SANCIÓN
DE LA LEY 496
Julio
08 de 2003 ( Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Me alegra muchísimo que el Congreso de la República
haya aprobado esta ley, que la sancionamos hoy y que se convierta
en un buen paso para avanzar en el campo colombiano.
Estaba haciendo aquí una recapitulación de decisiones
de fomento que hemos tomado los últimos 11 meses. El Gobierno
Nacional expidió un decreto que eliminó los aranceles
a la maquinaria importada que no se produzca en la Comunidad Andina,
el informe que tengo es que este año hay un crecimiento
por encima del 20 por ciento en el equipamiento productivo del
país. Como van las cosas, eso va a influir muchísimo.
La reforma tributaria incorporó una gran cantidad de estímulos,
uno de ellos: cuando una empresa altamente exportadora, adquiera
maquinaria, automáticamente no se le cobra el IVA al momento
de nacionalizar esa maquinaria. Y se rebajó el requisito,
el porcentaje para considerar a una empresa altamente exportadora.
Hoy esta en el 30 por ciento del valor total de la producción,
como porcentaje que tiene que exportar para tener ese beneficio.
Cualquier empresa colombiana que hoy importe maquinaria o adquiera
maquinaria en el país, se le devuelve el IVA en los próximos
3 años.
Es de gran importancia los dos pasos que
se han dado a favor del sector forestal. Primero, la exención a la actividad de
reforestación comercial en Colombia, que incluye la primera
etapa de industrialización –queda exento el cultivo
y queda exento el aserrío-. Y segundo, en el Plan de Desarrollo
se aumentó el porcentaje que cualquier contribuyente colombiano,
de los impuestos liquidados, puede deducir para entrar a financiar
empresas madereras, empresas de reforestación comercial.
Eso lo vamos a tener que promover muchísimo porque ahí tiene
el país un enorme potencial. Creo que tenemos que firmar
en los próximos días un pacto con los ganaderos,
para hacer silvopastoreo, por una razón general: todas las
posibilidades que tiene el país para ser competitivo en
esa materia y porque, muchas regiones de Colombia solamente las
recuperamos en la medida en que sembremos árboles.
Ustedes saben que los chilenos producen
en una hectárea
12 metros cúbicos de madera al año, en Colombia 25
y que son incomparables las situaciones de uno y otro país
frente a los mercados. Es una tristeza que nosotros con este potencial
y no exportemos madera. Pero ahí nos van a tener que ayudar
ustedes, todos los gremios de la producción en el sector
agropecuario, a ver cómo sembramos madera en todo el país.
Yo sobre vuelo algunas regiones, otrora
agrícolas, hoy
ganaderas y uno encuentra una situación de aguas muy difícil,
una situación de suelos muy difícil, las han vuelto
simplemente sabanas, de ganadería extensiva. Un camino para
recuperar eso es convertirlos en explotaciones de silvopastoreo.
Ganadería pero con madera. Creo que con esos dos pasos que
hemos dado, no habría disculpa. Me preocupa mucho es que
todavía no se sienta un ánimo reforestador, como
se tiene que sentir en Colombia, con esos pasos. Además
ustedes saben que hace menos de dos semanas realizamos el primer
pago al primer grupo de Familias Guardabosques en Orito Putumayo.
Esos suelos, son suelos muy frágiles -qué vamos
a hablar de eso, ustedes lo saben mejor que yo-, suelos que deberían
estar en selva, como estuvieron en el pasado. Selva tupida, esa
es la entrada a la cuenca Amazónica, infortunadamente la
droga hizo mucho daño y destruyó mucha selva. Yo
creo que allí no nos podemos poner a insistir en palmitos
ni en una cosa ni en la otra, el país aplicó allí 250
mil millones (de pesos) en proyectos que no son sostenibles.
De pronto, con el curso de los años, puede haber en algunas
partes una buena respuesta en palma, una buena respuesta en caucho,
una buena respuesta en frutales amazónicos. Esos suelos
definitivamente sirven para selva o para coca y en la medida que
nosotros destruyamos la coca, como es nuestra determinación,
hay que recuperar la selva.
