LA
DECISIÓN DEL GOBIERNO COLOMBIANO SOBRE IRAQ
Marzo
20 de 2003 (Bogotá- Cundinamarca)
Compatriotas:
El Gobierno ha apoyado públicamente el uso de la fuerza
en Iraq para desarmar dicho régimen y evitar que sus armas
de destrucción masiva continúen como una amenaza
contra la humanidad y su propio pueblo, que ha sido víctima
de crímenes horrendos cometidos por sus autoridades. El
mundo todavía recuerda las fotografías de las madres
de Halabja, muertas abrazadas a sus hijos en un último intento
de protección, todos ellos asfixiados por los gases venenosos
de Sadam Hussein y su persecución contra su pueblo.
La acción internacional debe proteger a los civiles y respetar
los derechos democráticos del pueblo de Iraq.
Hacemos parte de la coalición con países como Estados
Unidos, España, Inglaterra, Italia, Dinamarca, Holanda,
Nicaragua, El Salvador y Bolivia. Muchos de estos pueblos, como
el colombiano, han sufrido el terrorismo y saben, como nosotros,
que este flagelo, el terrorismo, tiene que ser obligado a desintegrarse
para que podamos vivir tranquilamente.
Desde 1990, el Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas, del cual ha hecho parte Colombia en varias ocasiones,
ha emitido resoluciones
para obligar a Iraq a destruir las armas letales, ha señalado
al Gobierno de este país de ocultar la verdad y algunas
de esas resoluciones han autorizado la acción militar por
los incumplimientos.
Colombia ha pedido al mundo apoyo para
derrotar el terrorismo y no puede negarse a apoyar la derrota
del terrorismo dondequiera
que este se exprese. Hemos reclamado la solidaridad del mundo para
evitar el sufrimiento del terrorismo y tenemos que ser solidarios
con el mundo para que el terrorismo no siga sembrado la muerte
aquí y allá, en las Torres Gemelas de Nueva York,
en las calles de Gran Bretaña, en las ciudades españolas,
en el Club El Nogal, en Cúcuta, Neiva, anoche en el humilde
municipio de Ricaurte, Nariño o como casi que a diario,
en Arauca.
No podemos permitir ni el terrorismo de
Estado ni el terrorismo de grupos armados de cualquier denominación. Nuestro Gobierno
está comprometido con la lucha contra el terrorismo hasta
lograr su desintegración y con el rescate total de los derechos
humanos, como lo exige la dignidad de nuestra democracia pluralista
y su respetabilidad internacional, que es nuestra defensa contra
intervenciones unilaterales de cualquier origen.
El terrorismo internacional como el local,
aprovecha el tratamiento benevolente y la extensión de los plazos para avanzar en
sus designios criminales. Por eso el diálogo, cuyas puertas
mantenemos abiertas, tiene que adelantarse con cese de hostilidades
e intención sincera de paz.
Los violentos en Colombia saben que con
nosotros pueden negociar en cinco minutos, que somos gentes de
honor dispuestos a brindarles
todas las garantías ciudadanas. También los violentos
deben saber, como dijo una señora de Pereira, que este Gobierno
tiene la determinación de “obtener la paz a las buenas
o a las malas”.
Es la única manera de evitar que nuestros civiles, policías
y militares sigan siendo asesinados por el terrorismo o mutilados
como el Teniente Elber Alfonso Rodríguez Moreno, quien perdió las
dos piernas y un ojo, un brazo y otro le quedó bastante
afectado por minas antipersonales en los Montes de María.
No podemos permitir que el terrorismo siga asesinando y mutilando
a nuestros compatriotas.
Nos vamos a sacudir la trampa: mientras
los terroristas de aquí han
avanzado con droga, secuestros, armas y tecnología destructora,
engañan a analistas de buena fe y buscan siniestras alianzas,
nosotros no podemos permanecer en la duda, la indefinición,
la debilidad disfrazada de juridicidad, que nos han impedido contar
con aliados eficaces contra el terrorismo.
Al participar Colombia en esta coalición contra el terrorismo,
fortalece su posición internacional para conseguir aliados
que nos ayuden a derrotar el terrorismo interno.
También hemos aprendido, que la cooperación internacional
que requerimos no se puede quedar en el discurso, tiene que basarse
en apoyo político, buenos oficios y además, en acción
militar efectiva.
Nuestra determinación contra el terrorismo dará confianza
a la inversión para que florezca el empleo.
Nos duelen las víctimas del terrorismo en nuestro suelo
y en otros países.
Compatriotas: para pedir solidaridad, debemos ser solidarios.
Buenas noches.
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