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INSTALACIÓN DEL XXXII CONGRESO DE FEDEPALMA
Junio 03 de 2004 (Santa Marta – Magdalena)

Compatriotas:

Acudo con mucho entusiasmo a esta reunión. Algo me dice, pero la veo, no sé si son equivocaciones de las gafas, pero me parece más vigorosa que la de hace tres años, por allí en un saloncito más pequeño en Barranquilla. ¿Algunos más vinieron por tierra o solamente el doctor Cesar De Hart? Ese es un primer buen indicativo.

Quiero felicitar al doctor César por esa exposición tan cuidadosa, tan bien estructurada. Por supuesto, yo vengo más optimista. Esa intervención la tenemos que tener siempre presente para no equivocarnos. Pero déjenme empezar por algunas cosas generales y anecdóticas. Nosotros nos hemos propuesto, para recuperar la confianza en Colombia, recuperar la seguridad.

Hago mías las palabras que en el último capítulo de la intervención acabamos de escucharle al doctor César: la continuidad de la política de Seguridad Democrática.

¡Qué bueno sembrar en el corazón de los colombianos la necesidad de esa continuidad! Es lo único que nos conduce a la paz, al florecimiento pleno y permanente de la democracia. Tiene que ser de largo plazo. Mientras los terroristas en Colombia han tenido vocación de largo plazo, el orden establecido, el conjunto de colombianos que vivimos bajo la Constitución y la Ley, hemos tenido una vocación de muy corto plazo. Lo registró muy bien el doctor César cuando nos contaba cómo el país ha pasado de intentos de seguridad a nuevas acciones y estrategias de apaciguamiento.

En 1950, a Bertrand Russell, el filósofo inglés, le ocurrió esto: se reunió con un profesor asiático a intercambiar sus experiencias, sus investigaciones, sus indagaciones y en la conversación le pregunta al profesor asiático: ‘¿qué opina usted de la Revolución Francesa?’ Le dijo: ‘es muy temprano para opinar’ y era 1950. Esa perspectiva de largo plazo oriental es muy importante incorporarla en las sociedades latinoamericanas, en la nuestra. Es una necesidad.

Con estas políticas cortoplazistas no enfrentamos los grandes desafíos sociales de nuestros pueblos. Quiero invitarlos que cimentemos en la conciencia de los colombianos unas políticas de largo plazo sobre aquello que se requiere para el bien público.

El segundo punto para recuperar confianza es la recuperación económica. El tercero, la recuperación social. Y en la recuperación social hay siete elementos: la revolución educativa, el avance de la protección social, el impulso a la economía solidaria, el manejo social de los servicios públicos, del campo, la construcción del país de propietarios y la calidad de vida urbana. Por muchos de ellos pasa el cultivo al cual ustedes dedican sus esfuerzos.

Es un cultivo que permite unos ingresos que posibilita la revolución educativa. Y a la vez, todas las exigencias que ese cultivo demanda para su competitividad, exigen la revolución educativa, como acabamos de constatarlo en la intervención del doctor De Hart.

Es un cultivo que permite la ampliación de la protección social. Cultivo que, en la medida que reivindica amplias masas campesinas, facilita el acceso de ellos a la protección social. Es un cultivo que estimula la economía solidaria.

Yo, que he vivido siempre como empresario en el campo colombiano, he conocido La Palma solamente de lejos. La primera relación formal la tuve como Secretario del Ministerio de Trabajo hace cerca de 30 años y estaban los problemas en San Alberto y he visto ese magnífico tránsito en lo laboral hacia unos sistemas solidarios.

A eso le sumaría lo que han venido realizando ustedes, integrando comunidades campesinas. Lo de María La Baja, lo de los alrededores de Barrancabermeja, las perspectivas del sur de Bolívar. Allí se ha presentado una gran integración entre grandes empresarios y pequeños cultivadores. Son todas formas solidarias.

