CELEBRACIÓN DE LOS 26 AÑOS
DE LA TERTULIA DE LOS MARTES
Octubre 14 de 2003 (Barranquilla - Atlántico)
Compatriotas:
Yo no se si a todos los oradores pequeños les ocurre lo
que a mi: siento inmensa dificultad de hablar estando sentado.
En alguna ocasión, en algún debate, cuando solamente
me iba a levantar, alguien me dijo: ‘pero no se enoje, no
se enoje’.
¡Qué bueno regresar esta noche a la Tertulia! ¡26
años de construcción de democracia! Unas felicitaciones
desde el fondo del alma, por esta persistencia en la tarea más
noble de la Patria: construir democracia.
Y qué bueno hacerlo como Presidente en ejercicio, cuando
todavía quedan unos meses de día y unos meses de
noche para trabajar intensamente por Colombia.
Creo que es mejor acudir a la Tertulia
en ejercicio, que en condición
de ex Presidente, porque temo que esos diálogos, ya en condición
de ex Presidente, dan más oportunidad para agitar la nostalgia,
que para aplicar las ideas. Por eso aprecio mucho esta oportunidad
y me gusta mucho venir a esta tierra, una tierra del igualitarismo.
Nada que iguale más a la sociedad colombiana que el Carnaval,
que sus comparsas.
En esta tierra de paz, no creo que haya
un símbolo más
bello para Colombia que la Batalla de Flores, ahora tan necesaria
en el recuerdo y en la reflexión, como quiera que el año
pasado celebramos el primer centenario del final de la Guerra de
los Mil Días.
Este año se celebró el primer centenario de la Batalla
de las Flores, cuando en esta ciudad se dijo: ‘las únicas
batallas que aceptamos en el futuro, a fin de cancelar la Guerra
de los Mil Días y todas las guerras, son las Batallas de
Flores’ y ahora cuando nos aprestamos el 3 de noviembre a
celebrar el primer centenario de la Independencia de Panamá.
Esta ciudad se me parece también mucho al pensamiento del
orden del Presidente Núñez. Eduardo Posada, intelectual,
excelencia, oriundo de esta tierra, ha expresado que la gran reserva
de la Patria contra la violencia es el Caribe, no sólo alrededor
de puntos de referencia tan importantes como el Presidente Núñez,
sino alrededor de la misma alegría caribe. En la alegría
caribe, la espontaneidad caribe, todo demuestra una gran actitud
de rechazo al desorden y de rechazo a la violencia. Esta ciudad
es importante en todas las dimensiones y en todos los aspectos
y la Tertulia es uno de sus sellos esenciales.
Colombia necesita apagar los fusiles, derrotar
a los terroristas e incentivar la democracia. Aquí requerimos más y
más debate, más debate creativo, más deliberación
constructiva, más estudio de los problemas nacionales y
más análisis público de los problemas y de
las soluciones. A eso ha contribuido y tiene que seguir contribuyendo
enormemente la Tertulia.
Yo creo profundamente en el disenso. Diría que la posibilidad
de disentir es el gran elemento diferenciador de la democracia,
del Estado contemporáneo de derecho.
Todas las otras características que en la evolución
del Estado fueron configurando una u otra forma y finalmente al
Estado de Derecho y que quisieron distinguirlo de las otras modalidades
de Estado, están rebasadas por la circunstancia de la aceptación
universal del Estado de Derecho.
La única característica que diferencia un Estado
de Derecho verdadero, de otro aparentemente y de otras formas de
Estado, es la posibilidad del debate. Pero para que ese debate
sea constructivo, pródigo en soluciones, ese debate tiene
que ser solidario. Es inescapable a las sociedades modernas el
debate, la única manera de resolver lo otro que es inescapable,
el conflicto. Sociedades diversas, con creciente interdependencia,
están sometidas permanentemente al conflicto, que deviene
en proposiciones creativas para las comunidades, cuando ese conflicto
se debate fraternamente.
En esta vieja y larga amistad con Armando Benedetti (padre), nos
ha caracterizado el disenso que muchas de mi actuaciones y proposiciones
le han generado y yo lo he recibido bien, con fraternidad y con
respeto.
Ahora cuando me recibió allí en la mesa histórica
de los 26 años, me hizo el inmenso honor de entregarme este
mazo. Tuve algún rubor de permitir que la cámaras
fotográficas lo registraran en mis manos, pero superemos
ese rubor, me voy a llevar este mazo para tenerlo por ahí cerca
de mis ojos.
Hace pocos días fue Roberto Pombo a la Presidencia de la
República a hacerme una entrevista y me dijo: ‘¿dónde
se sienta usted, Presidente?’ Le dije: en cualquier silla,
Roberto, esto es furtivo, esta responsabilidad es pasajera, hay
que vivirla intensamente y aquí no se puede apegar uno ni
de las sillas.
En esa oficina hoy hay cuatro retratos:
el del General Nariño
en frente del escritorio de la Presidencia y yo lo miro y me refiero
a él, en mi interior y en mis tertulias, diciendo: los derechos
del hombre al servicio de la virtud.
En un costado está el General Santander: la ley al servicio
de la virtud. Justamente en la parte de atrás del escritorio,
el General Bolívar: la espada al servicio de la virtud.
Y en el costado derecho, el General Uribe Uribe: la virtud de
carne y hueso. Y voy a agregar este mazo para recordar: el orden
al servicio de la virtud.
Hay dos maneras de buscar el orden: con
los terroristas, a las buenas o las malas. Con mis compatriotas:
con persuasión,
argumentos, cariño infinito por esta tierra colombiana y
por todos ustedes.
Abra la tertulia, doctor Armando y usted
maneja el mazo aquí,
porque en otras partes yo lo manejo con los generales.
Muchas gracias.
|