ENCUENTRO NACIONAL DE PROFESIONALES
OFICIALES DE LA RESERVA
Octubre 13 de 2003 (Bogotá - Cundinamarca)
Compatriotas:
Me emociona mucho esta reunión, nos compromete más
y más con Colombia.
Este lunes festivo de la Raza ha sido grato,
he tenido hoy muchas satisfacciones. Encontrarme en el Sur de
Bolívar con una
población y unos alcaldes dispuestos a derrotar a los terroristas
y a acompañar las fuerzas institucionales de la Nación.
Y unos programas sociales que avanzan allí, eficazmente,
para contribuir a la derrota de la droga. Y ahora entro a este
histórico salón del Club Militar y encuentro esta
pléyade de compatriotas que tantas ilusiones generan.
Hace algunos meses, un analista internacional
me decía: ‘Presidente, ¿pero
qué va a hacer usted si Colombia está por un despeñadero
y va quedar en manos del terrorismo y el narcotráfico?’ Ojalá ese
analista viera esta reunión y el ambiente que se respira
en la Patria, para que dé cuenta de una Nación que
todavía tiene que llorar hechos luctuosos, pero como dijeron
los bogotanos que se volcaron a las calles después del carrobomba
del Nogal, ‘nunca se rinde’.
La presencia de ustedes hoy en Bogota y
la presencia permanente en todas las ciudades de Colombia, dan
una señal inequívoca:
Colombia está en camino de su plena recuperación
institucional, de recobrar en su exacta dimensión el sentido
del orden. Ahora los que van por el despeñadero, por el
abismo de su destrucción, son el terrorismo apoyado en el
narcotráfico.
Agradezco a la Ministra (de Defensa, Marta
Lucía Ramírez)
su sensibilidad y su buen juicio para escucharlos y acoger sus
inquietudes y a los Altos Mandos toda la disposición de
absorber inquietudes provenientes de ustedes para ampliar y mejorar
su tarea.
El Presidente del Senado (Germán Vargas), comprometido
en la tarea de la recuperación institucional, nos estaba
comentando a la Ministra y a mí sobre tres proyectos. Un
proyecto para que la reglamentación en el uso de las armas,
en la tenencia y en el porte de las armas, sea una reglamentación
para desarmar el terrorismo y a sus secuaces, pero no para dejar
a las Reservas con las manos cruzadas. Lo apoyamos plenamente,
ustedes han ganado el derecho de portar estos uniformes y ese derecho
los habilita para, también, asumir la bella responsabilidad
de portar las armas de la República.
Y me han comentado el Presidente del Senado
y la Ministra sobre el proyecto para que se permita el ascenso
a quienes están
cautivos por el terrorismo, proyecto que no debería discutirse,
darle aprobación con la rapidez con que se pueda. Y el tercero,
para establecer con claridad el fuero disciplinario. Tema de gran
importancia.
En las circunstancias de la Colombia de
hoy vuelve a cobrar plena vigencia, la Fuerza Pública de mi Patria ha sido abnegada,
siempre sometida al imperio de la Constitución y de la Ley,
obediente de los gobiernos civiles, sumisa ante los resultados
de la democracia. ¡Jamás hemos visto a la Fuerza Pública
manipulando, frustrando, determinando la democracia, pero siempre
la hemos visto defendiendo la democracia!
Hasta hace poco, una Nación vecina, dedicaba la mitad de
sus recursos de regalías para gastos de reserva de la Fuerza
Pública. Colombia jamás ha visto estas prerrogativas.
Nuestra Fuerza Pública ha estado siempre con los libros
sobre la mesa, sometida al escrutinio de los jueces, de la opinión
nacional e internacional.
Conocimos ejércitos en países vecinos, que se dieron
toda clase de licencias para desconocer los derechos humanos, con
el pretexto de derrotar el terrorismo. Poco dijo el mundo sobre
ellos. Por épocas los aplaudieron con frenesí. Todo
lo opuesto ha sucedido acá.
Mientras aquellos enfrentaron unas guerrillas
ideológicas,
mendicantes, que vivían por el entusiasmo de sus convicciones
y solamente disponían de recursos pecuniarios que les llegaban
como donaciones del extranjero, el Ejército y la Fuerza
Pública de nuestra Patria han tenido que enfrentar el más
temible terrorismo de que da cuenta el mundo contemporáneo.
Las cifras son elocuentes. Aquí llegamos a tener cerca de
40 mil terroristas, los del IRA se contaron en pocas docenas y
en los dedos de la mano los terroristas del País Vasco,
los terroristas de la ETA española.
