CLAUSURA
CONGRESO DE COLFECAR
Octubre 25 de 2002 (Santa Marta – Magdalena)
Compatriotas:
Me es muy grato asistir hoy a este Congreso
Nacional del Transporte. He tenido el privilegio, en mi carrera
pública, de actuar
muy de la mano de ustedes, primero como Senador de la República
y después como Gobernador de Antioquia.
En aquella región, ustedes fueron nuestros compañeros,
durante esos tres años de Gobierno para trabajar hombro
a hombro con la Fuerza Pública en la tarea de buscar el
rescate del orden.
En los años más difíciles de violencia de
la Patria, he tenido el privilegio de dirigirme a este Congreso
que ustedes integran. Agradezco su comprensión, su generosidad,
a este Gobierno. Han pagado un impuesto muy alto, el impuesto del
patrimonio, que en muchos casos se convierte en una carga muy pesada.
Lo han hecho ustedes con ejemplar patriotismo para servir a la
noble causa de rescatar el orden.
Quiero agradecer, doctor (Jaime) Sorzano
(Presidente de Colfecar), la generosa distinción que me hacen al conferirme la orden
de la Confederación. Y, por supuesto, he recibido con el
mayor respeto, con la mayor atención sus planteamientos.
Comprendo la necesidad de avanzar hacia
la formalización
del transporte. La competencia informal, finalmente se convierte
en una competencia desleal. No es fácil competir cuando
unos tienen que pagar impuestos, cumplir con todos los requisitos
de la ley y los demás no lo hacen.
El modelo cooperativo es un modelo muy
importante para Colombia, de un lado cumplen las tareas que corresponden
al sector público
a favor de toda la comunidad, pero sin el burocratismo, sin la
ineficiencia del sector público. Y de otro lado, procede
con la agilidad del sector privado pero buscando el beneficio general.
Hemos propuesto en la reforma tributaria –como usted muy
bien lo anotaba- que la exención a las cooperativas se condicione
a que trasladen el 60 por ciento de sus excedentes a salud y educación.
La situación fiscal de la Nación hace muy difícil,
que como Presidente de Colombia, pueda estar abriendo una rendijita
aquí, otra rendijita allá a la reforma tributaria.
Pero al escucharlo, doctor Sorzano, creo
que podemos buscar lo siguiente: que esa condición –dedicar el 60 por ciento
de los excedentes a educación y a saludo- la puedan cumplir
financiando la seguridad social de los cooperados. Puede ese camino
ayudarnos. Miremos con los distinguidos ponentes del Congreso de
la República y con el señor Ministro de Hacienda
(Roberto Junguito)
El tema de la inseguridad ustedes lo han
padecido con patriotismo, con abnegación. Cuando uno dice todo lo que le ha costado
la economía colombiana la inseguridad, encuentra un sector
que la ha pagado con su patrimonio directo, con su sacrificio directo,
que es el sector del transporte.
En fin, ahí luchando, día y noche, sin parar un
segundo, vamos a rescatarle a esta Patria el orden y la seguridad.
Esta no es una guerra de discursos, es una acción democrática
de seguridad que solamente podrá defenderse en la medida
que tenga resultados.
Muy bien lo decía el señor gobernador del Magdalena,
la importancia del turismo para esta ciudad. Hace 30 años,
en los inicios de mi carrera política, cuando estudiábamos
Santa Marta, esperábamos que en pocos años se convirtiera
en uno de los polos más dinámicos del turismo del
Continente por la belleza de sus playas, la Sierra, la Ciénaga
Grande, el parque Tayrona. Por su puesto, la violencia ha aplazado
todo eso.
Pero señor Alcalde, señor Gobernador: estamos con
la obsesión de recuperarle a los samarios, a los magdalenenses,
a los colombianos, todos, el derecho a disfrutar estos dones de
la naturaleza, que la Patria tiene y que aquí, en Santa
Marta, se disponen a plenitud.
Con los transportadores de Colombia como
aliados, vamos a avanzar en la recuperación de la seguridad.
Destaco su tarea para trabajar en los frentes
de seguridad empresarial. Han entendido ustedes, ejemplarmente,
que si bien el Gobierno y
la Fuerza Pública son los responsables de la seguridad,
esa responsabilidad no se cumple bien si no tiene la compañía
de toda la comunidad. Ustedes, distinguidos transportadores de
mi Patria, son líderes de comunidad, ejemplo para comunidad
en aquello de la cooperación ciudadana con la Fuerza Pública.
Confío, que en la medida que los colombianos podamos volver
a transportar nuestras mercancías, ello va a incidir en
una gran recuperación de la economía.
Un país con 44 millones de ciudadanos, tan diverso, tan
bello, tiene infinitas posibilidades para su economía, basadas
en el turismo interno. Por eso, lo tenemos que recuperar.
