INAUGURACION
AGROEXPO
Julio
31 de 2003 ( Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Todos los integrantes de mi Gobierno y
yo queremos felicitarlos muy vivamente por esta nueva versión de AGROEXPO que siempre
ha llenado de entusiasmo al país agropecuario.
Y quiero felicitar a Conferías y a Eliana Serrano Becerra,
Directora de la Feria. Y a todos los expositores, agradecer la
presencia de una muy nutrida delegación de expositores internacionales.
El interés que han tenido los Embajadores en Colombia de
Suiza, de Bélgica, de Gran Bretaña, de Italia, de
Polonia, el encargado de la República Federal de Alemania,
el Embajador de Honduras, el Embajador Ruso y la encargada de Negocios
de Asuntos internacionales de Bolivia.
Es un orgullo para Colombia contar con
expositores de Alemania, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, España,
Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Honduras,
Italia, Polonia, Suiza y Venezuela.
Y es altamente estimulante para el campo
colombiano que como lo ha confirmado Hernando Restrepo, director
de Conferías,
esta nueva edición rompa el record en número de expositores
que creció en un 25 por ciento en relación con el
año anterior y un record en número de expositores
en estas 14 versiones de la Feria. Eso estimula mucho al campo
colombiano.
Quería saludarlos, felicitarlos,
decirles que hay todo el compromiso del Gobierno para recuperar
el campo de nuestra Patria.
La tarea no es fácil, estamos seguros que devolverle la
seguridad al campo, es devolverle el empleo a Colombia, que devolverle
todas las posibilidades de producción, productividad y competitividad
al campo, es mejorarle el ingreso a los colombianos. Hemos logrado
avanzar en algunos aspectos, tenemos que avanzar en otros.
Todavía tenemos problemas de seguridad en muchos sitios
del país. Tenemos que estar ajustando el tema todos lo días,
pidiendo más y más sacrificios de nuestra Fuerza
Pública todas los días, pidiendo más y más
cooperación de nuestros conciudadanos.
Por ejemplo en el Llano, mirando el programa
de Maíz el
domingo pasado, que es tan promisorio entre Puerto López
y Puerto Gaitán, les decía: nosotros tenemos que
llegar a un punto en cual todas las fincas, a través de
un sistema eficaz de comunicaciones, estén conectadas con
el Ejército, con la Policía, donde hayan puestos
de reacción inmediatos y que todas las fincas estén
involucradas en el tema de dar seguridad total a todas las regiones.
Hemos avanzado ejemplarmente en el Departamento
de Caldas. El programa se está incorporando a muchos departamentos
de Colombia, pero necesitamos acelerarlo.
En el tema del campo y la economía nuestro país
tiene una muy alta dependencia del campo. Hay factores que se necesitan
aclarar para poder tener la cuantificación exacta de cómo
dependemos del campo.
El primero. Una serie de ciudades y de
municipios en los que el censo califica a sus habitantes como
habitantes urbanos, pero la
realidad es otra. Si bien duermen en una cuidad o en un municipio,
tienen una vivienda con todas las características de vivienda
urbana, viven y trabajan en el campo. O sea que mucha parte de
la Colombia rural depende todavía totalmente o en un alto
porcentaje, del campo.
El otro tema es la alta participación del campo en el producto
del país, cuando se suma la producción básica
con aquellos procesos que tienen agregados de valor, que tienen
etapas importantes de industrialización.
Ese consolidado los lleva a un 38 por ciento
de participación
en el PIB, que es muy alto. No solo como cifra absoluta en Colombia,
sino como cifra relativa en el contexto latinoamericano.
Y hay otro tema: si bien en los últimos 50 años
se invirtió la relación de participación de
colombianos que viven en las ciudades y de colombianos que viven
en el campo, la población rural de Colombia sigue creciendo
a pesar del desplazamiento, a pesar de todas las dificultades la
población rural de Colombia sigue creciendo.
