CONGRESO
NACIONAL DE CAFETEROS
Diciembre
01 de 2004 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Si algo se necesita para recuperar la credibilidad
en las instituciones de la Patria, es un contacto permanente y
dinámico de quienes
tenemos responsabilidades públicas con los ciudadanos.
Hace parte del concepto de Estado Comunitario.
Un Estado en el que los ciudadanos participen más en la toma de decisiones, en
la ejecución de decisiones y en la vigilancia de cómo
se ejecutan esas decisiones, para que halla recuperación de
credibilidad.
Ese contacto permanente con los ciudadanos apremia a los funcionarios,
muestra las duras limitaciones, las dificultades de tantos de nuestros
compatriotas, y ayuda a encontrar soluciones.
Finalmente, es lo grato, lo inmensamente
grato, desde la tarea pública.
Y de lo inmensamente grato de ese contacto con los ciudadanos, está el
contacto con los compatriotas cafeteros.
Es muy estimulante, llega al alma, poder
trabajar con ustedes en las diferentes actividades en que nos hemos
empeñado y que
generosamente las relataba el doctor Suárez Moreno, presidente
de este Congreso Nacional.
Muy grato trabajar con Gabriel Silva, con
todos los ejecutivos de la Federación, con los comités departamentales, con
el comité nacional, presidido ahora por el ilustre ex ministro
y coterráneo, Juan Camilo Restrepo Salazar y con todos los
compatriotas cafeteros.
Doctor Suárez: ayudar a los cafeteros no es difícil.
El país los quiere enormemente. La Patria fraterna, la Patria
democrática, la Patria laboriosa, la Patria transparente se
ha expresado siempre en la caficultura.
Este Gobierno ha tenido dificultades fiscales
complicadas y de endeudamiento, pero no han sido óbice para
encontrar en todas partes una gran voluntad de trabajar con los
cafeteros.
El ex ministro Juan Manuel Santos, en buena
hora, en medio de dificultades enormes, que a él también le tocó manejar, definió el
AGC.
Cuando empezó este Gobierno, nosotros encontramos que ese
era un camino correcto. Una caficultura que tanto le había
aportado a la Patria en momentos de dificultades, debía tener
una reciprocidad del presupuesto de la Nación.
Y el ministro Junguito (Roberto, de Hacienda),
quien siempre ha estado presto para servir a la Patria, en los
momentos más
difíciles de su economía y en los momentos de convulsiones
sociales, miró con muchísimo agrado que hiciéramos
todos los esfuerzos para continuar en esa tarea.
Estamos dispuestos a continuarla y a manejar
esos presupuestos con la flexibilidad que lo requieran las exigencias
del momento. En cuanto
no se necesiten para precio, fortalecer investigación, fortalecer
renovación, tema en el cual ha tenido tanto interés
el Ministro de Agricultura (Carlos Gustavo Cano).
Creo que una tarea esencial, más que hablar de renovación,
es la tarea de reconversión. En el propósito de entregarles
un producto orgánico a los consumidores mundiales de café,
tenemos que acelerar la tarea de reconversión. Hay que conocer
la historia, pero el que se dedica a juzgarla no la hace.
Hoy preocupa muchísimo ver que todavía tenemos unas
extensiones enormes, en mucha ladera, con café descubierto,
con un enorme impacto en los nacimientos de agua, con un enorme impacto
en la erosión de los suelos, con unas exigencias inmensas,
muy difíciles de atender en materia de fertilización
química.
Deberíamos hacer un gran esfuerzo, si el precio lo permite,
para orientar recursos del AGC a la reconversión, dentro del
programa de renovación. Proponernos unas metas muy exigentes
de café orgánico, de café con sombrío.
Quiero respetuosamente invitarlos a ello.
Y que, rápidamente,
el Ministerio de Agricultura, la Federación, si ustedes lo
tienen a bien, fijen unas metas para que el país las vaya
cumpliendo en materia de café con sombrío. Creo que
eso va a tener el apoyo de todo el mundo y además de toda
la institucionalidad ambiental.
