FIRMA DEL
ACUERDO POLÍTICO
PARA LOGRAR REFORMAS
PENSIONAL, TRIBUTARIA Y DE JUSTICIA
Febrero 17 de 2004 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Las sociedades modernas están caracterizadas por una creciente
interdependencia. Imposible hoy concebir sociedades aisladas, todas
están presionadas por la interdependencia. Y la característica
fundamental de la interdependencia es la diversidad.
El manejo de la diversidad exige mucha
delicadeza porque siempre genera conflicto. En esa intensa relación de quienes piensan
diferente, en esa interdependencia entre diversos, siempre surge
el conflicto. Es imposible negarlo, la diferencia es causa del
conflicto. Lo importante no es rechazar el conflicto, lo importante
no es negar la diferencia, lo importante no es ocultar la diversidad.
Lo importante es reconocer esa diversidad, reconocer esa diferencia
y darle buena administración.
Cuando esa diversidad se maneja mal, sin
vocación constructora,
a la única parte que llega es a la de la permanente conflagración
parroquial que destruye, impide construir. Si se le maneja bien,
esa diversidad conduce a muy buenos logros, a salidas que superan
problemas de las sociedades. Hay que manejar constructivamente
la diversidad para lograr salir adelante. Ese fenómeno de
la interdependencia de la diversidad, predominante en todas las
expresiones de la sociedad moderna, hay que reconocerlo especialmente
en la configuración de la Patria.
La Patria es un haz de muchos pensamientos.
La Patria es una gama amplia de ideas más o menos coincidentes, de ideas más
o menos diferentes. La Patria es diversidad. Pero la construcción
de la Patria sí que exige que esa diversidad se maneje constructivamente,
que esa diversidad conduzca a resolver grandes problemas de la
Patria.
Por eso agradezco inmensamente al Ministro
del Interior y de Justicia (Sabas Pretelt), a ustedes distinguidos
representantes de los diferentes
partidos políticos de Colombia, a ustedes distinguidos integrantes
del Congreso, este acto de fe en Colombia, de reconocimiento de
la diversidad y de propósito de que esa diversidad produzca
el mejor producto para Colombia.
Este es un acto de expresión constructiva de la diversidad
para bien de Colombia. El interés que a todos nos anima
es que esta Patria mejore sustancialmente, especialmente para las
nuevas generaciones y para todos aquellos que habrán de
venir.
Los acuerdos políticos dependen mucho de los resultados,
por eso me parece importante que el Ministro y ustedes hayan concebido
este acuerdo vinculado a unos temas concretos, específicos,
en los cuales tendremos que laborar intensamente para producir
unos buenos resultados para el país.
Diría que mi angustia es que podamos pasar de este gran
trabajo de fabricación del acuerdo que ustedes han logrado,
a la tarea de examinar los textos normativos en detalle y al resultado
de entregarle al país un magnífico producto.
El Gobierno quiere hacerlo con permanente
espíritu deliberativo,
examinando opciones. Lograr acuerdos dentro de la diversidad es
imposible a través de imposiciones, por eso esa diferencia
tan elemental y tan profunda entre la adhesión y el acuerdo.
Nosotros creemos que en la tarea de construcción de Patria,
teniendo todos claros los objetivos del bien público, hay
que tener inmensa elasticidad en el examen de las opciones, una
actitud profundamente reflexiva y receptiva para proponer y al
mismo tiempo para escuchar la objeción a aquello que se
propone, para examinar la propuesta alternativa y para construir
el acuerdo final.
Los mejores acuerdos no son aquellos que
resultan de excluir una opción ni tampoco aquellos que se generan sumando opciones.
Son aquellos que a partir de opciones diferentes producen un producto
totalmente nuevo, que no es de resta ni de suma, sino de creatividad,
de innovación.
Por eso les diría que hasta aquí debemos
pensar en cuatro palabras fuerza: diversidad, interdependencia,
Patria,
creatividad. Con creatividad vamos convirtiendo esa diversidad
en un gran producto para esta Patria nuestra.
Quiero invitar a que perseveremos en esta
tarea con mucha paciencia. En la vida política de pronto
hay la actitud de rechazar muy fuertemente una propuesta, pero
con perseverancia se va logrando
llegar al mejor resultado.
Tendremos que tener mucha paciencia con
los textos que vamos a examinar y el Gobierno tiene que tener
paciencia, disponibilidad
de escuchar la crítica y les garantizo que el Gobierno tendrá la
más amplia actitud para examinar todas las opciones.
