75
AÑOS DE LA CAMARA DE COMERCIO DE BOGOTÁ
Marzo
5 de 2003 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
La verdad es que esta bellísima reunión es un escenario
importantísimo para examinar con ustedes la marcha de la
Nación, pero tengo que llegar a confesar que acudo a este
encuentro con ustedes bastante golpeado por las noticias de Cúcuta.
El último informe indica que hay seis personas fallecidas
y 68 heridos.
Nos ha golpeado nuevamente el terrorismo,
allí se han hecho
todos los esfuerzos para capturar terroristas. Desde diciembre
habíamos logrado frenar estos actos terroristas, estamos
fumigando en la zona del Catatumbo y la decisión es erradicar
de allí hasta la última mata de cultivos ilícitos.
Acabo de hablar con el señor General Teodoro Ocampo (director
de la Policía Nacional) y se ha tomado la decisión
de que el comandante operativo de la Policía Nacional, el
señor general Luis Alfredo Rodríguez, se ponga al
frente, en el sitio, personalmente, de la tarea de derrotar el
terrorismo en Cúcuta y en Norte de Santander.
Tenemos informes de que en algunos estamentos
oficiales hay seria presencia del terrorismo, estamos advertidos
y hay que sacarlos
de allí. La Policía esta adelantando la investigación
interna y hará toda la depuración que se requiera
en Cúcuta y en Norte de Santander.
El señor Fiscal General de la Nación (Luis Camilo
Osorio) está haciendo lo propio, porque lo que no podemos
permitir es que mientras a la gente de Cúcuta el terrorismo
la asesina y la hiere, haya razones de algunos para decir que hay
fiscales que se han nombrado por presiones del clientelismo y que
están al servicio del Eln. Eso hay que depurarlo y echarlos
de la Fiscalía y meterlos a la cárcel.
Y lo que no podemos permitir y lo tiene
que corregir la Policía
y lo tenemos que corregir nosotros en el Gobierno, es que mientras
a la gente de Cúcuta la asesinan, la vuelven víctima
del terrorismo, haya falta de eficiencia en la Fuerza Pública.
Por eso se ha tomado esta decisión por el señor General
Teodoro Ocampo, revisaremos nuevamente el tema del Ejército
en Cúcuta y aspiramos, rápidamente, que el DAS nos
entregue mejores resultados, que quede plenamente reorganizada
la Policía en esa ciudad.
He tenido la oportunidad de hablar con
el señor Fiscal,
en quien hemos encontrado un gran coequipero en la lucha contra
el terrorismo, una gran decisión y me ha expresado su determinación
de tomar todas las decisiones, por rigurosas que sean, para poder
depurar la Fiscalía en Cúcuta y poner la Fiscalía
como tiene que ponerse la Policía, el Ejército, el
DAS, sin vacilaciones al servicio de la tarea de derrotar el terrorismo.
A esto se le suma lo siguiente, distinguidos
empresarios: ayer, tres jóvenes soldados de la Patria, Emilio Cudris Castillo,
Pedro Antonio Reyes y Fabio Castañeda, adelantaban un operativo
para rescatar a un conciudadano de las garras del secuestro, murieron
destrozados por minas antipersonales sembradas por los secuestradores.
Antes de ayer, el joven teniente Elver
Rodríguez perdió sus
miembros inferiores y el cabo Camilo Daza sufrió quemaduras
en el rostro. El Teniente ha estado debatiéndose entre la
vida y la muerte.
Los soldados Héctor Fabio Vallejo y Bonis López
Jiménez, se recuperan de heridas de esquirlas de minas terroristas.
Esa es la realidad y la tragedia del mal llamado conflicto colombiano.
Esto no lo podemos llamar más conflicto, no lo podemos
llamar más conflicto en lo interno y en lo internacional.
Esta es una agresión terrorista de un puñado de delincuentes
contra 42 millones de ciudadanos honestos, laboriosos, todos con
un noble sentimiento de Patria. Las cosas hay que llamarlas por
su nombre, estos señores no son insurgentes, sino terroristas.
Estos no son constitutivos de violencia política, sino terrorismo.
