PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE AL CLAUSURAR ENCUENTRO DE CONCEJALES
Pereira, 1
oct (SNE). Las siguientes son las palabras del presidente Álvaro
Uribe Vélez durante la clausura del VII Encuentro de la
Federación Nacional de Concejos.
“El algodón está vinculado a lo que se llama
una cadena transable en el mercado internacional, textiles y confecciones.
Por eso estamos buscando cómo llevamos la recuperación
del algodón de la mano del estímulo a la exportación
de algodón para poder superar definitivamente el problema
estructural del algodón.
El Congreso
de la República nos ha dado la mano para aprobar
los estímulos tributarios al alcohol carburante. El año
entrante el país estará produciendo un millón
de litros diarios de alcohol de caña.
Ya empieza
a darse un gran experimento, un plan piloto para producir alcohol
de yuca en los Llanos Orientales y se anuncia un proyecto
en el departamento del Cesar y confío que la Hoya del Río
Suárez, entre Boyacá y Santander, Vegachí,
Villeta, puedan tener plantas de alcohol, con iniciativa privada,
con los paneleros vinculados y con apoyo del Gobierno. Estamos
en esa tarea.
Cuando este
Gobierno empezó se encontró con el más
grave problema para la industria panelera. Se había aprobado
el ingenio panelero de la zona del Páez en el Norte del
Cauca. Para proteger a los pequeños productores de panela,
este Gobierno revocó esa licencia y se impidió que
se desarrollara ese gran ingenio panelero.
Estamos trabajando
con la Policía para enfrentar los derretideros
de panela y la panela adulterada, pero necesitamos mirar a ver
cómo podemos lograr un precio estable y equitativo para
los productores de panela. Creo que el camino del alcohol es un
buen camino, a condición de que no sembremos más área
de caña de azúcar porque es un tema bastante saturado
en el mundo entero.
¿Ustedes hablan Tolima-Huila? El subsidio del Gobierno
Tolima-Huila, que vale más de 17 mil millones está incorporado.
Deben estar en los trámites, pero el Gobierno cumple con
ese subsidio, amigos algodoneros del Tolima-Huila. Ustedes son
testigos del esfuerzo del Gobierno por reactivar el algodón
en esas regiones y por reactivarlo en la Costa Caribe colombiana.
¿Aquí están los del Cesar? Cuando este Gobierno
empezó era imposible avanzar en algodón en el Cesar,
porque a nadie le prestaban dinero. Hemos creado el sistema de
los patrimonios autónomos, hemos avanzado con el Fondo de
Garantías y hemos recuperado la condición de sujetos
de crédito para muchos cesarenses.
Y hace poco
ampliamos el Pran cafetero, con un costo adicional de 17 mil
millones para favorecer a los pequeños productores
que habían sido cumplidos. Atendimos un reclamo muy sentido.
Se nos decía: le condonan la deuda a los que no pagan y
no nos ayudan a los que hemos pagado cumplidamente. Por eso lo
extendimos en favor de los pequeños productores que han
sido cumplidos en sus cuentas.
Cultivos de
tardío rendimiento: palma africana, caucho,
cacao. Varias medidas. Hemos estado tramitando el estímulo
tributario. Vemos la posibilidad de que este país tenga
más de 600 mil hectáreas de palma africana, cultivo
intensivo en generación de empleo.
Cuando este
Gobierno empezó teníamos 170 mil. Vamos
a terminar el año con 220 mil. ¿Qué estamos
haciendo? Los subsidios, lo que se llama el ICR, lo hemos orientado
totalmente a los pequeños productores. Cuando visito el
Magdalena Medio, veo con enorme entusiasmo que esa situación
rural tan difícil se ha venido mitigando, gracias al crecimiento
de los cultivos campesinos de palma africana, bastante apoyados
por los subsidios del Gobierno.