Agradezco inmensamente la participación de todos ustedes
y estoy seguro que con esa actitud constructiva iremos vinculando
en el Congreso de Colombia a los compatriotas que aún no
han expresado la voluntad de vincularse a este acuerdo.
Los temas son bien importantes. El tema de la justicia.
El Ministro ha avanzado mucho con ustedes
para definirle a ese tema varios ejes. Primero: ¿cómo la desatrasamos?
Segundo: ¿cómo resolvemos problemas estructurales
para evitar nuevos atrasos? Tercero: ¿cómo la hacemos
más transparente?
El Congreso dio un gran paso desde la administración anterior
y que se consumó en esta: la aprobación del acto
legislativo para incorporar el principio de la oralidad en derecho
penal y para incorporar el régimen acusatorio. Ahora se
está en la tarea de la aprobación de los códigos
y el país espera con mucha ilusión que el primero
de enero del año entrante podamos empezar la aplicación
del procedimiento oral y del sistema acusatorio.
Qué bueno que como resultado de estos acuerdos, la oralidad
se generalice para todas las materias que tienen que ver con procedimientos
ante la justicia. Cuánto ayudaría a la transparencia,
a la simplificación, a la agilidad.
Y allí hay otro eje bien importante: desjudicializar las
pequeñas causas, donde seguramente tendremos que trabajar
en el nivel constitucional y en el nivel legal y donde ya se ha
avanzado con discusiones tan importantes como la que ustedes han
dado al proyecto de ley arbitral. Cuánto ganaría
el país dando ese paso definitivo de que las pequeñas
querellas no tengan que ser conocidas directamente por los jueces.
Allí hay una gran esperanza de que podamos avanzar sustancialmente.
Tenemos hoy un problema carcelario enorme
de saturación
que se enfrenta con una situación difícil del fisco,
como todos ustedes la conocen. Ese problema implica que el Gobierno
avance en sistemas concesionales de cárceles, en la tarea
está el Ministro, está construyendo un patrimonio
con bienes provenientes de la confiscación, bienes ilegítimamente
adquiridos, para darle garantía al programa de concesión
de cárceles.
Pero esa tarea también implica revisar las sanciones a
las diferentes conductas. Pienso que en Colombia hay unas conductas
mayores que requieren creciente severidad: el terrorismo, la corrupción,
el narcotráfico y todo lo vinculado a estos temas.
Pero hay unas conductas menores que se
pueden tratar con procedimientos diferentes al encarcelamiento.
Cuánto nos ayudaría
eso a resolver el problema carcelario.
El otro gran tema que ustedes ha incorporado
en el acuerdo está el
de revisar la estructura del Estado en aspectos normativos y en
aspectos institucionales. Yo creo que si algo nos ha hecho recortar
distancias, estimular aproximaciones, ha sido que aquí no
estamos en la contradicción entre el polo que quiere más
Estado y el polo que quiere menos Estado. Yo creo que aquí vamos
caminando por un sendero de aproximación para tener un Estado
más funcional, un Estado que no derroche, un Estado más
transparente y un Estado que privilegie la inversión social.
En esa dirección podremos encontrar una buena reforma institucional
porque, ante las inmensas carencias de los sectores sociales de
la Patria, el Estado tiene que hacer superiores esfuerzos para
orientar la mayor cantidad de recursos hacia esos sectores sociales
y a eso se opone un Estado burocrático de instituciones
innecesarias y de gastos inútiles.
El privilegio de la inversión social nos demanda pues revisar
de dónde podemos ahorrar recursos para orientar al Estado
Social. Y allí hay unos temas de gran importancia, como
el tema de la contratación. Que el país nos demanda
hacer todos los esfuerzos posibles para la transparencia. Lo que
se ha hecho hasta ahora vía decreto, ayuda: exigir que todos
los pliegos de condiciones de las licitaciones se publiquen antes
de su adopción definitiva, exigir que las licitaciones se
adjudiquen en audiencia pública, exigir las veedurías
comunitarias, pero para eso de la selección objetiva faltan
temas de ley que van a abocarse en este acuerdo político
y que son importantísimos.
Y ahí viene también la relación del Estado
con el ciudadano. El ciudadano quiere un Estado que ayude, que
exija transparencia, pero que no obstaculice. Por eso la revisión
del concepto de Estado recargado de trámites, su abolición,
es imperativa. Y hay mucha esperanza de que este acuerdo nos conduzca
a ello.
La Constitución del 91 incorporó instituciones normativas
bien importantes como la carrera administrativa pero hoy, sin renunciar
a lo fundamental, es hora de ajustes. El ingreso al Estado no puede
hacerse de manera contraria al examen de los méritos, pero
tampoco el ingreso al Estado puede consagrar un derecho de inamovilidad.
