CONDECORACIONES
A ANTIOQUEÑOS ILUSTRES
Noviembre 14 de 2002 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
La Presidencia de la República exalta en esta tarde los
excepcionales méritos de dos insignes compatriotas y de
cuatro importantes organizaciones empresariales, cuyos invaluables
servicios en diversos campos de la vida social, han contribuido
al progreso de la Patria.
Con sentido de modernidad, los autores de la Enciclopedia dijeron
que las condecoraciones públicas, al tener como finalidad
honrar, no pueden ser abundantes ni obedecer a la generosidad
con que el gobernante lisonjea a sus favoritos.
En una democracia, los galardones oficiales para enaltecer a
ciudadanos y organizaciones civiles, deben traducir la voluntad
inequívoca de toda una comunidad nacional, ser el eco
del clamor académico o gremial por el justo reconocimiento.
Tengo la profunda convicción de que ese es el sentido
que inspira las distinciones que ustedes reciben.
Don Hernán Echavarría Olózaga, es el último
de una etapa de grandes pioneros antioqueños. En estas épocas
de los doctorados, un hombre como don Hernán, egresado
de la Universidad de Manchester y de la Escuela de Economía
del London School of Economics, fue llamado por sus conciudadanos
con el vocativo ‘Don’, antepuesto al nombre de pila,
como la más sincera expresión de respeto y reconocimiento.
Don Hernán encarna las mejores virtudes, defendió con
denuedo los intereses públicos desde los ministerios de
Obras y de Comunicaciones en las administraciones de López
Pumarejo y de Alberto Lleras y en la presidencia de la Comisión
Nacional de Valores durante el gobierno del Presidente Turbay.
Como intelectual es uno de los más agudos y prolíficos
escritores y publicistas de la ciencia económica, de la
sociología y del análisis de la coyuntura política.
Como empresario, representa el sentido de la solidaridad, del
esfuerzo y del patriotismo. Ninguna actividad empresarial más
parecida a la propiedad como acción social, que la actividad
empresarial desarrollada por Don Hernán. Usted ha pensado,
vibrado y sufrido por su Patria, Don Hernán.
Debo decir en justicia, que su pensamiento
ha sido fuente de inspiración
para muchos gobiernos y para muchos actores de la política
nacional.
En mi carrera política, sus ideas, han tenido mucha incidencia,
las he mirado con particular admiración y he hecho parte
del grupo de compatriotas que las consideramos de la mayor importancia
para el bienestar de la Nación.
Colombia tiene que regresar a la actividad
productiva, olvidar el esquema de los puestos improductivos,
de las burocracias que
derrochan, de los negocios con el Estado. Tenemos que trabajar
honradamente en el ajetreo diario, trabajar como usted nos ha enseñado.
Al imponer a usted, Don Hernán, la Orden Nacional al Mérito
en el grado de Gran Cruz, simplemente interpreto el sentimiento
nacional que, sin reserva alguna, le reconoce y agradece tantas
energías aplicadas, toda una vida, a la noble causa de
crear riqueza y trabajo, a dar el mejor ejemplo –el de
la acción- a las nuevas generaciones con vocación
de empresarios y a pensar los problemas nacionales, con superior
compromiso de patriota.
El doctor Tito Livio Caldas Gutiérrez tiene muchos méritos,
excepcionales todos. Durante los últimos 50 años
de nuestra historia, se ha dedicado laboriosamente a difundir
el derecho vigente, a compilarlo, concordarlo a entregarlo de
manera oportuna y sistemática a la ciudadanía,
a todos los actores de la vida jurídica.
Desde 1952, la empresa Legis, que él creó y sigue
hoy liderando con juvenil energía y creatividad, no ha cesado
de aportar certeza jurídica en las relaciones intersubjetivas.
En un orden jurídico caracterizado por la profusión
normativa, la dispersión de fuentes formales y la movilidad
de sus contenidos, la empresa Legis ha cooperado eficazmente para
dar vigencia al Estado de Derecho.
¿
Qué juez, abogado, administrador público o privado,
empresario, importador o exportador, empleador, trabajador, sindicalista,
constructor, no ha consultado la revista ‘Legislación
Económica’, la publicación mensual ‘Jurisprudencia
y Doctrina’ o los códigos ‘Legis’?
La empresa LEGIS no sólo ostenta el mérito de la
perennidad, sino que da ejemplo de constante capacidad innovadora
para satisfacer las nuevas demandas de los usuarios del Derecho.
La asimilación de la tecnología electrónica,
la aplicación de la informática y la Internet al
mundo jurídico y la edición mensual de 92 mil ejemplares
de ‘Ámbito Jurídico’, aseguran la actualización
legal oportuna y ágil.
La revista ‘Tutela’ da cuenta del nuevo derecho jurisprudencial
sobre derechos fundamentales, acciones populares y de grupo y acción
de cumplimiento.
La empresa liderada por el doctor Tito Livio, complementa la
acción del legislador en su misión de moldear la
conducta social, crea cultura jurídica, tanto nacional
como latinoamericana y es fuente de empleo calificado.
El doctor Tito Livio ha aportado sus sabias reflexiones al derecho
laboral, ha sido un inquieto promotor de la ciencia política,
en vigía de la transparencia del Estado de Derecho y de
los gobiernos de opinión. Sobradas razones que lo hacen
merecer la Orden de Boyacá, en el grado de Gran Cruz.
La organización ‘Chaid Neme Hermanos’, lleva
70 años generando empresas en Colombia. Nació cuando
emprendedor e inquebrantable don Chaid Neme, remontando desde
Gamarra la abrupta Cordillera Oriental en el cable teleférico,
llegó a Ocaña en 1932 a fundar el legendario almacén
de telas que lleva su nombre.
