RECONOCIMIENTO AL PRESIDENTE
DE LA CAMARA DE REPRESENTANTES, ALONSO ACOSTA
Junio 04 de 2004 (Barranquilla – Atlántico)
Compatriotas:
Acudo esta noche a Barranquilla a destacar liderazgos necesarios
de la Patria. El Presidente de la Cámara de Representantes,
en una juventud vigorosa, dedicada por entero al servicio de la
región y de la Nación, va construyendo una estela
de servicio de gran importancia.
En 1999 constituyó, en la región Caribe, el movimiento
de Participación Popular que ha abierto un gran espacio
en el nivel regional y en el nivel nacional.
Como legislador se ha preocupado permanentemente por una agenda
de gran importancia para la Nación entera. Una agenda que
se expresa en leyes como la de televisión, en leyes para
regular diferentes profesiones –agroquímicas, forestales,
agronómicas, enfermería, fonoaudiología, arquitectura,
agente de farmacia, bacteriología, especialización
de su cirugía general, para garantizar el ejercicio del
periodismo.
Participe activo de la Ley 300 de 1996 conocida como Ley General
del Turismo, el Estatuto Nacional del Transporte, la creación
del Instituto Tecnológico de Soledad, la ley que creo el
Ministerio de Cultura, aquella que declara al Carnaval de Barranquilla
como Patrimonio de la Cultura Nacional, aquella que modifica las
normas de derechos de autor, la que adopta el Código Nacional
de Tránsito, la que crea el Sistema Nacional de Prevención
Integral, de consumo de drogas, la nueva ley que obliga que todos
los ingresos de los puertos se dediquen de manera exclusiva a su
desarrollo y al desarrollo de las regiones circunvecinas.
Varios autores han coincidido que entre todos los problemas que
muestra el planeta, en esta época postindustrial, sobresalen
los desequilibrios ecológicos, la imposibilidad de generar
empleo y la falta de liderazgo. Con liderazgo todo se resuelve,
por eso los colombianos tenemos que proyectar la Patria, promoviendo
los liderazgos que quieren servirla
Por eso acudimos esta noche a Barranquilla a decirle a los colombianos
que vamos encontrando formidables líderes, uno de ellos
el Presidente de la Cámara de Representantes que nos crea
ilusiones y esperanzas sobre cómo habrá de discurrir
esta gran Nación.
Y acudo, justamente a Barranquilla, a decir que hemos trabajado
para rescatar la confianza en Colombia sobre tres pilares: sobre
el pilar de la lucha por la seguridad con contenido democrático,
sobre el pilar de la transparencia y sobre el pilar de la recuperación,
del dinamismo económico y de la cohesión social.
Y tenemos que incorporar otro cuarto: la recuperación de
la confianza en todas las instituciones. La recuperación
de la confianza en la justicia, la recuperación de la confianza
en la Fuerza Pública, la recuperación de la confianza
en los gobiernos locales, la recuperación de la confianza
en el Congreso de la República, la recuperación de
la confianza en el ejercicio presidencial.
América Latina superó todo lo que fueron los años
traviesos a la implantación del modelo democrático,
pero eso no garantiza la continuidad del modelo democrático.
Hoy requerimos, para que ese modelo democrático se cimenté de
manera permanente en la mentalidad de los latinoamericanos y de
los colombianos, dos condiciones: confianza y cohesión social.
Ambas necesitan un liderazgo y cómo se requiere ese liderazgo
en una democracia tan afectada por el terrorismo, los problemas
económicos, las dificultades sociales, como es la democracia
de nuestra Patria colombiana.
Y acudo a Barranquilla a resaltar la significación de liderazgo
Caribe para el Caribe y para la Patria.
Del liderazgo Caribe para esta región. Estamos llenos de
problemas, pero también enfrente de inmensas posibilidades.
Déjenme aportar el parte optimista.
La Guajira y el Cesar perfilan a Colombia para que dentro de poco
tiempo sea el segundo o el primer exportador de carbón en
el mundo. Esos dos departamentos tienen la posibilidad de hacer
una gran revolución productiva con agua potable, con irrigación,
con construcción de capital social, con sus propios recursos.
Esos dos departamentos tienen la posibilidad de mostrar en Colombia
polos de desarrollo con formidable dinamismo. En todos los frentes:
en el minero, en el agropecuario, en el ambiental, en el turístico,
en la exploración y producción de hidrocarburos.
Toda esta Costa Caribe tiene una formidable posibilidad de hacer
un desarrollo industrial, un desarrollo comercial, un desarrollo
del sector servicios de inmensas posibilidades competitivas y de éxito.