Todo esto nos lleva a pensar muy seriamente
en el campo y cuando los estudiosos de aquellos productos con
los cuales puede competir
Colombia internacionalmente, empiezan ya a mirarlos con lupa, la
competitividad internacional de Colombia, las posibilidades de
generación de ingreso de Colombia y generación de
empleo, están muy basadas en lo que podamos hacer por el
campo.
Déjenme decirles, brevemente, que si bien el manejo de
algunas herramientas macroeconómicas, como la tasa de cambio
y la tasa de interés depende del Banco de la Republica,
institución a la cual la Constitución de 1991 le
reconoció su autonomía, el Gobierno no es ajeno al
tema. Por eso, desde el 26 de mayo del año pasado, cuando
se celebró la elección presidencial, el Gobierno
ha estado atento día a día, de una tasa cambio competitiva.
A mi me preguntan: ‘Presidente, ¿pero no es mejor
una tasa de cambio estable?’ Claro que si, pero a partir
de que sea competitiva. Lo que no podemos es condenar los esfuerzos
de productividad que no sean competitivos, por estar maltratándolos
con tasas de cambio revaluadas, como lo ha sufrido Colombia por épocas.
Porque muchos dicen: ‘pero es que no hay suficiente productividad’,
claro que la hay y en muchos renglones y en el campo ha venido
mejorando sustancialmente, a pesar de todas las dificultades.
Yo veo la productividad del arroz y digo: ¿a qué horas
con tanta violencia, con tan poca cantidad de recursos para investigación?
Veo los esfuerzos en palma africana, veo
un país que ha
desarrollado alrededor de 280, más de 300 variedades de
caña. Un país que ha hecho ese esfuerzo formidable
para tener hoy 100 mil hectáreas de maíz tecnificado,
que ya constituye una realidad de asombroso avance y que nos da
ilusión con certeza de que vamos avanzar bastante en ese
hectariaje y me pregunto: ¿a que horas, con todas las dificultades
de Colombia?
Pero todos eso esfuerzos tienen que acompañarse de herramientas
macroeconómicas que permitan competitividad y una de ellas
es la tasa de cambio.
Creo que en el país todos debemos trabajar y el Gobierno
tiene que ser el primero, para que no tengamos esos periodos de
reevaluación que nos quitan competitividad, que finalmente
saturan la represa, rompen el dique y se compensan con una severa
devaluación en corto tiempo, haciendo estragos.
Y tampoco podemos vivir en volatilidades.
Creo que lo mejor puede ser luchar por tener una tasa de cambio
estable sí, pero
a partir de que sea competitiva.
No veo mejor defensa en las reglas internacionales
del comercio de hoy, en lo que se espera en las décadas
que vienen, que una tasa de cambio competitiva que ayude a todos
los esfuerzos
para mejorar la productividad.
Hemos estado vigilantes también a una tasa de interés
baja en el largo plazo., ese es un objetivo esencial. Y ya en el
manejo micro, se han tomado decisiones, como las muy afortunadas
de FINAGRO.
Por ejemplo la decisión de dar una tasa de interés
fija del 9 por ciento, con un plazo de 8 años, para la adquisición
de maquinaria. Yo creo que ahí empezamos a ser coherentes
entre una proposición de tasa de interés baja en
el largo plazo, de crédito de plazo más extenso y
la realidad que se le ofrece a nuestra economía. Vamos a
seguir luchando por ese tema.
Los subsidios directos. Hemos tenido enormes
dificultades por la situación presupuestal, sin embargo la Junta Directiva
de FINAGRO, con el liderazgo del Ministro (de Agricultura, Carlos
Gustavo Cano), en buena hora tomaron la decisión de aplicar
las utilidades de FINAGRO a financiar el incentivo de capitalización
rural (ICR). Creo que eso ha sido muy afortunado. Y fundamentalmente
orientándolo a preferir a los pequeños productores.
Y eso se ha combinado con los estimulas tributarios.
Si hay algo importante para destacar para
el campo en la reforma tributaria, es que aquellos estímulos que se habían
generado a lo largo de la historia tributaria del país,
sin tener relación directa con el crecimiento y con la generación
de empleo, que obedecían más bien a presiones de
grupos de interés, que a razones de lógica económica,
esos estímulos se están marchitando. Y los hemos
venido sustituyendo por aquellos estímulos que tengan una
relación directa con generación de empleo, una relación
directa con el crecimiento económico.
El Ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla),
nos informaba el pasado lunes en el Consejo de Ministros, que
la importación
de bienes de capitales este año ha crecido en Colombia un
14 por ciento. Nosotros no la esperábamos, eso una recuperación
en el reequipamiento del país, bastante acelerada.
A eso han contribuido han contribuido varias
medidas. Una de ellas: a finales del año pasado eliminamos el arancel a la importación
de bienes de capital. Otra de ellas: a las empresas altamente exportadoras
les eliminamos el IVA para los bienes de capital. Otra de ellas:
aquellas empresas que no son altamente exportadoras, por cualquier
maquina que compren en el país este año o que importen,
se les devolverá el IVA que se cause y se pague por esa
maquina y en general, por los bienes de capital. Creemos que eso
va ayudar muchísimo.
Y hay unos estímulos importantes para el campo, que quiero
enunciarlos: a la producción de alcohol hemos dado tres
pasos. Primer paso, exención tributaria para poder hacer
competitivo el precio del alcohol con el de la gasolina. Segundo
paso, ya se aprobó por parte del Gobierno –desde febrero
y a finales de junio se aprobó por la Organización
Mundial de Comercio (OMC)- el reglamento para la producción
de alcohol combustible.
Tercer paso, ya ha sido fijado el precio
por el Ministerio de Minas, lo que da claridad a los productores.
Y hemos sido informados
que algunos ingenios del Valle del Cauca están adquiriendo
la maquinaria en el Brasil, para que en el segundo semestre del
año 2005 se este destilando alcohol suficiente para poder
atender los requerimientos legales de mezcla, especialmente en
las grandes ciudades.
Y se preguntarán: ¿qué va pasar en zonas
que han tenido expectativa de convertir la cañicultura en
panelera en una cañicultura de alcohol carburante, como
la ladera Cundinamarquesa, la hoya del río Suárez,
para no hablar si no de esas dos por la proximidad geográfica?
Yo no soy muy optimista de que estas zonas
vayan a tener rápidamente
las plantas de alcohol, pero el Ministro (de Minas, Luis Ernesto
Mejía) está haciendo todo el esfuerzo a ver si logramos
una combinación de los productores de panela, capital privado
nacional o internacional –ya se trajo por ejemplo una misión
del Brasil- y el apoyo de las gobernaciones con recursos de capital.
Sin embargo, en la medida que descongestionemos
el mercado de azúcar, orientando buena parte de la capacidad del Valle
del Cauca a la destilación de alcohol, en esa misma medida
vamos a tener un alivio para los productores de la zona de panela.
La Reforestación Comercial. El país tiene allí una
gran posibilidad, Chile exporta 3 mil millones de dólares
al año en madera y en derivados, nosotros no. Nosotros estamos
en un sitio privilegiado de acceso a todos los mercados, Chile
está bastante más lejos de los principales mercados
que nosotros. Acá, de las mismas especies que se demandan
en los mercados internacionales, producimos 25 metros cúbicos
por hectárea al año. Chile produce 12. Nosotros tenemos
todas las posibilidades.
Hemos tomado dos medidas para estimular
la reforestación
comercial: primera, quedó exenta totalmente de impuestos
en la reforma tributaria y esa exención se extiende a la
primera fase industrial, que conocemos como aserrío. Y segunda,
se aumentó el descuento tributario para aquellos inversionistas
que inviertan en madera. Queremos animar a todos los empresarios
del campo colombiano para trabajar el tema forestal.
Déjenme hacer una apreciación sobre la cual he venido
reflexionando por años. La ganadería colombiana tiene
mucho futuro, pero necesita la compañía de la reforestación
comercial. En muchas tierras ganaderas de la Patria es necesario
el desarrollo del silvopastoreo no solo por cuestión de
ingresos para los ganaderos, sino también para hacer esa
ganadería sostenible, para proteger fuentes de agua que
están en extinción y para recuperar frescura en los
suelos, especialmente en prolongados periodos de verano.
