INAUGURACIÓN MACRORUEDA
DE NEGOCIOS
COLOMBIA – BRASIL
Junio 22 de 2004 (Sao Paulo – Brasil)
Compatriotas colombianos, compatriotas brasileros, compatriotas
de nuestra América del Sur:
En enero del año pasado tuve el privilegio de conocer al
Presidente Lula, cuando concurrimos a la toma de posesión
del Presidente Gutiérrez, en Quito. Por su puesto, veía
que las cámaras fotográficas buscaban los más
sospechosos ángulos para tomar fotografías, empiezo
por mí, ¿qué pensarían?, ¿cómo
se va a entender Lula con Uribe, si Uribe es un logro guerrerista?
Y qué dirían del otro lado: ¿cómo se
va a entender Uribe con Lula, si Lula es el director del PT y la
FARC trató de meterse en el pasado, en las relaciones de la
izquierda democrática de América del Sur?
Pero, yo encontré en el Presidente Lula un constructor de
consensos, un estadista que me ha despertado confianza, admiración
y cariño. Y creo, que él ha encontrado en mí,
un guerrero con los que debe guerrear, pero un amigo con los que
tengo que ser amigo. Ha sido muy grata esta relación, señor
Presidente Lula.
Ese día volvimos sobre el tema de la integración de
nuestra América: política, de la integración
física, del avance de todos los procesos de comercio, y nos
preguntamos por qué dos países hermanos, vecinos -que
suman un mercado tan importante-, siguen tan alejados. Juntos en
la retórica, alejados en la realidad.
Y nos dimos a la tarea de sacar adelante el acuerdo CAN – MERCOSUR,
que hasta ese momento no era siquiera utopía, era una idea
de unos pocos, que contaba con el desinterés de la gran mayoría.
Afortunadamente hoy es una realidad, que como lo anotara el Ministro
Botero (Jorge Humberto, de Comercio, Industria y Turismo), se ha
hecho posible gracias al pragmatismo y a la generosidad con que se
reconocieron asimetrías y se permitieron cláusulas
que garanticen la equidad.
Los acuerdos de comercio, para ser perdurables, para contribuir
al bienestar de los pueblos, tienen que ser equitativos. Para que
ser equitativos, tienen que reconocer las asimetrías, tienen
que reconocer las particularidades de cada país, sus riesgos
en sectores como el agropecuario, tienen que contribuir al desarrollo
de la pequeña empresa, etcétera.
Ese ha sido un gran paso. Ustedes lo avalan hoy, con su concurrencia
a este acto y con la decisión de incentivar estas relaciones.
Pero tenemos que seguir trabajando, para esta integración
política y física para nuestra América. ¿Cómo
la vemos? Como una necesidad, de polo a polo, de Alaska a la Patagonia.
Y esta integración no la logramos con confrontaciones, no
la logramos con pequeñas disputas, las logramos con cooperación,
con construcción de consensos, en lo cual el Presidente Lula
siempre da un gran ejemplo.
Repito hoy aquí, el interés del pueblo colombiano,
de todas nuestras instituciones estatales del Gobierno, de contribuir
a la integración de las Américas, a la integración
política, a la integración física, a la integración
comercial. Y encontramos una gran identificación el Gobierno
del Presidente Lula, porque vemos que el camino es el consenso, la
cooperación, no la confrontación.
Para la integración física hemos estado examinando
una serie de pasos de gran importancia: primero, Colombia y Panamá –están
unidas en la historia, en la sangre-, se constituyen hoy en el punto
de desunión física. Colombia ha dado el paso de pedir
su ingreso al Plan Panamá – Puebla, en el capitulo de
infraestructura.
Inicialmente entramos con tres obras, que van a convenir muchísimo
a la integración física del Continente: primero a construir
la carretera. Empezó el Siglo XXI y la carretera de nuestras
Américas está suspendida, está interrumpida,
no la vamos a construir por el Tapón del Darién, las
conversaciones iniciales con el gobierno de Panamá, es construirla
por la línea costanera para adaptarnos plenamente a los requerimientos
ambientales. Eso despeja caminos y nos permite ir convirtiendo esa
ilusión de las Américas en una realidad.
El segundo paso es la construcción del gasoducto. Al integrase
energéticamente Brasil y Venezuela, es necesario construir
ahora el gasoducto del oriente de Venezuela a su Oeste, cruzar Colombia
y llevarlo de Colombia a Panamá para integrarlo hasta Puebla.
Aspiramos concretar, definitivamente el tema, en la reunión
con el Presidente Chávez, en los próximos días,
en Mérida, Venezuela.
Y el tercer punto es la línea de transmisión de energía.
En materia energética sí que se tiene que unir nuestro
Continente. Los problemas de suministro de energía se avizoran
como los grandes obstáculos al continuado crecimiento de la
economía en la próxima década.
Y en la integración hacia el Sur, hemos examinado con el
Presidente Lula, temas de gran importancia como la Hidrovía
Suramericana y la comunicación de Brasil con el Pacífico,
a través del río Putumayo y a través de los
Andes Colombianos: la comunicación Belén – Tumaco.