Cuando hemos insertado a Colombia de la mano de los países
Andinos con MERCOSUR; cuando estamos dando los pasos para firmar
un tratado de comercio con los Estados Unidos en compañía
de nuestros socios Andinos –con el buen cuidado de fortalecer
la pequeña empresa, con el buen cuidado de que la posibilidad
de Colombia en el desarrollo del agro encuentre allí oportunidades
y no obstáculos-; cuando avanzamos para que Colombia participe
en el Plan Panamá – Puebla con tres proyectos como
la construcción de la carretera que prolongue esta transversal
del caribe hacia Panamá, conectando a Urabá, al Chocó y
a Panamá por la vía costanera que no ofrece obstáculos
ecológico, con un segundo proyecto como es la construcción
del gasoducto Venezuela – el Caribe de la Patria – Panamá – Centroamérica,
con un tercer proyecto la línea de transmisión de
energía; cuando hemos obtenido ya el visto bueno, expresado
de manera contundente por los mandatarios europeos, para que Colombia
y la Comunidad Andina tengan durante 10 años un acceso preferente
al mercado europeo y durante esos 10 años se negocie el
tratado de comercio que convierta lo temporal en definitivo, estamos
pensando en la región Caribe de la Patria, en sus inmensas
posibilidades.
Porque a lo dicho de La Guajira y el Cesar se suma el Magdalena
con sus inmensas posibilidades turísticas, con su participación
en la fabrica de agua en el atractivo turístico, en uno
de los ecosistemas más importantes del mundo, la Sierra
Nevada y todo lo complementario alrededor de la ciénaga.
Este Atlántico circundado de agua, este Atlántico
con esta maravillosa ciudad que se convirtió en uno de los
polos de desarrollo más dinámicos del Continente.
Cartagena, con toda la posibilidad de recuperar corrientes turísticas
del mundo, que ya se despierta de nuevo el interés en los
cruceros, el interés en los europeos, en las líneas
aéreas dedicadas a la promoción del turismo.
Sucre y Córdoba con todo su potencial turístico,
con todo su potencial agropecuario.
Confiamos que este año el Caribe de Colombia siembre 50
mil hectáreas de algodón, con un buen componente
de algodón tras génico y con una política
estatal seria de financiación de la cosecha, de garantía
de las compras, de organización de la cadena y también
de garantía de los precios y que se vaya perfilando una
recuperación de esa agricultura, cuya crisis desalojo al
campesinado, cuya crisis corresponde con el crecimiento de los
frentes guerrilleros, con el crecimiento de los grupos paramilitares
y con el crecimiento de los cultivos de droga.
Le veo enormes posibilidades al Caribe de la Patria. ¡No
es hora de más quejas ni de más reclamos! Es hora
de que trabajemos con afecto por esta región del caribe,
con afecto por toda Colombia para identificar las posibilidades
y convertir esas posibilidades en ventajas efectivas que contribuyan
a construir la cohesión social.
Y lo más importante de este Caribe esa su gente. El historiador
barranquillero Eduardo Posada Carbó, en una magnífica
tesis doctoral de la Universidad de Oxford, presenta 100 años
de historia del Caribe para concluir con lo que significa el hombre
Caribe.
Aquí nos anticipamos a la industria. En 1915, esta ciudad
de Barranquilla era exportadora de textiles, probó la capacidad
del hombre Caribe que trabajaba a 30 ó 40 grados de temperatura,
sin las comodidades de nuestros días, sin los abanicos,
sin los extractores, sin aire acondicionado, con techos de zinc.
Vino la crisis de la guerra, se cerraron los mercados de exportación
y ese sector no encontró receptividad en el mercado Andino
que había, equivocadamente, querido crecer, aislado del
caribe de la Patria y con el cual apenas nos comunicamos mediante
carretera a principios de los años 50 en el gobierno del
General Rojas Pinilla.
Y destaca también, Eduardo Posada Carbó, la capacidad
de los colombianos del caribe para sobreponerse a todas las dificultades
de la naturaleza.
En esos 100 años que él estudia juiciosamente se
presentan toda suerte de plagas en la agricultura, de sequías
y de inundaciones, que templaron la voluntad de trabajo de las
gentes del Caribe. Aquí hay capital humano para un formidable
desarrollo. En lugar de quejarnos hay que destacar los liderazgos
que habrán de conducirnos a que esta gran región
aproveche todas sus posibilidades.
Por eso, sin ocultar las dificultades sociales y económicas,
quiero esta noche referirme a lo bueno e invitar a los liderazgos
como el de Alonso Acosta –a cuyo lado nos congregamos esta
noche- a agitar las banderas de sacar adelante definitivamente
esta gran región, como lo necesita la Patria.
Cuando pienso en el futuro de Colombia añoro una Colombia
con modelos económicos y políticos sin exclusiones
y sin odios. Ni la exclusión, que ha permitido tanta crítica
a la integración económica, a épocas del capitalismo
ni el odio con que se ha querido acompañar a los procesos
reformistas en varios momentos de la historia. Un modelo solidario,
una democracia plural en permanente debate, pero debate sin acidez,
debate con capacidad de superar contradicciones, debate para construir
consensos, debate para encontrar síntesis, debate para explorar
opciones.
Y el temperamento Caribe aporta muchísimo a ese concepto
de Nación. ¿Por qué? Porque nosotros vemos
en el temperamento Caribe toda una contextura para luchar aguerridamente,
pero también una disposición para acordar solidariamente.
No hay un temperamento más capaz de profundizar diferencias
ni más espontáneo para superarlas y para encontrar
acuerdos. Ese aporte del temperamento Caribe lo necesita el desarrollo
político de la Patria.
