PUESTA
EN MARCHA DE LA BRIGADA MÓVIL NO. 9
Abril
15 de 2003 ( Apiay- Meta
)
Compatriotas:
“La energía de la Fuerza Pública,
es la salvaguardia del débil, es la esperanza de toda la sociedad”, expresó el
libertador Bolivar en memorable documento enviado al Congreso que
se reunía en la ciudad de Ocaña, en 1828.
¡Claro que tenía toda la razón El Libertador!
y además se anticipó al curso de los siglos, la Colombia
que le ha tocado vivir a las últimas generaciones, ha sido
el escenario de una población maltratada por la capacidad
criminal del terrorismo, una población maltratada por un
terrorismo que a veces ha querido tener justificaciones ideológicas
y que finalmente ha superpuesto el interés del negocio de
la droga y de sus mezquinas ambiciones a cualquier objetivo ideológico.
El campesino débil es maltratado permanentemente por el
terrorismo que le lleva a sus hijitas a la prostitución,
le recluta sus hijos para los negocios de la droga. El empresario
débil, es secuestrado permanentemente, no puede gerenciar
su empresa, no puede generar empleo. El turista en Colombia, al
desplazarse por las carreteras, a hacer esfuerzos por conocer la
Patria, la dimensión de su diversidad y de su belleza, ha
sido –también- víctima de su condición
de indefensión y de la arrogancia y del poder criminal de
los violentos.
El periodista sin armas, con nada distinto
a su maquina de escribir, a su grabadora o a su cámara, ha sido maltratado por el
poder de los violentos y lo ha sido el maestro y lo ha sido líder
sindical y lo ha sido el empresario y lo ha sido el soldado o el
policía de civil o el oficial o el suboficial, que en los
tiempos de descanso trata simplemente de visitar a su familia.
¡Por eso, Colombia ha tomado la decisión de fortalecer
a su Fuerza Pública, cuanto sea necesario y con todo lo
que sea necesario, para derrotar el terrorismo!
Celebro este paso que hoy damos, felicito
a los soldados que integran esta Brigada Móvil Número
9, a los suboficiales, a los oficiales, a su Comandante.
Traigo para todos ustedes un mensaje de
gratitud de la totalidad de la Nación, que siente confianza cuando ustedes abrazan
esta bandera y empuñan estas armas para defender la Nación
débil y desarmada, que ha sido víctima del terrorismo.
La Nación entera les expresa profunda gratitud, los acompañará en
todas sus acciones, estará expectante de sus triunfos porque
sus triunfos son los triunfos de la democracia, los triunfos de
la convivencia.
Esta mañana, al llegar aquí a este campo de la base
de Apiay, estrechaba la mano de las mamás de algunos de
ustedes, de los papás de algunos de ustedes, de algunos
de sus hermanos, de la novia de alguno de los integrantes de ésta
Brigada y todos me expresaban, con que sentimiento, que han acudido
aquí a acompañar la entrega de su hijo, de su hermano,
de su novio, de su compañero de estudio, a ésta misión
de salvación de la Patria, a la que han acudido todos, con
fe en Colombia, estimulados por una infinita energía de
servicio a la Patria, por una fuerza inagotable de patriotismo.
A todos ellos –que dan un ejemplo de patriotismo-, a estas
mamás, a estos papás, a los hermanos, a los familiares,
a los amigos de este puñado de soldados que integran la
Brigada Móvil Número 9, nuestra gratitud. Los exalto
como un ejemplo de aquello que debemos hacer todos los colombianos,
que es comprometernos sin cálculo, para derrotar el terrorismo.
Y quiero significar que este es un paso
de todos los que estamos dando para fortalecer nuestra Fuerza
Pública, de las Brigadas
Móviles que se están creando, de los batallones de
alta montaña que ya se están integrando, de los grupos
especiales para perseguir las organizaciones terroristas, de los
soldados campesinos acantonados hoy en muchos municipios de Colombia,
de los infantes campesinos como aquellos acantonados en Nuqui,
en el Pacífico, a quienes en la mañana de ayer tuvimos
la oportunidad de saludar.
De éstos pasos también hace parte integrante el
esfuerzo de la Policía Nacional, que en las últimas
semanas ha podido restablecer su presencia en 79 sitios fundamentales
de la Patria que habían sido abandonados por la Fuerza Pública
y que estaban a merced de los violentos.
Esto hace parte de los que nosotros hemos
denominado la Seguridad Democrática, que tiene un concepto: Seguridad Democrática
para defender por igual al pobre que al rico, para defender por
igual al habitante de Ciudad Bolivar en Bogotá que al habitante
de los exclusivos sectores del norte de la capital, para defender
aquí en el Llano al empresario de palma africana o al jornalero
de las plantaciones, para defender a los periodistas, para defender
a los maestros, para defender a los líderes sindicales,
para defender a los políticos independientemente de que
tengan coincidencia con las ideas del Gobierno o que hagan parte
de la oposición a las ideas del Gobierno. ¡Para eso
es la Seguridad Democrática, para defender a todos los colombianos!