Nos ha afectado la revaluación, no hay duda. Parte de este
incremento de los precios internacionales ha sido devorado por la
revaluación. El primero en protestar por esa revaluación
es el Gobierno. Se ha hecho un buen esfuerzo de parte de la Junta
del Banco de la República, del propio Gobierno, para comprar
dólares, con el buen cuidado de no ir a desatar presiones
inflacionarias inmanejables.
Se va a continuar en esos esfuerzos. Confiamos
que el Banco de la República pueda encontrar mecanismos innovadores que nos permitan,
dentro del sendero de construir confianza, defendernos de esta revaluación.
Creo que ha tomado medidas muy importantes
en materia de control del flujo de divisas en efectivo, que de
no haberse tomado las cosas
estarían mucho más difíciles.
Comparto con ustedes la preocupación sobre la revaluación.
La cifra es elocuente. Mientras el AGC vale 94 mil millones, la revaluación
les ha quitado 138 mil millones.
Entonces el aporte del Gobierno no alcanza
a compensarles lo que ha quitado la revaluación. Por eso tenemos que seguir en la
tarea de buscar una tasa de cambio estable, sí, pero en un
nivel competitivo.
Sin embargo, hay otros frentes importantes
de la economía
de la Patria. En estos 28 meses el sector privado colombiano ha creado
millón 700 mil empleos. Eso es muy importante. Un millón
300 mil colombianos más están hoy afiliados al régimen
contributivo de salud, consolidando EPS y Seguro Social.
Setecientos mil colombianos más están hoy afiliados
al sistema de riesgos profesionales. Un número superior a
830 mil están hoy como nuevos cotizantes activos del sistema
pensional. Las cajas de compensación, solamente este año,
han crecido en afiliaciones en un 18 por ciento.
Se está recuperando la senda del empleo y la senda del empleo
con seguridad social. Y además coincide con la tendencia sostenida
de disminución del desempleo, que muestran las cifras. Ayer
se conoció una nueva del 12,4. Y la tendencia sostenida de
reducción del subempleo. En esa tarea tenemos que trabajar.
Por supuesto, hay un fenómeno de retención, que ha
venido produciendo un fenómeno no muy entendido, al hacer
el primer examen de las cifras, pero que es bien sano. Una retención
que ha disminuido el crecimiento de la población colombiana
que busca empleo.
Un fenómeno de retención derivado de los esfuerzos
en microcrédito y especialmente de la Revolución Educativa.
En este Gobierno la cartera de microcrédito ha pasado de
un saldo de 707 mil millones, que tenía el 30 de julio de
2002, a un saldo de 1 billón 650 mil millones a 30 de octubre
de este año.
Un millón 330 mil microempresarios se han favorecido con
desembolsos que superan dos billones y medio de pesos. Si algo resuelve
el problema del intervalo entre la activación de la oferta
y la activación de la demanda, es el microcrédito.
Casi que con el microcrédito, oferta y demanda se activan
simultáneamente. Y eso ha incidido para que en las estadísticas
aparezca una mayor población ocupada, un menor desempleo y
también una menor tasa de personas buscando empleo.
La Revolución Educativa viene ayudando a frenar la prematura
e inconveniente inserción de los colombianos en el mercado
del trabajo. Hemos creado 750 mil nuevos cupos escolares, y es muy
importante, porque es el neto. Nada ganaríamos si hubiera
continuado el fenómeno de que el Estado crea cupos y se presenta
una disminución en el sector privado.
Por ejemplo, en el campo universitario estamos
todavía lejos
de la meta que nos propusimos, pero ya vamos en unos 113 mil nuevos
cupos. Y lo importante es que las universidades estatales nos han
respondido y las universidades privadas frenaron la tendencia de
disminución de matrícula. Se estabilizaron y ya algunas
empiezan mostrar unos aumentos muy importantes de matrícula.
Estamos apoyando esa escolarización con programas muy importantes.
Por ejemplo, la administración Pastrana concibió el
programa Familias en Acción. Este Gobierno lo acogió con
todo entusiasmo y hemos hecho un esfuerzo fiscal para pagarles oportunamente
a 340 mil familias, que están recibiendo 37 mil millones cada
dos meses.