Lo importante es que ya hicimos el pacto
con las primeras 3 mil primeras Familias (Guardabosques) en el
Putumayo y les pagamos
el primer bimestre. Esas 3 mil Familias, en Orito, recibirán
15 mil millones (de pesos) en un año: 5 millones de pesos
por familia, por ser guardabosques. Tienen que cumplir dos obligaciones:
la obligación de mantener el área que se les asigne
en el contrato, libre de droga y la obligación de cuidar
la recuperación del bosque.
Y eso en Colombia no es difícil. Ustedes saben que en la
mayoría de las tierras del país el bosque se recupera
solito, excepción de dos o tres pedazos desérticos,
en el resto del país basta de dejar de echar rula y basta
de dejar de agroquímicos y a los dos años tienen
un rastrojo de media hacha y a los 11, 12 años está prácticamente
recuperada la selva, lo que hay que hacer es enriquecer eso con
aquellas maderas finas que no tienen recuperación espontánea.
Pero un porcentaje muy alto de esa flora se recupera espontáneamente
y esa es una gran ventaja que el país tiene que aprovechar.
Vamos a ver cómo terminamos el año con 12 mil Familias
Guardabosques, cómo promovemos eso ante la comunidad internacional,
para que se les pueda pagar año tras año.
Imaginen ustedes cualquier pueblo pobre
de Colombia, con 3 mil familias recibiendo 15 mil millones de
pesos al año, pues
se reivindica, sale adelante. Le preguntaba la semana pasada al
doctor Sabas Pretelt (Presidente de FENALCO): ¿cuánto
le queda libre para vivir, después de pagar el costo de
la mercancía, a un ventero callejero de Bogotá?,
me decía que por ahí 180, 200 mil pesos al mes. O
sea que queda mucho mejor remunerada la Familia Guardabosques con
5 millones de pesos al año, que el ventero callejero de
Bogotá. Y aquella familia del Putumayo tiene menos comodidades,
modernas, pero menos costo y de pronto hasta viven más cómodos.
Entonces, ahí tiene el país una gran posibilidad,
quería insistirles hoy a ustedes en el tema forestal. Me
parece que las decisiones del Ministerio de Agricultura y de FINAGRO,
concertadas con ustedes, son muy buenas. Ustedes saben el problema
que nosotros hemos tenido para pagar el ICR, por fortuna se tomó a
tiempo esa decisión.
Me parece que aquí queda una cosa muy clara: al grandecito,
exención tributaria; al chiquito, el subsidio directo en
dinero. Entonces, lo que es plata –que esta bastante escasa-
se le focaliza directamente al agricultor pequeño, ojalá en
grupo asociativo. Y lo que es la exención tributaria a aquellos
agricultores que por su tamaño son contribuyentes y que
realmente sienten el beneficio de la exención.
En materia tributaria ¿cuál ha sido la idea del
Gobierno? La idea del Gobierno ha sido aumentar base, no solo de
bienes y de servicios sino también de contribuyentes. La
DIAN tiene una meta muy exigente –que se la vamos a hacer
cumplir- para aumentar el número de contribuyentes. Y ustedes
saben que está definido, en la reforma tributaria, que la
totalidad de bienes y servicios de Colombia, paguen IVA con diferentes
tarifas, tarifas que van del 20, al 16, al 10, al 7 y al 2.
No es lo más técnico, muchos abogan por una tarifa
unificada, pero para vencer la resistencia colombiana a la universalización –en
este caso- de la base de bienes y servicios grabados con el IVA,
el camino fue adoptar una tarifa descendente, a medida que se aproxima
al corazón de la canasta familiar.
Y ¿qué hemos venido –también- haciendo
en materia tributaria?: eliminando los incentivos que surgieron
por presiones de grupos de interés y que no tenían
ninguna relación con el crecimiento económico e introduciendo
incentivos que sí tienen una relación para poder
estimular el crecimiento, para poder convertir en realidad las
ventajas potenciales de subsectores económicos del país.
Yo creo que eso tiene que darle, en el
mediano y plazo, un muy buen resultado a la Nación. Otros países que así lo
han hecho, obtuvieron magníficos resultados como el caso
de Malasia y nosotros no podemos ser la excepción.
Ustedes han reclamado una tasa de cambio
competitiva, una taza de interés baja en el corto plazo, yo estoy de acuerdo.
