CONMEMORACIÓN DE LOS 40 AÑOS DE
FEDEGÁN
Diciembre 10 de 2003 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Entrego a la Federación Colombiana de Ganaderos la Orden
de Boyacá en el Grado de Cruz de Plata, con la convicción
de que al hacerlo, el Gobierno cumple bien el legado encomendado
por el Libertador: reconocer a los mejores.
El núcleo de la política del Gobierno es la Seguridad
Democrática. Aplicarla es asunto de supervivencia de la
sociedad, del Estado, de cada uno de sus integrantes, de llegar
como gremio, cada obrero del campo, cada pequeño propietario,
empresario agrícola y hacendado, cumple un papel fundamental
en la sociedad: hacer presencia territorial, hacer que el idioma,
las creencias, los símbolos, las costumbres que nos identifican
como nación, estén en el territorio que Dios nos
dio como hogar.
Fedegan es un baluarte de la democracia
en el campo. A veces hemos dejado solos a esos abnegados compatriotas
que se levantan en la
alborada para trabajar la tierra y sustentar con esfuerzo los hatos
que garantizan la seguridad alimentaria y el promisorio futuro
a la economía de la Patria.
En algunos momentos se ha llegado a mirar con indiferencia la
presencia de bandas armadas recorriendo campos, sembrando muerte,
secuestrando, extorsionando. Hemos visto por épocas estas
imágenes en los noticieros, con la sensación de
que estuvieran ocurriendo en un continente remoto, que las casas,
campamentos y establos dinamitados por las bandas terroristas
no correspondieran a nuestra Patria.
Se ha sabido del exterminio de semovientes,
secuestros de hatos completos, abigeato masivo, para financiar
a los terroristas. A
pesar de nuestra persistencia, todavía se dan estos flagelos,
pero tenemos toda la firmeza del alma para perseverar hasta derrotarlos.
Ustedes, los ganaderos, han resistido con valentía, con
estoicismo, con heroicidad, después de los miembros de
la Fuerza Pública, los ganaderos han puesto la más
alta cuota de sacrificio en la defensa de la democracia colombiana.
Sus líderes nacionales y regionales han sido perseguidos
con saña. Humildes empresarios han padecido el martirio
del secuestro, bien en cabeza propia, de sus familiares, de sus
trabajadores. Muchas veces ha coincidido el pago del rescate
con la muerte aleve y matrera.
A pesar de ello, la ganadería ha
seguido adelante. Ustedes han dejado un gran ejemplo, no han
permitido que los amilanen.
Entrego con orgullo esta medalla al Presidente
de Fedegan, un héroe sobreviviente de esta lucha por salvar la democracia,
para que la haga rotar en exposición permanente por cada
una de las sedes regionales y municipales de los ganaderos. Que
al mirarla, los campesinos que atienden las fincas remotas sepan
que ellos contribuyen a que la Patria salga adelante y que esta
herencia del Libertador, la hemos entregado a su gremio como una
espiritual recompensa de todos sus compatriotas.
Que esta Cruz de Boyacá sea acicate en la construcción
de capitalismo democrático en el campo de la Patria. Que
la lucha de clases sobre la cual montaron la pesadilla terrorista
sus actores, sea desterrada definitivamente de la Nación
y que podamos garantizar presencia igualitaria de la educación,
de la nutrición infantil, de la tecnología, del crédito,
de los programas de las Siete Herramientas de Equidad Social y
para el campo.
Quiero hacerle un reconocimiento a los
gremios de mi Patria. Los problemas de la Patria y el espíritu de solidaridad de nuestra
gente, han hecho que desde hace rato los gremios abandonaran cualquier
actitud egoísta, superaran las exclusivas preocupaciones
de su sector y se dedicaran, como en efecto dedicados están,
a servir los superiores intereses de Colombia.
Ha sido largo y muy importante recorrido
el de Fedegan. Que la Cruz de Boyacá sea un símbolo para agradecer este
patriótico esfuerzo. Ustedes, como los generales, tienen
en estos símbolos el único premio al que aspiran
por el deber cumplido. No hay mejor compensación que encontrar
que la conciencia por la ardua labor se acomoda al espíritu
de la Cruz de Boyacá.
Siento un gran honor al entregar la Cruz
de Boyacá a Fedegan
y que la reciba Jorge Visbal Martelo, hombre de tantas ejecutorias
y de tanta valentía. Su inteligencia, su empuje, su ordenada
mente, su imaginación para encontrar soluciones, doctor
Visbal, son una garantía para la ganadería, para
el desarrollo de Colombia, para que el gremio se mantenga en la
senda de hacer Patria.
Y quiero felicitar a todos quienes han
contribuido a forjar a Fedegan, a los presidentes de las diferentes épocas, a los
miembros anteriores y actuales en su Junta Directiva, a todos,
por su encomiable tarea, y decirle a usted, doctor Visbal, que
la Cruz de Boyacá queda a partir de esta noche en un gremio
dirigido por alguien que es ejemplo de valor civil y que es un
estímulo para persistir en nuestra tarea de desterrar de
Colombia cualquier asomo de terrorismo.
Muchas gracias.
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