INAUGURACIÓN
DE LA PLANTA CENTRAL LECHERA DE CELEMA
Diciembre 13 de 2003 (Manizales – Caldas)
Compatriotas:
Don Gustavo, el país le reconoce inmensamente ese esfuerzo
a usted y a ese grupo de industriales de Manizales que lo acompañaron
hace 40 años. En esta Patria, con este desempleo y al mismo
tiempo, con estas ilusiones, necesitamos que el ejemplo suyo se
reproduzca en muchos colombianos.
Quiero expresarles nuestra inmensa felicitación, el entusiasmo
que sentimos los colombianos al ver que ustedes realizan esfuerzos
de esta magnitud, le hacen este aporte a la vida económica
y social de Manizales, de Caldas y de la Patria entera.
Que bueno escuchar de Jaime Villegas Mejía, el impacto
de esta empresa en el empelo. Empleo con vocación de permanencia,
empleo con vinculación a la seguridad social, empleo con
ingresos equitativos. Que bueno escuchar del Presidente de la Junta
Directiva el impacto de esta empresa en la producción de
leche del departamento, en su zona rural.
Y que bueno este crecimiento con tecnología de vanguardia
para ofrecerle al mercado nacional el mejor producto y para ofrecer
otra posibilidad de incursionar exitosamente en los mercados internacionales.
Como alegra, como acompaña esto las ilusiones por la Patria.
Quiero reiterar a ustedes todo el compromiso
de derrotar el terrorismo. Esta mañana hablaba con el General Ladrón de Guevara,
comandante de la División, a cuya jurisdicción pertenece
Caldas; con el Coronel Palomino, comandante de la Policía
de Caldas y con el Coronel Restrepo, quien ha reemplazado al Coronel
Barrios al frente del Batallón de Manizales, el Batallón
Batalla de Ayacucho y les decía: no me digan cuántos
terroristas quedan en Caldas, díganme cuándo los
vamos acabar.
Ustedes pueden tener la certeza de que
este Gobierno no descansar un minuto hasta que los derrotemos.
Eso es difícil, hay
contratiempos. Esta mañana fui informado de un secuestro
en Buga, duele, golpea, pero desde que tengamos por un lado las
Fuerzas Armadas de la Nación la voluntad de derrotarlos
y por otro lado, los industriales de la Patria, la voluntad de
hacer crecimientos empresariales como el que hoy se registra aquí,
lo vamos a lograr.
Y quiero también destacar la coincidencia de esta inauguración
con el feliz acuerdo que alrededor del salario mínimo lograron
ayer los empresarios de la Patria –aquí representados
por el presidente de la Andi, Luís Carlos Villegas- con
los trabajadores. Es el incremento de salario mínimo más
alto en los últimos años. Esta bien que así sea,
el Gobierno lo aceptó de inmediato, el Gobierno se siente
muy contento de que se haya logrado ese acuerdo y que en una Patria
que esta de frente contra el terrorismo, se pueda también
ir construyendo esta bella artesanía de la solidaridad que
en ese acuerdo tuvo un paso esencial.
Para el Gobierno es costoso por el impacto
del salario mínimo
en las pensiones en el Seguro Social, en Cajanal, en las pensiones
que tienen que pagar los departamentos y los municipios. Pero yo
me he hecho esta reflexión: ¿qué es mejor,
seguir atajando el ingreso de los trabajadores, su capacidad adquisitiva,
su posibilidad de mejorar el nivel de vida de sus familias, de
presionar el crecimiento de la economía con un consumo más
tonificado por el temor a las pensiones o dedicarnos con el Congreso
de la República y con el pueblo colombiano a resolver el
problema pensional?
Pienso que no podemos seguir atajando el
ingreso de los trabajadores, que los que nos toca es encarar
muy seriamente el problema pensional
y resolverlo. Por eso el acuerdo que se celebró ayer da
una indicación clara de una Nación en franca lucha
por la prosperidad social y al mismo tiempo es un llamado de atención
para que removamos obstáculos como el obstáculo pensional.
Eso nos compromete más al Congreso y al Gobierno a resolver
el problema pensional.
En 1990 dijimos que era imposible que creciera
el ingreso de los trabajadores por la retroactividad. En aquella
Ley 50 pudimos sustituir
la retroactividad por la liquidación anual y la consignación
en los fondos de cesantías. Se removió un obstáculo.
Hasta el año pasado, el otro obstáculo era el temor
a los recargos por el trabajo entre las 6 de la tarde y las 10
de la noche y por aquel que se sucede antes de las seis de la mañana,
entre las 5 y las 6 de la mañana. Con el liderazgo del ministro
Juan Luís Londoño –q.e.p.d.-, con apoyos tan
importantes, tan definitivos como del senador Oscar Iván
Zuluaga –que honra esta tierra, esperanza de Colombia-, de
su compañera de fórmula en el Congreso de la República –que
tanto bien le ha hecho a la política colombiana- Adriana
Gutiérrez Jaramillo, pudimos sacar adelante la nueva reforma
laboral que eliminó esos obstáculos. Para no tenerle
miedo al aumento de los salarios nos queda un obstáculo
para eliminar: el obstáculo de los excesos pensionales.