Lo de Núñez no se dio por generación espontánea,
primero Indalecio Liévano, después muchos tratadistas –como
el mismo Posada Carbó- nos permiten encontrar en Núñez
la expresión de la rebeldía Caribe contra el desorden.
Cuando examinamos el periplo de Núñez, la participación
de esta tierra en los sucesos que concluyeron con la separación
de Panamá, la participación de esta tierra en la
Guerra de los Mil Días, el nacimiento de la Batalla de Flores
en Barranquilla con el llamado del General Bengoechea, encontramos
que en el temperamento Caribe ha residido históricamente
una gran reserva de la Patria para luchar contra el desorden, para
recuperar el imperio institucional, para superar las amenazas de
la violencia.
Comprometido en la tarea de derrotar de la mano de ustedes y de
la Constitución al terrorismo, de devolverle a Colombia
la paz, de ejercer la autoridad con severidad pero sin jactancias
para permitir que del ejercicio de la autoridad surjan las posibilidades
del diálogo, encuentro en el temperamento Caribe, en el
liderazgo Caribe, en la disposición Caribe contra el desorden
y contra la violencia la mejor inspiración para que Colombia
rescate definitivamente la paz.
En las generosas palabras que le escuchamos esta noche a este
ilustre colombiano, compañero de tantas batallas, Carlos
Holguín Sardi, se refería él a un reencuentro
de los colombianos con el optimismo, con un sentido de Patria más
fervoroso, más interiorizado. ¡Cuánto ayuda
eso, el temperamento Caribe!
Doctor Alonso Acosta: su discurrir temprano y brillante en la
vida pública de la Patria, lleva una ventaja y un gran compromiso.
La ventaja de encarnar el temperamento Caribe, la ventaja de encarnar
todo lo que esta región ha significado para la paz y el
orden, para la alegría y la espontaneidad.
La ventaja Caribe de saber identificar la contradicción
y de saber hallar la solución, pero también un gran
compromiso: el compromiso de aportarle todo ese esfuerzo permanentemente
a su región y a las nuevas generaciones de toda la Patria,
que esperan mucho de usted y de los líderes de su generación
que le acompañan.
Por supuesto, tenemos todo el compromiso con el Atlántico,
con Barranquilla, en medio de enormes dificultades, del déficit,
de la deuda, pero con entusiasmo, con patriotismo, buscando un
manejo económico ambicioso, pero también serio y
responsable.
Confiamos Gobernador, Alcalde, apreciados parlamentarios del Atlántico,
poder convertir en realidad el sistema de transporte masivo de
Barranquilla. El gobierno holandés nos ha pedido 18 días
más de plazo para decirnos si definitivamente habrá de
contribuir a las obras del Puerto y con el apoyo del Gobierno holandés
abriremos la licitación. Si no contamos con ese apoyo, también
la vamos a abrir en los próximos días.
Confiamos que el esquema que van a presentar esta semana sectores
público y privado a la Superintendencia de Servicios, nos
permita avizorar una salida a la empresa telefónica.
Confiamos enormemente en que este año los millón
y medio de colombianos puedan ingresar al régimen subsidiado
de salud y que, con una reforma legal que se tramita en la Comisión
Séptima demos el salto de 14 millones a 26 millones de colombianos
en el régimen subsidiado de salud.
He recibido el apoyo generoso de la bancada parlamentaria del
Atlántico. Quiero decirles esta noche que este Gobierno
no los va a ser quedar mal ni a la hora de ejercer autoridad ni
a la hora de buscar y pactar la paz ni a la hora de responder por
las obras de su región y que no nos van a acomplejar con
el cuento de que no hacemos inversión social.
A pesar de la escasez de los recursos, nuestra devoción
por lo social terminará imponiéndose y con la ayuda
de Dios, van a poder presentar ustedes, al final del cuatrienio,
un balance de una situación social en franca mejoría.
Ese es un compromiso del alma.
Que importante para Colombia el liderazgo del Caribe. Necesitamos
ese ajuste permanente, ese cambio permanente en las instituciones
sin sobresaltos, sin frenar el proceso reformista, sin imprudencias.
Lo necesitamos con entusiasmo y con aplomo, lo necesitamos con
el temperamento Caribe.
A saludarlos a todos ustedes, resaltando los buenos liderazgos,
he venido esta noche a Barranquilla.
Carlos Holguín hablaba de su generación, la mía
que es la misma suya, ahí detracito, no hay vivido un día
de paz. Lo que queremos, lo que queremos es que las nuevas generaciones
de colombianos, sus hijos doctor Alonso, su generación,
los que habrán de venir, como decía Burque: “la
Patria es ese bello pacto que se renueva diariamente entre los
que se fueron, los que están en la batalla del hoy y los
que habrán de venir” lo que queremos es que ese tramo
de la Patria que conformará su generación y los que
habrán de venir, puedan vivir felices en Colombia y en esta
tierra Caribe. ¡Tome las banderas que su responsabilidad
es muy grande!
Muchas gracias.
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