CONSEJO
COMUNAL DE GOBIERNO # 40
Septiembre 13 de 2003 (Palmira – Valle del Cauca)
Querida comunidad:
Es muy grato regresar hoy a esta tierra
vallecaucana, tiene un no sé qué. Cuando el avión va aproximándose
a Cali y a Palmira y uno puede atisbar a través de los vidriecitos
estos paisajes vallecaucanos, va surgiendo una energía especial.
Yo creo que nadie puede quejarse de tener
que venir a trabajar un poquito al Valle del Cauca, así sea sábado o domingo
o en la noche o festivo, porque venir al Valle del Cauca siempre
es motivo de alegría, siempre es venir a recargar las pilas.
Aquí todo es emocionante. Ese himno: ¡salve Valle
del Cauca, mi tierra! Uno piensa allí cuánto tiene
que hacer el Valle del Cauca para ayudar a salvar a Colombia, nuestra
tierra.
Quiero, pues, darles un saludo lleno de
afecto y expresarles la alegría que sentimos cada vez que pisamos esta tierra y
me complace mucho que podamos tener este nuevo Consejo Comunitario,
ahora que nos aproximamos al final del período del Gobernador,
de las alcaldesas y de los alcaldes. Quiero expresar mi testimonio
de gratitud, de felicitación a todos ellos.
Gobernador, usted es un patriota, con razón este pueblo
lo ha distinguido en tantas ocasiones. Por usted en toda Colombia
se siente afecto, respeto, usted ha inspirado la confianza de los
colombianos por su transparencia en la conducción de Cali
y del Valle del Cauca en momentos tan difíciles.
Alcalde, me complace mucho llegar a su
tierra. He tenido la oportunidad de ser distinguido con su amistad
y su confianza hace muchos años,
sé de su afecto por esta tierra, por sus conciudadanos,
de su devoción, de su patriotismo, de su transparencia.
Y quiero saludar a todas las alcaldesas
y a todos los alcaldes. Compartir con ellos en este período
de Gobierno ha sido muy grato, en medio de tantas dificultades,
habiendo podido dar
tan poquitas respuestas, pero esto no se logra sino con trabajo
permanente para sortear dificultades.
Quiero agradecer la presencia del profesor
Malcom Deas. Es difícil
encontrar un ciudadano de la comunidad internacional que más
haya querido a Colombia, que más le haya ayudado, que más
la haya estudiado.
En ocasiones ha sido su voz solitaria,
desde la trinchera de la Universidad de Oxford –donde es profesor titular-, la única
que se ha escuchado en Europa para defender a Colombia, para mostrar
los esfuerzos de Colombia y las posibilidades de Colombia. Muchas
gracias, profesor, entendemos que su presencia hoy aquí es
una muestra más de su devoción por estos compatriotas
nuestros.
REFERENDO
Déjenme gastar unos minutos para hablar del referendo porque
voy a tener que apelar a pedir una reflexión muy profunda
de todos los colombianos sobre el tema.
Si el referendo naufraga, nos naufraga
buena parte de la gobernabilidad, nos naufraga la posibilidad
de avanzar hacia la solución
de los problemas fiscales de la Nación, nos naufraga la
posibilidad de darle sostenibilidad a la política de Seguridad
Democrática, que tiene logros pero a la que le falta mucho
más. Nos naufraga la posibilidad de tener recursos para
lo social.
Ayer, desde Bucaramanga, hice un llamado
a todos los candidatos a las alcaldías, a las gobernaciones, para que piensen en
el referendo. Ellos van a encontrar unas situaciones generalmente
precarias en los departamentos y en los municipios. El referendo
les ayuda a liberar recursos de la burocracia, del clientelismo,
de los gastos de funcionamiento, para que puedan hacer inversión
social.
Si el referendo se aprueba, los nuevos
alcaldes y los nuevos gobernadores, en su segundo año, van a tener unas posibilidades de recursos
de inversión social que no han tenido quienes ahora están
terminando su período como gobernadores, como alcaldesas
o como alcaldes.
Congelar esos gastos de funcionamiento
dos años, es bajar
la base de gastos de funcionamiento con una proyección de
muy largo plazo, lo que permitirá dedicar esa diferencia –la
suma en la cual se bajan los gastos de funcionamiento- a lo social,
a educación y salud.
