Estado
y Fuerza Pública un conjunto de garantías para la
democracia que nos lleva a la conclusión de que quien en
presencia de estas garantías atente contra el orden democrático,
procede de manera terrorista.
Por
eso nuestro Estado cuando ejerce su fuerza legítima para
contener a los violentos, reducirlos y proteger a los ciudadanos,
lo hace para proteger la democracia, para proteger ese estado
de cosas que la Constitución y la Fuerza Pública
garantizan a fin de que los ciudadanos puedan disfrutar de la
plenitud de las garantías democráticas.
Esa
Seguridad Democrática es impracticable sin el presupuesto
constitucional de la solidaridad ciudadana hacia la autoridad,
hacia la Fuerza Publica. Solidaridad que supone el deber de colaborar
positivamente con la Fuerza Pública.
La
masiva respuesta cooperante de la población se está
expresando dentro del marco institucional, y en forma generosa
y voluntaria.
Cada
soldado y policía debe ser un pedagogo para persuadir al
ciudadano a fin de que el ciudadano coopere con su Fuerza Pública,
la quiera, confíe en ella, le ayude y que el ciudadano
esté inspirado en ese principio que es la solidaridad,
fundamental para la convivencia, fundamental para la creciente
consolidación en la integración profunda del pueblo
colombiano y esencial en el texto de nuestra Constitución.
El
ejemplo del rescate del señor Arzobispo de Zipaquirá
y el cura párroco de Pacho, muestra el compromiso de la
Fuerza Publica y el entusiasmo del pueblo para cooperar con su
Fuerza Publica.
En
Colombia defender al Estado es defender al pueblo. La democracia
que el Estado defiende es la garantía que el pueblo reclama.
Entonces derrotar el secuestro y el terror es, ni más ni
menos, que defender al pueblo.
Cada
vez que hay un secuestro se afecta profundamente la confianza
de los inversionistas, se dispersan los capitales, se pierden
fuentes de empleo. Cuando la Seguridad Democrática derrota
a los secuestradores está defendiendo al pueblo y las garantías
sociales básicas, los derechos sociales como el derecho
al trabajo.
La
Seguridad Democrática no es para defender un grupo social
o un individuo, no tiene connotaciones elitistas, no es para defender
a los ostentadores de riqueza. La Seguridad Democrática
es para defender a todo el pueblo colombiano. Para que el empresario
invierta con confianza, el trabajador se sienta protegido y el
sindicalista tenga confianza en las instituciones democráticas.
Otro
tema de reflexión en este acto es el del liderazgo de la
Fuerza Armada. Sin liderazgo en la Fuerza Armada, Colombia no
recuperará la confianza de los ciudadanos en el nivel de
seguridad.
Requerimos
que cada uno de ustedes sea un gran líder al interior de
su fuerza y en la relación de su fuerza con la comunidad.
Al
despuntar del sol de cada mañana, comprometa cada uno de
ustedes en su interior todas sus energías para proceder
con liderazgo. Ese liderazgo necesita preparación permanente
de lo cual ustedes están dando un gran ejemplo como se
acredita con esta graduación.
Ese
liderazgo para tener credibilidad necesita arrestos, gana, energía
e iniciativa, de lo cual la Fuerza Pública está
dando un ejemplo con sacrificios que todos los días enlutan
hogares de soldados, policías y oficiales de la Patria.
Ese
liderazgo para que sea beneficiario de la confianza y de la credibilidad
ciudadana necesita honradez.
Hace
pocos días el papá de un suboficial asesinado por
el terror me decía: ¿si valdrá la pena el
sacrificio de mi hijo cuando en el país hay tanta corrupción?
Cada
uno de ustedes, graduandos comprometido con el liderazgo, tiene
que ser un enclave de honradez y tiene que ser un forjador de
honradez y tiene que ser un factor que le exija transparencia
a las costumbres del Estado colombiano.
Esta
programación de la Escuela Superior de Guerra se ha propuesto
impartir una formación integral a los oficiales de nuestras
fuerzas para que ejerzan eficazmente ese liderazgo.
Una
oficialidad instruida, estudiosa, garantiza seguir avanzando para
que nuestras fuerzas mantengan su condición de institución
que merece, como lo reiteran los sondeos de opinión, que
merece un profundo afecto y la credibilidad del pueblo colombiano.
Sun
Tzu decía en ese estudio tan importante El arte de
la guerra, que es de vital importancia para el Estado el
dominio de la vida y de la muerte. Lo que ustedes vienen estudiando
es fundamental para poder dominar la muerte a favor de la vida
de los colombianos. Lo que ustedes viene estudiando es el camino
hacia la supervivencia o hacia la pérdida de la organización
democrática. Para protegerla necesitamos la aplicación
eficaz de sus conocimientos.
Ustedes
han estudiado el papel incontrovertible del liderazgo en el éxito
militar.