Celebro el entendimiento, la manera como
el señor Ministro
del Interior y de Justicia (Fernando Londoño) ha entendido
la necesidad de tipificar como delito autónomo el delito
de piratería terrestre.
Los preocupa a ustedes del tema del aseguramiento
de los riesgos y la necesidad de que las pólizas antiterrorismo se extiendan
también a mercancías, a personas, etcétera.
En una política que tiene que ser de concertación
permanente, entre el gremio y el Gobierno, concertación
permanente con el Ministro de Transporte (Andrés Uriel Gallego),
con el ministerio de Hacienda, vamos a buscar cómo podemos
avanzar con estas pólizas.
Yo no puedo adquirir un compromiso rotundo
por la situación
de finanzas públicas del Estado, pero confío que
estos 4 años sean 4 años de diálogo muy fructífero
entre ustedes y el Gobierno para ir superando dificultades en cada
momento.
También he tomando nota de su preocupación para
que el Gobierno estimule, con toda suerte de medidas, el transporte
intermodal y multimodal. Y comparto su preocupación sobre
la inestabilidad normativa.
Escucho que ya, el señor Ministro de Minas (luis Ernesto
Mejía) les ha informado que, en el propósito de ir
desmontando los subsidios al combustible hay que introducir elementos
como la gradualidad y buscar algunas excepciones, así sea
parciales, como la que ustedes reclaman.
Porque si bien, en las ciudades colombianas
podemos gasificar 10 mil vehículos por año y estamos en la tarea de
lograrlo, las circunstancias del transporte de ustedes, por las
carreteras de la Patria, impiden hacerlo. Razón para que
el Gobierno considere todas las alternativas, a fin de mantenerles
un buen grado de subsidio de ACPM.
La situación de finanzas públicas es muy complicada.
Antes de responder algunas inquietudes de ustedes, quería
contarles esto: la Nación aprobó un presupuesto de
67 billones de pesos, larguitos, solamente le ingresan 32 billones
700. Imaginen una familia que gaste más del doble de lo
que percibe.
Si comparamos los gastos de la Nación, sin incluir los
financieros, contra los ingresos, allí aparece el primer
déficit, un faltante de casi 14 billones de pesos y si le
sumamos a eso las amortizaciones financieras, que superan los 14
por año, hay un faltante de recursos de cerca de 28 billones.
Para el año entrante esperamos desembolsos de crédito
externo, bonos, multilaterales y de crédito interno, del
orden de casi 21 y un billón de utilidades del Banco de
la República, pero nos faltan más de 6 billones.
La Nación ha tenido momentos muy difíciles de déficit
fiscal, pero nunca se había acumulado un déficit
fiscal tan profundo con un endeudamiento tan alto. De ahí que
tenemos que hacer esfuerzos mayúsculos.
Y esos esfuerzos se concretan en 5 grandes
capítulos: el
capítulo del gasto, el capítulo del ingreso, el capítulo
de la financiación, el capítulo de la reactivación
y el capítulo del mejoramiento social.
En el capítulo del gasto, el doctor Santiago Montenegro,
director de Planeación Nacional, está liberando la
reforma de la administración pública. Si derrotamos
el Estado clientelista, daremos un gran paso.
En este cuatrienio se deben jubilar cerca
de 30 mil funcionarios de la Nación, la norma general será no
reemplazarlos, cancelar esos cargos vacantes para obtener un
gran ahorro.
El Congreso de la República tiene a consideración
un proyecto de reforma de facultades para que el Gobierno pueda
adelantar una reforma administrativa. La vamos a hacer, por supuesto
le vamos a introducir un retén social para que se garantice
la estabilidad en el cargo de la mujer cabeza de familia sin alternativa
económica, del que esté próximo a pensionarse
y del discapacitado.
Y un plan de rehabilitación laboral, para que aquellos
funcionarios que realmente salgan y que estén en cargos
del nivel directivo hacia abajo, durante un periodo hasta de 12
meses, puedan obtener mes a mes, una suma equivalente con un tope
hasta igual a lo que era su ingreso laboral. ¿Para qué?:
para que puedan, durante ese periodo, sin trabajar, atender programas
universitarios, programas de capacitación técnica,
programas de actualización laboral.
En el lado del gasto, estamos trabajando con la reforma a la seguridad,
la reforma pensional. Es bien importante que el Congreso nos ayude
en esa materia, porque Colombia por cada 100 pesos que produce,
necesita 206 para poder responder por las cargas pensionales.
Ya me anticipaba el señor Alcalde, las cifras del déficit
pensional de Santa Marta, que son astronómicas.
¿Alcalde, cuántos meses de
atraso tienen con los pensionados?
Alcalde de Santa Marta: llevamos 26 meses de atraso.
Presidente de la República: yo miro a los periodistas de
mi Patria para decirles: para que la Nación no llegue a
tener un atraso con los pensionados, como el de Santa Marta, que
es de 26 meses, necesitamos hacer un gran esfuerzo en materia pensional.