Todos los días se reclama inversión social y es
justo que se reclame, pero es como el que quiere comer arepitas
o hacer tortillas. El que quiere hacer tortillas tiene que ir al
gallinero, traer los huevitos, quebrarlos, batirlos y hacer la
tortilla. El que quiere hacer arepas, tiene que tener la roza de
maíz, cultivarla, tiene que ir a comprarlo, venir, alzarlo,
cocinarlo, si ya lo encontró sin afrecho, si las quiere
afrechudas, mantenerlo con afrecho, hacer todo ese proceso de pilarlo
y enseguida graduarle la candela.
Todo exige esfuerzo. Si no hacemos este
esfuerzo de control de gastos de funcionamiento, ¿con qué vamos a producir
las tortillas de la inversión social?
Entonces, yo si quiero llamar la atención de mis compatriotas
para esta reflexión: he de ver a los alcaldes y a los gobernadores
elegidos, después del 26 de octubre, por los despachos del
Gobierno Nacional, pidiendo apoyo, y con justa razón. Y
si no se aprueba el referendo, ¿en qué quedan las
arcas del Gobierno Nacional?
Unas arcas bien afectadas por los problemas
que conocemos, convalecientes, tratando de sacarlas adelante.
Entonces, aquí hay que resolver
contradicciones porque aparece un estudio y dice: ‘no hay
inversión social. Falta mucha, tienen razón.
Entonces, uno pide plata y dicen: ‘eso es populismo, mal
manejo fiscal. Dice uno: cambien la cartilla del Banco de la República, ‘qué horror,
van a asustar a los mercados internacionales’.
Busca uno un dos por ciento de IVA para
poder hacer inversión
social: ‘eso es antisocial, túmbenlo’. Congelemos
gastos de funcionamiento para hacer inversión social: ‘¡cómo
se les ocurre¡’. Entonces, ¿en dónde
está el maíz para hacer las arepitas?, ¿en
dónde están los huevos para hacer las tortillas?
Todo el mundo reclama inversión social, pero se cierran
todas las puertas. Eso es imposible.
En ese tema tan discutido de la congelación de gastos de
funcionamiento, permítanme –desde esta hospitalaria
ciudad de Palmira-, hacerle este mensaje a todos los vallecaucanos:
eso no ha sido caprichoso.
Nosotros encontramos un déficit muy alto. Las cuentas las
van armando. A uno le dicen: ‘sí, el déficit
de la Nación es de seis por ciento pero usted lo puede rebajar
con las utilidades de Telecom’, ¿cuáles? ‘Del
Seguro Social’, ¿cuáles? ‘De Ecopetrol’,
si las hay.
Lo primero que tuvo que hacer este Gobierno
fue pedirle al Congreso una adición presupuestal por 500 mil millones de pesos para
pagar tarjas, pérdidas del mal manejo del Seguro Social.
Esa platica habría quedado mejor, por ahí, arreglando
los problemas de seguridad social a las madres comunitarias o avanzando
en programas de vivienda social en Palmira o resolviendo tantos
problemas sociales. Pero nos tocó. El déficit es
del 6 por ciento.
A mí me dieron una formulita, que no la quise aceptar. ‘No
Presidente –me dijeron cuando todavía no me había
posesionado-, simplemente una reforma tributaria, póngale
16 por ciento de IVA a la educación, a la salud, a los servicios
públicos, a todo’. Y dijimos: ¡cómo,
de ninguna manera!
Se aprobó una reforma tributaria mucho más suave
por el Congreso, que ahora tuvo este traspiés en la Corte,
en uno de los puntos y que vamos a tener que buscar alternativas.
Fue un buen paso, pero no suficiente.
Derramamos el impuesto a la Seguridad Democrática, lo pagaron
los más pudientes. Nos ayudó a financiar la seguridad
el año pasado, este año y queda un poquito para contribuir
en el año entrante.
Hicimos la reforma pensional, un esfuerzo,
no suficiente. Estamos haciendo la reforma administrativa, los
alcaldes y gobernadores
se han aplicado a la Ley 617 y saben lo desgastante que es. Ahora
lo estamos haciendo en la Nación, con todas las dificultades,
pero con toda la decisión. Ahora entramos al Congreso la
Ley Antievasión. Se ha venido haciendo un gran esfuerzo
en esa materia. Se aprobó la ley de responsabilidad fiscal.