Y esa Seguridad Democrática necesita muchos elementos.
Un elemento es el fortalecimiento de la Fuerza Pública,
en lo cual estamos empeñados con la contribución
generosa de los contribuyentes colombianos que han aceptado elevar
el nivel de los impuestos para que Colombia pueda tener un volumen
de Fuerza Pública suficiente para derrotar el terrorismo.
Y esa Seguridad Democrática necesita el compromiso del
Presidente de la República con alma de primer soldado de
la Nación, para estar día y noche animando la Fuerza
Pública, contribuyendo a su dirección, a fin de que
la Fuerza Pública pueda ser eficaz en la derrota del terrorismo.
¡El Presidente de la República tiene que estar permanentemente
defendiendo la Fuerza Pública que es la garantía
fundamental de un Estado de Derecho amenazado por el terrorismo!
Y la colaboración de la ciudadanía es absolutamente
esencial, como otro elemento de la Seguridad Democrática.
Ya tenemos más de un millón de informantes en toda
Colombia, como se ha estimulado la confianza ciudadana en la Fuerza
Pública, como acude la gente a informar a los cuarteles,
a los puestos de policía, a los sitios donde hay presencia
de soldados o de infantes, a los sitios donde están los
comandos de la Fuerza Aérea.
¡Desde Villavicencio, invito hoy a todos los colombianos
a ser colaboradores, cooperantes de la Fuerza Pública con
un designio irrenunciable: derrotar a los terroristas!
Y quiero destacar la circunstancia de que
en esta Semana Santa, millones de colombianos se están desplazando a los sitios
de turismo, el Llano se ha convertido de nuevo en un gran sitio
de recepción de turismo –lo que contribuye al empleo,
lo contribuye a la irrigación de ingresos, a la reactivación
de la economía- y eso se debe fundamentalmente a la abnegada
tarea de la Fuerza Pública para cuidar nuestras carreteras,
que a pesar de dificultades, todos los días arroja mejores
resultados.
Y cómo da gusto de demócrata, percibir que crece
la confianza ciudadana en la Fuerza Pública. Ayer me contaban
que los vehículos que se desplazan por la carretera, casi
todos, llevan una bandera de Colombia que la agitan permanentemente
para saludar a los soldados y a los policías destacados
a lo largo del camino para dar seguridad.
Los colombianos aprecian hoy en la Fuerza
Pública una institución
cumplidora del deber, abnegada, patriótica, que a cada momento
presenta resultados más eficaces, siempre comprometida con
los derechos humanos. Y cuando esas encuestas reiteran el alto
grado de apreciación del pueblo colombiano por su Fuerza
Pública, a fe que demuestran el acertado juicio del pueblo
colombiano.
Ante propios y extraños, hay que repetir el hecho de que
la Fuerza Pública de Colombia ha tenido una tradición
democrática, de respeto a la Constitución, al ordenamiento
jurídico, de obediencia a los gobernantes de elección
popular, de acatamiento a los resultados de la democracia.
¡Aquí no hemos visto a la Fuerza Pública desafiar
la constitución, aquí no hemos visto a la Fuerza
Pública oponerse al ordenamiento jurídico, aquí no
hemos visto a la Fuerza Pública trabada en enfrentamientos
políticos banderizos!
¡Aquí siempre la hemos visto exigiendo respeto a
la Constitución, dando ejemplo de acatamiento a la Constitución,
obediente a los resultados de la democracia, jerarquizada y subordinada
ante los gobernantes del elección popular!
¡Eso honra a la democracia Colombiana ante la opinión
nacional y ante la opinión internacional!
Y cuántos esfuerzos a hecho nuestro Ejército, nuestra
Policía, nuestra Armada, nuestra Fuerza Aérea, para
que todos los días haya mayor solidez en el respeto a los
derechos humanos
No creo que haya una Nación con 34 mil asesinatos al año,
con más de 3.000 secuestros, con tantos actos terroristas,
en la cual –a pesar de todas esas expresiones de la violencia-
el mayor compromiso de la Fuerza Pública, es el compromiso
de observancia de los derechos humanos.
Ejércitos, policías en el mundo entero, cuando enfrentan
semejante desafío, enfrentan ese desafío y hacen
a un lado los derechos humanos. Pues aquí eso no ha ocurrido.
Aquí, lo que tenemos que reivindicar ante toda la opinión
del mundo, es que ésta Fuerza Pública –que
enfrenta hoy el mayor desafió del terrorismo que se da en
mundo entero- trabaja siempre de la mano de los derechos humanos,
no los abandona, hace un esfuerzo por derrotar el terrorismo y
simultáneamente reivindicar los derechos humanos.