He visto un cultivo con unas prácticas que se acomodan a ese presupuesto del mejoramiento social. La promoción de la economía solidaria, tanto al hacer el tránsito de las normas laborales tradicionales, a unas relaciones laborales de economía solidaria que se dan en muchas plantaciones, como al integrar el gran capital y el pequeño propietario.

Es un cultivo que nos permite, de manera excelente, avanzar en el sueño del país de propietarios. Si algo amenaza el concepto de empresa privada no son las viejas tesis derivadas del Marxismo que atentaron contra la empresa privada, sino la falta de capacidad en el capitalismo, de generar nuevas empresas y nuevos empresarios.

Y en La Palma, en Colombia, se da todo lo contrario: una gran capacidad de generar nuevas empresas y de generar nuevos empresarios, de construir un país de propietarios –que es fundamental para la legitimidad de las instituciones, que es fundamental para la solidez en la conciencia de los colombianos del concepto de empresa privada-.

El presidente Ospina Pérez hizo una política bien atípica para la época y para los estándares colombianos. Uno de sus últimos discípulos en su primera juventud, en su adolescencia, nos acompaña hoy: Luis Alfredo Ramos Botero, distinguido Senador de la República.

El presidente Ospina Pérez casi llegó a la Presidencia sin manifestaciones públicas, con un mínimo de campaña, recorriendo a lomo de mula la zona cafetera. Sostuvo a lo largo de su vida un gran debate a favor de que el país no le tuviera temor a la producción de café, de que había que producir todo el café que se pudiera, mantener abarrotadas las bodegas de la federación.

En los últimos años, escuchábamos voces muy pesimistas: que Colombia no es competitiva, que la competitividad de Vietnam, etcétera. Yo creo que todo eso es discutible, una cosa es producir un café de mala calidad, que se cosecha acabando con los arbustos y otra cosa es este café producido y recogido con todo el esmero, con un tratamiento manual delicadísimo, que se transmite en su calidad.

Otros han dicho: hay que eliminar la caficultura en la zona cafetera y sembrar unas hectáreas en los llanos para competir con el serrado del Brasil o con Vietnam. ¿Quién traslada esas familias? ¿Qué hacemos con esas lomas?

Creo que los errores fueron otros. El error no fue haber sembrado bastante café. Si quiera lo hicimos. El error fue haber acabado con el café con sombrío. El error fue no haber entrado a tiempo a las grandes comercializadoras internacionales de alimentos. El error fue no haber empezado a tiempo la promoción de los cafés especiales, la promoción del café orgánico, la recuperación del café con sombrío y los nuevos canales de mercadeo.

Todavía hace dos años le preguntaba a dirigentes nacionales e internacionales muy importantes del grano, los cafés orgánicos y me decían: ‘no, no, Presidente, eso no tiene posibilidad. Eso es muy poquito’. Pues están creciendo al 50, 60 por ciento al año y vamos a tener alrededor de dos millones de sacos.

Decía: ¿por qué no hacemos alguna cosa parecido a los Starbucks? ‘No, no, Presidente, ¿cómo vamos a competir con esa gente?’ Pongan cuidado que cuando pudimos ser socios de las grandes comercializadoras de alimentos, lo que nos habría abierto un gran espacio para entrar a los mercados de los países industrializados con café procesado, también desechamos la posibilidad.

Yo creo que se va poder recuperar bastante la caficultura y proteger 500 mil familias que de ella viven directamente, trabajando básicamente tres conceptos: café orgánico (un nuevo producto para el mercado), las tiendas (para no permitir que se pierda la marca Juan Valdez, Café de Colombia, un nuevo canal de mercadeo en el país y en el extranjero) y los cultivos complementarios.

Este año, en las zona cafeteras, en los pedacitos de zoca, donde se ha zoqueado el café y s está esperando la recuperación, se siembran 4º mil hectáreas de maíz tecnificado, más las que se van a sembrar de fríjol. El año pasado fueron 30 mil y bastante ayudaron al ingreso del campesino cafetero.

