PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN PRESENTACIÓN DE LA ESCUELA MIXTA
LUIS CARLOS GALÁN
Bogotá, 18 ago (SNE). Las siguientes son las palabras
del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez,
durante la presentación de la Corporación Escuela
Mixta Luis Carlos Galán, cuyo propósito es la formación
en democracia de jóvenes líderes en las comunidades:
“Estábamos en pleno movimiento estudiantil de los
años 70, y quienes discurríamos en la universidad
pública vimos, con asombro y con inmensa ilusión,
no solamente la llegada del doctor Luis Carlos Galán al
Ministerio de Educación, sino sus atrevidas propuestas.
César Pardo, en la Universidad Nacional, y otros muchos,
en diferentes universidades, asistíamos al proceso de
ecogobierno convocado por el recientemente nombrado Ministro
de Educación.
Eso obedecía no a la agitación de una bandera
de efectos inmediatos, sino a toda una concepción de la
relación entre la educación y la sociedad, de la
relación entre la universidad, el Estado y la sociedad.
Recuerdo
que cuando el doctor Luis Carlos Galán instaló aquel
proceso, los colombianos entendimos claramente que la universidad
era la caja de resonancia de los problemas sociales. El laboratorio
experimental para procesarlos y para devolverle a la sociedad
respuestas que se constituyeran en soluciones.
Esa era la
filosofía subyacente a tan audaz propuesta.
Fue efímera en el tiempo, porque las tendencias predominantes
del movimiento estudiantil no la comprendieron. El radicalismo
evitó que aquel experimento produjera las consecuencias
venturosas que estaba llamado a producir para la sociedad colombiana.
El radicalismo
demostró que no quería introducirle
ajuste a la sociedad, ni que estaba interesado en la revolución
institucional, en el acercamiento de actores tan importantes
como la sociedad, la universidad y el Estado, sino que estaba
dedicado a una política en la práctica anárquica
y cuyo único fundamento teórico era la ilusión
de que cambiaría totalmente el Estado, el modelo de producción
y las relaciones sociales de propiedad.
Cómo cobran vigencia en la Colombia de hoy, que requiere
hacer de la universidad el gran factor de política social
y científica para mejorar la competitividad de la sociedad
colombiana, su ingreso y por supuesto para mejorar la distribución
del ingreso, las tesis que por entonces agitó Luis Carlos
Galán.
Cuando sucedieron
los luctuosos hechos de aquel 18 de agosto, el país se aprestaba a la primera consulta popular en
el liberalismo. Avanzábamos en una campaña de gran
importancia.
Recuerdo
sus dos intervenciones, la una en Cartagena y la siguiente
en la Convención Nacional del Partido Liberal. Emprendimos
el camino de la consulta. Se hizo la unión con el Nuevo
Liberalismo, que él había fundado y que dirigía
con tanto acierto.
En una conversación, en el Congreso de Colombia, me había
dicho que de realizarse esa unidad, la primera visita que haría
a un sector del oficialismo sería al sector democrático
del liberalismo de Antioquia, que yo lideraba. Y se cumplió.
Fue un bellísimo evento. Allí concurrieron sectores
intelectuales que habían acompañado al Nuevo Liberalismo.
Concurrieron sectores populares urbanos de Medellín y
de las diferentes regiones del departamento que seguían
las orientaciones del sector democrático.
En una conversación que jamás olvidaré,
me invitó a participar en el movimiento que apoyaba su
precandidatura en la consulta. Le reiteré que estaba acompañando
al doctor Ernesto Samper Pizano, otro aspirante liberal que también
participaba en esa consulta.
Y después de deliberar mucho sobre el alcance de la consulta
con el doctor Galán, concluimos que para poder recuperar
plenamente el espíritu liberal la consulta no podía
arrastrar ciegamente a los electores. Que era necesario abrir
espacios concordantes con la razón de ser de esa consulta
y permitir que la gente acudiese libremente a escoger el precandidato
de sus preferencias.
Aquel 18
de agosto nos tomó en plena campaña.