Eso ha ayudado a que cerca de 900 mil niñitos tengan mejor
asistencia nutricional y mejores posibilidades de atender al aparato
escolar. Eso es retención, vía escolaridad. Soporta
la Revolución Educativa.
Hemos reorientado el programa Jóvenes en Acción. Va
bien. Dentro de nuestra reforma en la administración pública
para reducir costos en la Presidencia y aumentar productividad del
SENA, lo eliminamos en la Presidencia, se lo trasladamos al SENA
y le impusimos al SENA la obligación de manejarlo con su personal
y con sus recursos, para aumentar productividad en aplicación
de recursos y productividad en tareas administrativas.
Y se creó el nuevo programa, Jóvenes Rurales. Hoy
tenemos en ese programa, en muchos municipios de la Patria, 80 mil
muchachos, bachilleres campesinos, muy pobres, que no habían
ingresado a la universidad y no habían estimulado sus competencias
laborales básicas. Son 80 mil muchachos que hoy no aparecen
en las cifras de quienes están reclamando empleo. Tenemos
que acrecentar ese programa.
Este Gobierno ha avanzado en una reforma
administrativa importante. Hemos reformado a la fecha 143 entidades
del Estado. La última
es Inravisión. Hemos liquidado 38, pero nos falta mucho. Si
les hablara solamente de dos, nos falta toda la reforma de la red
pública hospitalaria y la reforma de las clínicas del
Seguro Social, que cuesta mucho y que necesita de decisiones políticas
muy valerosas.
La reforma del SENA nos ayudado mucho en
esta materia, porque el SENA ha pasado de tener un millón 100 mil estudiantes en el
2002, a tener este año dos millones 600. Y la proyección
es que tenga cuatro millones en el 2006. Ha pasado de cinco millones
de horas de enseñanza al año, a diez millones. Está hoy
en todos los municipios de la Patria.
Pudimos verlo en la evaluación de nuestra política
social conjunta en Ciudad Bolívar: un buen informe del SENA
de presencia en todos los municipios cafeteros. Y ha mejorado la
empleabilidad de los egresados del SENA.
Nosotros hemos atado el proceso de la Revolución Educativa
también al crecimiento económico a largo plazo. El
país tiene que resolver positivamente dilemas que se habían
presentado.
Por ejemplo, el dilema entre el crecimiento
e inflación.
Creo que está, por los resultados, positivamente superado.
Está disminuyendo la inflación y aumentando el crecimiento.
Y el país empieza a entender que la única manera de
tener crédito social de largo plazo y baja tasa de interés,
es con seguridad en el control inflacionario.
El otro dilema que empieza a resolver el
país, es el dilema
entre crecimiento de corto plazo y crecimiento de largo plazo. La
Revolución Educativa es fundamental para poder garantizar
un crecimiento sostenido de largo plazo.
Y el otro dilema es entre crecimiento sustentado
solamente en exportaciones y crecimiento sustentado en ampliación
de la demanda agregada interna.
Un país con un 55 por ciento de pobreza, tiene que hacer
un esfuerzo en ambos frentes. Hacer un gran esfuerzo exportador y
hacer un gran esfuerzo de inclusión de ciudadanía para
ampliar también la demanda agregada interna.
De ahí la importancia de programas como el de microcrédito,
de ahí la importancia de programas como el programa del SENA
y de la importancia de programas como el programa agrícola
en general.
Creo que hay unas muestras de confianza importantes
en la Patria. El sector agrícola en estos dos años ha recuperado
332 mil hectáreas. Eso es importante.
La Andi expresa que sus afiliados este año crecen en inversiones
en un 30 por ciento. Acopi, el gremio que tenía la mayor postración
en sus afiliados, ha expresado que sus afiliados este año
crecen en inversiones en un 17 por ciento. Acoplásticos crece
en un 26 por ciento. Las importaciones de bienes de capital en el
período enero-agosto crecieron en un 23 por ciento.
Diría que estamos en un proceso de crecimiento importante
de capacidad instalada, que se tiene que traducir en los años
que vienen en mayor empleo, mayor producción, mayor contribución
a la seguridad social y, por supuesto, mayores aportes vía
tributación al fisco de la Nación.
