RECIBIMIENTO AL PRESIDENTE DE URUGUAY, JORGE
BATLLE
Diciembre 02 de 2003 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Para los latinoamericanos
fue paradigma la revolución pacífica
y democrática emprendida por los uruguayos en 1903, que
convirtió a ese país en lo que algunos llamaron “la
Suiza americana” y les permitió enrumbarse por una
duradera senda de progreso y crecimiento.
Colombia admira a
don José Batlle y Ordóñez,
su tío abuelo, Presidente, guía espiritual de aquella
gesta liberal. Fue uno de los políticos latinoamericanos
que inspiró la apertura hacia grandes conquistas sociales
como la jornada de ocho horas y las indemnizaciones laborales y
quien abrió el camino para consagrar la igualdad de género,
el derecho al divorcio, la defensa de la libertad de prensa, la
educación universal y gratuita y la lucha contra los monopolios
“El batllismo” como se conoce el movimiento gestado
por su ilustre antepasado fue inspiración para muchos colombianos.
Rafael Uribe Uribe, el más importante jefe liberal de la época,
predicó esas mismas ideas y logró convertirlas en
plataforma de lucha del liberalismo colombiano.
Borges, quien se
confesaba mitad argentino y mitad oriental, exaltó de
los uruguayos la clara y heroica voluntad de diferenciarse, su
tesón de ser ellos, su alma buscadora y madrugadora. Estas
virtudes deben inspirarnos a todos los latinoamericanos en esta
hora de dificultades.
Presidente Batlle:
los colombianos hemos encontrado en su pueblo y en usted un gran
apoyo en todos
los momentos difíciles.
Cuando hemos enfrentado el terrorismo, ustedes en lugar de dejar
sentir una voz crítica al Gobierno de Colombia de apaciguamiento
y de permisividad con el terrorismo, han expresado toda la solidaridad
con nuestras acciones de autoridad.
En usted encontramos
una mezcla que necesita América Latina
de sentido social, de realismo, de pragmatismo para no afectar
el espacio de la empresa privada, el único elemento que
nos garantiza el desarrollo.
Colombia lo recibe
hoy con gratitud, con afecto, con admiración.
Lo recibe con la ligación histórica con su pueblo
y con la especial gratitud por su Gobierno y por la solidaridad
que siente de usted, mandatario de los uruguayos, un ofrecimiento.
Bienvenido señor
Presidente a esta Patria, la suya.
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