Muchos de sus amigos, encabezados por el entonces senador Germán
Marulanda, habían ingresado al directorio del sector democrático
que yo dirigía y allí realizaban en plena libertad
la campaña proselitista a favor de la candidatura del
doctor Luis Carlos Galán.
Yo encabezaba
dentro del directorio la defensa de la candidatura del doctor
Ernesto Samper y la emulación procedía
fraternamente. Creo que estábamos avanzando en una campaña
que de haberse podido culminar, habría sido ejemplar.
Tuve después una corta conversación con el entonces
candidato, el doctor César Gaviria, quien no encontró la
manera de que continuara esa campaña como se había
venido orientando hasta la muerte de Luis Carlos Galán.
Qué importante esa corta experiencia, ese diálogo
con él, esa manera de entender el espíritu liberal,
el espíritu de la agitación política como
pedagogía, de la asunción no de posiciones sino
de tesis.
Qué importante esos diálogos con él, que
nos ayudaron a hacer mucha claridad sobre cómo colectividades
como ésta en ningún momento podían ser conducidas
con actitudes cerradas, con actitudes de dogma. Cómo había
que permitir en todos los momentos la práctica del libre
examen.
En el Congreso
de Colombia, quienes llegamos allí a través
del oficialismo liberal por un camino diferente al Nuevo Liberalismo,
conocimos en el doctor Luis Carlos Galán la transparencia,
el estudio y la verticalidad.
Me parece
verlo presentar un día sus juiciosas tesis
sobre la necesidad de agregarle valor a las exportaciones de
carbón. Otro día sus aportes al proceso de descentralización.
Sus diferentes proyectos de reforma constitucional, varios de
los cuales fueron recogidos por el Gobierno del presidente Gaviria
y hacen parte de la Constitución de 1991.
Qué liderazgo tan integral. Completo, como dirían
en mi comarca. Esa capacidad de estudio, de actualización
permanente, ese sentido para ver dialécticamente las tesis
de la política.
La transparencia
y la verticalidad. Y quiero destacar esa verticalidad. Es muy
fácil ser vertical cuando la verticalidad no implica
riesgos. Es muy fácil ser vertical cuando la verticalidad
no implica generación de oposición. La verticalidad
de Luis Carlos Galán fue la real verticalidad.
Ninguna amenaza,
ningún riesgo, ninguna crítica
lo hizo desistir de lo que le proponía al país.
Nos enseñó que el terrorismo, por rico, arrogante
y sólido que parezca, siempre es deleznable cuando se
le enfrenta con un Estado transparente y con una sociedad que
tiene convicción de legitimidad de instituciones.
Su voz fue
la única en un momento en el que el terrorismo
del narcotráfico parecía campeón. Fue la única
para señalarle a Colombia un camino de recuperación
total del imperio institucional del Estado.
Era vertical
en favor de la recuperación de la institucionalidad.
Cómo cobra de vigencia ese pensamiento, esa actitud, esa
expresión del carácter.
Y su discurso
estaba complementado siempre por profundas convicciones sociales.
Ahora que la doctora Maruja Pachón nos traía
la comparación de la relación entre la Seguridad
Democrática y la política social, con las dos ruedas
de la carreta, venía a mi memoria el gran esfuerzo de
Luis Carlos Galán por la educación.
Nada más importante para producir un impacto en la distribución
del ingreso, en el mejoramiento del acceso de los colombianos
a la propiedad, para construir un país de propietarios,
una sociedad de predominio de clase media, transparente, democrática,
que la Revolución Educativa.
Tenemos que
avanzar en ese esfuerzo y en los cinco grandes puntos de la
Revolución Educativa: la cobertura, la calidad,
la pertinencia, la capacitación técnica y el esfuerzo
de ciencia y la tecnología.
Las limitaciones
son muchas, las dificultades presupuestales enormes. Pero con
persistencia, la Revolución Educativa,
incluso antes que ser un problema de financiación, se
convertirá en una vía refinanciación del
Estado Colombiano.