Tenemos temas muy difíciles, como el tema de las pensiones
y el tema de petróleo.
Al amanecer de ayer, la honorable Comisión Primera del Senado
de la República nos aprobó ya, en tercer debate, el
proyecto de reforma constitucional de pensiones.
Este Gobierno ha hecho unos esfuerzos, unos
exitosos, otros fallidos. Se aprobó en diciembre de 2002 un proyecto en el que avanzamos
en pensiones. Fallamos en el esfuerzo en el referendo. Hemos avanzado
bien para desmontar privilegios de regímenes pensionales en
todas estas entidades reformadas del Estado, empezando por Ecopetrol,
la antigua Telecom, etcétera.
Y viene ahora este otro esfuerzo, que es
la reforma constitucional, que está en trámite en el Congreso de la República.
Eso tiene que ayudarnos bastante en el tema pensional.
En el tema de petróleo, si uno mira la política energética
en general, ve que el país tiene un horizonte de buen abastecimiento
energético. Pero cuando ya se detiene en la situación
petrolera, le preocupa mucho por la declinación y por la altísima
dependencia que tiene el presupuesto nacional de Ecopetrol.
Pero lo bueno es que el país ha recuperado un ritmo de sísmica.
Cuando estábamos haciendo sísmica en mil kilómetros,
este año hacemos sísmica en 6.500.
El país va recuperando el ritmo de exploración. En
el año 92 se exploraron en Colombia 28 pozos. Diez años
después, diez. El año pasado exploramos 28. Este año
unos 28. Pero los contratos con posibilidad de eficacia han crecido
enormemente. Necesitamos llegar a una exploración anual de
57. Confiamos que en el 2006 estemos en esa exploración anual
de 57, que es la que nos da las mayores probabilidades de hallazgo.
Los hallazgos en gas han sido buenos. Ahí tenemos dos motivos
de preocupación: pensiones y petróleo. Si no tuviéramos
esta dificultad de pensiones, no tendríamos el déficit
actual, que sigue siendo muy alto. Y si no tuviéramos esa
declinación de petróleo, no tendríamos tanta
preocupación por el mediano y largo plazo en asuntos fiscales.
Pero con la ayuda de Dios y la buena voluntad
de todos los colombianos, ahí le vamos encontrando salida. Sin embargo, la confianza
en el crecimiento de inversión en Colombia halaga, acompaña
a trabajar.
Por eso quiero darles a ustedes un mensaje de optimismo, queridos
cafeteros.
El precio internacional ha mejorado. Uno
creería, por lo
que dicen los expertos, que no es de tan corto plazo, si nos hacemos
esa ilusión. Sin embargo, lo tenemos que manejar con mucha
prudencia.
Antes había unos medios para generar prudencia: la retención,
impuestos, etcétera. Las nuevas políticas han llevado
a que el cafetero colombiano reciba el 92 por ciento del precio externo.
Lo cual es muy bueno.
¿Cuánto recibía hace dos años? Se ha
pasado del 83 al 92. ¿Cuánto reciben en Centroamérica
y en Brasil? Brasil 65 y Centroamérica 72.
Entonces diría que la prudencia tiene que darse ahora a través
de… Diría que no es el momento de crecer producción
sino de reconvertir producción. A cada momento menos café expuesto
al sol, más café orgánico.
Diría que es el momento de cuidar un activo que ha tenido
Colombia, que es el buen manejo del grano. Cuidarlo más y
explicárselo más al mundo de los consumidores. Que
es el momento de integrar ese café orgánico, buen cuidado
del grano, empaque, lo que va conformando un producto, el más
apetecido hoy por el mercado y las tiendas.
No hay que juzgar la historia, pero los jóvenes estudiosos
de economía le preguntan a uno: ¿el país por
qué permitió que se consolidara la distribución
mundial de alimentos en grandes empresas y no entró con sus
instituciones cafeteras a ser socio de esas grandes empresas distribuidoras
de alimentos?
Y es una pregunta difícil de responderle a las nuevas generaciones.
La oportunidad que no podemos perder ahora es la de ese nuevo canal
de comercialización que el mundo ha abierto, que son tiendas
para llegarles con ciertos productos directamente a los consumidores.