Y esto no es un conflicto, sino una agresión terrorista.
Y el único camino es derrotarlo.
Yo se a que le están jugando: ya no enfrentan el Ejército,
saben que los estamos derrotando en su estrategia de destruir las
poblaciones, que les hemos quitado ventaja en su estrategia de
obstaculizar la economía a través de la parálisis
de las carreteras, saben –como lo decía el General
Gil, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, hace una
hora- que la Fuerza Pública de Colombia nunca había
estado más retada ni más exigida, como también
lo indica la cantidad de víctimas por minas terroristas
que ha tenido que pagar la Fuerza Pública para poder mantener
su capacidad de lucha.
Saben estos terroristas que estamos dispuestos
a derrotarlos en todos los frentes, entonces no les queda más que refugiarse
en la manera cobarde de las minas antipersonales y de la alevosía
terrorista: un día en Neiva, otro día en el Club
el Nogal, otro día en Cúcuta.
Esto nos duele profundamente, pero también nos tonifica.
Ante este escenario tan importante de la Cámara de Comercio
de Bogotá, quiero llamar a mis compatriotas para que no
cedamos ante el terrorismo.
¡El terrorismo quiere poner al país de rodillas,
como lo puso en el pasado y ahora lo que tenemos que hacer es que
un país erguido y de pie, se proponga luchar hasta sepultar
al último de los terroristas!
Esto va a ser sin leguleyismo, esto va
a ser sin dudas, esto va a ser con una sola decisión:
la derrota del terrorismo.
Que no vayan a pensar que Colombia rápidamente va a decir: ‘el
camino no es el de la autoridad, el camino es el del diálogo
y el de la complacencia’. ¡De ninguna manera!
Vengan, sobrevengan los actos terroristas con los cuales nos quieran
maltratar, el camino es uno: el de la autoridad, el de la derrota
del terrorismo.
Porque el terrorismo lo manejan como una
expresión estratégica
recurrente, cuando el Estado y la sociedad ceden, entonces los
terroristas se apaciguan en apariencia para ganar estratégicamente
de las debilidades de los gobiernos y de la sociedad.
Y cuando han tomado suficiente fuerza en
esos retiros estratégicos,
vuelven a golpear con toda la alevosía y con toda la sevicia.
El país no puede caer más en esa trampa, ahora el
camino es uno derrotarlo. Y los vamos a derrotar con toda la firmeza
y de la mano de los derechos humanos.
En las horas de la mañana de hoy, cuando recibíamos
la noticia de Cúcuta, cuando la señora Ministra de
la Defensa (Marta Lucía Ramírez) empezaba a recorrer
el departamento de Cundinamarca para entregar a las poblaciones
los primeros contingentes de soldados campesinos que desde hoy
entran a reforzar la Seguridad Democrática, también
firmábamos un acuerdo de la Vicepresidencia con la OEA para
avanzar en los compromisos del país contra las minas terroristas
y en la asistencia a los lisiados por las minas terroristas.
Esta política la vamos a sustentar: primero, en la resistencia
del pueblo colombiano inquebrantable. Segundo, en el sacrificio
creciente de la Fuerza Pública para dar esfuerzo, para dar
resultados. Tercero, en la determinación total del Gobierno
de no ablandar la determinación y de no perder el buen juicio.
Cuarto, en la universalidad de esta política que es lo que
le da su connotación democrática para servir a todos
los colombianos. Y quinto, en el ajuste de esta política
a los derechos humanos.
¡Que nadie en los Estados Unidos, que nadie en Europa, que
nadie en el vecindario, vuelva a tratar como héroes o como
Robin Hood a estos terroristas!
En las últimas semanas hemos capturado varios que se refugian
en Venezuela y digo tranquilamente a mis compatriotas, al hermano
pueblo de Venezuela y a la comunidad latinoamericana, que estamos
dispuestos a traer los terroristas que maltratan al pueblo de Colombia
de Venezuela o del sitio donde estén escondidos.