Todo eso se ha hecho, pero no es suficiente.
Porque encontramos adicionalmente un problema muy grave: cuando
el Estado tiene déficit
pero el endeudamiento es bajito, pues uno lo va llevando ahí,
endeudándose más. Pero aquí encontramos un
alto déficit y un alto endeudamiento.
Logramos recuperar confianza en los mercados
internacionales, hemos logrado sortear este año el problema de la deuda externa.
Ningún país del Continente ha recibido este año
una suma tan crecida de desembolsos de parte de los bancos internacionales.
Nos esperan años muy difíciles. La concentración
de obligaciones de deuda para el año 2005 es inmensamente
grande. Ahí la estamos trabajando para ver cómo la
sorteamos. Hay que darle confianza a los mercados y a los bancos
internacionales para poder reciclar ese servicio de deuda del año
2005. Vienen unos años muy difíciles.
Todos esos esfuerzos se están haciendo, pero no son suficientes.
Entonces aparece el referendo. Tuvimos que introducir ahí lo
de congelación de gastos.
Primero: congela gastos, no inversión social. Nosotros
no vamos a disminuir a los departamentos ni a los municipios los
recursos de educación y de salud, eso no se disminuye. Y
lo quiero decir muy especialmente al oído de las organizaciones
sindicales y de profesores.
Se congela por parte de gobernadores y
alcaldes los gastos de funcionamiento. ¿Y esa platica ahora alcaldes y gobernadores
la llevan a dónde? La llevan a los fondos de pensiones territoriales,
de pensiones de los maestros y de pensiones de la salud.
Entonces hay una queja allí: se congelan salarios. Parte
sí. ¿Cuáles no se congelan?: no se congelan
los del sector privado ni se congelan aquellos salarios del sector
público que estén por debajo de dos salarios mínimos.
Me ha dicho: ‘¿pero quién garantiza que el
sector privado no siga el ejemplo y congele?’. Quiero anunciar
hoy desde Palmira, a todos mis compatriotas, la siguiente garantía:
en los años de referendo, si se aprueba, el Gobierno Nacional
continuará elevando el salario mínimo. Esa es la
gran garantía de que a los más pobres no se les va
a congelar el salario, esa es la gran garantía de que tiene
que seguir subiendo el ingreso de los sectores más pobres.
¿A quienes afecta en el Estado? Primero a quienes no afecta:
no afecta a quienes están por debajo de dos salarios mínimos.
En la Nación, el 71 por ciento, o sea que el sacrificio
lo haría el 29 por ciento de los empleados de la Nación.
Les pido ese sacrificio ¿por qué? Porque a ellos
se les ha venido indexando el salario año tras año,
han tenido la fuente de empleo. Qué tal que la Nación
llegara, como pudo haber llegado en diciembre del año pasado,
como puede llegar en algún momento, a decir: no tengo con
qué pagarles.
A mí me ha tocado ver departamentos con 24 meses de atraso
en salarios a los servidores públicos, con 36 y 40 meses
de atraso en pensiones. Siempre es mejor hacer este esfuercito
que conducir la Nación a ese estado de postración.
Y allí hay otros elementos, que yo los llamo atenuantes.
Si la inflación en los años de congelación
llegara a estar por encima de la inflación del año
2002, la diferencia se descongela. Y esto es progresivo: cero congelamiento,
hasta dos salarios mínimos. De dos salarios mínimos
a 25 salarios mínimos, dos años de congelamiento.
Por encima de 25 salarios mínimos, la Presidencia, el Congreso,
magistrados de las altas cortes, cuatro años de congelamiento.
Maestros, quiero apelar a los maestros
de mi Patria. Tienen que participar en este debate, constructivamente,
porque ellos no sólo
enseñan matemáticas, no sólo enseñan
a leer y a escribir. El maestro tiene que ser hoy la gran fuente
de civismo y este debate no se puede manejar ni a golpes ni silenciándolo,
hay que manejarlo argumentalmente.
Los maestros sí van a hacer un sacrificio, porque buena
parte del magisterio está por encima de dos salarios mínimos.
Es cierto, yo no puedo hablarle con mentiras al pueblo colombiano,
pero mire lo que hemos hecho con los maestros –y aquí están
los congresistas, que están autorizados para rectificar
si me aparto un milímetro de la realidad-.
