PUESTA
EN MARCHA DEL TRAMO DEL TREN DE CARGA
BELENCITO – BOGOTÁ
Julio
25 de 2003 (Tunja – Boyacá)
Compatriotas:
Nos alegra mucho que en esta importantísima región
de la Patria se vaya cumpliendo el sueño de la reanudación
de los ferrocarriles.
Hemos presenciado un largo y difícil proceso, que empezara
con el marchitamiento de los antiguos Ferrocarriles Nacionales,
con su quiebra, con las decisiones legales que se tramitaron en
la administración del Presidente Barco para liquidar los
anteriores y separar en dos empresas el servicio y con los esfuerzos
de las administraciones presidenciales que sucedieron al Presidente
Barco y que acaba de resumirlos el Ministro del Transporte.
Quiero agradecer los esfuerzos de todos
esos gobiernos. La Patria, como dijera el pensador inglés, es el pacto que se renueva
todos los días entre quienes se fueron, los mayores, los
que llegan y los que habrán de venir.
Para sacar adelante las grandes reivindicaciones
nacionales, tiene que haber políticas de Estado. Las vanidades de los Gobiernos
no pueden seguir conduciéndonos a afectar las políticas
de Estado. Todo aquello que tenga que tener continuidad de un Gobierno
a otro, a fin de producir éxito para Colombia, debe ser
política de Estado y respetarse como tal.
Quiero agradecer a los concesionarios por
confiar en Colombia, por ayudar a recuperarle a esta Patria sus
ilusiones, su horizonte
de desarrollo, de generación de empleo.
Quiero agradecer la colaboración que hemos recibido de
todas las instituciones públicas, de los municipios, de
las autoridades departamentales de Boyacá.
Quiero agradecer, muy especialmente, a
todo el equipo de las entidades adscritas al Ministerio de Obras
y a su titular, Andrés
Uriel Gallego Henao, por su esfuerzo y su entusiasmo.
Hace unas semanas, la Ministra de la Defensa
(Marta Lucía
Ramírez) acudió a Boyacá, a su norte, para
poner en funcionamiento el Batallón de Alta Montaña.
Nueve mil campesinos se volcaron a recibir la Fuerza Pública.
Esos municipios asolados por los grupos violentos quieren respirar
hoy un aire diferente. Los soldados campesinos, los soldados de
mi pueblo, se han instalado en esos municipios del norte de Boyacá.
Quiero agradecer el apoyo de los alcaldes,
el apoyo de la Gobernación
de Boyacá, de Miguel Angel Bermúdez, quien comprendió la
necesidad de fortalecer la Fuerza Pública y facilitaron
una contribución generosa para poder instalar el Batallón
de Alta Montaña.
Y quiero destacar el sacrificio de la Fuerza
Pública, que
tiene la responsabilidad de recuperarle la paz a Boyacá,
del Coronel Miranda, Comandante de la Policía y del señor
General Galvis.
General Galvis, usted es un ejemplo: las
veces que yo llamó a
Boyacá para presionar por recuperar el orden público,
no lo encuentro en la oficina, no lo encuentro en eventos sociales,
lo encuentro un día en Garagoa y otro día en otro
municipio del Valle de Tenza, al frente de sus soldados, tirando
línea, en la vanguardia para recuperar el orden público
de esta gran tierra.
Me toca la tarea difícil, necesaria, de llamar día
y noche, de visitar permanentemente a los Comandantes de la Fuerza
Pública, pero es justo destacar estos casos de tan positiva
contribución, de tanta abnegación, de tanto entusiasmo
también, como el que usted personifica, General Galvis.
Nuestra gratitud a usted, a todos sus oficiales y suboficiales
y a todos los soldados comprometidos en rescatar la paz para Boyacá.
Hace dos semanas pude visitar de nuevo
a Boyacá para presenciar
la firma de la reforma de la convención colectiva de trabajo
en Paz del Río. Allí se expresó un sindicalismo
que quiere abandonar la vieja actitud reivindicante, muchas veces
indolente con las empresas, comprometido en una visión moderna,
participante, empresarial.
