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PREMIO DE LA CALIDAD EN SALUD – COLOMBIA 2002
Octubre 17 de 2002 (Medellín – Antioquia)


Señoras y señores:

Qué grato es estar en este acto, para participar en el aplauso a un grupo de colombianos que ha realizado una labor tan meritoria. Desde hace muchos días, el señor Ministro de Salud (Juan Luis Londoño) había reservado en nuestra agenda la asistencia a esta acto, con devoción.

Por supuesto, este es un motivo de mucha alegría que contrasta con el de preocupación y tristeza en la visita a mi ciudad de Medellín, en el día de hoy, por los problemas de violencia.

Mientras ustedes están haciendo Patria, abnegadamente, científicamente, con una gran conciencia de servicio, sectores violentos siguen maltratando esta ciudad.

Me da mucha tristeza el asesinato de los oficiales de la Policía, del Ejército, de la Armada, de los soldados, los policías heridos, los civiles heridos y por supuesto, no debe ser normal ni es buena noticia, que tengamos que seguir diciendo ‘tantos sediciosos dados de baja’, porque es una generación que se quiere perder en el fuego de los fusiles.

Pero, esta ciudad ha sido atormentada durante mucho tiempo, por la violencia del narcotráfico o de los grupos que han tratado de explicar y de justificar sus acciones por una u otra razón. Y nos corresponde ejercer la autoridad para devolverle a esta ciudad la paz y la tranquilidad.

Esta tierra ha sido cuna de un gran pueblo de trabajo, de un gran pueblo de disciplina y ya, durante varios lustros, la ha atormentado esta ola esquizofrénica de violencia. No puede ser que tengamos un lugar de la ciudad donde no podía entrar la Fuerza Pública –entre el día de ayer y el día de hoy se ha rescatado a dos personas-. Un lugar de la ciudad desde el cual disparaban con mira telescópica y asesinaban personas situadas a kilómetros. Un lugar de la ciudad que servía para maltratar a sus propios habitantes, 140 mil ciudadanos de esa área y para llevar como cautivos los secuestrados en otra parte.

Esta ciudad de Medellín tiene que volver a ser una ciudad de paz, de vida amena y tranquila para sus habitantes, de trabajo y de posibilidades. Ese es nuestro empeño y nuestro compromiso y, serenamente, no desmayaremos. Todos los días le pedimos a Dios energía y talento para acertar, para que esta ciudad vea que el Estado, diseñado para que originara sus instituciones en la democracia, provea bienestar a sus ciudadanos, es capaz de derrotar a aquellos sectores que diariamente quieren derrotar la vida humana.

En aras de la vida, que ustedes como profesionales de la salud defienden todos los días, nosotros tenemos que recuperar la paz y la tranquilidad para la Patria y para esta ciudad de Medellín.

Y el motivo de regocijo es acudir a este acto. La verdad es que ustedes expresan las virtudes del pueblo colombiano, conciencia laboriosa, espíritu investigativo, alma buena, solidaridad, disciplina. Con tantas dificultades y logran resultados sorprendentes.

El Ministro nos informó, hace pocos días, que nuestra Patria tiene 44 millones de habitantes. Esta noche, ustedes representan 43 millones 960 mil que están por fuera de la corrupción y la violencia y que hacen Patria por el camino del bien. A ustedes, debemos un homenaje, una gratitud imperecedera, incancelable.

Quiero expresar el testimonio de admiración de todos los colombianos, a quienes iniciaron la empresa ‘Gestión en Salud’ y la han mantenido. Porque han desarrollado una actividad para promover, para ayudar a estimular los logros que esta noche se destacan en los galardonados.

Quiero resaltar a quienes cumplieron su deber de jurados, la lectura de las actas –que acaba de hacer el doctor Tobón- nos muestra el buen juicio de esa tarea de jurado, la calidad de los jurados, la calidad de su trabajo. Resalta el mérito de quienes han ganado los premios.

Y quiero llevar hoy, la voz de mis compatriotas para destacar, ante toda la comunidad colombiana y ante todo el mundo, al Hospital Pablo Tobón de Medellín, a la Fundación Cardiovascular del Oriente Colombiano –de Bucaramanga-, a la Fundación Santamaría –clínica cardiovascular de Medellín- y al Hospital El Tunal –Empresa Social del Estado-, a sus directivos, a sus trabajadores, el aplauso de millones de colombianos que reconocemos en ustedes un grande y positivo ejemplo.

El señor Ministro ha tenido la oportunidad de examinar con ustedes los temas de la salud. Ha examinado el decreto sobre calidad, cuya elaboración se concluyó esta semana y que ya fue expedido. Nos espera un gran trabajo.