Mientras las otras guerrillas latinoamericanas
procedieron llenas de ideología, lo que les ha permitido, por ejemplo, ser
una opción política en El Salvador y en la misma
Nicaragua, la nuestra hace años degeneró en puro
terrorismo, es multimillonaria por la droga, no tiene ningún
límite, es una combinación de la soberbia del dinero
mal habido y de la presunción anímica de tener poder
militar. La más tenebrosa es la nuestra. Y ha sido éste
el Ejército más criticado en el mundo en su deber
de enfrentarla.
Pero nos honra este recorrido de la Fuerza
Pública de la
Patria, por eso defendemos la Fuerza Pública de la Patria
ante propios y extraños, en cualquier esquina, en cualquier
auditorio. Esta es un Fuerza Pública abnegada, enfrentada
a un desafío: derrotar el terrorismo limpiamente, para que
quienes encarnan las instituciones de la República puedan
mirar con la conciencia tranquila, a la frente y a los ojos de
los observadores del mundo y expresar: en Colombia estamos derrotando
el terrorismo y lo estamos haciendo transparentemente.
Cuando así se procede, cuando ese es el designio de la
tropa, cuando no se vacila en castigar a aquel que viole los preceptos
jurídicos, morales y éticos de las Fuerzas, entonces
hay merecimientos para hacer clarificaciones. Esta bien que la
legislación internacional por nosotros adoptada, los cambios
introducidos al Código Penal Militar, exijan todo el rigor
procesal para examinar, enjuiciar y calificar conductas delictuales
de la Fuerza Pública. No nos hemos opuesto a ello. El país
permanentemente ha actualizado su legislación.
Está bien y lo hemos aceptado desde hace rato, que la justicia
ordinaria juzgue violaciones a los derechos humanos por parte de
la Fuerza Pública, que esté siempre presente la Procuraduría,
pero aquello que sí debe aclararse en la ley, es que la
parte operativa la maneja la Fuerza Pública, es que la parte
operativa la estudia la Fuerza Pública en sus escuelas,
la practica en el campo, de acuerdo con los resultados reexamina
la teoría, antes de aplicarla de nuevo y son los propios
comandantes y sus instituciones especiales, los únicos con
competencia para definir si los operativos, desde el punto de vista
estratégico y táctico, han sido acertados o desacertados.
Por eso, con el clima de respeto que debo
crear para que haya armonía entre todas las instituciones, nos proponemos hablar
constructiva y patrióticamente con el Procurador (Edgardo
Maya) para pedirle un reexamen de decisiones en esta materia. No
nos oponemos a que la Procuraduría opine, pero en materia
operativa, la decisión final la tienen que tomar los tribunales
operativos de la Fuerza Pública y eso debe quedar absolutamente
claro en la ley colombiana.
Así como con solidaridad democrática la Fuerza ha
aceptado que la legislación se actualice para someter las
conductas de sus integrantes, violatorias de derechos humanos,
a la jurisdicción ordinaria, también el país
y todas las instituciones tienen que entender el justo reclamo
de la Fuerza para que las definiciones en materia táctica
y estratégica correspondan de manera exclusiva a sus jerarquías.
El segundo tema es, cómo vamos a mejorar la reserva. ¡Qué bueno
ver esta abultada y calificada reunión, pero queremos que
sean tantos en Colombia que todavía no se haya construido
el salón que los albergue! Necesitamos, Ministra y muy distinguidos
comandantes, darle un gran impulso a la reserva, multiplicarla
por un número grande.
Y cuánto me gusta haber escuchado los objetivos que nos
ha propuesto el Mayor Segura: neutralizar la guerra política,
lo sabemos, pero ahora no me voy a dejar tentar del diablillo de
la fogosidad, porque todo lo dicho frente a algunas instituciones,
está dicho.
El segundo objetivo: cerrar filas para
la política de Seguridad
Democrática. ¡Qué bueno! El Embajador de los
Estados Unidos (William Wood) nos acompañó hoy a
Santa Rosa y le decía: Embajador ¿conoce usted un
país en el mundo que, sufriendo este desafío terrorista,
permita el ejercicio de las libertades políticas que hoy
se practican en Colombia?, ¿dígame qué país
en el mundo, enfrentando 40 mil terroristas, permite que a toda
hora, en la televisión, en las emisoras, en la prensa, salga
propaganda contra el Gobierno y sus propuestas, en muchas ocasiones
desfigurando la verdad? Le dije: Embajador y le agrego que a mí eso
no me incomoda porque a mí lo que me gusta es el permanente
debate democrático, porque Colombia necesita derrotar el
terrorismo y meterle infusiones de vapor al debate democrático
constructivo.
