PALABRAS
DEL PRESIDENTE ALVARO URIBE VÉLEZ EN EL 49 ANIVERSARIO
DEL DAS
Bogotá, 31 oct (CNE).- Las siguientes son las palabras
del presidente Álvaro Uribe Vélez con ocasión
del cuadragésimo noveno aniversario del Departamento Administrativo
de Seguridad (DAS).
"En la historia de nuestras instituciones de seguridad, ha
sido una extraordinaria ganancia para el Estado colombiano contar
con un organismo de información, inteligencia e investigación
de carácter técnico, científico y profesional.
Opuesto a todo modelo de central política de inteligencia
para uso de los gobiernos de turno, nuestro DAS, en sus cuarenta
y nueve años de existencia, se ha ganado el estatus de
cuerpo autónomo, esencial para la colaboración con
las Fuerzas Militares, de Policía y con la Fiscalía
General de la Nación, en la tarea de acopiar la información
necesaria para prevenir el delito, capturar al delincuente y judicializar
la acusación.
La información y la inteligencia constituyen hoy pilar
fundamental para proveer seguridad al Estado y a los ciudadanos
en la lucha contra la delincuencia. El mundo y los Estados afrontan
hoy el reto de derrotar a uno de los mayores enemigos de la humanidad:
la gran delincuencia organizada con proyección transnacional
y con capacidad logística para eludir la acción
de las autoridades en todo el universo democrático.
Es una delincuencia ligada a los más jugosos negocios como
la droga, el tráfico de armas, el contrabando, la corrupción
en los entes públicos, el tráfico de niños.
Ello justifica mantener un cuerpo profesional de detectives altamente
entrenado, compactamente ligado a las policías de otros
países y a la Interpol.
La carencia, la insuficiencia y la descoordinación en la
información e inteligencia del Estado, y lo que puede ser
aún peor: la rivalidad entre quienes tienen la responsabilidad
de recaudarla y manejarla, han sido reiteradamente señaladas
como la primera y más protuberante falla de nuestro sistema
de seguridad pública.
Una de las estrategias esenciales de nuestra política de
Seguridad Democrática apunta hacia la estructuración
de un sistema de inteligencia e información oportuno, eficaz
y altamente ligado a la cooperación de la ciudadanía.
El divorcio entre el agente estatal de información y la
población nos condena al fracaso frente a una delincuencia
avezada y socialmente mimetizada. No debe olvidarse que, en su
primera fase experimental, la actividad del DAS rural fue iniciada
como una organización civil de los gremios ganaderos de
los Llanos Orientales para protegerse contra el azote del abigeato.
Que este acto no sea el simple ceremonial rutinario de cada año,
sino que sirva para exaltar el reconocimiento a nuestros heroicos
detectives por su arrojo, valor e inteligencia, puestos al servicio
de la más noble causa: servir a la seguridad sin la cual
no es posible conquistar la felicidad del pueblo.
Nos llena de satisfacción y nos devuelve la esperanza graduar
a 217 nuevos agentes de inteligencia que, en estrecha unión
con los ciudadanos, velarán por ese fin esencial del Estado.
Sé que, ustedes jóvenes, lo harán con la
más escrupulosa sujeción a la Constitución,
a los derechos humanos y con espíritu de colaboración
con las otras agencias del Estado.
Exalto a los condecorados. Todos debemos cumplir nuestro deber.
Pero cuando ese cumplimiento es excepcional, cuando las acciones
son distinguidas por el valor o la inteligencia, el Estado adquiere
la obligación de estimular a quienes así actuaron.
De esa manera, el ejemplo contagiará de entusiasmo a quienes
están en la base de la institución, tendrán
referentes y encontrarán huellas por donde transitar hacia
comportamientos igualmente elevados.
Exalto también el hecho de que haya una nueva promoción
de agentes del DAS. En su juventud, inteligencia, honestidad y
valor, deposita Colombia su confianza. Ustedes tienen un compromiso
heroico: ayudarnos a recuperar la vigencia plena de la estructura
estatal.
Esta promoción de 2002 debe convertirse en la abanderada
de la Seguridad Democrática. En los cursos habrán
hecho suya la visión del DAS, que el DAS tiene de sí:
un organismo de inteligencia de Estado con carácter técnico,
científico, profesional y apolítico, cuya actuación
se basará siempre en los principios de respeto a los derechos
humanos y defensa de las libertades públicas.
Todos los servidores públicos, particularmente quienes
son miembros de la Fuerza Pública y de todos los organismos
de inteligencia, deben ser militantes de la idea de la Seguridad
Democrática
Nuestra actuación será transparente. La comunidad
nacional e internacional está invitada a supervisarla.
Nuestra Patria necesita un Gobierno de opinión, una Fuerza
Pública de opinión, unos organismos de inteligencia
de opinión. El respaldo popular depende del buen gobierno
y de la eficacia y transparencia de la Fuerza Pública y
de los organismos de inteligencia. La buena imagen no se sostiene
con las palabras sino con los hechos.
Una fuerza pública de opinión, unos organismos de
seguridad con respaldo en la opinión requieren con sus
hechos, ganar diariamente la confianza del pueblo. La comunicación
de estos organismos debe ser organizada, unificada, explicativa
y parca en adjetivos.
Todos los miembros del DAS deberán recordar siempre que
Colombia practica una política de Seguridad Democrática,
encaminada a proteger a todos los ciudadanos contra el asedio
de la delincuencia, y a salvaguardar el ejercicio del derecho
a disentir.
Este Gobierno jamás adoptará políticas de
seguridad propias de regímenes autoritarios, que han partido
de la base de considerar a un grupo ideológico o partido
político como el "enemigo interno". Todo lo contrario.