Esa decisión de sacrificio, de asumir responsabilidades
empresariales por parte del Sindicato de Paz del Río, le
da a la empresa la garantía de su recuperación y
de su sostenibilidad.
Ese día también se protocolizó el acuerdo
para que los trabajadores pasaran de ser propietarios del 16 por
ciento al 43 por ciento en Paz del Río y avanzamos en un
acuerdo semejante con los jubilados.
Estoy seguro que si Colombia continua por
el camino de recuperar su economía, su industria de la construcción y Paz
del Río se beneficia en su productividad, en su competitividad,
en su austeridad, por los refrescantes aires de un sindicalismo
participante, con responsabilidades de liderazgo y de gerencia,
esa empresa va a dejar de ser un problema y va a volver a ser una
gran solución social para una región tan querida,
como su área de influencia con el epicentro en Duitama.
Hoy registramos este gran acontecimiento.
El Ministro me releva de dar explicaciones a todos nuestros compatriotas
sobre lo que
significa la reanudación del servicio del tren. Lo importante
es que sigamos avanzando, distinguidos concesionarios. El Gobierno
siempre está presto a ayudar en orden público, a
estimular acuerdos como los que se vienen logrando entre ustedes
y los usuarios en el Cesar y en el Magdalena y a cumplir con sus
obligaciones. Y estamos seguros que ustedes le van a dar permanentemente
a Colombia satisfacciones como ésta, al ir entregando nuevos
tramos de la línea férrea.
El pueblo de Boyacá tiene una lista, toda, de reclamos
justos sobre reivindicaciones y aspiraciones. El Gobierno está haciendo
el esfuerzo, reiterado por el Ministro, para poder avanzar en la
doble calzada. El Ministro ha anunciado que el 7 de agosto, a las
9 de la mañana, en el Altar de la Patria, allí donde
se celebró la batalla final, se firmará el otrosí.
Pero también nos ha convocado a los esfuerzos que todos
tenemos que hacer, si no hay esfuerzos de todos, nada importante
es posible.
Nos hemos comprometido todos con la doble
calzada, pero eso va a implicar ajustes en tarifas de peajes,
relocalización
de peajes y una valorización que por lo menos nos permita
compensar el valor de las fajas prediales. Con esfuerzo de todos,
sacamos ese gran propósito adelante. Y vamos a necesitar
un compromiso con mucha eficiencia de la Gobernación de
Boyacá, de la Gobernación de Cundinamarca y de los
alcaldes, para poder irles entregando oportunamente los predios
que requiere la obra a los concesionarios contratistas.
Y en medio de inmensas dificultades avanzamos
con otras obras de gran importancia en Boyacá. Por primera vez, la audiencia
pública sustituye los auxilios parlamentarios. El Director
de Planeación (Santiago Montenegro) y su equipo han venido
presidiendo en toda Colombia las audiencias con alcaldes, con comunidad,
con gobernadores, con diputados, concejales y congresistas, para
poder definir cuáles son las prioridades para invertir los
recursos asignados a cada región por el Plan de Desarrollo.
Esa es una manera difícil, pero transparente. Una manera
dispendiosa, pero democrática.
¡Qué bueno sustituir los viejos auxilios, que debajo
de los escritorios de Bogotá se surtían cambiando
partidas individuales, con riesgos de corrupción, por votos
en el Congreso, por estas audiencias públicas que son un
anticipo a la norma propuesta en el referendo, para que en adelante
en audiencia pública los colombianos definan sus presupuestos
y sus planes de desarrollo!
Y entendemos las necesidades de Boyacá. Entendemos la necesidad
de avanzar en la pavimentación de la carretera de Chiquinquirá a
Puerto Boyacá. Ahí se ha venido trabajando en algunos
tramos. Entendemos la necesidad de trabajar en las carreteras del
oriente del departamento, del norte.
Miro con preocupación a los parlamentarios, porque todos
ellos, liderados por el senador Raúl Rueda, acudieron a
mi oficina –todavía en agosto del año pasado-,
a pedir la construcción del Puente de Pinzón, en
el norte, destruido por la guerrilla. El proceso ha sido tortuoso,
lo reconozco con pena, ha sido demorado. Pero el Ministro y la
nueva Directora de Invías me confirman que ya el contratista
ha recibido el anticipo y que ya está alistando todo lo
que se requiere para empezar la iniciación de la obra.