La verdad es que comparo el café con la palma y por eso tengo bastante optimismo sobre las posibilidades de este sector. Cuando nos reunimos hace dos años hablamos de sembrar 80 mil hectáreas de palma en este Gobierno. Debemos terminar este Gobierno con 250 mil. Bueno, que terminemos con 270 ó 280 mil. Hago una pregunta: ¿cuántas hectáreas tiene Colombia adecuadas, aptas para palma, sin necesidad de tumbar un sólo metro de bosque?

Pensar en tener 600, 700 mil hectáreas de palma en un país con un potencial de tres millones de hectáreas sin tumbar bosque es una meta modesta. Sólo le dicen: ‘pero es que Malasia está haciendo otras cosas.’ Sí, pero es que primero sembró 3.600.000 hectáreas de palma. Nosotros no podemos desperdiciar el recurso tierra ni las ventajas naturales.

A uno le dicen: ‘no, lo que hay que hacer es lo de Irlanda del Norte’. Sí, yo estoy de acuerdo, los incentivos fiscales, en esa dirección hemos venido trabajando. Pero nosotros no podemos subestimar aquí el potencial agropecuario porque la situación es muy diferente. Ellos no tienen sino 70 mil kilómetros cuadrados de área, tienen una población de escasamente cuatro millones de habitantes y, a pesar del esfuerzo que han hecho para tener un desarrollo basado en empresas de alta tecnología, atraídas por una serie de beneficios fiscales, todavía mantienen algún índice de desempleo considerable.

Nosotros definitivamente tenemos que pensar en el agro. Hace dos días me decía el Presidente de México (Vicente Fox) que ellos están sustentando todo el crecimiento de la economía mexicana y del empleo ahora en el agro, que tuvieron que volver al agro.

Uno sobrevuela del Piedemonte al río Orinoco, nosotros tenemos 300 mil kilómetros de sabanas en la Orinoquía. Son unos suelos malos pero mejorables, sin piedra, allí no quedan en bosque sino los morichales con unos ríos espectaculares. Uno sobrevuela eso y dice: ¿vamos a desperdiciar eso?

Entonces, en una visión de Colombia a largo plazo tenemos que ser muy ambiciosos en el agro, indudablemente. Y uno ve todas las posibilidades que tiene la palma africana en Colombia. Ahora, uno no puede escoger qué es lo que va a sembrar. Uno tiene que sembrar aquello en lo cual el país tiene ventajas potenciales que se pueden convertir en ventajas reales.

Todo lo que he hablado con ustedes, lo que he observado en el campo colombiano, me indica que la palma tiene una ventaja potencial de gran importancia. Convirtámosla en ventaja real.

Y esa posibilidad de combinar el grande, el pequeño, esa posibilidad de generar empleo en todos los tamaños, es una virtud que no podemos subestimar, sobre la cual no podemos pasar por alto en este sector.

Veamos el tema de competitividad. César De Hart nos dice: ‘no podemos suponer que por el incentivo tributario vamos a derivar automáticamente mayores niveles de competitividad’. No hay una derivación automática, pero pienso que un gremio tan serio como el que ustedes integran sabe utilizar el incentivo tributario para poner el buen cuidado, desarrollar los cultivos y las plantas con las mejores prácticas, a fin de alcanzar la mayor competitividad.

Sin embargo, quiero examinar este tema con ustedes. Anoche, el Ministro de Comercio (Jorge Humberto Botero) anunciaba una línea de crédito en BANCOLDEX para mejorar competitividad de pequeña empresa a 12 años. Ustedes saben las dificultades que nosotros hemos tenido con el ICR, afortunadamente se han podido salvar por las utilidades de FINAGRO. Saben también que hemos venido creando otra tendencia en el país, que no todo dependa de subsidios de caja, que haya unos incentivos tributarios que no implican subsidios de caja inmediatos y que mucho dependa del crédito.