Cuando comparo
la situación urbana de Barrancabermeja con
el entorno rural del Magdalena Medio, veo que la situación
social es menos grave en el entorno rural, gracias a esos cultivos.
Cuando miro
el Sur del Bolívar, todos los municipios ribereños
del Magdalena, que tienen su espalda contra la Serranía
de San Lucas, veo que allí después de un problema
histórico de coca, guerrilla, paramilitares, hemos avanzado
bastante en el tema de orden público y ya se empiezan a
hacer inversiones bien importantes en este tipo de cultivos.
Hemos tenido
un enorme problema con los servicios públicos. ¿Cuál
es? Hay un tema que es la papa. ¿Y el otro? ¿Cuál? ¿Por
qué no me deja? Yo soy algo sordo, lo que es útil
para la política y desventajoso para la música. Yo
soy algo sordo. ¿Qué es lo que dice el señor?
El tema de
la papa, el tema del banano, el tema del plátano.
No. El arroz este año hemos tenido varios problemas. Un
problema de una gran cosecha nacional, un problema de dificultades
para sacar arroz de algunas regiones de Colombia, que empieza a
resolverse, y un problema de contrabando. Como también lo
hemos tenido en lo que se llama harina de maíz blanco.
Estamos buscando
cómo superamos esos problemas y hemos
hecho un gran esfuerzo presupuestal para subsidiar los costos financieros
del almacenamiento del arroz.
Confío que si eso lo podemos complementar con un esquema
de comercialización internacional más razonable el
año entrante, podemos tener un precio más remunerativo.
Hemos tomado
una decisión: la de avanzar con el distrito
de riego del Ariari, pero con el compromiso que ese distrito no
se dedique a arroz, porque entonces seguiremos saturando la oferta
de arroz y todos los países vecinos producen arroz y cada
uno quiere resolver el problema, enviándoles sus excedentes
al otro, y así lo que vamos a lograr finalmente es que entre
todos nos quebremos.
He visto una
gran recuperación del área sembrada
en papa en el Cauca, en Nariño, en Boyacá, y hemos
tenido altibajos en el precio. Pero fundamentalmente he encontrado
mayor tranquilidad en los productores, porque ha avanzado el tema
de la seguridad.
En leche. Hace
dos años el primer Consejo Comunitario fue
en Nariño y me dijeron los campesinos de Nariño:
Presidente, hace diez años nos hicieron la apertura, nos
quebraron el cultivo de trigo y la cebada, nos dijeron que venían
cultivos sustitutivos, no vinieron, nos tuvimos que ir a sembrar
coca al Putumayo, y aquí empezamos en el minifundio andino
nariñense a desarrollar explotaciones de leche, y hoy con
las importaciones, me decían hace dos años, ya no
nos compran la leche.
¿Qué hizo este Gobierno? Suspendió las importaciones
de leche. Visitaba Nariño hace cuatro semanas, y sin que
estén viviendo un mundo ideal, por lo menos les compran
la leche, tienen a quién vendérsela y la están
vendiendo a un precio menos inequitativo.
A este Gobierno
no le tiembla la mano para defender al sector agropecuario. Si
nosotros buscamos mercados como el TLC o Mercosur
o Europa, es para que esta economía crezca, para que haya
empleo. Da gusto atender a lo que asistí antenoche en Miami:
602 empresarios de Colombia, buscando exportar al mercado de los
Estados Unidos. 221 de ellos por primera vez participaban en una
macro rueda de negocios. 457 de ellos son pequeños y medianos
empresarios. 50 de ellos por primera vez obtenían una visa
de ingreso a los Estados Unidos.
Y empecé a conversar con ellos y unas señoras me
decían: nosotras venimos de Granada, Meta. Estamos empezando
a exportar a los Estados Unidos el hartón llanero, el plátano
hartón llanero. Y los otros señores me decían:
nosotros venimos de Villavicencio. Estamos empezando a exportar
a los Estados Unidos tilapia, criada y engordada en cautiverio.