¿Qué tal que la Nación se empiece a atrasar?,
y Santa Marta no es la única ciudad de Colombia, todos sabemos
cuántas ciudades tienen ese atraso, lo han tenido, cuántos
departamentos. Hay que hacer ese gran esfuerzo y estoy seguro que
vamos a sacar una reforma razonable.
Y la primera norma de esa reforma está en el referendo.
El referendo propone que se acaben los privilegios, empezando por
el Presidente de la República y el Congreso.
Que en adelante, todo ciudadano para pensionarse,
tenga que cumplir los requisitos de edad, de semanas de cotización y que no
haya pensiones públicas –como hoy las hay- de 14,
15, 16 millones ni privilegios de convenciones que desangran las
empresas del Estado, sino que se imponga un tope que ojalá no
sea superior a 20 salarios mínimos para las pensiones del
Estado, empezando por el Presidente de la República y por
el Congreso, para poder dar ejemplo y hacer estas reformas que
el país requiere.
Por el lado del ingreso, ustedes han hecho
el primer sacrificio con el impuesto al patrimonio, está la reforma tributaria.
No es bueno para un Gobierno empezar con reformas tributarias,
con reformas pensionales. Uno quisiera tener una situación
fiscal tranquila, para dedicarse exclusivamente al orden público,
pero el país tiene una amenazante violencia y una amenazante
crisis fiscal, con el agravante del endeudamiento, entonces nos
toca enfrentar, simultáneamente, ambas.
Confiamos que salga una reforma tributaria
razonable. No quisiéramos
empezar un Gobierno con todas estas medidas, pero la situación
del país no nos da alternativa.
Por ejemplo, el déficit fiscal de hoy es del 4.2 por ciento
(del PIB), el Gobierno va a reducirlo a 2.5. Alguien me decía: ‘pero
da lo mismo lo uno que lo otro’ y me hacía un planteamiento
filosófico de la importancia de mantener un déficit
fiscal del 4.2 y no reducirlo. Me decía: ‘¿para
qué lo va a reducir, manténgalo alto?, en vez de
ahorrarse toda esa plata siga manteniendo el déficit alto
y gasten en carreteras y gasten en educación y en salud’.
Y le contestaba: ‘yo quisiera hacerlo, pero no puedo porque
la diferencia, hoy, entre un déficit bajito y un déficit
alto, es que el déficit alto no hay con qué financiarlo’.
Ya no es una cuestión ideológica, no es una cuestión
programática, es una cuestión de disponibilidad de
recursos. Si el país no corrige esa situación, no
va a tener manera de financiar semejante nivel de déficit.
Los colombianos no están dispuestos a seguir pagando reformas
tributarias, crecientes año tras año, para sostener
un Estado con un déficit de estas proporciones. Y los mercados
tampoco. Entonces, nos toca hacer ese esfuerzo.
Pero no hemos descuidado el capítulo de la reactivación.
Hay unas normas importantes en la reforma tributaria que nos van
a ayudar a reactivar la economía, una de ellas: para darle
exención a la construcción de nuevos hoteles, a la
remodelación de hoteles ya construidos y también
a las empresas de turismo ecológico –que son de tanta
importancia para Santa Marta-.
Otra de ellas: para devolverle el IVA a
la maquinaria que se importe y se compre en el país, durante los próximos tres
años. Ayer firmamos el decreto que declara cero arancel
para la importación de maquinaria no producida en el área
Andina.
Confiamos que lo que ha pasado, por ejemplo
en tasa de cambio, si bien a sectores que dependen –en un todo y por todo- para
sus equipos de la importación, como es el sector del transporte,
le implica un sacrificio, para el conjunto general de la economía
es bondadoso. Y además, en la medida que reactivemos esta
economía, el transporte va a mejorar la utilización
de su capacidad.
Ayer se aprobó, en Fogafín, después que el
Gobierno dictara el decreto, empezar a entrar los aseguramientos
de inflación a los nuevos usuarios de crédito. En
la primera etapa vamos a asegurar créditos por 100 mil millones
de pesos y consideramos y aspiramos llegar a un billón.
Que los colombianos de clase media, que obtengan un crédito
para vivienda, hasta un tope de 40 millones, cuando vayan al banco
a firmar los pagarés, firmen ese crédito por unas
cuotas fijas y que las variaciones de inflación, el Gobierno
las asegure.
Ya está firmado el decreto, está firmado por la
junta de Fogafín y eso empezará a ejecutarse en los
próximos días, cuando se perfeccione el acuerdo con
los bancos. Eso nos va a ayudar muchísimo a seguir en el
camino de reactivar la construcción y por supuesto que tiene
que ayudar al sector de transporte de carga.
Es un momento bastante difícil de la economía, nos
toca reducir gastos, aumentar ingresos, pero no vamos a descuidar
el capítulo de la reactivación.
Muchas gracias a todos y les repito, mi infinita gratitud.
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