INAUGURACIÓN
CENTRAL HIDROELÉCTRICA DE LA MIEL I
Febrero
14 de 2003 (Norcasia – Antioquia)
Compatriotas:
La Miel es de Caldas. Durante muchos años este departamento
luchó tesoneramente para que el país se comprometiera
con una justa aspiración suya. Se necesito la crisis energética
de 1992 para que se tomara la decisión final.
Primero que todo, los colombianos debemos
gratitud al pueblo caldense, a sus líderes y a sus autoridades, porque insistieron tozudamente
en la necesidad del proyecto, frente al cual por años fue
tan esquivo el interés nacional.
En segundo lugar, queremos agradecer a
los Gobiernos Nacionales que finalmente se resolvieron adelantar
la obra. El Gobierno del
presidente César Gaviria y los gobiernos de los presidentes
Ernesto Samper y Andrés Pastrana.
Nos toca hoy, como su nombre lo indica, ‘la miel’ de
inaugurarla y compartir con ustedes un momento de contento.
Quiero felicitar a las autoridades departamentales,
municipales, a la Corporación ambiental de Caldas, porque este proyecto
se convierte en un factor de generación de ingresos para
la Corporación y de ingresos para los municipios, las regalías
de generación de energía.
Invito a todos a hacer el mejor uso de
esas regalías, a
que no se pierda un peso. El país ha malbaratado en politiquería,
en corrupción y en guerrillas, regalías del petróleo,
regalías de oro, regalías de energía eléctrica
y confiamos que aquí, el buen criterio, la transparencia
secular del pueblo caldense nos garanticen el mejor uso de estas
regalías.
Quiero agradecer inmensamente a ISAGEN,
a su gerente actual, a los ex gerentes, a los integrantes de
su Junta Directiva este esfuerzo,
a la FEN –que hizo todo lo posible para financiar esta obra
tan importante para el país-, a los contratistas, ejecutores,
consultores, a los empleados, a los obreros.
Quiero destacar, ante el país el gran esfuerzo de la doctora
María Luz, ingeniera distinguida, quien ha puesto de presente
la competencia de la mujer colombiana para dirigir la construcción
de obras de esta envergadura y para conducirlas a buen suceso.
Llegamos hoy a esta casa de maquinas de
la Miel en un momento de hondas tristezas, por la muerte del
ministro Juan Luis Londoño
y sus acompañantes en esta misma cordillera Central, por
los sucesos de violencia que golpean y golpean, por los compatriotas
asesinados esta mañana en Neiva, por los dos integrantes
del avión cuyo asesinato ya se ha confirmado en el sur del
país: un sargento de nuestro ejército y un ciudadano
norteamericano.
Pero también vengo a decirles que en medio del duelo y
de la tristeza, pidiendo a quienes se han ido que intercedan ante
Dios para que Colombia salga adelante, frente a la violencia sólo
hay un camino, ese camino tiene unas palabras claves: autoridad,
determinación, acción y constancia.
La actitud demencial de los violentos,
su riqueza, su poderío
militar, no cede ante el Estado de Derecho que irrespetan, no cede
ante el dolor de las viudas y de los huérfanos y de los
amigos de las victimas que miran desdeñosamente, no cede
ante el clamor de una comunidad internacional que ha ayudado por
todos los medios a encontrar una salida negociada.
En esta hora, compatriotas, el camino es
persistir en la autoridad, constancia en el propósito
de derrotar los violentos.
Quiero –también- invitarlos a ustedes a que este
gran proyecto, grande por muchas cosas: porque durante décadas
lo reclamó Caldas sin que se le oyera. Grande porque aprovecha
muy bien una cuenca hidrográfica. Grande porque generó mucho
empleo en la construcción. Grande porque desarrolló nuevas
tecnologías como la mezcla con menos cemento, pero con más
compactación que permitió ahorrar 86 millones de
dólares. Grande por que va ha generarle regalías
cuantiosas a la región y también a la Corporación
autónoma de Caldas.