Da gusto ver
a estos colombianos abriendo mercados para poder generar empleo
para expandir esta economía, para afiliar
a los colombianos a la seguridad social. No nos dejemos distraer
por la demagogia. Colombia ha tenido un discurso social muy lindo
y unos resultados sociales muy pobres. No nos dejemos distraer
por la demagogia. Vamos a ponerle todo el cuidado a estas negociaciones
para que sean con equidad, pero estas negociaciones no tienen objetivo
distinto que abrir oportunidades para que crezca esta economía.
Cuando nos
quejamos de lo social, tenemos que ver que ha pasado en lo económico. Mientras la economía china crece
hasta al 7, al 10 al 11, mientras las economías asiáticas
han tenido esos promedios, la nuestra, entre los años 60
y 1980, creció al 4 y medio. Eso no es lo grave: del 80
para acá en promedio ha crecido al 2 por ciento. Con una
economía anémica, con los colombianos sin posibilidades
de encontrar empleo, volcados a las calles a medio subsistir de
la informalidad, no tenemos posibilidades de mejorar la situación
social.
Hoy tenemos
en Colombia 21 mil familias guardabosques. Hemos empezado en
el Putumayo, en el Tolima, en la Sierra Nevada de Santa Marta,
en Nariño. Aspiramos a arbitrar los recursos presupuestales
para llegar a 50 mil familias guardabosques.
Hoy tenemos
un gran avance en extinción de tierras apropiadas
por el narcotráfico. El doctor Fernando Londoño,
primer Ministro del Interior de este Gobierno, tramitó con
el Congreso de la República una ley para facilitar la extinción
de dominio. Esa ley le entrega instrumentos a fiscales y a jueces
para recuperar para el pueblo colombiano, los bienes mal habidos
del narcotráfico y de los grupos terroristas que giran alrededor
del narcotráfico.
Además de haber entregado ya algunos predios, en las próximas
semanas aspiramos a entregar a los campesinos 12 mil hectáreas,
de buena calidad, y vamos a avanzar para cumplir metas ambiciosas
en esta materia.
Encontramos
arruinadas las electrificadoras de Colombia. Hemos sacado adelante
electrificadoras como la de Santander, como la
de Norte, hemos sacado adelante electrificadoras como la del Meta,
hemos sacado adelante electrificadoras como la CHEC, aquí en
esta tierra, como la electrificadora del Quindío. Nos quedan
faltando otras, pero con la ayuda de Dios las vamos a sacar adelante
a todas.
El Congreso
aprobó algo que propuse en el Plan de los 100
Puntos del Manifiesto Democrático: que los ajustes tarifarios
a los sectores populares no crecieran por encima de la inflación.
Lo hemos cumplido, pero eso nos implica un subsidio de cerca de
300 mil millones este año al consumo de energía de
los sectores populares de la Patria.
Quisiera acudir
a este foro de concejales y no encontrar quejas en seguridad.
Mi ambición es que en algún momento
todos los concejales de la Patria se sientan plenamente seguros.
Hemos hecho un gran esfuerzo. Todavía nos asesinan concejales.
La vida no se puede tasar en cantidades.
Es igualmente
grave un asesinato que centenas de asesinatos, pero cuando este
gobierno llegó, aquí asesinaban a los
concejales por centenares, asesinaban a los sindicalistas por centenares,
asesinaban a los periodistas y a los maestros por centenares.
Yo visité el 8 de agosto a las 6:00 de la mañana
a Valledupar, y los que se quejan hoy de que esa democracia está capturada,
deben recordar que acudí a las 6:00 de la mañana
para empezar con el Ejército y la Policía el destaponamiento
de la carretera que impedía que los colombianos se transportaran
entre Valledupar y Santa Marta, entre Valledupar y La Guajira:
en una parte estaban los paramilitares y en otra la guerrilla,
y si bien nos falta avanzar muchísimo, bastante hemos avanzado
con el pueblo colombiano.