Hoy me reclamaba la Conferencia de Gobernadores en Manizales, por los recursos para los programas de desempeño de los diferentes hospitales. En medio de esta escasez crítica de recursos, tenemos serias dificultades, pero los tenemos que encontrar. En nuestro plan de financiamiento, con los bancos multilaterales, ese programa es programa líder.

Hoy me reclamaban los gobernadores de Colombia que agilicemos el sistema de pagos para que, en la medida que operen bien los mecanismos de sistematización, los dineros se puedan girar directamente a los beneficiarios. Creo que ese reclamo tiene toda la lógica.

Hoy me reclamaban los gobernadores de Colombia, sobre la necesidad de reorientar el régimen subsidiado. Por supuesto que hay que hacerlo.

En el país hay una controversia y nosotros la tenemos que superar. De un lado, un sector reclama que los recursos vayan directamente a los hospitales –como ocurría hasta 1993- y el otro, defiende el sistema de aseguramiento a través de las administradoras de régimen subsidiado (ARS).

Hasta 1993, el sistema tuvo unos problemas de burocratismo, clientelismo, irracionalidad, que evitó que los recursos cumplieran la función social esperada. Y si bien hemos avanzado de 1993 a la fecha, hay muchos problemas que subsisten y han aparecido otros.

Por eso, hemos defendido la tesis de que el régimen subsidiado tenga unas reformas para que las entidades aseguradoras sean entidades sin ánimo de lucro, con jurisdicción regional a través de cajas de compensación, cooperativas, asociaciones y asemejadas y con la posibilidad de que en instituciones prestadoras, como las galardonadas esta noche y aquellas que cumplan con los planes de desempeño, participen como asociadas. Con el resultado de que podamos rebajar los costos de administración y ampliar la cobertura.

Creo que si avanzamos hacia allá, podemos superar la contradicción y podemos encontrar un mayor grado de consenso, para que finalmente todos los colombianos aceptemos la modalidad del aseguramiento, la juzguemos conveniente para el desarrollo de la salud en Colombia y la circunstancia de que haya esas entidades aseguradoras, también sea una garantía de buen manejo de los recursos en los hospitales o en las instituciones prestadoras.

Por supuesto que los problemas en los últimos años han sido agravados por el universo de desplazados, por el empobrecimiento de la población colombiana, por el incumplimiento del fisco que desconoció el par y paso que creamos en 1993 y que hoy, con esta situación tan grave en materia de económica –cuya gravedad reconocemos porque la Nación había tenido déficit fiscales de la agudeza del que hoy padecemos, pero nunca una combinación de déficit agudo y alto endeudamiento como la que hoy se da-. Problema que vamos a superar.

Hoy, esa circunstancia no nos permite, como quisiéramos, restablecer el par y paso. Pero, estoy seguro, que vamos a avanzar positivamente, en materia de recursos, de mejor administración de los recursos, de cobertura y de calidad.

El señor Ministro está preparando unas medidas de emergencia, inspiradas en buena parte en ejemplos como el de Pasto (que hoy lo reclamaron algunos gobernadores) y otras medidas de mediano y de largo plazo.

Ustedes, la corporación de ‘Gestión de Salud’, todo este universo que se congrega esta noche de colombianos ejemplares, los jurados y las instituciones galardonadas, ponen un punto muy alto al cual no puede ser inferior el Estado.

Los felicito de todo corazón, siento emoción de Patria cuando veo desfilar, en frente de esta mesa a quienes acaban de recibir los premios, y ver en ellos la cara de los colombianos de bien –de casi 44 millones, que son los colombianos de bien-, ver en ellos –en cuerpo y alma- la disciplina del trabajo, la transparencia de la conciencia, la vocación científica y la eficiencia para administrar entidades públicas y privadas que cumplen un servicio social, cuya protección se ha considerado en Colombia, hace parte de la protección de los derechos fundamentales.

Cuando mencionaba las entidades públicas que ganaron es premio, hacía esa reflexión: si se puede manejar bien lo estatal, si se puede manejar bien lo comunitario, lo importante es que todos nos tenemos que convencer –siguiendo el ejemplo de ustedes- que lo estatal, para hacerlo sostenible en el tiempo, el servicio en función del bien comunitario, hay que administrarlo con transparencia, con eficiencia, con austeridad.

La diferencia entre lo privado e individual y lo comunitario o estatal, es que lo comunitario o estatal es lo privado más importante, porque no pertenece a una o a dos personas, sino a la comunidad en su conjunto. Y si uno tiene que manejar bien, lo privado e individual, con cuánta mayor razón tiene que manejar lo público o comunitario, que es privado pero de toda la comunidad.

Ustedes nos obligan, con su ejemplo, a insistir y a insistir en que Colombia tiene que manejar con transparencia, austeridad y eficiencia el Estado.

Desde el corazón, un aplauso muy grande y que para el bien de la salud colombiana sigan cosechando estos éxitos.

Muchas gracias.

 
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