Le decía: “a ver, Embajador, pregúntele a
los candidatos de la oposición si hay alguno que pueda levantar
la mano y decir que no está recibiendo la protección
diligente de la Fuerza Pública”. Eso honra a Colombia,
eso solamente, solamente eso, justifica esta política de
Seguridad Democrática, que es para todos los colombianos,
excepción hecha del terrorismo, porque es contra ellos.
¡Qué bueno, Mayor Segura, que el tercer objetivo
de ustedes sea apoyar a los soldados campesinos, expandir esa acción!
Tenemos, entre infantes y soldados, 439 municipios, pero los reclaman
en toda la Patria.
Y viene una preocupación en la cual ustedes nos tienen
que ayudar: cuando un muchacho, soldado o infante campesino, termine
su período, no puede cesar en sus obligaciones con Colombia.
Tenemos que prepararlos para que puedan entrar a las universidades,
para que puedan estudiar en la Policía o en otra institución
de la Fuerza Pública, para que, en el peor de los casos,
se conviertan en tecnólogos, para darles todas las oportunidades
a través del SENA y para que sigan dirigiendo en sus pueblos
la organización ciudadana de informantes, en apoyo activo
a la Fuerza Pública.
Que no se nos vayan venciendo los períodos de permanencia
de estos muchachos en la Fuerza, sin desarrollar este programa
mínimo. Y en eso, la tarea de ustedes es muy importante.
Sugeriría a la Ministra, al General Mora y a los Altos Mandos,
que se organizara un grupo de la Reserva, que sea el grupo tutor
de los Soldados Campesinos en tales municipios, otro grupo tutor
de los Soldados Campesinos en tal otro municipio. Que ese grupo
tutor esté supervisándolos, aconsejándoles,
ayudándoles y ayudándonos a bosquejarles el futuro.
Que, dentro de poco, podamos reunirnos
y saber que los Infantes Campesinos de los Montes de María tienen a estos oficiales
y suboficiales de la reserva como tutores. Que los de Cundinamarca
tienen este grupo de tutores, que los del sur de Bolívar
tienen este grupo de tutores y para no diluir la responsabilidad,
que cada grupo tenga un oficial de la reserva comandante, para
garantizar los resultados de ese grupo.
Qué bueno la sincera preocupación de ustedes por
la desmovilización. Nosotros queremos derrotar el terrorismo
y hay que hacerlo, a las buenas o a las malas. La decisión
es total, no tiene reversa: una Patria sin terroristas, a las buenas
o a las malas. Todos los que quieran rectificar son bienvenidos.
Así como los tenemos que combatir con toda la determinación
mientras persistan en sus acciones contra la Nación, también
los tenemos que acoger con toda la generosidad cuando rectifiquen.
La Ministra tiene la expectativa de que
terminaremos el año
mínimo con 3 mil desmovilizados. Hasta hace dos semanas
llevábamos 2.300, cuando el M - 19 se desmovilizó,
no se desmovilizaron más de 800 hombres en armas. Esto indica
el tamaño del programa de desmovilización.
Y me gusta coincidir con ustedes en la
apreciación de que
hay que apoyar a estos compatriotas. Hay una diferencia: nosotros,
por ejemplo, estamos derrotando el terrorismo por responsabilidades
con Colombia, no por vanidades de poder. Cuando esta tarea de adelanta
con responsabilidad patriótica, hay firmeza para combatirlos
y corazón para albergarlos. Lejos de nosotros está el
destello de vanidad de querer mostrar a estos compatriotas en piyamas
de rayas, en cárceles subterráneas y detrás
de las barras. No. Los que rectifiquen, que sean acogidos generosamente
por el pleno de los ciudadanos de Colombia.
¿Cómo nos pueden ayudar ustedes en esta tarea? Esa
tarea es difícil. La Ministra y el Ministro del Interior
(Fernando Londoño) han hecho un gran esfuerzo, pero todos
los días hay un problema y va a haber más.
Es que imagínense ustedes hoy albergar 2.300 y apenas eso
vaya creciendo. Entonces es una tarea muy difícil, un tarea
difícil en el albergue, difícil muchas veces en la
atención de salud. Difícil porque muchos llegan con
la señora o con hijitos, porque muchas mujeres se ha reinsertado
en estado de embarazo. Difícil porque hay que tener mucha
paciencia para poder rehabilitarlos sicológicamente. Difícil
porque hay que inducirlos a que estudien y hay que abrirles las
posibilidades. Y difícil porque hay que estabilizarlos en
un oficio noble, en un trabajo productivo.
¡Qué bueno que grupos de ustedes, organizadamente
nos acompañen en esa tarea!
Y qué bueno que ustedes impulsen
las redes de informantes. Necesitamos en toda Colombia. Necesitamos
hacerlo y la tarea de
ustedes es bien importante.
Muchas gracias y ahora quisiera escucharlos a
ustedes.
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