Don Chaid, oriundo de la mítica Biblos, la ciudad más
antigua de la civilización y cuna de la escritura, lleva
en su sangre libanesa el espíritu de los fenicios, los
conspicuos comerciantes que domaron el Mediterráneo antes
que los griegos y romanos.
Como le sucediera un día al Libertador, Ocaña lo
amarró a la amabilidad de su clima y a la belleza de sus
mujeres. Después de hincar allí, al lado de su hermano
Hares, la importación de herramienta agrícola, su
capacidad creadora lo llevó a acometer la entonces quijotesca
fabricación de autopartes, especialmente para frenos en
1954, para expandirse luego a la de mangueras, bocinas, rines de
acero, amortiguadores y luego a productos médicos como la
Válvula de Hakin.
Con tesonera voluntad don Chaid logró superar tiempos
difíciles y la organización que hoy sigue dirigiendo,
como joven y experimentado capitán, abarca más
de treinta empresas que operan en Colombia, Venezuela y Ecuador,
con reconocimiento nacional e internacional por la calidad de
sus productos.
Su talante filantrópico y su compromiso con el conocimiento
le han inspirado un programa de apoyo a 93 jóvenes estudiantes
universitarios.
Don Chaid: esta Patria, que un día usted prefirió,
le agradece tanta energía creadora, tanta enseñanza
sabia, tanto ejemplo de buena ciudadanía. Se lo agradecen
los 4.300 colombianos a los que usted brinda un espacio para
desarrollar su capacidad laboral. Que esta Orden Nacional al
Mérito en el grado de Cruz de Plata, que entregamos a
su obra sea un estímulo para que florezcan muchos ‘Chaid
Nemes’ en nuestro país.
Vemos en Fedepalma, otra de las instituciones a quien hoy hacemos
reconocimiento, una prefiguración del nuevo país
que soñamos.
Vemos con emoción, que se asocien pequeños, medianos
y grandes propietarios para ejercer la solidaridad, desarrollar
el mejoramiento técnico, obtener insumos y créditos,
con precios y condiciones favorables.
Soñamos con una Colombia de Propietarios. No exaltamos
la pobreza, sino la pequeña economía que garantice
a las familias una permanencia digna en el campo, rodeadas de
los beneficios del progreso, que asocie la parcela productiva
con las procesadoras industriales y que se integre mano de obra
y tecnología autóctona.
Pero, además, predicamos la producción agrícola
sostenible, limpia, orgánica. Fedepalma ha hecho una contribución
formidable al crecimiento del sector agrícola, con sostenibilidad.
Representa uno de los subsectores más promisorios para
el desarrollo agropecuario de la Nación.
La Fundación Santa Fe de Bogotá, merece reconocimiento
y exaltación por su compromiso de 30 años con el
bienestar de los colombianos, siempre pensando en encarnar valores
que son caros a la humanidad: honestidad, excelencia y calidad.
Resalto el hecho de que una institución del más
alto nivel científico, haya tenido presente el servicio
a la comunidad, la capacitación de centenares de servidores
de la salud, el impulso al estudio y la formación, el
compromiso con los avances tecnológicos en el manejo clínico
y terapéutico.
Tiene razón la Fundación en destacar con orgullo
que ella, sus miembros, sus trabajadores, han sido inspiradores
de programas como las Madres Comunitarias del Instituto de Bienestar
Familiar o el voluntariado comunitario en salud, adoptado luego
por la Fundación Carvajal.
La Fundación ha demostrado que Colombia pudo abrir un
espacio al sector privado para entrar a prestar servicios de
seguridad social, profundizando la solidaridad.
El Diario del Otún, es la prueba en contrario de varias
falacias: que los diarios escritos están destinados a perecer,
arrollados por la autopista virtual o la informática, que
no hay lugar para dos periódicos en una ciudad de provincia,
que la radio y la televisión desplazaron la cultura de las
letras.
El Diario del Otún, es a la vez joven y maduro. Con 20
años apenas, tiene toda la presencia de un respetable
líder de la verdad, de la militancia democrática,
del respeto por la opinión ajena, del amor y dedicación
a la causa de los pobres y los débiles.
El Diario del Otún es insobornable frente al delito, la
corrupción, la venalidad y los malos gobiernos, pero también
es abundante en el estímulo y elogio de los buenos administradores,
en el respaldo al firme ejercicio de la autoridad, en la prédica
de la recuperación de la legitimidad del Estado.
A la manera de los grandes diarios colombianos, nació como
una empresa familiar que reúne el esfuerzo de padres e
hijos, pero que mira a la Patria como la cuna y el hogar de todos
sus conciudadanos.
Entregamos este estímulo y reconocimiento a Luis Carlos
y Javier Ignacio Ramírez Múnera, codirectores.
Pero sabemos que la medalla ilumina la memoria del fundador Javier
Ramírez González, que brillará también
en el pecho de su otra hija, Beatriz, que será fuente
de regocijo y orgullo para todos los trabajadores del Diario,
para sus lectores y para la comunidad de toda la bella comarca
del Otún.
En las distinciones hoy conferidas, subyace un rasgo común:
se enaltecen obras que por su perdurabilidad, su capacidad de
superar tiempos adversos y generar bienestar y oportunidades
a los colombianos se constituyen en referentes para la consolidación
de nuestra nacionalidad, en referentes a los cuales necesariamente
habrán de mirar las nuevas generaciones.
Son obras de vida, entrañan maravillosas
y conmovedoras historias de vida de sus protagonistas, verdaderos
patriotas.
Muchas gracias. |