Por eso, en
el Caquetá lo visité en la tarde del
8 de agosto de 2002. Todos los alcaldes estaba refugiados en Florencia.
Hoy creo que casi todos están despachando en sus municipios
con menor intranquilidad.
Nos falta pero
hemos avanzado. Y reitero ante ustedes el compromiso de no perder
un minuto para derrotar el terrorismo. No hablemos
de guerra, doctor Antonio. La guerra ha sido dura en todas las
etapas de la humanidad, pero finalmente la guerra ha tenido una
explicación, una justificación.
¡Aquí no hay guerra, aquí hay problemas sociales,
problemas de inequidad, problemas de diversa índole, de
miseria, pero aquí no hay guerra, aquí lo que hay
es un desafío de 50 mil terroristas contra 44 millones de
ciudadanos de bien!
¡Por eso, aquí el camino es la derrota del terrorismo,
y el país en eso no puede ser flojo. El país, en
eso, no puede volver a actitudes pusilánimes!
Recuerdo a
Luis Carlos Galán. Si los colombianos hubiéramos
escuchado su convocatoria contra el narcotráfico, su convocatoria
firme y patriótica por la cual expuso su vida, el país
hubiera ahorrado mucha sangre y muchos dolores de cabeza.
¡Vamos
a seguir en esta tarea: no hablemos de actores del conflicto!
Hace unos días con los compatriotas indígenas del
Cauca, alguien de ellos me decía: ‘Presidente, es
que usted no nos puede obligar a tomar partido en el conflicto’.
Yo les decía: ‘¿qué es tomar partido?’ ‘Pues
lo que usted nos dice, que nos tenemos que aliar con la Fuerza
Pública’. Y les preguntaba: ‘¿y por qué no?’ Me
decían: ‘porque no podemos estar con alguno de los
actores del conflicto’. Y les dije: ‘¿y quienes
son los actores del conflicto?’ Y me contestaron: ‘guerrilla,
paramilitares, Fuerza Pública’. Y les dije: ‘no,
no, no’. A la Fuerza Pública no la podemos medir con
el mismo rasero con que medimos a los actores del terrorismo.
Aquí hay unos actores del terrorismo que son: el narcotráfico,
la guerrilla, los paramilitares. Y unas fuerzas institucionales,
destinadas a fortalecer la democracia, que son nuestras Fuerzas
Armadas.
¿Saben por qué esta política de seguridad
se llama Democrática? Porque busca defender con el mismo
empeño al amigo de las tesis del Gobierno, que al crítico
de las tesis del Gobierno. Ésta política se llama
Democrática, porque como se comprobó en el proceso
electoral del 2003, dimos garantías efectivas.
Los invito
a una reflexión: a establecer la diferencia
entre lo que son las garantías teóricas, abstractas,
farragosas en lo político, y lo que son las garantías
reales.
En Colombia
siempre se hablaba de garantías para todo el
mundo, pero muchos candidatos por el solo hecho de aspirar, eran
asesinados. Nosotros nos propusimos en las elecciones del 2003,
proteger por igual a aquellos candidatos que compartían
las tesis del Gobierno y a aquellos candidatos que disentían
de las tesis del Gobierno
Ahí está la Alcaldía de Bogotá, dirigida
por el Polo Democrático, con todo nuestro respeto, en una
campaña política que tuvo todas nuestras garantías.
Ahí está la Gobernación del Valle del Cauca
y muchas, muchas, posiciones de elección popular en Colombia.
¿Saben por qué esta política de seguridad
es Democrática? Porque el Ejército de la Patria,
la Policía de la Patria, no son el Ejército de mi
Gobierno, no son las Fuerzas Armadas de Uribe, son las Fuerzas
Armadas de la Constitución, son las Fuerzas Armadas del
pueblo.
