CELEBRACIÓN
DE LOS 350 AÑOS DE LA UNIVERSIDAD DEL ROSARIO
Octubre 29 de 2002 (Bogotá – Cundinamarca)
Querida comunidad:
Esta noche se ha encendido la llama que
durante los 350 días
que vienen, iluminara el espíritu de esta comunidad universitaria
para que reflexione sobre los valores sembrados y fertilizados
a lo largo de tres siglos y medio.
Celebrar 350 años de vida académica del Colegio
Mayor del Rosario es inmejorable oportunidad para reconocer una
vez más, en nombre de toda la comunidad colombiana, los
invaluables aportes de este claustro a la formación y desarrollo
de nuestra nacionalidad.
Es la hora de resaltar que en esta benemérita Institución
floreció la ciencia nacional y, como es constante histórica,
de la mano del saber científico tuvieron sus primicias el
sentimiento patriótico y la ilusión por el modelo
republicano de gobierno.
La suerte de nuestra Patria y la del Colegio
Mayor han corrido gemelas: a las instituciones de los colegiales
y los conciliarios –herederas
de la tradición universitaria de Bolonia y Salamanca- debemos
el primer espacio autónomo de vida intelectual a finales
del Siglo XVIII, en plena dominación virreinal. Fue éste
el marco propicio para que José Celestino Mutis regentara
la cátedra científica desde la cual se lanzó la
Expedición Botánica.
La asombrosa empresa investigadora de recolectar
más de
20 mil muestras de flora nativa y reconstruir a partir de observaciones
astronómicas y físicas la geografía americana,
forjó en nuestros jóvenes la conciencia de pertenecer
a un mundo no reductible a simple apéndice de la metrópoli
hispánica.
Como comunidad científica, la Expedición Botánica
nos legó enseñanzas para la vida académica
de hoy: la confianza en el talento nacional –virtud que el
sabio Mutis practicó en estos claustros al dedicar su vida
a formar a los jóvenes neogranadinos-, la apertura de espíritu –unida
al rigor, a la honestidad intelectual, al trabajo de campo y al
cuestionamiento del saber adquirido-, la conformación de
equipos interdisciplinarios en los que geógrafos, físicos,
biólogos, astrónomos y dibujantes armonizaban y la
inserción de los investigadores criollos en el movimiento
científico internacional mediante la correspondencia, los
artículos especializados, las publicaciones científicas.
Aunque ligado a la filosofía tomista, por voluntad de su
fundador, el Colegio del Rosario ha pregonado ante todo el amor
a la libertad. Como muestra de apertura y pluralismo, aquí tuvieron
expresión las ideas revolucionarias francesas y norteamericanas,
el positivismo filosófico, el radicalismo político
y luego el pensamiento de la Regeneración. Aquí se
formó la dirigencia intelectual de nuestra Independencia.
Este claustro albergó como profesores a Rojas Garrido,
Manuel Ancizar y Carlos Calderón y moldeó la mente
genial de Rafael Uribe Uribe. Fue el alma mater del maestro Darío
Echandía y de Alfonso López Michelsen, y en tiempos
recientes, sirvió de cuna al movimiento ciudadano de la
Séptima Papeleta que desembocó en la Carta de 1991.
A propósito de la conmemoración del centenario de
la firma del Tratado de Wisconsin, el próximo 21 de noviembre,
el país no puede pasar alto que fue ese ilustre egresado
del Rosario, Rafael Uribe Uribe, quien dio la voz que llamaba al
liberalismo a la reconciliación y la concordia en un momento
desapacible de nuestra vida política.
Entonces dijo: “De los primeros yo en tomar las armas, de
los últimos en soltarlas, quiero hoy -cuando ya el fallo
de la suerte está dictado- declarar mi conformidad con él
y contribuir en toda la medida de mi influencia al apaciguamiento
de los ánimos. Como los mancebos israelitas, entré al
horno de la guerra y salgo de él con la cabeza fría
y el corazón sin cólera".
Señores directivos, profesores y estudiantes rosaristas:
en mi calidad de Patrono de este Colegio Mayor invito a ustedes
a mantener actualizada la consigna del arzobispo y fundador, Fray
Cristóbal de Torres: formar y formarse en el mérito,
la ciencia y la virtud.
En la hora presente, el Colegio Mayor es
protagonista de valiosas iniciativas de paz y desarrollo institucional.
Merecimientos estos
que constituyen la garantía de su promisorio futuro como
universidad donde se imparte sólida formación ética
y humanística.
La Nación entera reconoce al colegio Mayor del Rosario
su lugar preeminente dentro de las instituciones de educación
superior en el país. Y en este momento, cuando damos comienzo
a un ciclo histórico cargado de anhelos y desafíos,
nos reconforta saber que tenemos en el claustro rosarista, una
fortaleza intelectual, científica y moral que alimenta nuestra
esperanza.
A lo largo de estos 350 días de reflexión, la comunidad
rosarista tendrá la oportunidad de examinar su aporte para
hacer una universidad de vanguardia, una universidad de ciencia,
una universidad crítica y fundamentalmente, una universidad
ordenada.
Muchos han pensado: para que la universidad
sea crítica
y científica tiene que vivir entre las fronteras de la anarquía
y la violencia.
La Universidad del Rosario ha demostrado
que se puede ser crítica
y científica y al mismo tiempo, entender que el orden es
el único camino posible para que la crítica y la
ciencia respondan a los anhelos comunitarios que ven en la Universidad
el laboratorio, la caja de resonancia y la respuesta a sus anhelos.
Deseo que estos 350 días de reflexión sean de inmensa
utilidad para el futuro de la Universidad, para la educación
de toda la Patria colombiana.
Muchas felicitaciones y muchos éxitos
por estas jornadas que comienzan. |