Y estamos avanzando también en el pavimento de la carretera
santandereana pero de gran importancia para Boyacá y Cundinamarca,
conocida con el nombre de la Carretera del Carare, de Barbosa a
Vélez a Cimitarra, a buscar Puerto Araújo, donde
se confluencia con la Troncal del Magdalena.
Esa carretera es de gran importancia para
Santander, es de gran importancia para la comunicación de los Llanos Orientales
con el río Magdalena, es de gran importancia para Cundinamarca
y Boyacá, es de gran importancia para la exportación
de los carbones coquizables.
Confío que este Gobierno, que tantas
dificultades presupuestales ha tenido que encontrar, pueda avanzar
satisfactoriamente en esa
carretera. Todas esas demandas de la comunidad son justas, pero
todas requieren cambiar el modelo de Estado.
El Estado tiene que escoger si permite
que la corrupción
sea campeona o si derrotamos la corrupción para aplicar
los dineros a la inversión. El referendo es de gran importancia.
El referendo tiene una serie de normas que constituyen un buen
avance en la dirección de derrotar la politiquería
y la corrupción.
Permítanme en este punto mencionar dos: en adelante aquellos
condenados por afectar el patrimonio público, no podrán
regresar al Estado ni en calidad de nombrados ni en calidad de
elegidos ni en calidad de contratistas, directa o indirectamente.
Ahora me decía el Presidente del Senado que esta semana
ha debido posesionar 15 suplentes. Con las suplencias, que se han
utilizado para negociados políticos, muchas veces con objetivos
de corrupción, que se han utilizado para saquear el erario
público a través de lo que se ha llamado el carrusel
pensional, se desvirtúa permanentemente la orientación
que los electores quisieron darle al Congreso.
El Congreso de la República nos aprobó el referendo,
la Corte Constitucional eliminó unos puntos, pero ha mantenido
la exequibilidad de un articulado que es fundamental y ese articulado
incluye la eliminación de las suplencias para cortar definitivamente
esa fuente de corrupción en las costumbres de la política.
Boyacá, como todos los Departamentos, tiene que sufragar
unos costos altos para sostener las contralorías. Invito
a todos los colombianos a apoyar el referendo y a apoyar normas
como esa. Al eliminar las contralorías, ese dinero se va
a aplicar a financiar la educación, que es la primera necesidad
para construir una sociedad con equidad.
Además, vamos a avanzar en el referendo para acabar con
la corrupción de las regalías nacionales. Que se
dediquen en un 56 por ciento a la educación, en un 34 por
ciento al saneamiento básico, a los acueductos, a los sistemas
de tratamiento de aguas residuales, al pago de las pensiones territoriales,
a la recuperación de los ríos Magdalena y Cauca.
Que el país no siga despilfarrando regalías nacionales
y para completar eso, esta semana radicará el Gobierno un
proyecto de reforma constitucional de un solo artículo,
para definir algo semejante en las regalías territoriales,
para que no se las sigan robando en Arauca ni en otros sitios del
territorio nacional, para que esas regalías se apliquen
a reivindicar definitivamente las comunidades.
Hay sacrificios en el referendo: se pide
congelar los salarios del Estado, no del sector privado. Los
salarios del Estado por
2 ó 4 años y también las pensiones. Aquellos
medianos, entre 2 y 25 salarios mínimos, se congelan por
dos años, salarios y pensiones. Salarios y pensiones por
debajo de dos salarios mínimos legales, no se congelan.
Es una congelación relativa, porque cada año se ajusta
el salario mínimo, entonces en el segundo año se
descongela parte con el ajuste del salario mínimo.
Y para los altos salarios y las altas pensiones,
salarios del Congreso, de los magistrados de las altas cortes,
del Presidente
de la República, la congelación es por 4 años,
para poder dar ejemplo desde las posiciones más elevadas
del Estado.
Ese es un paso necesario. Con unas finanzas
públicas en
banca rota, sin sacrificios en el Estado no será posible
que Colombia recupere un ritmo importante de inversión en
lo social y en lo físico.
