ASCENSO
OFICIALES DE LA CASA MILITAR
Diciembre
2 de 2002 (Bogotá, Cundinamarca)
Señoras y señores:
Nos honra mucho, nos llena de emoción
este acto.
En esta etapa, particularmente difícil de la vida nacional,
con el pueblo resuelto a recuperar el orden y las autoridades con
toda la determinación para no defraudar al pueblo, quienes
han asumido la responsabilidad de la Casa de Nariño, de
su Casa Militar o de estar al lado del Presidente de la República,
que tiene que ser el primer soldado de la Nación, han asumido
una responsabilidad superior con la Patria.
No es una responsabilidad de cortesía, no es una responsabilidad
de pasantía, es una responsabilidad superior, que todos
los colombianos la agradecemos inmensamente.
Cómo me gusta, después de haber compartido con ustedes
tantas horas, a lo largo de ya casi cuatro meses, que sea hoy,
justamente en la Casa de Nariño donde en medio de sus familiares
y de amigos de ustedes, en medio de sus comandantes, de la señora
Ministra (de Defensa, Marta Lucía Ramírez), de muy
distinguidos miembros del Gabinete y de todos nosotros, podamos
llevar a cabo este asenso que es producto de sus esfuerzos, de
su voluntad, de su constancia.
Se que les ha tocado vivir una carrera
llena de disciplina, de abnegación, de privación, en momentos muy difíciles
de la Patria y también anticipamos que no será nada
fácil lo que nos espera.
La Patria tiene que derrotar el desorden,
la Patria –serenamente-
tiene que derrotar la violencia, aquí no van a prevalecer
los violentos, el show de los violentos se acabó, esto lo
vamos a hacer sin bravuconadas, pero con toda la decisión.
La licencia a los violentos se les acabó, las vacaciones
a los violentos se les acabó. El país, ahora, lo único
que quiere es orden, orden y orden, quitarle a los colombianos
la pesadilla de los violentos.
Y ustedes, en esta tarea de acompañarme,
de ayudarnos, de estar liderando este proceso, han asumido una
inmensa responsabilidad
con todos nuestros compatriotas.
Quiero expresar a cada uno nuestra gratitud, nuestro afecto, nuestra
solidaridad de compatriotas.
Al Capitán de Navío, Rodolfo Amaya Kerkelen, quien
a partir de hoy tiene un nuevo escalafón en su brillante
carrera en la Armada, caracterizado por su esfuerzo, su constancia,
por su voluntad.
A la Capitán de Corbeta, Adriana Paeres Leal; a la Mayor,
Betsy Bustos Castañeda. A ellas dos quiero expresar toda
nuestra admiración. Se dificulta mucho la tarea cuando,
además de atender estas responsabilidades tan grades, tienen
que atender las responsabilidades del hogar. Pero ustedes con su
orden, con su disciplina y con su dedicación dan ejemplo,
dan una prueba más de lo que significa, de toda la valía
de la mujer colombiana.
Yo no dejaré de insistir, para que rápidamente en
la Armada tengamos Almirantes, en al Policía y en el Ejército,
señoras Generales de la República, porque ustedes
con su dedicación y con su temple, demuestran que ninguno
de los escalafones en las Fuerzas Armadas ni de la Policía
están por fuera del alcance de la capacidad de las mujeres
colombianas.
Los felicitamos, pues, de todo corazón y que estos años
que empiezan hoy con el nuevo asenso, con la mira siempre de servir
a la Patria, los conduzcan a que dentro de unos años, con
la protección de Dios, sus esfuerzos, sus logros, permitan
ir poniendo sobre el recorrido de sus vidas los nuevos asensos,
hasta conquistar las alturas superiores que la Constitución
y la ley reservan a los mejores hijos que han optado por servir
a la Nación dentro de sus Fuerzas Armadas y dentro de su
Policía.
Muchas felicitaciones y que este esfuerzo de ustedes sea para
bien de la Patria entera. |