Primero: la gran mayoría de los maestros, próximos
a jubilarse, se jubilan entre esta fecha y el 2007. El ministro
Juan Luis Londoño –que en paz descansa- acudió a
mi oficina y me dijo, cuando estábamos en el trámite
del referendo: ‘Presidente, para desmontar las pensiones
privilegiadas hay que dar una tregüita, un período
de transición hasta el 2007, entre otras cosas para no afectar
expectativas de jubilación, relativamente próximas
del magisterio’. Y lo aprobamos.
Los regímenes privilegiados se desmontan pero a partir
del primero de enero del 2007, salvo el de la Presidencia de la
República. Porque yo le dije ese día: bueno, que
se desmonten a partir del primero de enero de 2007, pero en el
caso del Presidente de la República que se desmonte ya.
Para poder dar ejemplo que yo sea el primer ex Presidente de Colombia
que salga sin el régimen privilegiado de pensiones, que
me tenga que jubilar cumpliendo los requisitos de edad, de cotización
y por debajo del techo de 25 salarios, que sería lo nuevo.
Y así quedó definido y lo que aprobó el Parlamento
ya se aprobó también en decreto para ese efecto.
Primer beneficio para los maestros: se
van a poder jubilar, los jubilables, con el viejo régimen.
Segundo beneficio para los maestros: la
Ministra de Educación
(Cecilia María Vélez) y los congresistas, les salvaron
el Fondo Prestacional. Se lo salvaron en el Plan de Desarrollo.
¿Saben quién va a hacer el gran esfuerzo para pagar
las prestaciones del Fondo Prestacional en los años que
vienen?: el Estado como empleador. El año entrante las cotizaciones
de Estado, que es el patrono de los maestros, al Fondo Prestacional,
valen 654 mil millones de pesos.
Ahora, no miremos a los maestros aisladamente,
ellos son un componente de la educación. El referendo es una luz para que Colombia
empiece a ahorrar y a invertir en educación.
170 mil millones de pesos que nos ahorramos
de las Contralorías,
seguramente el primer año va haber que gastarlos indemnizando
funcionarios, lo cual está bien. Pero a partir de allí,
van a educación. El 56 por ciento del Fondo Nacional de
Regalías tendrá que dedicarse a educación.
Por eso hago ese llamado y repito: los ahorros van al Fondo Prestacional
del magisterio.
Se congelan las del sector público por encima de dos salarios
mínimos dos años. Por debajo de dos salarios mínimos
no se congelan, las que estén por encima de 25 salarios
mínimos, se congelan cuatro años.
Miren el problema pensional de Colombia.
Colombia tiene cerca de un millón de jubilados, ese número crece en un
7 por ciento cada año. A nosotros nos decían: ‘cuidado
que se van a acabar las reservas del Seguro Social’, no lo
creímos. Ya se acaban. En agosto del año entrante
no hay reservas en el Seguro Social. Entonces, tenemos que buscar
cómo le pagamos a los jubilados.
Mi primer planteamiento es: ¿qué queremos?, ¿tener
atrasos como La Guajira, como el Chocó, 36 meses en algunos
departamentos sin pagarles a los jubilados? Como lo que vi hace
15 días en Santa Marta. El nuevo Alcalde de Santa Marta
dice: ‘desde que me posesioné las he pagado al día
y los 24 meses de la deuda anterior se les perdió’.
Siempre es bueno pensar cuáles son las opciones ante el
referendo.
El Gobierno Nacional no tiene la maquinita
para emitir dinero. Recuerden ustedes la Constitución del 91. Ese manejo lo
hace autónomamente el Banco de la República, que
por la globalización de la economía ha perdido el
control.
¿Entonces qué hacemos nosotros con una Nación
con este déficit y bien endeudada, en el momento en que
no haya dinero para pagar las pensiones?
Al Seguro Social va a haber que trasladarle,
en los años
venideros, por lo menos 700, 800 mil millones de pesos y habrá años
en los cuales habrá que trasladarle 3 billones de pesos
para que le pague a sus pensionados.
Y me pregunto: ¿por qué se oponen tanto a esta congelación
si no afecta al 86 por ciento de los pensionados que tienen pensiones
por debajo de dos salarios mínimos?, ¿y por qué se
oponen?, ¿es malo para pagarles a los pensionados pobres,
desmontar los regímenes privilegiados? Es muy bueno, es
justo.