Escojamos: o hacemos inversión con la platica del Estado
y financiamos educación o seguimos en la actitud de que
esa platica sea devorada por la corrupción, por la politiquería,
por la indolencia de la alta burocracia. Ese es un reto al cual
los convoca el referendo.
Quiero invitar a los maestros de mi Patria a reflexionar sobre
el referendo.
Este Gobierno destaca el gran espíritu de concertación
con el magisterio. Logramos tranquilamente, en el Senado y en la
Cámara, aprobar la reforma al régimen de jubilaciones
del magisterio, un paso que se hizo sin mucha notoriedad, sin mucha
divulgación en los medios de comunicación, pero profundamente
positivo para la Patria.
Los maestros ayudaron, hicieron sacrificios,
todos se comprometieron aumentar las cotizaciones. Los nuevos,
a que no los cobije un régimen
privilegiado de pensiones, a que se tengan que someter a la ley
general de las pensiones.
Pues bien, quiero llamar a los maestros,
invitarlos a una actitud muy constructiva para el referendo,
porque la congelación
de sueldos y pensiones –que a muchos de ellos los va afectar
por 2 años- es para bien del magisterio. Ese dinero del
ahorro va exactamente al Fondo de Pensiones del magisterio, que
está muy desfinanciado. Entonces, ese sacrificio de los
maestros va ayudar a garantizar el pago de sus pensiones.
Y quiero llamar también a los trabajadores del sector salud,
del sector público de la salud, ese sacrificio que van a
hacer, con esa congelación durante 2 años, va a permitir
que el ahorro se lleve a los fondos pensionales del sector salud
para contribuir a pagarles su pensión.
Y el referendo elimina las pensiones privilegiadas, ¡qué bueno!
Qué bueno que en adelante no haya regímenes privilegiados
de pensiones. Es una vergüenza o que el Congreso tenga ese
privilegio o que lo tenga Ecopetrol o que lo tenga Telecom o que
lo tengan los ex presidentes de la República.
El año entrante en agosto se acaban
las reservas del Seguro Social, tendremos que hacer enormes esfuerzos
para pagarles a los
jubilados del Seguro Social.
La Patria tiene un millón de jubilados,
el Seguro Social casi 500 mil. El 86 por ciento de esos jubilados,
son jubilados
con pensiones muy bajas. El 14 por ciento que tiene las pensiones
altas, se lleva un porcentaje muy alto de todo lo que paga el Estado.
Es justo lo que propone el referendo: eliminemos
los regímenes
privilegiados de pensiones. Que el Congreso dé ejemplo,
que todos se sometan al régimen ordinario de pensiones.
Si el referendo se aprueba, seré el primer ex presidente
de Colombia que al culminar la Presidencia, tendrá que someterse
al régimen ordinario de pensiones. Es justo que un país
que tiene serias dificultades para pagar las pensiones de los pobres,
tome la responsable decisión de eliminar los regímenes
privilegiados de pensiones.
En fin. Habrá muchas oportunidades para seguir exponiendo
a ustedes las razones por las cuales invitamos a todos los compatriotas
a participar en el referendo y a votarlo positivamente, con una
advertencia: el Gobierno no hará campaña política,
simplemente hará campaña pedagógica. Una campaña
pedagógica profundamente respetuosa de las voces contrarias.
¿Por qué? Es la primera vez que se aplica la institución
del referendo, consagrada en nuestra carta constitucional de 1991.
Es lógico que el Gobierno que lo ha propuesto lo defienda
ante el pueblo, pero también es necesario que el Gobierno
lo defienda con ecuanimidad, con argumentos, sin politiquería,
para que la Patria, en lugar de polarizarse por el referendo, salga
de la convocatoria electoral del referendo más a unida,
porque a la Patria hay que unirla, a fin de que la Patria salga
adelante.
Si manejamos este referendo bien, si lo
aclimatamos con argumentos, en la conciencia de los colombianos,
estaremos sentando un buen
precedente para aquellos referendos que habrá de convocarse
en el futuro.