Por eso el paso dado es bueno, pero hay que acelerarlo.
Don Gabriel: usted que ha hecho tantas cosas
buenas en la compañía
de este Comité… En un país con tantas necesidades,
el que hace una cosita buena, en lugar de agradecerle se acredita
para que le pidan más.
Déjeme pedirle una cosita, yo que he sido un tósigo
en eso de las tiendas: no abra lo de las concesiones en junio, anticípelo,
a ver si terminamos el año entrante con gran cantidad de tiendas.
Bregue a ver, y estoy seguro que usted es
capaz. Porque es que la gente ya ha visto una muestrica de las
tiendas y la gente está entusiasmada
en todas partes. Además usted tiene cuatro millones de socios,
que son cuatro millones de colombianos que viven por fuera de las
fronteras, y cada uno de ellos quiere ser concesionario de una tienda.
Quería proponerles allí dos acciones específicas.
Detalles, pero soy un convencido… Los profesores de administración
han analizado qué pasó en el mundo después de
la Segunda Guerra Mundial en las empresas.
Entonces el gerente norteamericano llegaba
en un Cadillac a una empresa, no se bajaba de ese Cadillac, miraba
la empresa a través
del vidrio, llevaba aquí un portacervezas e iba tomando cerveza.
Pasaba a 80 kilómetros por hora. El tipo miraba y nos quedábamos
sin saber si veía.
El japonesito, asfixiado por la crisis, recorría a la empresa
a pie, con un dulceabrigo, ¿cómo le llaman aquí en
Bogotá? Balletilla. Con un alicate, con un destornilladorcito,
con una lupa, mirando el detalle. Tenía una visión
macro, pero sabía que no la cumplía si no se ocupaba
de los detalles.
En la Patria hay que preocuparnos por los
detalles para poder llegar a convertir en realidad la visión
macro.
Déjenme abusar de ustedes y proponerles allí unos
detalles.
¿Cuántas fincas tenemos certificadas en Colombia para
producción de café orgánico? 1.500. ¿Por
qué no nos ponemos unas metas ambiciosas en eso y las vamos
cumpliendo? Pero no nos quedemos sólo ahí, avancemos
en un programa.
Le preguntaba ahora por los sellos de reconocimiento
que tiene, por ejemplo, lo de Oswaldo Acevedo en Bucaramanga, en
la Meseta de
los Santos. Y usted tiene una memoración de todos esos certificados,
que son muy atractivos al consumidor mundial y que finalmente tienen
una prima. ¿Por qué no hacemos un gran esfuerzo para
que masifiquemos las fincas que puedan cumplir con esos certificados?
Esto dentro de la idea de que, más que renovar, hay que reconvertir.
Creo que para allá va el mundo.
De pronto en el futuro, cuando eso esté masificado, ese café no
tendrá una gran prima. Pero el problema va a ser que el que
no reúne esos requisitos no se va a vender. Casi que dar ese
paso, es un paso necesario para mantener la demanda del producto,
que me ha sorprendido la última cifra: se habla de un crecimiento
del consumo mundial este año entre millón 700 y dos
millones de sacos. Que parecería bueno. Cuando ha habido tanto
escepticismo frente al crecimiento de consumo, esto daría
como algún respiro.
Otra idea de las tiendas: Juan Camilo me
decía hace pocos
días lo que representó para el café colombiano
la apertura de la Tienda Juan Valdez, cuando se le midió todas
las noticias que se dieron, se valoraron y se hizo la suposición
de que eso hubiera sido publicidad pagada. La sola noticia de la
apertura significó un valor de 8 millones de dólares
de publicidad.
Si alguna lógica tienen esas tiendas es para hacer una publicidad
vendiendo. ¿Por qué no se aprovechan esas tiendas para
pasar unos videos colombianos y de las regiones caficultoras? Que
el que vaya a tomarse, a comprar un cafecito, en alguna parte, ustedes
se lo inventan, esté viendo un video del país. ¿No
le parece?
Creo que ha sido bien importante el ingreso
de los Estados Unidos a la Organización, no por el significado económico
inmediato sino porque denota un compromiso político con la
caficultura y con la razón social de ser de la caficultura.