Confió que el acto de la semana anterior, que gracias a
la inteligencia colombiana y a la cooperación de las autoridades
de Venezuela, permitió la captura de cuatro terroristas
de las FARC que estaban próximos a activar un carro-tanque
con 1.500 kilos de dinamita para destruir el puente fronterizo
de Arauca, confió que esos actos de cooperación se
repitan diariamente.
Tres determinaciones: proceder con toda solidaridad con el pueblo
de Venezuela y con todo respeto por el Gobierno de Venezuela.
Segunda determinación: sacar a los
terroristas de Colombia donde quiera que se refugien.
Y tercera determinación: buscar, en lo posible, la cooperación
de todos los gobiernos democráticos para que estos terroristas
en ningún país democrático encuentren refugio,
porque sabemos que han engañado al pueblo y al gobierno
de Venezuela, que se hacen pasar allí como buenos ciudadanos,
se esconden al otro lado de la frontera y vienen a producir sus
acciones terroristas en Cúcuta.
Estamos dispuestos a no abandonar el camino
del derecho, de la prudencia en las relaciones internacionales –que ha hecho
parte de la tradición de la política internacional
de Colombia-, pero también estamos dispuestos a asumir con
una voluntad de hierro, sin antecedentes, la determinación
de sacar estos terroristas de cualquier país donde quieran
esconderse, de cualquier país donde ellos presuman que los
están protegiendo.
Quiero saludar a la Cámara de Comercio de Bogotá.
Quería que hoy nos hubiéramos ahorrado este capítulo
del terrorismo, quería llegar aquí solamente a felicitar
a la Cámara de Comercio de Bogotá, a su gran presidenta
ejecutiva, la doctora María Fernanda, a su Junta Directiva,
a todos sus afiliados por la enorme tarea cívica que hacen
por esta gran ciudad y a favor de todo el país. Infortunadamente,
esto hechos terroristas nos vuelven a poner en la tarea de ser
recurrentes en el tema, porque nos va a tocar hacer una pedagogía
diaria sobre el significado de estas acciones.
El pueblo colombiano tiene que saber que
cuando uno pretende, como lo dijera el Presidente Kennedy en
su discurso de posesión: “cabalgar
en las ancas de un tigre termina devorado por ese tigre”.
Los países que crean que se salvan de los terroristas colombianos
porque los refugian terminan de víctimas de esos terroristas.
El país que pretenda ser refugio de terroristas colombianos
para congraciarse con ellos, esta condenado a terminar de víctima
de esos terroristas.
Con los terroristas ocurre, lo que ocurre
con la fiera carnívora:
cuando uno se acerca a ofrecerle una lechuguita, la fiera recibe
la lechuga el primer día, puede que el segundo, pero el
tercer día se reencuentra con su feracidad y devora a quien
amablemente se acerca con la lechuga. Que no caigamos más
en las trampas del terrorismo.
Me había invitado la señora Presidente Ejecutiva
a que hiciéramos de esta reunión un conversatorio
con ustedes. Lleguemos allá, simplemente para ubicar en
algún marco, no rigurosamente el que debamos seguir esta
tarde, déjenme recordar que el Gobierno trabaja tres temas
básicos y seis políticas.
Los temas básicos son el tema de la seguridad, el tema
de la derrota de la corrupción y de la politiquería
y el tema del mejoramiento social y económico.
Hay seis políticas: la de seguridad democrática,
la disminución de costos del Estado, la de incremento de
ingresos del Estado, la profunda reforma del Estado donde entra
el referendo, la política de reactivación económica
y la política de reactivación social.
Por supuesto todas tienen que ser concurrentes,
como variables condiciones para producir un resultado en la variable
consecuencia
que es el empleo, en lo cual el ministro Juan Luis Londoño
y ustedes habían dado pasos ejemplarizantes para el país
entero.
Al agradecerles nuevamente este espacio
y felicitarlos por todo lo que vienen haciendo por esta gran
ciudad de Bogotá y
por el país entero, les ofrezco la palabra para que esta
reunión la podamos guiar por las inquietudes de ustedes,
y le pido a la doctora María Fernanda que ella sea quien
nos coordine este conversa torio y si les parece bien yo trato
de recoger grupitos de cinco inquietudes.
Muchas gracias a todos.
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