Y para el futuro de esta Nación lo de ayer es de gran importancia,
doctor Luís Carlos Villegas. Lo de ayer indica que Colombia
no se va a resignar a que la engañe el populismo de odio
de clases.
Lo de ayer indica que Colombia tiene un
camino definido, el camino de la solidaridad, el camino de la
equidad. Que en Colombia entendemos
que la prosperidad general de la economía depende en muy
buena parte del ánimo de los empresarios y de sus relaciones
fraternas con los trabajadores, que sabemos que la prosperidad
particular de las empresas depende también de ese permanente
entendimiento entre los empresarios y los trabajadores.
Cuando en América Latina vemos tantos llamados a la nueva
versión de la lucha de clases, que es un populismo disfrazado
de social, lo de ayer demuestra que Colombia no se va a dejar contagiar,
que aquí sabemos que la lucha de clases construyó una
guerrilla, finalmente convertida en una organización terrorista
financiada por el narcotráfico y que la lucha de clases
lo único que ha hecho es destruir las posibilidades de crecimiento
de la Nación.
Que Colombia esta totalmente preparada
para que esas voces que llaman a la lucha de clases sean apagadas,
silenciadas totalmente
por el crecimiento de la economía y el fortalecimiento en
el entendimiento entre los empresarios y los trabajadores.
Celebro ese acuerdo por lo inmediato y
lo mediato. Por lo inmediato, porque nos va a ayudar a mejorar
capacidad adquisitiva, a acelerar
el crecimiento de esta economía. Lo habíamos proyectado
este año para el 2 (por ciento) y con la ayuda de Dios va
a ser muy superior al 3 (por ciento).
En el último trimestre, la economía creció al
4.29 (por ciento), cuando se descuenta el decrecimiento de la droga
se situó en el 3.97 (por ciento). Tenemos informes de un
crecimiento en la importación de bienes de capital, sin
incluir transporte, para actividades industriales del orden del
31 por ciento.
Tenemos confianza que todo eso de lo cual
este ensanche, esta modernización, este salto de CELEMA es un gran ejemplo y
esta sembrando una cosecha muy importante que el país puede
esperar, recoger para definir una tendencia de crecimiento económico
no inferior al 5 por ciento.
Este Gobierno quiso hacer unas proyecciones
macroeconómicas
juiciosas, temperadas, de un crecimiento de no más del 2
por ciento este año, de no más del 2.5 (por ciento)
para el año entrante.
Este año va a ser superior al 3 (por ciento) y desde la
primera semana de febrero mes a mes, con la ayuda de Dios, vamos
a reunir la tertulia del crecimiento: al Banco de la República,
a los industriales, a los trabajadores, una representación
del Congreso y nos vamos a preguntar durante los cinco primeros
días de cada mes: ¿qué falta para crecer al
cinco por ciento? Y lo vamos a lograr. Porque veo con asombro que
nuestros analistas estudian el milagro chino y el milagro asiático,
lo aplauden, pero cuando hay que tomar aquí medidas audaces
para proponer nuestro propio milagro, se espantan y se mueren de
miedo, matan la culebra y tiemblan cuando ven su piel. Entonces
nos tenemos que dar a la tarea de hacer que esa economía
nuestra crezca al 5 por ciento.
Y cuando recorro esta empresa, percibo
el esfuerzo que ustedes han hecho, veo esta realidad, me digo:
aquí hay con quien
crecer al 5 por ciento para generar empleo.
Vamos a hacer un pacto, anoche inauguramos
la iluminación
del Aeropuerto de Apartado, en Urabá y les dije: a este
país hay que mantenerlo como a este aeropuerto de ahora
en adelante, prendido de día y de noche. Y esta mañana
que me fui a trotar al recinto del Pensamiento vi que se estaba
quitando la cobija el Nevado dije: el único que va a tener
permiso para levantarse tarde en Colombia es el Nevado del Ruíz,
los demás nos tenemos que dedicar es a trabajar de día
y de noche.
El General Ladrón de Guevara, la Policía y yo a
hacer un trabajito, ustedes saben cuál, y la Fuerza Pública
no me va a quedar mal. Y ustedes sigan haciendo este trabajito
de crecer y usted doctor Luís Carlos el que hizo ayer para
que los que creen que Colombia va a sucumbir entre el terrorismo
y la lucha de clases, vean cuan equivocados están.
¿Saben para qué valen la pena esos esfuerzos?: para
que esta generación viva en Colombia feliz. Con CELEMA ustedes
están contribuyendo.
Muchas gracias
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