Que hoy, en el júbilo embarga a quienes lo han construido
y lo disfrutan, y en la confianza que le da a todos los colombianos
por contar con una nueva fuente de energía, pensemos en
las grandes obras de Colombia.
A los violentos los vamos a derrotar, pero
ellos no vana perturbar el rumbo de crecimiento económico de la Nación.
Con el señor Ministro de Minas y Energía (Luis Ernesto
Mejía), con Isagen y con Isa, tenemos que acelerar el rumbo
de los proyectos que deberá instalar el país en los
próximos años. En la reunión del pasado lunes
en Panamá, con los presidentes Centroamericanos, que se
pusieron contentos cuando oyeron la voz del gobierno de Colombia
pronunciarse firmemente frente a la violencia, también tuvimos
tiempo para hablar de nuevo de la necesidad de que Colombia se
vincule al Plan Panamá – Puebla. Ese es un plan que
se propone integrar los servicios públicos de México
con Panamá y al cual tiene que sumarse Colombia.
Nosotros nos hemos propuesto avanzar con
la línea de conducción
de energía y con el tubo de conducción de gas.
Para el tubo de conducción de gas se han dado dos pasos:
con el Gobierno de Venezuela hay un preacuerdo para que al autorizar
Colombia, llevar gas desde la plataforma marina de La Guajira a
Maracaibo, Venezuela autorice que nos conectemos –también-
con Panamá y se comprometa, en el momento en que esté conectado
el oriente de Venezuela con el occidente de ese país (Panamá)
en gas, esa conexión sirva a Colombia, esa conexión
se convierta en una fuente adicional de provisión de gas
para nuestro país y también para extender ese tubo
hasta Panamá.
Y queremos en este Gobierno dar pasos sólidos y concretos
para construir la línea de transmisión de energía
Colombia - Panamá. Es una gran posibilidad, para poder desarrollar
los grandes recursos que tiene el país, encontrar mercados
más amplios, atraer los recursos de capital que se requiere
a fin de hace esas inversiones y también para poder disponer
de fuentes alternativas de provisión de energía.
En nuestro Plan de Desarrollo queda definido
que tenemos que avanzar con es línea de interconexión hacia Panamá.
Y detrás de ella, pensar en los proyectos que vienen, porque
el país ha estado aplazando proyectos, porque ha habido
capacidad instalada sobrante. Pero es no dura ni puede durar, tenemos
que acelerar el crecimiento económico y los estudios indican
que si el consumo de energía crece a un 3.5 por ciento al
año, ya para el año 2006 y de ahí en adelante,
tendremos que instalar 200 mil kilovatios por año.
Entonces, la línea de Panamá se convierte en un
gran atractivo para que pensamos en proyectos, para que no le ocurra
al país lo que le ocurrió con La Miel, que se aplazó un
proyecto y se aplazó el otro y solamente cuando el apagón
del 92 nos asustó, ahí si se le dio la razón
al clamor del departamento de Caldas y se tomó la determinación
de hacer este proyecto.
No nos podemos confiar en que hay exceso
de capacidad, porque ese exceso de capacidad es consecuencia
de un bajo crecimiento
de la economía y es consecuencia del desempleo y si tenemos
que acelerar el crecimiento de la economía y reducir el
desempleo, entonces eso estará soportando también
sobre un crecimiento más acelerado de energía, de
su consumo, como se ha manifestado en los últimos meses
y nos obliga a pensar desde ya en los nuevos proyectos.
Primero que todo, la línea Colombia – Panamá.
Segundo, los nuevos proyectos.
En el país hay mucho entusiasmo con las centrales medianas
y pequeñas, con las microcentrales. En mi departamento se
adelantan algunas, tenemos pendiente la del río Amoyá en
el Tolima, de gran importancia porque tendría como derivación
ecológica todo el sistema de protección del Páramo
de las Hermosas, un cruce bien importante de la Cordillera Central.