Desmontar el régimen privilegiado del Congreso, de Telecom,
de Ecopetrol, de la Presidencia de la República, es justo.
Injusto es lo contrario, injusto sería mantener esos privilegios
en un país que no tiene con qué pagarles a los pensionados
pobres, eso sería lo injusto. Entonces, quiero también
hacer ese llamado a todos los pensionados a ver cómo nos
ayudan con esto.
¿Qué pasó con el Congreso? En este auditorio
yo propuse un Congreso austero de 160 congresistas y una cámara.
Vengo a dar la cara, yo no tuve la suerte para sacarlo así.
Incluso muchos congresistas que me apoyaron me dijeron: ‘Presidente,
estamos de acuerdo con la austeridad pero tiene que seguir siendo
bicameral’. Quedó bicameral, pero se ha avanzado mucho.
¿Ustedes saben cuántos integrantes tiene el Congreso
hoy?: tiene 268, pero debería tener 320, porque la Constitución
establece una proporcionalidad entre el número de habitantes
y el número de Representantes a la Cámara. El número
actual es en función de los habitantes que tenía
Colombia en el año 85. En el momento en que una autoridad
judicial diga: ‘apliquen el número poblacional actual
para definir el número del Congreso’, automáticamente
tendría que tener, más o menos, 320 integrantes y
seguir avanzando.
Entonces, ¿cuál es la reducción frente a
lo que realmente hay? Se pasa de 268 a 218. Frente a lo que podría
haber, se pasa de 320 a 218. El beneficio adicional: ya no seguirá creciendo
en función de la población, se congela.
¿Qué esfuerzo hacen los congresistas?: se elimina
el régimen privilegiado de pensiones, se eliminan suplencias,
se congelan los salarios por cuatro años, se elimina y se
sanciona más drásticamente el auxilio parlamentario
y se convoca al pueblo a audiencias comunitarias. Todo eso son
avances importantes.
Se acaban y se sustituyen por audiencias
públicas. Eso
está bien. Lo que no está bien es que venga un congresista
donde el Ministro o donde el Presidente y pida una plata para un
proyecto específico en el cual el tiene interés personal,
por equis, ye o zeta motivación, se le dé esa plata
a cambio de un voto. Unas veces eso maneja bien, la platica llega
a buen destino, transparentemente. Hay ocasiones donde se hace
mal uso de ella y siempre se corre el riesgo de proceder a espaldas
del pueblo y de irrespetar las prioridades de inversión.
¿Qué se dice en el referendo?: se prohíbe
eso y se extiende la prohibición a asambleas y a concejos
y se sanciona en cabeza del concejal, diputado o congresista que
lo gestione y en cabeza del funcionario que los otorga y se eleva
la causal de pérdida de investidura. Ahora queda más
severa la pérdida de investidura, no solamente para congresistas.
El referendo explícitamente la extiende a concejales y diputados.
Y el artículo cuarto propone que en lugar de auxilios parlamentarios
haya audiencias públicas. A mí me parece bien, discutir
con la comunidad los presupuestos, son consultivas.
Algunos se oponen y dicen: ‘pero es que de todas maneras
es el Congreso el que tiene que definir finalmente’. Eso
es una norma constitucional vieja y eso es de la esencia del Congreso.
Los congresos tienen tres funciones en su origen histórico:
aprobar tributos, aprobar presupuestos y hacer control político
sobre el Ejecutivo. Pero yo creo que va a ser más transparente
la aprobación en el Congreso antecedida de las audiencias
públicas. Yo no creo que una audiencia pública seria
en el Valle del Cauca para fijar prioridades, vaya a ser desconocida
por la bancada parlamentaria vallecaucana en el Congreso.
Y a mí me parecen muy interesantes para la democracia esas
audiencias públicas, porque dan la oportunidad de discutir
prioridades y dan la oportunidad de que la ciudadanía, al
estar informada, no pueda ser fácilmente engañada
por nosotros los políticos.
Y esas audiencias públicas permiten también que
la ciudadanía conozca las limitaciones.
La Constitución del 91 los eliminó, después
los revivieron. Eso se ha prestado para toda clase de atropellos
a la democracia.