En
uno de sus ensayos sobre historia política Maquiavelo introdujo
el debate al plantear ejemplos históricos de buenos ejércitos
guiados por malos generales o buenos generales guiando tropas
indisciplinadas e inexpertas.
El
liderazgo de ustedes supone virtudes: inteligencia, ánimo
despierto, honradez, desapego a las recompensas materiales, entrega
hasta el sacrificio.
Habrán
repasado ustedes en los cursos de historia los mil ejemplos que
ilustran el papel del caudillo de tropas. Alejandro, el primero.
Plutarco
narra una escena de la vida de Alejandro, que aún resuena
como ejemplo para los líderes militares: escasos de agua
y mortificados por la sed, algunos soldados llenaron un casco
y le dijeron bebe, y vive tú. Como todos sus soldados
tenían la vista fija en la bebida, la devolvió,
dando las gracias: si yo solo bebiere, dijo, ustedes desfallecerían
todavía más. Los soldados, viendo su templanza
y grandeza de ánimo, gritaron que los condujese con toda
confianza porque ni se cansarían, ni tendrían sed,
ni se acordarían que eran mortales, mientras tuvieran un
general como él.
Esa
tarea corresponde a ustedes, que están avanzando hacia
los destinos superiores de la Fuerza.
El
libertador Bolívar arriesgó su vida, pasando a nado,
con los brazos atados, el caudaloso Orinoco, para demostrar a
sus hombres hasta dónde llegaba su decisión de arrostrar
los peligros. Uribe Uribe, al frente de diez valientes, atravesó
el puente de Peralonso en medio de una lluvia de balas. Estos
carajos creen que yo tengo almacén de ropa fue su
comentario cuando vio saco y sombrero agujereados.
Clausewitz,
a quien ustedes han estudiado a fondo en sus diferentes cursos
y en los que hoy culminan, el que declaró que el conocimiento
de los asuntos militares no es la principal cualidad de un dirigente
de la guerra, sino que es más importante contar con una
mentalidad superior, extraordinaria y con fuerza de carácter.
Liderazgo, fuerza de carácter, mentalidad superior son
características de la oficialidad que requiere la Patria
en esta coyuntura crucial.
Oficiales
de la Patria: expreso a ustedes una felicitación calurosa
en este día de grado, al igual que a los civiles que cumplieron
con dedicación el ciclo académico. Una de las virtudes
que más debemos apreciar de la institución militar
es su consagración a la disciplina del estudio.
En
nuestro medio, tal vez ninguna otra profesión atiende de
manera tan juiciosa la capacitación de sus miembros y estos
cursos que clausuramos son prueba de ello.
Que
importante palpar diariamente la disciplina y la organización
de la Fuerza Pública de la Patria.
Hace
pocos días tuve oportunidad de conocer las bases del plan
estratégico para el período que estamos emprendiendo
y simplemente tuve que decir a sus comandantes y a la señora
Ministra, felicitaciones.
Ustedes
todos los días demuestran más el profesionalismo
de nuestras fuerzas.
Y
que importante haber entregado los diplomas hoy a un conjunto
de civiles que aman y admiran la institución armada y que
están dispuestas a servirla y a apoyarla como una manera
eficaz de servir a la Patria, de vivir la Patria, de hacer de
la vida de cada uno de nosotros un algo útil para la Patria.
En
esa tarea de capacitación la Escuela Superior de Guerra
brilla por su determinación de aplicarse al desarrollo
de las diversas áreas del saber, integrando a su currículo
la formación ética, la capacitación científico
técnica, la estrategia táctica y logística.
Sigue la Escuela los pasos de nuestro glorioso héroe Francisco
José de Caldas, quien, sin abandonar la ciencia, se consagró
a servir a la independencia formando los primeros ingenieros militares
de la América hispana, aquellos que sirvieron con patriotismo
bajo las órdenes de Bolívar, Santander, Sucre y
Córdova.
Particularmente
exalto el trabajo del mayor Pablo Federico Przychodny Jaramillo,
del capitán de corbeta de la Armada Nacional, Gustavo Adolfo
Ángel Sanín, y de la Fuerza Aérea, mayor
Jaime Fernando Medina Rojas, seleccionados como graduados de honor
en el curso del Estado Mayor 2002.
Son
un ejemplo que todos debemos imitar.
Llamo
en esta ceremonia de graduación a todos los integrantes
del Ejército, de la Policía, de la Armada, de la
Fuerza Aérea para que sigan el ejemplo que ustedes han
dado en dedicación al estudio y adquieran todos en la Patria
las cinco grandes cualidades de los soldados, de las que habla
la sabiduría oriental: sabiduría, sinceridad, benevolencia,
coraje y disciplina.
La
Patria tiene toda la esperanza en su Fuerza Pública y la
Fuerza Pública no va a defraudar la Patria.
A
todos muchas gracias.
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