Tomamos también la decisión con el Congreso de la
Republica, de darle exención a los cultivos de tardío
rendimiento: palma africana, caucho, frutales. Inicialmente se
habló de sembrar este año 11 mil hectáreas
de palma africana, el doctor Jens Mesa, aquí presente, presidente
del gremio, nos ha expresado que van a sembrar 20 mil. El Gobierno
propuso al Congreso y el Congreso aprobó esa ley, en la
ilusión de que en este cuatrienio sembremos 100 mil hectáreas
de palma africana.
El mercado de las oleaginosas es un mercado
difícil, el
país va ha cuadruplicar al ritmo que va, el volumen de aceite
de palma que tiene que colocar en los mercados internacionales.
Por eso el tema de la palma hay que empezar ya a considerarlo,
en función de la producción de biodisel. Debe ser
el segundo combustible biológico, después del alcohol
derivado de la caña.
Esta consagrada la exención tributaria
y es tiempo de empezar a trabajar en el biodisel. El Ministro
ha logrado, con el apoyo
de Comercio Exterior, avanzar para que nos desmonten barreras fitosanitarias
para algunos frutales.
Y tenemos mucha esperanza en el tema del
cacao. El déficit
en el mercado internacional, es un déficit considerable.
Algunas regiones colombianas como el Cesar, tienen todas las posibilidades
para producir cacao porcelana, cuyo gran abastecedor en el mercado
internacional ha sido la hermana República de Venezuela.
Y estamos trabajando con entusiasmo en el tema del cacao, creo
que hay ya cifras promisorias de nuevas plantaciones.
Este Gobierno ha sido muy costoso para
los colombianos, lo reconozco, pero si logramos ir derrotando
corrupción y politiquería,
ir recuperando seguridad, acompañar el incremento de ingresos
con la reducción de costos, la derrota del estado burocrático
y clientelista, esto tiene que mejorar.
Quería hablarles de un programa bien bello: el programa
de las Familias Guadabosques, para poder avanzar en la sustitución
de la droga.
Ya lo emprendimos en Orito, Putumayo, donde
hoy hay 3 mil familias que hasta hace no muchos meses se dedicaban
al cultivo de coca,
cuyos terrenos están libres de droga, certificados por Naciones
Unidas, se comprometieron a trabajar para cumplir dos obligaciones:
primera obligación, garantizar que el terreno siga libre
de droga. Y segunda obligación, vigilar la recuperación
del bosque.
Cada una de esas familias va a recibir
5 millones de pesos al año. Se paga cada dos meses, están próximas
a recibir el segundo pago. Yo tengo mucha fe en eso.
Hay algunas tierras de la Patria de suelos
frágiles, nuevos,
en formación, con otros problemas que ustedes conocen mejor
que yo, que parecerían que no son buenas sino para selva
o para droga y que lo que tenemos que hacer es recuperar en ella
la selva. Ese es un deber de nosotros, quienes tenemos vinculación
con el campo, recuperar toda la sensibilidad ambiental en la conciencia
de nuestros compatriotas.
Este es uno de los primeros países en disponibilidad de
agua dulce en el mundo. Es uno de los primeros países en
riqueza en biodiversidad. Esa selva es la alcancía de la
biodiversidad. Al país le habían destruido por droga
un millón 700 mil hectáreas de selva virgen, eso
hay que recuperarlo.
Por supuesto, que no todo puede ser recuperar
el bosque, pero en la inserción de la selva amazónica
que es el Putumayo, en las condiciones de lluviosidad, de suelos
y de distancia a las
terminales viales del Putumayo, yo creo que es de gran importancia
recuperar la selva.
Confiamos terminar este año con 12 mil familias como guardabosques
en diferentes regiones del país y confiamos seguir avanzando,
ojalá el presupuesto nos permitiera que a finales del año
2005, el país tenga 50 mil Familias Guardabosques.
Bueno, muchas gracias a todos y ahora quisiera
escuchar y responder sus inquietudes.
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