INCORPORACIÓN
DE SOLDADOS CAMPESINOS
Junio
16 de 2003 ( Guasca – Cundinamarca)
Compatriotas:
Cómo nos emociona el acto que presenciamos en este mediodía,
en este histórico municipio de Guasca, situado aquí y
reconocido por todos los colombianos como un paraje bello, de tierras
fértiles, de gentes honradas, patriotas y laboriosas.
Cuando recorría las calles y tenía la oportunidad
de estrechar la mano de los niños, de saludar a las profesoras
y a los profesores, a los directivos de los planteles, a la comunidad
en general, pasaba por mi mente una buena cantidad de preguntas
y de reflexiones.
Le pregunté a una de las profesoras: ¿cuántos
niños hay aquí en los planteles educativos? y me
contestó: 3 mil. Automáticamente me pregunté: ¿cómo
les vamos a garantizar educación y cómo les vamos
a garantizar empleo?
Y lo fui asociando todo con los Soldados
de Mi Pueblo y a través
de remitir mis pensamientos a los Soldados de Mi Pueblo, fui encontrando
respuestas a esos interrogantes.
Estos soldados, hijos todos de esta tierra,
han jurado hoy –después
de un intenso entrenamiento- ofrendar todos los sacrificios necesarios
para cuidar a Guasca, como lo acaba de decir quien, en nombre de
todos ellos, ha dirigido la palabra.
¡Qué bueno que sean los hijos de las familias del
pueblo, los que en el momento de prestar su servicio militar lo
hagan acá mismo, para hacerlo con amor agigantado, con el
mismo amor por Colombia con que lo tiene que hacer todo soldado
de la Patria y con un amor especial porque cada uno siente que
está cuidando a su propia familia, a la familia del vecindario
que lo vio crecer, a sus compañeros del colegio, a sus profesores,
al de la salsamentaria, al concejal, al servidor público,
al párroco, al del Banco Agrario, al comerciante, al agricultor!
Esto es, a toda la comunidad del entorno.
Estos soldados van a cuidar para que se
pueda alejar de Guasca toda amenaza terrorista. La inversión y el empleo se han
afectado mucho, a los empresarios les da temor invertir porque
cuando se empieza una inversión, inmediatamente llega el
riesgo de un secuestro.
Ustedes, Soldados de Mi Pueblo, con su
vigilancia para que por aquí no merodeen secuestradores ni terroristas, van a garantizar
la inversión. Si crece la inversión, si se aumenta
la agricultura, si los invernaderos crecen y no solamente se utilizan
para flores sino también para producir comida intensivamente
y destinarla a los mercados de exportación, pues vamos encontrando
fuentes de empleo, de desarrollo, de ingreso, de bienestar, para
esta comunidad que se ha sentido empobrecida en los últimos
años.
Y con esa seguridad tiene que aparecer
la respuesta de fuentes de empleo para esos 3 mil jóvenes que hoy asisten como estudiantes
a los establecimientos educativos locales y que mañana o
pasado mañana, cuando hayan terminado sus estudios, van
a demandar empleo y oportunidades de bienestar.
Estos soldados van a cuidar la seguridad
integral, estoy absolutamente convencido que esta acción –que es punto esencial
de la estrategia de Seguridad Democrática- va a despertar
en ustedes mucho más civismo, porque ustedes, a medida que
se involucren como guardianes de la seguridad, profundamente con
cada una de las células de la comunidad de Guasca, van a
asumir la responsabilidad de cuidar el orden público y de
cuidar el orden social.
Ustedes, cuidando el orden público, van a sentir en cada
uno el despertar de una gran inclinación, de una total voluntad,
para cuidar el civismo, para vigilar que los servicios públicos
estén bien, que se amplíen, que se presten correctamente
para ser voceros en favor de las entidades educativas.
Mañana, dentro de unos meses, cuando hayan terminado la
prestación de este servicio, ustedes van a decirse a cada
uno, que jamás terminarán la prestación del
servicio cívico.
A través del servicio como Soldados de Mi Pueblo, estamos
garantizando a Guasca mejor seguridad para que haya inversión
y empleo y estamos garantizando un grupo de ciudadanos ejemplares,
de futuros servidores públicos, que dedicarán toda
su vida a servir con civismo, con transparencia a la comunidad.
Estoy seguro que con estos contingentes
de soldados, así como
hoy empezamos a desterrar el terrorismo, mañana vamos a
desterrar la corrupción. Ustedes, como Soldados de mi Pueblo,
tienen que ejercer un gran magisterio, para que en ninguna parte
haya corrupción. Tienen que estimular a los concejales,
a los alcaldes, a todos los funcionarios, para que todos cumplamos
bien, transparentemente, con nuestros deberes.
Cuando ustedes devuelvan los uniformes
de la República,
entreguen las armas que hoy les entrega la República, van
a decir que jamás van a entregar su compromiso de participar
y de vigilar.