Creo, señora Ministra de Educación, que uno de
nuestros homenajes a la memoria de Luis Carlos Galán es
avanzar en la Revolución Educativa.
Si esta Nación en el 2006 se acerca en la plena cobertura
en educación básica, si para ello este Gobierno
puede cumplir la meta de crear millón y medio de cupos
escolares, si habremos avanzado en calidad, en facilidades de
acceso a la universidad, si podemos cumplir la meta de que el
Sena, que en el 2002 capacitaba por año millón
cien mil estudiantes, en el 2006 esté capacitando por
año cuatro millones, con un alto porcentaje de formación
titulada, si podemos cumplir esas metas, iremos avanzando bastante
en ese sueño de Luis Carlos Galán que fue la Revolución
Educativa.
Quiero agradecer
inmensamente a la doctora Maruja Pachón
su comprensión y su decisión de contribuir a la
reforma del Estado. Desde el primer momento, cuando en compañía
de la señora Ministra le presentamos nuestra idea de reformar
un gran porcentaje de instituciones del Estado, encontramos su
apertura, su disponibilidad.
Después de esa gran tarea en la capacitación democrática
de los colombianos, cumplida por el Instituto Luis Carlos Galán,
la Corporación Mixta de Educación para la Democracia
Galán que hoy nace, es fruto también de la reforma
administrativa y de la muy valiosa cooperación con esa
reforma administrativa del equipo del Instituto, encabezado por
la ex ministra Maruja Pachón.
Qué bueno que esta Corporación Mixta haga ahora
un nuevo esfuerzo en educación para la democracia, en
un momento en que la Nación necesita desprenderse definitivamente
del fantasma del paramilitarismo, del fantasma de la guerrilla,
del fantasma del narcotráfico, y abrazar, como único
camino, el camino de la institucionalidad democrática.
La capacitación para la democracia es un eslabón
esencial en la Revolución Educativa. La Revolución
Educativa no sólo mejora la competitividad, la productividad,
el ingreso, la redistribución, sino que también,
con complementos como el de la Escuela Mixta Luis Carlos Galán,
tendrá que mejorar el desempeño de los colombianos
en las instituciones democráticas. Tendrá que acelerar
la recuperación plena del imperio de las instituciones.
Muchas felicitaciones,
doctora Maruja, a usted y a todo el equipo que la acompaña en semejante esfuerzo, útil y necesario
para la democracia. Cuente con todo el apoyo que esté al
alcance en las instituciones oficiales. El país espera
con alborozo la presencia de ustedes en todas las regiones de
la Patria.
Otro homenaje,
el más sencillo, el más elemental,
el más intimo que podemos rendir a la memoria de Luis
Carlos Galán, es pedir a Dios que nos ayude a hacer un
ejercicio gubernamental más transparente, más democrático,
que contribuya a tener una Nación sin exclusiones, sin
odios. Una Nación con debate fraterno, pero con debate
sin contradicciones insuperables. Con debate creador.
Que avancemos
con una forma de operar del Estado más
transparente, que haga que la ciudadanía gane más
confianza en ese Estado. Confianza, que es el presupuesto de
la recuperación de las instituciones.
Credibilidad.
He llegado a pensar que en el evento de tener que poner en
orden de prioridades la Seguridad Democrática
y la credibilidad, pondría primero la credibilidad.
Solamente
con credibilidad popular en las instituciones es posible avanzar
en la Seguridad Democrática. Hacerla sostenible,
llevarla a producir la consecuencia final de la reconciliación
total y la consecuencia final del sometimiento de todos los colombianos,
de la adhesión de todos los colombianos a las instituciones.
Esa credibilidad
tiene un nombre que la ejemplifica: la transparencia y la verticalidad
de Luis Carlos Galán. Que nos ayude
desde el cielo para que esa transparencia y esa verticalidad
permee en algo nuestros seres, a las mujeres y a los hombres
de la Patria, y especialmente a quienes tienen las mayores responsabilidades
en nuestras instituciones. Muchas gracias, doctora Maruja”.