HECHOS
ACAECIDOS DURANTE LA SEMANA SANTA
Alocución Presidencial
Abril 12 de 2004 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Al dar a ustedes el saludo de Pascua, no puedo hacerlo con la alegría
que sentimos en la Semana Santa cuando millones de colombianos
se movilizaron de manera libre y alegre por el territorio de la
Patria. Lo hago con el dolor que todos sentimos y con mi dolor
como padre de familia, Comandante Constitucional de las Fuerzas
Armadas y Presidente, por la muerte de 5 campesinos tolimenses
causada por un error del Ejército.
Esta mañana, en compañía del Ministro de la
Defensa (Jorge Alberto Uribe) y los altos mandos, visitamos el
sitio, ubicado en el cañón de Anaime, al sur de Cajamarca.
Tuvimos oportunidad de conversar con los moradores de la región,
con campesinos, con los soldados, suboficiales y oficiales. Sentí abatimiento
al encontrarme y conversar con los familiares de las víctimas.
Solamente con mirar su tristeza se desgarra profundo dolor de padre
de familia.
El Cañón de Anaime ha tenido control guerrillero
de tiempo atrás y sirve de escondite a los grupos de la
FARC que salen a cometer actos terroristas a la carretera entre
Ibagué y Armenia. Por esta razón el Ejército
ha reforzado sus operaciones allí para devolver totalmente
la seguridad a la vía y la tranquilidad al vecindario.
Ante la responsabilidad de cuidar la carretera durante la Semana
Santa, el Ejército taponó las posibles rutas de comunicación
de la guerrilla con tan importante troncal. En la noche del sábado
se llevaba a cabo un operativo especial en persecución de
un grupo de la FARC. En ese operativo se disparó, de manera
equivocada contra los campesinos que hacia las 9 de la noche transitaban
por una carretera veredal.
Los disparos se sucedieron cuando uno de los campesinos desatendió el
llamado de ‘alto’ que lanzó un soldado. El Ejército,
en seguimiento de la norma impuesta por el Gobierno, asumió la
responsabilidad de comunicar toda la verdad. He llamado al Procurador
General de la Nación (Edgardo Maya), quien adelanta la respectiva
investigación a pedido del Gobierno. Hace unas horas el Ministerio
de Defensa produjo un comunicado detallado sobre los hechos.
Estos trágicos episodios nos llenan de dolor, de reflexión,
pero no nos pueden desestimular para continuar la tarea de devolver
la seguridad a los colombianos. Estoy convencido de la buena fe
del Ejército en esta equivocación.
Si se tratara de un Ejército violador de derechos humanos
quienes dispararon contra los campesinos, hubieran buscado el ocultamiento,
la mentira o la desaparición de los cadáveres. Nuestros
soldados y oficiales, afectados por el dolor, llamaron de inmediato
a sus superiores y comunicaron la verdad.
Si se tratara de un Ejército violador de derechos humanos,
los comandantes regionales y nacionales de los soldados que dispararon
contra los campesinos, hubieran inducido a sus subalternos a la mentira
o a la distorsión de los hechos. Nuestros comandantes afrontaron
la responsabilidad y dijeron la verdad.
La Brigada de Ibagué atenderá a los familiares de
las víctimas y el Estado los indemnizará.
Tengo motivos de profundo dolor, pero carezco de razones administrativas
para sancionar a los soldados y oficiales.
A raíz del último secuestro de Neiva tomé decisiones
severas porque pude comprobar falta de comprometimiento.
Me apena saber que aún no está claro el caso de Guaitarilla
en Nariño. Hasta ahora las versiones encontradas y las diferentes
hipótesis, comprometen a los soldados y policías
que se cruzaron, con consecuencias funestas, en un aparente operativo
de enfrentamiento. Todavía no tenemos razones para fijar
responsabilidades y tomar decisiones administrativas contra personal
de base o de dirección.
Si el Ministerio de Defensa aclara lo sucedido a través de
la investigación administrativa, las decisiones pertinentes
serán tomadas. De lo contrario, tenemos que esperar decisiones
de la Fiscalía y la Procuraduría. Debo recordar que
estamos sometidos a la reserva del sumario.
Compatriotas: el Gobierno es conciente que para la consolidación
de la Seguridad Democrática se requiere una Fuerza Pública
respetable y eficaz que desaloje a los terroristas. Por eso a cada
momento estimulamos a nuestros soldados y policías, exigimos
resultados y demandamos rigurosa transparencia.
En lo corrido del año 2004, el homicidio ha descendido un
19 por ciento, ya en el 2003, había presentado una reducción
del 22 por ciento.
En lo corrido del año 2004, el secuestro se ha reducido en
un 51 por ciento, ya en el año 2004 había presentado
una reducción del 27 por ciento.
En Semana Santa la movilización por las carreteras creció un
33 por ciento.
El camino de la Seguridad Democrática es difícil,
tiene borrascas como esta tragedia del Tolima, pero debemos recorrerlo
en su totalidad, porque la Patria no puede continuar entre discursos
justificadores de violencia y la acción de los terroristas.
Con el coraje y la entereza de nuestros compatriotas del Tolima,
persistamos en la tarea porque el bien no será esquivo con
esta gran Nación.
Buenas noches.
|