En el año 98 fueron elegidos 267 congresistas, en el período
98 – 2002 intervinieron 500. Solamente este año ha
habido una rotación en el Congreso del 38 por ciento por
ingreso de suplentes.
Hubo un problema que fue el carrusel pensional.
Muchos querían
ir al Congreso para completar en seis meses su período de
jubilación y no jubilarse con dos millones sino con once
o con catorce. Otros para subir la pensión. Eso hizo mucho
daño.
Y hace mucho daño desfigurar la representación.
Los ciudadanos le dicen a uno: ‘es que yo voté por
fulano y allá ha venido asistiendo el cuarto de la lista,
a quien ni siquiera escuchamos en la campaña’. Entonces
se pierde la consistencia de la representación, se pierde
la unidad ideológica de la representación. Por eso
se elimina.
Y me dicen: ¿y para eso se necesita un referendo? Claro,
porque la Constitución del 91 los eliminó, pero el
Congreso los revivió. Estoy convencido que aquello que el
pueblo elimine por referendo, difícilmente el Congreso lo
revivirá. No creo que el Congreso se atreva a desafiar una
voluntad popular que eliminó los suplentes reviviendo la
figura de las suplencias.
Aparentemente muy sencillo, ¡qué importante! Exigir
que congresistas y diputados y concejales voten en público,
eso le da una gran oportunidad al pueblo de saber cómo votan
sus elegidos. Y repito, no nos quedamos solo en el Congreso, eso
se extendió a la diputación y a los concejos municipales.
La columna vertebral allí. Que no puedan volver al Estado
los condenados por corrupción contra el patrimonio público.
Eso es un paso en la lucha contra la corrupción muy importante,
que no pueda volver al Estado el condenado por corrupción
contra el patrimonio público ni por nombramiento ni por
elección ni por contrato. Una norma bien importante en la
lucha contra la corrupción.
Le impone una pena perpetua de alejamiento, de destierro del Estado,
a los corruptos. Una necesidad de Colombia para derrotar ese flagelo.
- Eliminación de contralorías y personerías
Las contralorías departamentales, distritales y municipales,
salvo excepciones, más que organismos de control han sido
organismos de política. Conocemos muchos casos donde se
absuelve al amigo y se sanciona al adversario.
Por eso desde la campaña se propuso eliminarlas. Que esa
platica se la ahorren departamentos y municipios para educación,
va a ser un ahorro de 170 mil millones de pesos y que ese control
lo haga la Contraloría Nacional, apoyada en universidades,
apoyada en cooperativas, apoyada en asociaciones comunitarias,
como lo reza el texto del referendo.
No pudimos avanzar en lo de personerías, la Corte Constitucional
lo declaró inexequible.
El Fondo Nacional de Regalías se ha malversado. Hemos visto
proyectos donde el Fondo Nacional de Regalías, en lugar
de resolver problemas educativos, financia el adoquinado de una
plaza, queda muy bonita, pero eso que lo hagan con otra platica.
Alemania sustentó buena parte de su desarrollo en regalías
y uno tiene que escoger las variables fundamentales para el desarrollo.
Hoy una variable fundamental para que un pueblo sea de alta productividad,
competitivo, mejore sus ingresos para financiar la construcción
de equidad, es la educación. Por eso se propone que el 56
por ciento de esos recursos vaya a educación, 34 por ciento
a saneamiento básico.
Aquí sí que hemos tenido dificultad para financiar
acueductos y alcantarillados. Pero hay un gran esfuerzo del Gobernador
y de ustedes, alcaldesas y alcaldes, y de la Corporación
del Valle del Cauca, que lo estuvimos evaluando la semana pasada
en la reunión de corporaciones y van a financiar un programa
de $24 mil millones, con lo cual les va ayudar Findeter, no con
donaciones, sino con unos créditos.
En otras partes del país no tienen la posibilidad que ustedes
tienen con la Corporación del Valle del Cauca o porque las
corporaciones no tienen esa educación patrimonial y no tienen
la competencia jurídica que aquí sí la tienen.
Es una tragedia en el país lo de acueductos y alcantarillados.
Por eso la segunda prioridad en el Fondo Nacional de Regalías
es acueductos y alcantarillados. Se mantiene una platica allí para
pensiones territoriales y una platica para el río Magdalena.