Vamos a seguir trabajando con ustedes en
toda la política
social, en todo este programa de buscarle complementos a los ingresos
de los caficultores.
Les tengo algunas buenas noticias. Hemos
logrado financiar más
el tema de seguridad alimentaria. Vamos a terminar el año
con un millón de campesinos apoyados en eso. El gran socio
es la Federación, sus comités.
Les tengo la buena noticia que ayer la junta
directiva de la CAF nos aprobó la garantía para poder abrir ya definitivamente
la licitación del Plan de 2.500 kilómetros de vías
pavimentadas. Los comités van a participar activamente.
Por ejemplo, en la licitación no están las vías
de Caldas, porque el Gobierno hace un convenio con la Gobernación
y con el Comité de Caldas para ejecutar lo que le corresponde
a ese departamento.
Déjenme hablar del Banco. ¡Qué vamos a repetir!
El doctor Suárez fue generoso ahora en los esfuerzos que se
han podido hacer por el Pran. Eso está dicho. Uno reclama,
uno siente hoy en todo el país, en los pequeños municipios,
este país tiene 1.100 municipios, un gran reclamo por presencia
de bancos.
El proceso de reestructuración de
la banca privada ha llevado a que los bancos privados se retiren
de muchas regiones de la Patria.
No nos queda sino, en muchas partes, el Banco Agrario y el Banco
Cafetero.
Yo muchas veces he llamado al doctor Castellanos,
un sábado
por ahí de un Consejo Comunitario, a decirle: ‘que van
a cerrar el Banco aquí, que qué pasó con el
banco aquí’.
A mí me parece que el trabajo que se está haciendo
para sacar adelante el Banco es muy bueno y muy eficiente. Faltan
sacrificios. Hay que hacer un sacrifico ahí de pagar unas
indemnizaciones laborales. Eso tiene un costo político, económico.
Afortunadamente la caja del Banco se está preparando para
eso.
Lo que he sugerido respetuosamente es: hombre,
miremos lo que pasa en todos los municipios, en las regiones de
la Patria. Me parece
muy difícil que el Banco Agrario, con el mejoramiento que
todos los días demuestra, sea capaz de atender toda esa demanda.
Entonces lo que se va a hacer con Banco Cafetero y Granahorrar,
que lo tienen muy bien concebido, yo se los aplaudo, desemboque en
tener un banco eficiente, que preserve el Estado, para apoyar las
regiones de la Patria, la ruralidad colombiana.
Hacía esta cuenta: por lo que se puede vender, el Banco con
utilidades es capaz de recuperar eso en tres o cuatro años.
Le decía al doctor Castellanos: ‘si usted es capaz de
sacar este proceso de reestructuración, no me vaya a decir
que no es capaz de comprometerse con el Ministro Carrasquilla (Alberto,
de Hacienda) a entregarle en cuatro años en utilidades lo
que él haría por la venta del Banco’.
Y titularicen esas utilidades. ¿Castellanos, es capaz? Mejor
dicho, lo que usted está pensando que va valer el Banco, divídalo
entre cuatro. Dígale al ministro Carrasquilla que usted le
entrega eso en cuatro años y que lo puede titularizar.
Y para que mantenido ese esquema que surja
de Granahorrar – Banco
Cafetero como institución oficial, no haya peligros de clientelismo
de mal manejo, ahí tenemos un ejemplo: el ejemplo del doctor
Juan Camilo y del doctor Jorge Restrepo con el Banco Agrario. Hay
unas previsiones estatutarias que garantizan la eficiencia y la transparencia.
Lo mismo podemos hace en este nuevo ente. Si se quiere ir más
allá, contratar con terceros la operación.
Esa es mi sugerencia, que quería proponer hoy aquí porque
sé la gran preocupación de ustedes por el Banco y en
general de la ruralidad colombiana. Creo que no alcanzamos solamente
con el Banco Agrario a atender las exigencias de la ruralidad de
la Patria.
Quiero saludarlos muy afectuosamente, distinguidos cafeteros de mi
Patria.
Muchas gracias.
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