La eficacia dentro de la transparencia
es el gran capital de nuestra Fuerza Pública. La eficacia dentro de la transparencia,
dentro del acatamiento al ordenamiento jurídico, es la gran
carta de prestigio de nuestra Fuerza Pública. Por eso el
pueblo colombiano esta hoy volcado a respetar y a apoyar a su Fuerza
Pública, que la considera esencial para derrotar el terrorismo.
Vengo a Villavicencio, en el marco de iniciación de actividades
de la Brigada Número 9, a rendir un homenaje al más
humilde de los soldados y policías de la Patria, a rendir
un homenaje a los suboficiales, a los oficiales, a rendir un homenaje
a nuestros Generales por su abnegación, por su capacidad
de tomar la iniciativa, por su sentido de comprender la exigencia
del pueblo colombiano, que en este momento quiere una Fuerza Pública
de iniciativa, una Fuerza Pública en permanente estado de
salir adelante a luchar y a derrotar al terrorismo.
Quiero rendir a todos ellos un homenaje,
quiero decirle a los colombianos que nos tenemos que sentir orgullosos
de contar con
una Ministra de la Defensa (Marta Lucía Ramírez)
que se luce por su valor civil, porque no tiene titubeos, porque
para enfrentar a los terroristas es un ejemplo de determinación,
de fortaleza en la decisión.
Quiero decir a todos mis compatriotas que tenemos que estar orgullosos
de todos nuestros comandantes y que nada ni nadie nos va a distraer
de nuestro deber de apoyarlos, para que ellos cumplan el deber
de derrotar a los terroristas.
Colombia ha tenido unos bandidos cínicos, Colombia ha tenido
unos bandidos mimados, Colombia ha tenido unos bandidos solapados,
Colombia ha tenido unos bandidos que se olvidaron de la ideología
o que la utilizaron como un expediente y son hoy una combinación
de la arrogancia que surge de portar armas ilícitas financiadas
con el negocio de la droga.
¡Pues bien, hay que decir que a esos bandidos se les acabó la
larga vida de los mimos, que a esos bandidos se les acabó la
larga vida de las caricias, que a esos bandidos se les acabó la
larga vida de las contemplaciones! ¡Que con este Gobierno,
con esta decisión de opinión, con este acompañamiento
popular a la Fuerza Pública, con esta Fuerza Pública,
a esos bandidos les llegó la hora de la derrota, de la derrota
total sin contemplaciones, llegó la hora de quitarle a Colombia
la pesadilla de estos bandidos sanguinarios y contemplados, que
tanto daño le han hecho a la Nación!
Aquí se acabaron las cofradías con éstos
bandidos, aquí se acabaron las tertulias con estos bandidos,
aquí se acabó la receptividad para que estos bandidos
continúen engañando al pueblo colombiano. Aquí lo único
que hay es una decisión: desintegrar las organizaciones
de éstos bandoleros, derrotarlos plenamente.
Y hemos avanzado, hemos avanzado como lo acredita el mejoramiento
de las cifras de seguridad, falta mucho pero estamos avanzando.
Sabemos que tenemos que derrotarles totalmente su estructura, que
esa estructura exige derrotarles sus negocios, por eso hay que
derrotar la droga y el secuestro.
Nos falta más acción para congelar todas las cuentas
bancarias, de los testaferros que les prestan servicios a estos
bandidos, pero hacia allá vamos, a congelarles todas las
cuentas bancarias.
Hay que proteger a los campesinos, para
que estos bandidos no tengan manera de reclutarle sus hijos y
tenemos que convencer a
los muchachos que están equivocadamente en esos grupos,
que se sigan desmovilizando.
¡Desde de Villavicencio llamo a todos los jóvenes
colombianos engañados por esa caterva de bandidos para que
abandonen esas organizaciones, para que regresen a encontrarse
con la constitución y con la ley!
La señora Ministra, los altos mandos, están dirigiendo
un proceso de desmovilización que va a ser ejemplo ante
el país y se están ofreciendo y cumpliendo todas
las posibilidades, para que aquellos muchachos engañados
que se desmovilicen de esos grupos, puedan retornar a seno de sus
familias, al seno de sus hogares y reencontrarse con la plenitud
de oportunidades.
La vida no es la prostitución de la guerrilla, la vida
no es el negocio del narcotráfico de la guerrilla, la vida
es el estudio, el trabajo honrado, la armonía familiar.
Y a que vengan a esta vida del estudio, del trabajo honrado y de
la armonía familiar, es que estamos invitando a los jóvenes
engañados por estos grupos.