Cuando el país va logrando reducir su inflación, mirar un futuro inflacionario más despejado quiere decir que está creando las condiciones para tener unas líneas de crédito de más largo plazo y de mejores tasas de interés. Lo único que las posibilita es un horizonte inflacionario despejado. Creo que el ensayo que hicimos con maquinaria agrícola es bueno.

Cuando nos reunimos con el gremio, al inicio del Gobierno, que vivíamos los problemas del ICR dijimos: vamos a aprovechar este horizonte inflacionario y vamos a buscar líneas de crédito para incentivar el reequipamiento del agro. El Ministro (de Agricultura, Carlos Gustavo Cano), la junta de FINAGRO, definieron una línea de crédito para maquinaria agrícola de 8 años de plazo, tasa fija de interés de 9 por ciento.

¿Cuánto colocó el año pasado y cuánto va a colocar este año, doctor César? Van 60 mil millones. Entonces ha colocado 18 mil este año. ¿Cuánto va a colocar en el resto del año? Quedan 40 mil. O sea que al final del año tendríamos en dos años, cuatro meses, 100 mil millones. Y agotado eso, la plata para seguir tiene que aparecer.

Yo les quiero proponer lo siguiente: les quiero proponer concertar con los Ministros, con FINAGRO y con el BANCOLDEX que ustedes accedan a la línea de crédito de competitividad que se ofreció ayer para la pequeña y mediana empresa. Entonces, todo lo que sea inversión, esfuerzo para competitividad, tenga esa línea de crédito, que es una línea de crédito bastante atractiva.

Creo que podemos pensar en los ajustes que haya que hacerle a las líneas de crédito. Ustedes saben que se ha hecho un esfuerzo permanente con el Banco de la República para tener una tasa de cambio competitiva y una tasa de interés que permita trabajar.

Bueno, viene el otro tema, el del biodiesel. Nosotros tenemos que buscar cuáles son los nuevos productos y cuáles son los nuevos mercados. El doctor César nos acaba de decir que todo lo que se ha sembrado va para la exportación. Todo lo que se siembre va para la exportación. El país tiene oportunidades energéticas y limitaciones energéticas. Aquí nos acompaña el Ministro de Minas (Luis Ernesto Mejía).

Desde 1992, la exploración de los pozos de petróleo venía cayendo. Cayó a 7 en 2002, se recuperó a 28 el año pasado. Este año vamos a pasar de 30, pero todavía el país tiene un horizonte bastante complicado en producción de petróleo. Hay que hacer todos los esfuerzos para nuevos hallazgos, recuperar el ritmo de exploración, recuperar el ritmo de sísmica. Se han introducido una serie de incentivos, el manejo fiscal, el manejo de la política específica aplicada al sector en materia de condiciones de contratación y el tema de la seguridad nos va a ayudar. Pero ahí hay incertidumbres, ojalá se puedan despejar.

Vamos muy bien en carbón, se acaba de prorrogar la explotación de gas en La Guajira, hay una producción importante de gas en Cusiana, se acaba de asignar la exploración del Caribe colombiano. Los exploradores están entrando con maquinaria de alta tecnología. Ya la semana pasada presentaron en Cartagena un buque dotado de la más moderna tecnología para la exploración de nuestro Caribe, etc.

Pero creo que, si algo necesita el país, es tener una política energética de múltiples fuentes y que se le dé gran peso a las fuentes vegetales. El gran temor del mundo hoy es el impacto del déficit en el suministro de energía sobre el desempeño de la economía en la próxima década. El ex presidente Cardoso dice que en cada uno de sus años en el Gobierno del Brasil la economía dejó de crecer de uno a dos puntos por problemas energéticos. Argentina tenía una gran ilusión de recuperarse aceleradamente este año. Empieza a verse restringida por problemas energéticos.