Este contingente de Soldados de Mi Pueblo,
es un contingente transitorio en favor de la seguridad y es un
grupo permanente en favor del
civismo, en favor de construcción de capital social, en
favor de la solidaridad. Porque ustedes serán los vigías
permanentes para que en este pueblo no haya corrupción,
para que en este pueblo la administración sea eficaz, la
administración sea realizadora.
Son múltiples las ganancias que obtiene la comunidad con
el grupo de Soldados de Mi Pueblo. ¡Qué bueno, señor
Gobernador (Álvaro Cruz), que podamos decir hoy a los colombianos
que esta gran tierra cundinamarquesa queda con 59 municipios atendidos
por grupos de Soldados de Mi Pueblo!
¡Qué bueno saber, señor Gobernador, que estamos
respondiendo al clamor del pueblo cundinamarqués para organizar
la estrategia de Seguridad Democrática y proponernos, de
una vez por todas, derrotar la violencia que lo único que
ha traído es alejamiento de la inversión, luto, miseria,
falta de oportunidades para los colombianos!
Quiero agradecer profundamente a los padres
de familia de estos Soldados de Mi Pueblo. Nos dan a todos los
papás, dan a
todas las mamás de la nueva generación de colombianos,
un ejemplo.
Quiero que todos los colombianos a esta
hora, cuando en centenares de municipios se instalan los contingentes
de Soldados de Mi Pueblo,
hagamos sentir un fervoroso aplauso a los papás y a las
mamás de quienes hoy, empezando como Soldados de Mi Pueblo,
nos proveerán una mejor seguridad.
Y pongo a estos 36 muchachos de Guasca, que integran el contingente
de Soldados de Mi Pueblo, como un gran ejemplo a los ojos de toda
la juventud colombiana.
¡Estos muchachos no se han dejado tentar por el vicio! ¡Estos
muchachos no han permitido ser atraídos por la pereza! ¡Estos
muchachos no se han dejado ilusionar por los grupos violentos! ¡Estos
muchachos han rechazado la droga! ¡Estos muchachos han abrazado
las armas de la República, han jurado defender su bandera
hasta con el último de sus sacrificios, han empezado a arriesgar
su vida, todo por la ilusión de servir bien a Colombia!
¡El ejemplo de ustedes, Soldados de Mi Pueblo de Guasca,
nos obliga a administrar bien a Colombia, nos obliga a derrotar
la politiquería y la corrupción!
¡El ejemplo de ustedes nos obliga
a cambiar la manera de administrar a Colombia!
¡El ejemplo de ustedes nos obliga a tener un país
sin droga, a tener un país sin corrupción, a tener
un país sin despilfarro, a construir un país donde
no haya auxilios parlamentarios, donde no haya politiquería,
a construir un país donde el gobierno sea austero, donde
no permitamos que las empresas del Estado mal manejadas derrochen
la plata, a construir el país que pueda atender el clamor
del centro de salud, del régimen subsidiado, al clamor de
la educación, al clamor de la agricultura, al clamor de
la equidad!
¡Ustedes, son un paso hacia la seguridad y su ejemplo es
un punto de referencia para que Colombia dé todos los pasos
que necesite dar en favor del buen Gobierno, en favor de la transparencia,
en favor de la construcción de la equidad!
Señor Alcalde: agradezco inmensamente
la acogida de este gran pueblo de Guasca, por su conducto saludo
a todos los concejales,
saludo a toda la comunidad y queremos que este pueblo sea un ejemplo
de progreso para Colombia.
En los próximos días, en esta región de Cundinamarca,
haremos un nuevo Consejo Comunitario para examinar con el señor
Gobernador, con ustedes los alcaldes, cómo va la integración
con el Gobierno Nacional y para buscar sin promesas, pero laborando
en la construcción de compromisos, cómo atendemos
mejor necesidades como las que usted ha expresado. He tomado atenta
nota de ellas y vamos a buscar cómo damos algunas respuestas
a las peticiones por usted presentadas.
Agradezco a todos los Soldados y Policías de Colombia este
esfuerzo. Agradezco a los suboficiales y a los oficiales su sacrificio.
Agradezco a los señores comandantes de brigada, al señor
general Bedoya, comandante de la Brigada Décima Tercera.
Agradezco a los coroneles comandantes de los grupos especiales
que están en Cundinamarca. Agradezco al señor general
Castellanos, comandante de la División a la cual corresponde
Cundinamarca. Agradezco a la Policía de Cundinamarca. Agradezco
a la Policía a la cual corresponde el Distrito de Guasca.
Agradezco a los comandantes de la Policía, al señor
general José Darío Castro Cabrera, segundo comandante
de la Policía, todo el esfuerzo.
Compatriotas: nosotros no reconocemos a
los violentos como combatientes, simplemente son bandoleros y
terroristas. Si no que lo digan los
hechos del último año: no enfrentan al Ejército
ni a la Policía, se dedican simplemente a instalar a la
mansalva minas quiebrapatas, a dejar a nuestros soldados y a nuestros
policías lisiados, a proceder con acciones terroristas.