A fe que va bien la desmovilización este año, pero
la tenemos que impulsa muchísimo más. La verdad es
que el mejor resultado es la desmovilización de estos grupos,
porque cuando todo ese personal joven se les desmovilice, esos
bandidos quedarán solitos en el monte, alimentándose
de raíces.
¡Hay que sacarlos de las carreteras, hay que sacarlos de
las ciudades, hay que quitarles el respaldo campesino, hay que
evitar que sigan sometiendo a los campesinos y dejar esos cabecillas
en el monte, alimentándose de raíces, hasta que los
podamos capturar y reducir definitivamente para quitarle a Colombia
estos largos años de un imperio de bandidos contemplados
y bufones, que tanto daño le han hecho a la Nación!
Vengo hoy a Villavicencio a seguir reclamando
al apoyo de la ciudadanía
a la Fuerza Pública, porque todavía faltan muchos
resultados pero nos estamos preparando para producirlos.
Muchos colombianos preguntan a diario: ‘¿y qué pasa
con los cabecillas?’, estas organizaciones violentas, contempladas
por la debilidad histórica del Estado, se fortalecieron
de tal manera, crearon unas estructuras tan integrales, que toma
tiempo debilitarlas pero hacia allá vamos.
En la medida que derrotemos la droga y
el secuestro les cerramos fuentes financieras, si somos capaces
de congelar cuentas bancarias
les cerramos caminos de movilidad de recursos y además tenemos
que seguir preparándonos.
Esta Brigada le indica hoy en este martes
Santo a Colombia, que el Gobierno, el Estado, la Fuerza Pública
se esta preparando para llegar hasta donde tenemos que llegar.
Le hago mensaje a los cabecillas: ahí vamos, que nos esperen,
ahí vamos lentamente pero que nos esperen, que ahora no
vamos a llegar allá de rodillas a pedirles que le perdonen
a Colombia, ahora vamos a llegar con una estructura estatal fuerte,
democrática, con una Fuerza Pública crecida a derrotarlos,
a someterlos, a desintegrar sus organizaciones.
¡Que sigan allá tranquilos, que por espesa la selva,
por agreste la topografía, en la medida que sigamos fortaleciendo
esta Fuerza Pública, allá nos vamos a encontrar no
para desmilitarizarles zonas, sino para quitarle a Colombia, para
que Colombia sea una zona libre de guerrilla!
¡En Colombia no volverá a ver a haber un milímetro
desmilitarizado por la Fuerza Pública, para que esta caterva
de bandidos abuse de la Patria!
¡En Colombia lo que hay es una Fuerza Pública crecida,
una Fuerza Pública henchida, una Fuerza Pública en
proceso de fortalecimiento para que en algún momento podamos
decir que Colombia, en lugar de ser una zona desmilitarizada al
servicio del narcotráfico, del engaño y del bandidaje,
es una zona con un Estado de Derecho que ha recuperado el imperio
de la Constitución y de la Ley y que ha derrotado a los
bandidos!
Quiero decirles hoy a todos los colombianos
que se desplazan en las vías, a los que puedan venir a Villavicencio a hacer
turismo y ayudar a generar empleo, a los artesanos, que saquen
sus productos a venderlos en la carretera con motivo de ésta
Semana Santa.
A los feligreses que acudan a los templos
quiero pedirles un momento de reflexión: es la hora que tomemos las decisión
definitiva, no le vamos a prestar más atención a
los cuentos de éstos bandidos, vamos a prestarle atención
al clamor infinito del pueblo colombiano que nos esta pidiendo
que le quitemos esta pesadilla del crimen y del secuestro que ha
creado tanta miseria y que ha creado tanto desempleo y que le ha
negado tantas oportunidades a esta Patria.
Soldados, suboficiales y oficiales, como
dijeran los grandes de la independencia: ¡ni un paso atrás,
paso de vencedores!
Recuerden: ustedes con su energía son la salvaguardia del
campesino débil, del empresario indefenso, del turista inocente,
potencial víctima de los secuestradores. Ustedes son la
garantía de que esta Patria, en algún momento, va
a tener un suspiro de tranquilidad por haber derrotado el terrorismo.
¡Aquí no hay puntos medios! ¡Frente al terrorismo,
una sola decisión: derrotarlo! ¡Frente al terrorismo
una sola decisión: desintegrarlo! ¡Frente a ésta
caterva de bandidos una sola actitud: derrotarlos!
Y el pueblo colombiano, que en su totalidad
apoya a la Fuerza Pública, para lograr la gran victoria
de la democracia que estamos esperando.
Los acompañamos de corazón y vamos a aplaudir alborozadamente
cada uno de los éxitos, que para bien de la Patria, ustedes
se aprestan a cosechar, muy queridos soldados, suboficiales y oficiales
integrantes de la Brigada Móvil Número 9.
Por el bien de Colombia, les deseamos todos
los éxitos.
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