Un buen número de compatriotas ha estado preocupado por
la situación fiscal de la Nación. Quiero, desde esta
Estación del Ferrocarril, que hoy reanuda sus servicios
en Tunja, dar tranquilidad a mis compatriotas. En el manejo económico,
la prioridad del Gobierno es dar confianza a quienes quieren invertir
en Colombia y a quienes necesitan trabajar en Colombia.
Confianza, tiene que seguir siendo nuestro
norte. Esa confianza surge de un Estado cuyos gobiernos procedan
con honradez, esa confianza
surge de que tengamos éxito en la seguridad, señores
General Galvis y Coronel Miranda. Esa confianza surge del buen
manejo de la economía. Confianza es la prioridad en el manejo
de la economía.
Nosotros no queremos, después de todas las reformas fiscales
introducidas el año pasado, mantener al país en un
camino de permanentes cambios tributarios. Hay que escoger: o le
damos señales de confianza, permitiendo horizontes de reglas
de juego de largo plazo, al sector privado, para que él
contribuya más eficazmente al crecimiento de la economía
o nos asustamos por todo tropiezo fiscal y ante a todo tropiezo
fiscal proponemos una nueva reforma tributaria.
Lo segundo no es nuestro camino. Y lo digo
con la autoridad moral de haberle pedido a los colombianos, a
través de leyes aprobadas
por el Congreso y de un decreto de conmoción, un sacrificio
sin antecedentes. Cuando yo digo: no más reformas tributarias,
es porque hemos hecho un gran esfuerzo en el último año.
El Gobierno aprobó la reforma pensional y la reforma laboral
y la reforma tributaria y los contribuyentes colombianos pagaron
2 billones 426 mil millones de pesos del impuesto para la Seguridad
Democrática.
Está previsto en la Ley aprobada, que el primero de enero
se suben las cotizaciones pensionales. Y está previsto en
la ley aprobada, que el primero de enero del 2005, se le impone
un IVA moderado del 2 por ciento a todos los bienes y servicios
y que además aquel IVA que se aprobó del 7 por ciento,
subirá al 10. Ese es un enorme sacrificio para todos los
colombianos.
¿Cómo vamos a enfrentar esta situación fiscal?:
primero, con más crecimiento de la economía. Los
cálculos de recaudo para el año entrante están
cimentados en un estimativo de crecimiento económico del
2 por ciento. Le pido hoy al sector privado seguir el ejemplo de
estos concesionarios, confiar más en Colombia, invertir
más en Colombia porque lo que definitivamente resuelve los
problemas fiscales y de endeudamiento en el largo plazo, es la
combinación de un sostenido y fuerte crecimiento de la economía
y de un manejo transparente y austero por parte del Estado. Eso
es lo primero.
No crezcamos al 2, crezcamos más. No nos desanimemos en
este segundo semestre, animémonos más, invirtamos
más. Esta semana me daban la buena noticia de que gracias
a la seguridad, al buen ánimo de los colombianos y a los
estímulos de la reforma tributaria, el país ya va
a empezar la construcción de 11 hoteles grandes en diferentes
regiones.
Y los Gobernadores de Boyacá y Cundinamarca me han contado
cómo en la pequeña hotelería de la región
se nota un gran dinamismo de nuevas inversiones y cómo esa
seguridad y esos estímulos tributarios le han recobrado
todo el vigor al turismo en la región y todas las posibilidades
a la inversión. Pues bien, es lo que hay que hacer. Es lo
que hay que hacer, invertir, poner a crecer esta economía.
Tenemos dificultades con la leche, que
tanto me reclaman en Boyacá,
a pesar de que tenemos suspendidas las importaciones desde septiembre
y octubre del año pasado, todavía el precio sigue
muy bajo. No le ha ido muy mal a los paperos en este Gobierno.
Hoy hay 100 mil hectáreas de maíz tecnificado sembradas
en Colombia, un crecimiento de 40 mil hectáreas en un año.
Y esa cosecha de maíz, gracias a la tasa de cambio y a los
acuerdos de cadena, se le va a comprar a los campesinos a 160 dólares
la tonelada, un precio que por lo menos ya los invita a trabajar,
no va a ser una frustración. Ahí se empieza a recoger
el algodón del Tolima, con mejores precios, mejores productividades,
con un exitoso ensayo de semillas transgénicas.