Quiero invitarlos a que tengan un dialogo permanente, no solo con
el Ministro de Agricultura (Carlos Gustavo Cano), sino con el Ministro
de Hacienda (Alberto Carrasquilla) –quien ha comprendido
esto y ayudo a este proyecto de ley- y con el Ministro de Comercio
(Jorge Humberto Botero) y con el Banco de la República.
Acompáñenme ustedes con esa interlocución
con el Banco de la República.
Yo soy partidario de tener un dólar estable, pero siempre
y cuando tengamos una tasa de cambio competitiva. Hablemos de estabilidad
a partir de tener una tasa competitiva, lo grave son esos rezagos
revaluacionistas que no permiten la competitividad de los sectores
y que finalmente terminan destruyendo la represa y causando una
gran tragedia porque la gente se confía, se endeuda afuera,
se ilusiona con las bajas tasa de interés afuera –debido
a largos periodos revaluacionistas- y cuando estalla la represa,
aparecen los quebrados.
No creo que uno pueda decir que eso lo
fija solamente el mercado, no, siempre tiene que haber el talento
detrás del mercado,
los computadores no hacen la tarea solitos, detrás de ellos
están los científicos. El mercado no puede hacer
la tarea solito ni se le puede dejar que haga la tarea solito.
Detrás del mercado tiene que estar los talentos, esa es
una cosa ideológica y práctica.
Entonces, es de gran importancia este diálogo permanente,
para que Colombia pueda tener una tasa de cambio estable, pero
siempre y cuando sea competitiva. Si no es competitiva, es muy
difícil que sea estable.
Y, lo mismo, luchar por esa tasa de interés para que sea
baja en el largo plazo. El Gobierno está haciendo todo el
esfuerzo con 6 políticas: la política de seguridad,
la política de aumento de ingresos del Estado, la política
de disminución de costos del Estado –ustedes saben
que esfuerzo se viene haciendo para poder castigar la administración
en sus costos, nosotros necesitamos desocupar las oficinas del
Ministerio de Agricultura y llevarnos a todo el mundo para el campo,
adelgacemos todas las oficinas del sector agropecuario porque lo
que necesitamos es llenar el campo-. Hay que hacer ese esfuerzo
de seguir disminuyendo los costos de la administración,
el referendo es un buen paso, eso no va a producir milagros, pero
es un paso en la dirección correcta.
El Estado Colombiano, en esta crisis fiscal,
no puede seguir derrochando recursos, no puede seguir con regímenes privilegiados de
pensiones, no puede seguir con exceso de funcionarios, no puede
seguir con empresas burocráticas a toda hora, reclamando
transferencias provenientes del presupuesto nacional. Hay que definir
en qué nos vamos a gastar la poquita platica del Estado:
si no la vamos a gastar en burocracia y clientelismo o vamos a
ser capaces de ahorrar para poder atender las necesidades de inversión
social y física.
Y está la política de reactivación económica
y la política de reactivación social.
Celebro este acuerdo particular con ustedes,
me parece que es de gran importancia, ahora esta lloviendo en
casi todo el país,
más o menos moderadamente, la época para que germinen
las planticas.
En lo de la palma hay una perspectiva muy importante: hay que
buscar la llegada del biodisel. Cuando uno ve el problema Andino,
que todo el mundo quiere producir palma, en la Comunidad, y ustedes
saben el tema de la soya con Bolivia.
El camino que le veo, en el mediano y largo
plazo, es que produzcamos biodisel, que también quedó exento en la reforma
tributaria, como quedó exenta la producción de alcohol.
Lo digo muy especialmente al oído de los buenos amigos agricultores
vallecaucanos –y ya quedó aprobado, desde el 25 de
junio el reglamento- o sea que hoy no hay disculpa, hoy lo que
hay que hacer es instalar esas destilerías y que el país
esté listo, a finales del año 2005, para poder mezclarle
a la gasolina un 10 por ciento de combustible ecológico.
Y pienso que el mismo camino lo debemos
seguir con el biodisel. En la reforma tributaria quedaron exentos
el biodisel, el alcohol
carburante y la energía eólica, que nos va a permitir
tener una gran generación en La Guajira.
Tonifiquémonos con estas cositas que se han hecho, porque
no ha sido fácil, distinguidos agricultores.
Muchas gracias a todos.
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