Mi instrucción en público y en privado a las Fuerzas
Armadas de la Patria, es que ellos tienen que defender la Constitución
y en nombre de la Constitución, los derechos de todos los
colombianos, sin detenerse mirar qué piensan esos colombianos
en materia política, en tesis económicas, qué piensan
esos colombianos frente al Gobierno, o cómo discrepan del
Gobierno. Por eso llamamos ésta política de seguridad
una política Democrática.
Queridos concejales
de mi Patria: quisiera escucharlos a todos, pero muchos de ustedes
han tenido la oportunidad de mantener este
diálogo conmigo sábado tras sábado, y me comprometo
a avanzar en los acuerdos entre el Gobierno, el Congreso y la Federación
de ustedes, alrededor de los temas sobre los cuales hablamos esta
mañana.
Déjenme dar esta cifra. El año pasado en homicidios,
se redujeron 20 por ciento, este año lo hemos reducido en
un 13 por ciento. Teníamos enormes dificultades en Barranquilla
y Cali y por primera vez Barranquilla y Cali, en el mes de septiembre
que acaba de terminar, ya muestran reducciones en homicidios, frente
al mismo mes del año pasado.
El año pasado redujimos el secuestro en un 27 por ciento
y este año se va reduciendo el secuestro en más de
un 42 por ciento.
Esta política de Seguridad ha salvado 8.318 vidas, pero
no estamos contentos, no estamos contentos, estaremos contentos
el día que no haya un concejal amenazado, el día
que no haya un concejal asesinado, el día que cese el asesinato
en la Patria, el día que cese el secuestro en la Patria.
Le he dicho
a la Fuerza Pública: ¡hay que proceder
con voluntad política. El Gobierno la tiene, yo no me rajo!
Yo le propuse al pueblo colombiano una política con todo
el vigor contra el terrorismo y así lo cumpliré hasta
el último día.
Pertenezco
a una generación que no ha vivido un solo día
en paz y quiero hacer todos los esfuerzos necesarios, mientras
el Creador me mantenga la energía, para contribuir con ustedes
a que las nuevas generaciones de colombianos puedan vivir felices
y con ilusión en esta Patria.
¡Le he dicho a la Fuerza Pública:
procedan con agresividad y procedan con transparencia!
Y creo que
a aquella convocatoria para que se mantenga la iniciativa, la
Fuerza Pública ha respondido. Son muchos los soldados
de la Patria mutilados, muchos los policías de la Patria
cobardemente asesinados por las minas antipersonal.
Yo deploro
que ésta guerrilla tenga unos colombianos secuestrados:
diputados, ex candidata presidencial, congresistas y muchos colombianos,
simples ciudadanos del común. Por eso es la lucha contra
el secuestro.
Yo no me opongo
al acuerdo humanitario. Pero no puedo hacer acuerdos humanitarios,
de aquellos del pasado, que hicieron de los acuerdos
humanitarios unos factores de estímulos del terrorismo,
tomaron unas decisiones para darle más fuerza a los terroristas
y para afectar la motivación de la Fuerza Pública.
Cuando era
candidato, en las primeras semanas de Gobierno, dije que el acuerdo
humanitario tenía que ir de la mano de la
reiniciación de diálogo, y que el diálogo
solo podía reiniciarse con un cese de hostilidades. Después
de hablar con el Secretario General de las Naciones Unidas, con
el Presidente de Francia, su Ministro de Relaciones, con los familiares
de los secuestrados, modificamos la posición y aceptamos
desvincular el acuerdo humanitario de un eventual proceso de paz.
Hemos enviado
una propuesta a través del Gobierno Suizo,
nosotros estamos dispuestos a liberar un número de guerrilleros
de las Farc, antes de que las Farc libere a nuestros secuestrados,
para mostrar la seriedad del Gobierno.
Esa propuesta,
que no queríamos hacerla pública,
finalmente la conoce el país, pero ustedes mirarán
si lo que les voy a decir tiene razón o no tiene razón.