Por eso es bien importante una concepción
moderna de carrera administrativa para estimular el concurso
como mecanismo de acceso
al Estado, pero evitar la inamovilidad manteniendo en cabeza de
los funcionarios responsables, herramientas flexibles para poder
remover del Estado a quienes no cumplan debidamente con sus deberes.
Todos estos temas sugieren mucha controversia,
pero nosotros estimulados por el afán de aceptar y de
servir bien a Colombia, iremos logrando los acuerdos.
El tema tributario es inmensamente difícil. Algún
pensador dijo que cuando terminaban las guerras civiles en Colombia,
cada uno de los excombatientes salía con un proyecto de
Constitución en su mochila. Hoy cada uno de los pensadores
del tema tributario tiene un proyecto de estructura tributaria
para la Nación.
El tema es bastante difícil, hay que aproximarnos a él
con toda la desprevención.
En el acuerdo hay unas bases bien importantes
que le producen al tema un marco que lo va orientando bien y
creo que ahí hay
dos puntos fundamentales: el estímulo a la descentralización
con eficiencia y también la construcción de solidaridad.
Esa construcción de solidaridad
tiene que ponerse en un punto muy equilibrado, porque es tan
grave una sociedad sin progresividad
en los impuestos, como una sociedad que por excesos impositivos
produzca estampida en el sector privado.
Y eso nos va conduciendo a la concepción del modelo de
sociedad que queremos. Pienso que Colombia debe hacer una reflexión
sobre temas elementales, el país debería pensar en
rechazar contundentemente la sociedad insolidaria, la sociedad
feudal, la sociedad de explotación y en rechazar contundentemente
los proyectos políticos de odio de clases, los proyectos
políticos de insensateces soportadas en el odio y en el
populismo.
Creo muchísimo en que una buena interpretación de
la solidaridad nos lleva a ese punto de equilibrio que requiere
Colombia para su presente, para su porvenir. Que el tema tributario
le de tranquilidad a las regiones, no obstante que hay que exigirles
aportes y hay que exigirles eficiencia. Que el tema tributario
nos permita dar un alivio a los sectores sociales que demandan
más atención y al mismo tiempo confianza a los sectores
empresariales.
Los años no pasan en vano, la vida política de muchos
de ustedes, como la mía, que ya tiene varias décadas
nos ha permitido apreciar muchos fenómenos en la vida colombiana.
Recuerdo que en la primera juventud nos aproximábamos a
las campañas políticas con unos debates en la época
bien interesantes entre el desarrollismo, la simultaneidad entre
el crecimiento y la distribución y también las opciones
que especialmente se agitaban en la universidad pública,
provenientes de las diferentes expresiones del marxismo.
Les diría que hoy en ninguna parte del mundo se rechaza
la iniciativa privada. Al contrario, muchos de los países
que la rechazaban radicalmente, cuando mi generación estaba
joven en las bancas de la universidad, son hoy los países
que con mayor ansiedad están buscando la iniciativa privada.
Es imposible construir equidad sin una empresa privada que crezca
dinámicamente. Comparo la Colombia de hoy con los debates
de 1974 y la verdad es que con la menor subjetividad me atrevo
a lanzar ese juicio.
Dije la semana pasada en Europa algo que
quiero repetir en presencia de ustedes, apreciados compatriotas.
La inequidad en Colombia no
es por la empresa privada sino por la falta de empresa privada.
El terrorismo, circunstancias de diverso orden, muchas también
de la economía, frenaron el crecimiento de la empresa privada,
pero siguió un acelerado crecimiento de la sociedad. Entonces
no tuvimos una empresa privada del tamaño que lo requirió nuestra
sociedad.
Creo que allí se explica en esa disparidad, entre el tamaño
de la población colombiana inmenso y el mucho menor de la
empresa privada, la inequidad de la sociedad colombiana.
Un ventero callejero de Bogotá tiene un ingreso total entre
140 y 250 mil pesos al mes. Al año mucho menos de los 5
que le pagamos a una de las 20 mil familias guardabosques. En una
empresa formal organizada en Bogotá, el trabajador del salario
mínimo, sumando el salario, las prestaciones y la afiliación
a la seguridad social, gana 2 veces y medio, 3 veces, lo que gana
quien está en el sector informal. Y ese sector informal
representa hoy el 60 por ciento.
