FIRMA
DE LA DECLARACIÓN DE ASUNCIÓN
Agosto 15 de 2003 (Asunción – Paraguay)
Señoras y señores:
Quiero agradecer inmensamente al señor Presidente del Paraguay
(Nicanor Duarte) que justamente en este día esperanza –como
lo percibe su pueblo- se haya producido una declaración
tan importante para toda la región.
Usted ha empezado, señor Presidente, con una velocidad
admirable. Hemos asistido hoy no solamente a su juramentación
formal, sino a un magnífico acto de impulso a la educación,
como el que presenciamos hace algunos minutos. Y esta declaración
es la reiteración de un compromiso fundamental para nuestra
América Latina.
Colombia libra la batalla por la recuperación del poder
institucional. Nosotros no queremos en Colombia poderes guerrilleros,
no queremos poderes paramilitares, no queremos poderes paraestatales,
no queremos poderes de mafia y de narcotráfico. Solamente
aceptamos y queremos el poder democrático del Estado.
Al agradecer a usted señor Presidente, déjenme reiterar
nuestro compromiso con los derechos humanos, con la Seguridad Democrática.
La seguridad que nosotros proponemos en
Colombia es democrática
para todos los ciudadanos. Que esa seguridad proteja por igual
al amigo del Gobierno que al opositor del Gobierno. Que esa seguridad
proteja por igual al líder empresarial que al líder
sindical. Que proteja por igual al empresario agrícola,
que al trabajador agrícola. Seguridad Democrática
para el pluralismo.
Y esa seguridad tiene que sustentarse en
su eficacia y en su transparencia. Y para que sea transparente,
esa seguridad tiene que dar prueba
permanente de que es capaz de ser eficaz y simultáneamente
de cumplir con los derechos humanos. Es el gran reto.
Y en ese reto hemos sentido la compañía, con determinación,
de ustedes, distinguidos mandatarios del Continente. Muchas gracias,
nos anima.
Derrotar el terrorismo en Colombia, es
evitar el terrorismo a la región. Porque un terrorismo financiado por la droga
tiene capacidad de hacer metástasis en toda la región,
de convertirse en una amenaza para todo el Continente.
Hace pocos días les recordaba a unos universitarios que
me proponían el tema de la legalización de la droga,
les dije: no vamos a hablar de la droga en términos ideológicos
sino prácticos.
Vamos a hablar, por ejemplo, de la relación de la droga
y la ecología.
La droga en Colombia ha destruido un millón 700 mil hectáreas
de selva tropical. La selva colombiana es la inserción de
la selva amazónica. Si nosotros no frenamos esa destrucción,
en 10 años puede haber una destrucción fatal de la
selva amazónica. Entonces esa droga puede destruir la ecología.
Esta gran reserva, este pulmón de la humanidad que es nuestra
América Latina, puede destruir todos los valores democráticos
y puede arrasar con los gobiernos de elección popular que
se han construido con tanto esmero en nuestra región.
Señor Presidente: esta mañana, en su discurso, expresó cómo
la confianza hay que construirla a través de derrotar todos
esos paraestados, lo compartimos plenamente.
Esta declaración, sus conceptos hacen que este sea un día
de esperanza no solamente para Paraguay –como lo percibe
su pueblo-, sino para todos sus hermanos latinoamericanos.
Muchas gracias a todos.
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