Nuestra política, en cambio, predica que todos los discursos
son bienvenidos en una democracia.
Nuestra política de seguridad se enmarca en una nación
de pluralismo ideológico. La seguridad que nosotros buscamos
es para que todo el mundo piense como quiera y se exprese como
quiera. Para que en Colombia los amigos del Gobierno y los adversarios
del Gobierno sientan todos que tienen garantías de seguridad
para expresar sus ideas.
La política de Seguridad Democrática supone la brega
por recuperar el orden, que es presupuesto ineludible para la
vigencia real de las libertades. Seguridad, no para perseguir
verdaderos o imaginarios enemigos ideológicos ni tampoco
para sustentar un régimen de partido único. Seguridad
para garantizar la más amplia diversidad del pensamiento,
el más creativo debate en todos los planos de la vida;
para que la acción de las armas jamás acalle las
armas de la crítica.
El día en que la Seguridad Democrática se enseñoree
de todo el territorio de la Patria, no se cometerá un atentado
más contra los defensores de derechos y los líderes
sociales. La Seguridad Democrática es necesaria para impedir
que desplacen a los campesinos de sus parcelas, secuestren a los
empresarios y amedrenten a los periodistas: seguridad para que
respeten la misión de los obispos, sacerdotes, monjas,
pastores de culto, educadores; Seguridad Democrática para
que los sindicalistas ejerzan libremente su acción, los
dirigentes políticos se desplacen sin temores; los defensores
de derechos humanos se apliquen a su labor sin amenazas.
Garantizar un amplio espacio de discrepancia exige la nítida
distinción entre el acto de disentir, y la conducta criminal.
Sólo cuando el Estado castiga implacablemente el crimen,
hay plenas garantías para ejercer la oposición y
la crítica. La Seguridad Democrática busca someter
a la delincuencia, como presupuesto indispensable para conjurar
toda represión a la denuncia y la protesta. La impunidad,
en cambio, puede ser un camino abonado hacia la intolerancia social,
porque, en la mente colectiva, culpar a los discrepantes es un
expediente fácil para llenar el déficit de condigno
castigo a los criminales. El compromiso es: cero tolerancias al
delito y plena garantía a quienes ejercen el derecho constitucional
a expresarse libremente.
Felicitaciones al DAS y a la Patria por contar con un organismo
cuya misión se cumple a cabalidad: producir la inteligencia
del Estado, requerida para mantener y preservar su seguridad interior
y exterior, la integridad del régimen constitucional y
la defensa de los intereses nacionales.
Entran ustedes, apreciados jóvenes, hoy a la bella tarea
de contribuir a que esta Nación recupere la tranquilidad.
La misión de ustedes está vinculada y de ella muy
buena parte dependerá que Colombia tenga éxito para
recuperar el crecimiento de su economía, para generar empleo.
Nuestra Patria azotada por la violencia no tiene posibilidades
de generar empleo. Una economía que no crece, no tiene
recursos para reivindicar a los pobres. Para que la economía
crezca y haya recursos para reivindicar a los pobres necesitamos
la seguridad.
En
las últimas semanas, con el liderazgo de la señora
Ministra de la Defensa, la Fuerza Pública ha procedido
con heroismo en todo el territorio de la patria. Hay días
llenos de éxito en esa tarea, otros en los cuales campean
los nubarrones de los reverses. Pero aquello en lo cual no hay
revés es en la voluntad política. Anoche, por ejemplo,
tuvimos la mala noticia de una incursión guerrillera en
Curumaní, Cesar. Secuestros, destrucción de vehículos,
en una carretera a cuyo cuidado nos hemos aplicado. Pero eso no
nos puede bajar el ánimo. Cuando hay una dificultad, lo
que hay que pedirle a Dios es energías para madrugar en
la siguiente mañana a buscar cómo se superan esas
dificultades.
Al
graduar hoy esta nueva promoción de detectives de la Patria,
quiero expresar desde el DAS a todas las colombianas y a todos
los colombianos que este Gobierno, en el amanecer de cada día,
refuerza su voluntad indeclinable para reconquistar la Seguridad.
Nos
falta presupuesto. Hemos estado viviendo uno de los momentos fiscales
más difíciles de la Nación. La Nación
ha tenido déficits fiscales como el de ahora, pero nunca
se había sumado un déficit fiscal profundo, un endeudamiento
tan alto, semejante violencia y semejante nivel de desempleo.
Nos
faltan medios, nos falta capacidad para cubrir todo el territorio,
pero ahí vamos supliendo esas deficiencias. La tranquilidad
que pueden tener los colombianos, nuestros compatriotas todos,
es que todo lo que nos falta en recursos, nos sobra, con creces,
en determinación.
Cuando
yo veía este grupo de jóvenes me hacía esta
reflexión: si este puñado de muchachas y de muchachos
en la primavera del tránsito hacia su juventud, han tomado
la decisión de vincularse a servir a esta difícil
tarea de recobrar la seguridad de los colombianos, no habrá
derecho para que alguno de nosotros desista.
La
Patria lleva décadas de violencia, la Patria lleva décadas
de discursos leguleyos que se oponen a la seguridad del Estado.
Pero la Patria hoy toda está en pie de lucha para que recuperemos
la seguridad como presupuesto para recuperar la economía
y para recuperar el empleo.
Ánimo,
jóvenes detectives, buena parte de las esperanzas de la
Patria, de todos los jóvenes de su misma generación,
a partir de hoy se ponen en las manos de lo que será su
tarea limpia y eficaz. Muchas gracias".