Por eso es bien importante hacer esa reflexión sobre la
empresa privada, necesario exigirle solidaridad y esencial darle
confianza. Nosotros no vamos a tener los recursos suficientes para
darle seguridad y equidad a la sociedad colombiana, sino crece
nuestra empresa privada. He hecho comparaciones en las últimas
semanas entre el marco laboral y de seguridad social en Colombia
y el de países de gobiernos socialdemócratas. En
Colombia, por ejemplo, la mayor parte de las cargas de seguridad
social son contribuciones de los empleadores. En países
de gobiernos declarativamente más avanzados ideológicamente
que el que represento, todas esas cargas de la seguridad social
las paga el trabajador.
Aquí hemos construido un marco normativo
bastante equitativo, lo que requerimos es que la empresa privada,
dentro de ese marco
normativo crezca para ayudarnos a edificar equidad.
En el frente fiscal hemos avanzado. El
29 de diciembre, cuando ustedes –distinguidos integrantes del Congreso- interrumpieron
sus vacaciones, regresaron a Bogotá, hicieron el esfuerzo
de entregarle al país esa reforma tributaria, al dirigirme
a mis compatriotas en la noche y expresarle mi gratitud al Congreso
de la República, reconocía que habíamos hecho
un gran esfuerzo para avanzar en el frente fiscal. Indudablemente
el proceso de reformas en este periodo de ustedes en el Congreso
que coincide con el periodo acumulado de este Gobierno, ha sido
intenso: pensionales, tributarias, laborales, administrativas,
etcétera, pero tenemos un problema bien delicado que es
el problema pensional. Estamos obligados a encontrarle solución.
Los analistas económicos que han identificado en el problema
pensional la mayor causa de las dificultades fiscales en muchos
países, miran en Colombia dos temas: lo logrado de manera
general frente a lo fiscal y lo que falta de manera particular
frente a lo pensional.
Ustedes saben que este año las transferencias de la Nación
al Instituto de los Seguros Sociales (ISS) para pagar pensiones,
valdrán alrededor de billón y medio, más o
menos la mitad está presupuestada, la otra mitad todavía
no se ha incorporado al presupuesto. Y el año entrante esa
transferencia puede costar más de cuatro billones.
Se lo difícil que es el tema pensional, he vivido lo que
muchos de ustedes viven permanentemente: la reunión con
un grupo de trabajadores de la Patria con la expectativa de pensionarse,
la reunión con un grupo de pensionados de la Patria con
la expectativa de que no se deteriore la capacidad adquisitiva
de sus ingresos.
Con equidad, con una gran sensibilidad
social, tenemos que encontrar una solución al problema pensional. Déjenme decirles
a ustedes queridos compatriotas, que no sería responsable
de este Gobierno dejarle al próximo, la herencia del problema
pensional que golpea hoy las finanzas de la Patria.
Comparto sus preocupaciones sociales, me
identifico con ellas, pero los invito a que, sin abandonar la
equidad, busquemos una
salida al problema pensional de la Nación. Ustedes hoy nos
han dado un gran ejemplo a todos: el ejemplo de mostrar que la
lucha por las ideas que cada quien defiende, no tiene objetivo
distinto que el de servir bien a Colombia.
En este acuerdo todos han llegado con sus
ideas políticas
para ponerlas allí en emulación, para ponerlas allí al
servicio de un gran producto de la creatividad y de la inteligencia
que sirva bien a esta Patria que todos amamos entrañablemente.
Una Patria que independientemente de diferencias de matices que
tengamos sobre la ideología, la política y la economía,
todos queremos servirla y todos queremos dejarla mejor para quienes
habrán de venir.
Ministro, distinguidos congresistas y representantes de los partidos,
muchas gracias les damos hoy todos los colombianos, muchas felicitaciones
por haber logrado este acuerdo y nos vamos a aplicar a que, no
obstante la complejidad y la dificultad de los temas, este acuerdo
se traduzca en unos buenos resultados para la Patria.
Este acuerdo es más importante por la expresión
de construcción de Patria, que por los resultados inmediatos
que puedan producirse.
Quiero recordar al oído de ustedes, queridos periodistas
y no se entiende que yo cite a Mao Tse Tung, pero lo estudié con
inmensa consagración: ‘detrás de cada contradicción
viene una contradicción. La vida de los pueblos es un proceso
ininterrumpido de problemas y de soluciones’. Por eso el
paso de hoy, no lo podemos ver como un paso espectacular y milagroso,
sino como un paso pedagógico para que Colombia viva en el
proceso ininterrumpido de construir acuerdos para resolver los
problemas de cada coyuntura.
Muchas gracias a todos.
|