La delegación vallecaucana exigió entrar un punto
para el río Cauca y se aprobó en el referendo. Se
va a dedicar un punto del Fondo Nacional de Regalías al
saneamiento del río Cauca que eso va ayudar muchísimo.
Buena parte aprobada por la reforma política, otra no,
para sanear los partidos. Me parece que el referendo, en algunas
partes, coincide con la reforma política.
Hay un punto que el referendo no trae,
pero lo incorporó la
reforma política, que es el voto preferente. Creo que en
el país en muchas partes lo están utilizando. Me
parece que como quedó en la Constitución, quedó bien.
La Constitución, en materia de derechos políticos
y de garantías políticas, no puede ser una celda
de restricciones, tiene que ser una gama de posibilidades. Así se
incorporó el voto preferente, como una opción para
quienes de buena gana lo quieran acoger, el referendo no lo desvirtúa.
El referendo, por ejemplo, tiene una diferencia
con la reforma política. La reforma política exige lista única
en cada partido. Yo temo que eso le va a ser daño a los
tradicionales y a los nuevos partidos, porque todo el mundo, para
acomodarse, va buscando otro partido.
Creo que lo del referendo es bueno, porque
el referendo, con el umbral, la cifra repartidora, ayuda a corregir
esa dispersión
electoral, pero no se va al extremo de la lista única. Permite
lo que he llamado una prudente pluralidad de listas en los partidos.
TRES COSAS FINALES
Este referendo no tiene ningún atractivo
populista, votarlo es un acto de responsabilidad.
Este referendo le da un mensaje al mundo:
la responsabilidad del pueblo colombiano. Si este referendo se
aprueba, el mundo tiene
que recibir el mensaje de que este pueblo, abatido por este terrorismo
y por estos problemas de pobreza, es un pueblo de una alta cultura
política y de una alta responsabilidad, que es capaz de
introducir una solución fiscal a través del Referendo.
¿El referendo lo resuelve todo? No. El referendo no lo
resuelve todo, es un paso en la dirección correcta. Tiene
un intangible, a mi juicio muy importante. El referendo, más
importante que por sus efectos jurídicos inmediatos, lo
va a ser por la deliberación, porque estas semanas que faltan
por llegar al 25 de octubre deben ser semanas de reflexión
y de deliberación, que por lo menos nos comprometan a todos
los colombianos a preocuparnos prioritariamente por la derrota
de la corrupción y la politiquería.
El referendo va ayudar a crear una conciencia
nacional sólida
e indestructible contra la corrupción y contra la politiquería.
No dejemos naufragar el referendo, no lo dejemos naufragar.
A los candidatos a alcaldías, gobernaciones, concejos y
asambleas: piérdanle el miedo al referendo, que eso tiene
muchas cosas buenas y lo podemos sacar adelante y les va a ayudar
mucho, porque ellos van a manejar unos fiscos convalecientes. El
referendo les ayuda, por lo menos en el segundo año, a tener
recursos de inversión.
Ahora cuando entraba a este recinto, los
periodistas vallecaucanos me preguntaban: ‘¿qué le trae al Valle del
Cauca?’ Nada espectacular.
Estos Consejos Comunitarios no son milagrosos
ni pueden ser demagógicos.
Hoy deberíamos aprovecharlos para mirar en qué vamos
en relación con los dos anteriores y cómo podemos
seguir mejorando para el Valle del Cauca.
Esto no es de relumbrones ni de milagros,
tampoco de irse al otro extremo: ‘que voy a ir allá un sábado, me voy
a tomar whisky en una piscina’. No. La única manera
que hay para resolver los problemas colombianos es trabajar todos
los días sin esperar producir milagros, pero sin echarse
sobre las petacas. Es el único camino, a eso los invito.
Si nosotros trabajamos todos los días de buena fe, ahí vamos
produciendo resultados. Uno se demora mucho para ver la sombra
de la ceiba, menos para ver la del samán, pero hay que cultivarlo.
Echarle agüita todos los días, quitarle la maleza,
estar midiendo muy bien en donde va el círculo de los cocos,
para saber dónde le pone el abono. Hay que hacerle seguimiento
todos los días. Esa es la razón de esta tarea, nada
espectacular, pero un compromiso de todos los días, entre
otras cosas para poder hablar duro a favor de la dignidad nacional
cuando toque.
Muchas gracias.
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