Confío que en las próximas semanas se haga el cierre
financiero y que el señor Ministro de Minas y Energía
le pueda dar al país la buena noticia de que la central
Hidroeléctrica de Amoyá es una realidad. Empresas
Públicas de Medellín adelanta Porce III y hay proyectos
de singular importancia como Sogamoso y como Ituango.
¡Qué bueno que en los próximos meses pudiéramos
encontrar, con el sector privado nacional e internacional una fórmula
para construir a Sogamoso y que más adelante podamos definir
también una semejante para construir Ituango!
Déjenme, en este punto, introducir un factor conceptual
del Estado que quiero hacerlo llegar a todos los colombianos. Yo
no fui partidario de que se vendiera Isagen y este gobierno no
va a vender Isagen. ¿Por qué? –lo decía
el señor gerente de Isagen-: muchas fórmulas se pensaron
pata construir La Miel, finalmente todos los esquemas de mercado
fracasaron y lo único que quedó para responderle
al país por esa necesidad, fue el Estado, su empresa Isagen
y su Financiera Eléctrica Nacional, la FEN.
Ahí se apagó California por
confiar exclusivamente en el mercado. No nos podemos confiar
en el fundamentalismo de
mercado, el Estado necesita instrumento para operar como Estado
Promotor.
Así como no soy partidario de tener un Estado burocrático,
corrupto, clientelista, como tenemos que recortar contratos de
consultoría innecesarios, como estamos en una reforma administrativa
profunda, para darle un golpe del cual no se repare, a la burocracia
clientelista, como tenemos que derrotar la corrupción, también
tenemos que poner mucho cuidado para fortalecer dos Estados: el
Estado Social –en que soñó Juan Luis Londoño-
y en el Estado promotor de las grandes obras como el que representa
Isagen y que se expresa en este proyecto de Hidromiel I.
Este Gobierno tiene que decretarle la muerte
al Estado corrupto, burocrático, clientelista, malversador de fondos y darle
vida al Estado Social y al Estado promotor de las grandes obras.
Me parece que ese es un aspecto fundamental para que los colombianos
nos vayamos poniendo de acuerdo sobre lo mínimo, a fin de
que el país avance.
Isagen tiene el mérito de ser una empresa que funciona
con honradez reconocida, con austeridad y todos los días
tiene que ser más eficiente, dar pruebas adicionales. Porque
cuando hay empresas como Isagen, hay motivos para defender el Estado
promotor. Cuando las empresas no funcionan bien en manos del Estado,
los gobiernos y la opinión no tienen más de otra,
que darles de baja. Pero cuando las empresas funcionan bien, como
el caso de Isagen, hay que impulsarlas.
Para los proyectos de los próximos años, es de gran
importancia contar con ISA, contar con Isagen, con las generadoras
del país que tiene capacidad de instalar capacidad adicional
y buscar que a partir del Estado que sea capza de promover estos
proyectos, se vincule el capital privado para contribuir a cofinanciarlos.
Pensemos pues, en que sea una realidad
la conexión con
Panamá para la transmisión de energía, que
sea una realidad la conexión con Venezuela y con Panamá,
para el transporte de gas. Pensemos pues que sea una realidad la
construcción de pequeñas centrales encabezadas por
Amoyá en el Tolima y por Guapi en el Cauca. –A propósito
de Guapi, este año deben concluirse los estudios y la vamos
a financiar con un crédito de largo plazo y a baja tasa
de interés del gobierno español-. Y avancemos hacia
Sogamoso y avancemos hace Pescadero.
La economía del país necesita soportarse en un gran
desarrollo de su sector de generación de energía.
Sea la oportunidad hoy para agradecer a
todos los gobiernos que intervinieron, al sector privado que
contribuyó a desarrollar
La Miel, para sembrar estas inquietudes en la mente de los colombianos.
Mucho ánimo para derrotar la violencia y para hacer que
renazca a n ritmo muy acelerado de recuperación económica.
A todos, felicitaciones y muchas gracias. |