Hemos propuesto
que solamente salgan de la cárcel guerrilleros
enjuiciados o condenados por rebelión. Nosotros no podemos
liberar a los que están allí por delitos atroces. ¿En
qué quedaría el proceso con los paramilitares? ¿En
qué quedará un eventual proceso con el Eln o con
las Farc, si desde ahora creamos el mal antecedente de liberar
a los responsables de delitos atroces?
Y una segunda
condición: que aquellos que salgan de la
cárcel, no pueden regresar a delinquir. ¿Ustedes
creen que haríamos un bien sacándolos a todos de
la cárcel para que vuelvan a delinquir? ¿Qué le
pasa al sacrificio de la Fuerza Pública? A la Fuerza Pública
hay que quererla y acompañarla, por supuesto, criticarla,
pero con afecto, como uno lo hace con los hijos. Pero no se les
puede desmotivar cuando está en semejante sacrificio.
Por eso he
dicho: los que salgan de la cárcel nosotros
no podemos aceptar que vuelvan a delinquir. Hemos dado dos opciones:
o que se vayan a un país como Francia o que entren al programa
de reinserción. Programa totalmente generoso, compatriotas.
En este Gobierno
se han reinsertado más de siete mil integrantes
de estos grupos, y los hemos tratado con toda fraternidad, con
todo afecto, nos hemos dado la mano y el Gobierno hace un enorme
esfuerzo presupuestal por ellos.
Una cosa es
que salgan de la cárcel para estar en Francia
o en un programa de reinserción y otra cosa es que salgan
de la cárcel para seguir en la lucha terrorista. Por eso
tenemos que insistir en propuestas razonables.
Y yo no puedo
caer en la trampa de zonas desmilitarizadas. A mí me
pedían los ciudadanos del Caquetá: ‘Presidente,
la Fuerza Pública, la Fuerza Pública’.
La zona desmilitarizada
creció enormemente el poder de
los terroristas, creció enormemente el narcotráfico.
Nadie sabe en cuánto hicieron rendir sus ambiciones terroristas
los usufructuarios de la zona desmilitarizada, durante esos tres
años largos. Nosotros no podemos incurrir en zonas desmilitarizadas.
Queremos el acuerdo humanitario, pero en condiciones que contribuyan
a la paz, no en condiciones que fomenten el terrorismo.
Le hemos dado
al Eln todas las posibilidades. Ahí está el
testimonio del Gobierno de México. ¿Por qué no
se atreve el Eln a avanzar en la paz?, es mi pregunta. Deseo que
lo haga.
A mí me han probado conduciendo las Fuerzas Armadas como
soldado, como policía. Ojalá me probaran en la paz.
Con el mismo
entusiasmo con que estimulamos y dirigimos a la Fuerza Pública para derrotar a los terroristas, nos aplicaríamos
a negociar la paz. Con nosotros no hay cuentitos. Estamos dispuestos
a negociarla rápidamente, en condiciones razonables.
Pero el Eln
no da pasos porque le da miedo de las Farc. Ojalá le
demuestre al país que es independiente, que no le tiene
miedo a las Farc. Ojalá el Eln sea capaz de avanzar en este
proceso de paz. Y ojalá las Farc algún día
lo tome, pero con seriedad.
¡Mientras tanto, un objetivo: una Colombia sin narcotráfico!
Cuando yo recorría, como candidato, estas regiones, la
gente hablaba en los cocteles y en las reuniones sociales de los
carteles, pero no se atrevían a enfrentarlos.
Nos hemos atrevido
a enfrentarlos con toda la determinación
para quitarle al país esa pesadilla del narcotráfico,
que acaba con la ecología y que ha maltratado a tres generaciones
de colombianos.
Una Colombia
sin guerrilla. Una Colombia sin paramilitares. Una Colombia en
permanente ebullición democrática.
Un saludo lleno
de afecto a todos ustedes, los concejales de mi Patria”.
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