Chile, una economía tan próspera, tan sólida, empieza a tener serios problemas energéticos. Se alimenta de gas de Argentina. Los bolivianos le dicen a Argentina: ‘Les vendemos, pero si no le venden a Chile.’ Chile, se lo escuché al presidente Lagos, acaba de hacer un convenio para traer gas licuado desde Taiwán, Taiwán – Chile, para generar energía.

La verdad es que nosotros nos tenemos que anticipar a la crisis energética y una de las posibilidades es ésta. Imaginen ustedes que no hubiéramos madrugado cuando empezó este Gobierno con el tema del alcohol carburante. Ustedes están algunos familiarizados con el tema. Recuerdo que muchos en el Ministro de Hacienda me decían: ‘no, para qué, eso de pronto no es posible, eso no está asegurado, quién sabe si vamos a usar alcohol carburante.’ Bueno, finalmente la logramos sacar.

Dimos tres pasos: la exención tributaria, el reglamento en la organización mundial del comercio y la garantía de precio. Esta mañana decían ¿cuántos ingenios del Valle del Cauca han ordenado ya la construcción de la destilería?’ 5, eso nos garantiza el año entrante una disponiblidad de un millón de litros diarios de alcohol carburante. Ahí tenemos un motivo de alivio frente a las preocupaciones energéticas.

A mi me da mucho temor el tema energético. Estaba con Aurelio Iragorri sentado en las bancas del Senado y el Gobierno de la época, con toda honradez, Gobierno intachable, decía: ‘no, no hay preocupación, estamos con sobrecapacidad’ y a los tres años vivimos la amarga experiencia de 1992, la crisis energética.

Creo que el país tiene que jugarle con todo entusiasmo a las energías alternativas.

En este Gobierno, el Congreso nos aprobó una exención a la energía eólica. Ahí se instaló la primera planta eólica en La Guajira. Ojalá se continúe con eso porque eso tiene una gran posibilidad. Ya vimos lo del alcohol carburante, ya vamos por el biodiesel. Yo veía el motorcito aquí afuera, esta semana hablaba con algunos y me decían: ‘es que no hay la tecnología’. Entonces, empezamos a ver que sí la hay.

Vamos a luchar para que el Congreso de la República nos apruebe la exención tributaria, pero a eso se tiene que aplicar gremio y Gobierno con entusiasmo porque, si nosotros dudados, ¿qué dirá el Congreso? Si el gremio le presenta al Congreso un sólo motivo de duda, el Congreso va a decir: ‘pero si el mismo gremio tiene duda’. Entonces, mi invitación es a que nos volquemos muy convencidos, gremio y Gobierno, a pedirle al honorable Congreso que nos apruebe eso.

La semana entrante se va a votar en la Comisión Tercera de la Cámara y los invito a que nos propongamos que, por lo menos, se apruebe en la Comisión Tercera de la Cámara antes de que termine este período el 20 de junio. Es una necesidad.

Ahí aparece otro tema. ¿Qué pasa con la volatilidad del petróleo? Acepto el tema de la volatilidad del petróleo. Asistí a un seminario en 1998 y nos decían los expertos en petróleo: ‘Es gravísimo para Colombia lo que va a pasar porque a ustedes se les va a poner el petróleo a 8 dólares’ y a los seis meses estaba en 28.

Ahí hay una preocupante volatilidad pero, ¿ahora qué ocurre? Ahora ocurre que el mundo empieza a estar de acuerdo que en 40 años debe estar sustituido el petróleo. 40 años para un problema de este tamaño, es un período muy corto. Una cosa es la volatilidad cuando hay un recorrido indefinido en el tiempo sobre el producto. Otra cosa es cuando el producto empieza a tener una condena universal a que debe desaparecer en 40 años. Yo rogaría considerar eso.

Bueno, muchas gracias por asistir a este encuentro y ahora les cedo la palabra.

 
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