Ayer me confirmaban los palmicultores que
no van a sembrar este año 11 mil hectáreas, sino 20 mil. Animados por la
ley que nos aprobó el Congreso en el último período,
que le da una exención tributaria a los cultivos de tardío
rendimiento, como la palma africana, el caucho, los frutales. Ya
en algunos sectores del país aparecen fogoncitos muy importantes
de reforestadotes, aprovechar la gran ventaja maderera, ventaja
potencial que hay que convertir en realidad que tiene la reforestación
comercial de la Patria.
Los vallecaucanos ya están comprando en el Brasil la maquinaria
para producir alcohol carburante, a fin de mezclarle un 10 por
ciento a la gasolina, gracias a que tenemos aprobada la exención
tributaria y la Organización Mundial de Comercio ya nos
ha aprobado el reglamento.
Y el Ministro de Agricultura (Carlos Gustavo
Cano), en compañía
del Ministro de Minas (Luis Ernesto Mejía), está trabajando
para ver cómo unimos a los cañicultores de la Hoya
del río Suárez, con inversionistas privados, para
poder instalar las plantas de destilerías de alcoholes.
Lo mismo en la ladera cundinamarquesa, donde esperamos haya un
gran aporte de la Gobernación de Cundinamarca.
En medio de tantas dificultades hay síntomas alentadores,
vamos a seguir trabajando, no nos dejemos empanicar por ese hueco
fiscal, ahí lo vamos superando. A medida que el Estado derrote
corrupción y politiquería, introduzca austeridad
y que el sector privado confíe e invierta más, ahí lo
vamos superando.
Y miren esto: el año pasado le propusimos a la DIAN y quedó en
la ley, la meta de un recaudo adicional este año por el
solo concepto de control de la evasión, de un billón.
Lo va a cumplir. Entonces le hemos propuesto para el año
entrante la meta de otro billón y le vamos a dar todos los
instrumentos legales para controlar la evasión.
Anuncio hoy en Boyacá que una reforma legal que se presentará en
los próximos días al Congreso, va con unos artículos
esenciales: los artículos que proponen cárcel a los
evasores, que van a ayudar a derrotar la evasión.
Y este Gobierno se ha propuesto pasar de
600 mil contribuyentes de renta a 2 millones, este año
lo debemos terminar con 800 mil, a la fecha ya se han incorporado
40 mil nuevos contribuyentes.
Eso todo nos tiene que ayudar a resolver el problema fiscal.
Además, todas las entidades contribuyentes al presupuesto
público no nos pueden seguir rebajando sus contribuciones.
Aspiro que haya unas muy positivas decisiones a ese respecto en
las conversaciones que se llevan a cabo entre el Ministro de Hacienda
(Alberto Carrasquilla) y la Junta del Banco de la República.
Y además tenemos que hacer un esfuerzo en pensiones. Ahí sí vamos
a proponer un esfuerzo tributario.
El país con un millón de pensionados, con 70 mil
nuevos pensionados cada año, con unas obligaciones del Estado
que el año entrante van a valer casi 10 billones de pesos –mientras
las transferencias a los departamentos y a los municipios valen
14 billones el año entrante, los pagos de la Nación
por concepto de pensionados, sin incluir las cotizaciones del Seguro
Social, solamente pagos del presupuesto público, valdrán
el año entrante 9 billones 800 mil millones-, esa es una
suma muy considerable.
Por eso vamos a necesitar un impuesto a
las pensiones, que se empiece a cobrar una vez termine la congelación. Pero si
lo definimos en este período en la ley, con parámetros
de equidad, eso le va a dar mucha tranquilidad a la marcha de la
economía nacional y mucha confianza a los mercados nacionales
e internacionales.
A todos mi inmensa gratitud. Señores concesionarios,
ustedes le dan un motivo de alegría al pueblo colombiano,
que arranque el ferrocarril y mis especiales felicitaciones al
pueblo de Boyacá y
al pueblo de Cundinamarca.
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