Y los vamos a combatir hasta derrotarlos
con la Constitución
en la mano. No los reconocemos como combatientes, los señalamos
como terroristas, pero los vamos a combatir con los derechos humanos
para honra del Ejército y para honra de la Policía
de Colombia.
¡Porque este desafío lo vamos a ganar! No lo vamos
a ganar como lo ganaron en otras partes, violando los derechos
humanos. Aquí lo vamos a ganar con toda la contundencia
y con toda la transparencia.
Y quiero agradecer muy especialmente a
los altos mandos militares, al comandante del Ejército,
el general Carlos Ospina Ovalle, este gran esfuerzo por la Patria
entera, al comandante de las Fuerzas
Militares, el general Jorge Enrique Mora Rangel: a ellos nuestra
gratitud por su esfuerzo de cumplirle bien a Colombia para derrotar
el terrorismo.
Y quiero agradecer muy especialmente la
dedicación, el
celo profesional, la diligencia patriótica de la Ministra
de la Defensa (Marta Lucía Ramírez), que nos da con
su patriotismo buen ejemplo, diariamente, a todos los colombianos
y que enaltece la mujer de mi Patria.
En el último año se han retirado de los grupos violentos
1.600 personas, aproximadamente. Todos los días hay retiros,
quiero llamar a quienes equivocadamente hacen parte de los grupos
violentos para que abandonen esos grupos.
Llevan 50 años en esos grupos y uno les pregunta: ¿usted
por qué entró a la guerrilla? Que: ‘para mejorar
el acueducto de mi pueblo’. Se han empeorado los acueductos.
Y uno les pregunta: ¿usted para qué entró a
la guerrilla? ‘Entré a la guerrilla porque quería
mejorar mi país’. Y en vez de mejorarlo, se ha desmejorado.
Y uno les pregunta: ¿usted por qué entró a
la guerrilla? ‘Porque me reclutaron a la fuerza’. Y
esos que lo reclutaron a la fuerza, lo llevaron por un mal camino
y no hicieron sino traer tristeza a la familia del reclutado.
Y uno les pregunta: ¿usted por qué entró a
la guerrilla? ‘Porque me dijeron que me iban a pagar muy
bien’. Y toda esa plata del narcotráfico, mal habida,
se la llevan los comandantes de esos grupos y los humildes integrantes
de esos grupos tienen que vivir en las peores condiciones.
Vamos, pues, a lograr que abandonen esos
grupos la mayor cantidad posible de sus integrantes. Y los estamos
recibiendo de corazón.
El Gobierno tiene la voluntad de dar a ellos todas las garantías,
queremos que ellos regresen a vivir dentro de la Constitución,
a reintegrarse a la sociedad.
Llamo nuevamente a las Farc para que haga
un replanteamiento, para que revisen y definan quiénes van a continuar eternamente
como matones profesionales y quiénes están interesados
en una solución política, para lo cual el Gobierno
está listo.
Soldados y Policías De Mi Patria, Soldados de Mi Pueblo,
suboficiales y oficiales, altos mandos, compatriotas todos: Colombia
lleva 50 años con este problema, que no es un conflicto
sino un desafío terrorista, que no es un problema de combatientes
sino de agresión del terrorismo contra la ciudadanía
y contra las instituciones.
¡Este Gobierno no ha llegado para darle mantenimiento a
este problema sino para resolverlo! ¡Llegó la hora
de derrotar al terrorismo o que haya deserciones masivas y los
acogemos fraternamente o que haya diálogos y acuerdos con
sectores que tengan voluntad política y les garantizamos
todos los derechos o que fundamentalmente, nuestra férrea
voluntad de cambiar el destino de la Patria, se traduzca en un
resultado!
¡Esta no es la hora de administrar
el conflicto, que se ha llamado, esta es la hora de definir de
una vez por todas, para
bien de Colombia, su futuro!
¡Esta es la hora de derrotar el terrorismo
para que por los campos de Colombia solamente pueda campear el
trabajo honrado,
la iniciativa campesina y empresarial y el florecimiento de oportunidades
para todos nuestros compatriotas!
Este es mi llamado a esta querida población de Guasca,
a toda la ciudadanía de Cundinamarca y este es nuestro compromiso,
Soldados de Mi Pueblo, de este contingente que desde hoy sirve
a esta gran tierra histórica de Guasca.
¡Adelante! El cuentico ese de que este conflicto va a durar
eternamente es un puro cuento, para ustedes y para mí, ha
llegado el momento de derrotar definitivamente el terrorismo por
el bien de Colombia, que hoy con las armas de la República
en sus manos, se siente más libre, se siente más
segura y ve que el bienestar está más cercano.
Muchas gracias y muchos éxitos. Que dentro de un año
se vea más actividad económica en toda esta tierra
de Guasca gracias a su exitosa y meritoria tarea, Soldados de Mi
Pueblo.
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