Vamos a examinar conjuntamente una propuesta que me he permitido
elevar al gobierno del Brasil, para que financien la fase final de
los estudios y la construcción de las obras, para garantizar
la navegabilidad permanente en el río Meta. Gran componente
de la vía Suramericana, de la Hidrovía: la comunicación
río Meta – Orinoco, por el Orinoco al Caribe, o por
el Orinoco al Sur, al caño Casiquiare, al río Negro
y al Amazonas.
En la medida que garanticemos esa navegabilidad permanente en todas
las épocas del año por el río Meta, estaremos
dando un paso concreto a la integración física del
Continente.
Y estamos dispuestos a hacer otro convenio con el gobierno del Brasil,
para la comunicación Belén-Tumaco, donde Brasil accedería
al Pacífico por el Putumayo colombiano y por los Andes nariñenses
de Colombia.
Además hemos examinado otros temas como el del Café,
al cual se refirió el Presidente Lula, unos temas particulares
de crédito, del Banco Nacional de Desarrollo del Brasil, el
tema de los alcoholes, el tema de la siderúrgica.
Colombia aspira, a finales del año entrante, a estar destilando
un millón de litros diarios de alcohol carburante.
En Colombia hemos venido en una etapa infortunada de descenso en
la producción de combustibles fósiles, estamos haciendo
grandes esfuerzos para nuevos hallazgos, pero nos tenemos que preparar
con alternativas. Una alternativa son los alcoholes carburantes –hemos
dado todos los pasos-, nuestros empresarios se están dotando
de las plantas y quiero invitar a los empresarios brasileros, no
solamente a ofrecer plantas para vender en Colombia, sino a instalarlas,
a hacer inversión en esas plantas en Colombia. Nada mejor
para promoverlas, que instalarlas allí. Traigo especial mensaje
de los productores de caña, de la hoya del río Suárez,
en los departamentos de Boyacá y Santander. Esa actividad
ha quedado exenta de impuesto en Colombia.
Además, estamos dispuestas a que la Empresa Colombiana de
Petróleos, Ecopetrol, sea socio inversionista con aportes
de capital de riesgo con los inversionistas brasileros que entren
allí, para garantizar la destilación de alcohol carburante.
Quiero invitarlos nuevamente, a revivir el proyecto de la siderúrgica
binacional. En el pasado esa siderúrgica se frustró por
la falta de garantía en el suministro de gas, la extensión
del contrato de la Texas, en el Caribe colombiano, nos permitirá dar
la garantía de suministro de gas. Es hora de que revivamos
la posibilidad de instalar esa empresa binacional.
Tema de gran importancia sobre el cual tenemos pleno acuerdo ambos
gobiernos, es la protección de esa gran riqueza para nuestros
pueblos, para las generaciones del presente y para las generaciones
que habrán de venir: la protección de la biodiversidad
amazónica, diferente manera.
Primero, hay que evitar que la droga destruya la selva amazónica.
El esfuerzo de la droga, de derrotarla, visto desde la perspectiva
ecológica, tiene para nuestros dos países un interés
concreto, la protección amazónica.
En la inserción colombiana a la amazonía, la droga
destruyó un millón 700 mil hectáreas de selva. ¡Ese
es un principio gravísimo! Si no le ponemos freno al narcotráfico,
la droga, en el curso de una o dos generaciones, puede destruir la
cuenca amazónica.
¡Vamos a proteger la cuenca amazónica derrotando la
droga! Hemos encontrado un gran aliado en la lucha contra la droga,
en el Gobierno del Presidente Lula.
Y vamos a dar otro paso. Vamos a proteger las materias primas que
surjan de la biodiversidad amazónica. Que las patentes que
se soliciten, para productos de diferente naturaleza, a partir de
esas materias primas, a partir de la biodiversidad amazónica,
sean patentes para los países concurrentes a la cuenca amazónica.
Eso lo debemos incorporar claramente al Pacto Amazónico y
hacerlo valer en todos los tratados de comercio que firmemos con
terceros países a la cuenca amazónica.
Esta voluntad política, de que nuestros pueblos sean los
usufructuarios de las patentes derivadas de la biodiversidad amazónica,
tienen que dar mucha tranquilidad a la ciudadanía de estas
naciones hermanas, que concurren a esa cuenca.
Cada uno de ustedes, distinguidos empresarios, son generadores de
empleo. Las posibilidades que hoy se concretan, que eran impensables,
se habían oscurecido por prejuicios. Se hablaba de economías
que simplemente competían y no se han explorado ni explotado
debidamente las complementariedades.
En la medida en que empiece este trabajo, ustedes van a ir hallando
una serie de complementariedades de gran importancia. En la medida
que cada uno de ustedes, por el efecto del crecimiento del comercio
entre nuestros dos países, cree un empleo, estará creando
un consumidor más, estará resolviendo un problema de
ingresos de una familia de nuestra América del Sur y estará ayudando
a la expansión económica.
En la integración económica de nuestra América
del Sur, con criterio social, yo veo una gran posibilidad. Tenemos
280 millones de pobres, si los reivindicamos y los incorporamos a
las corrientes de la economía, no solamente estaremos dándole
solidez a nuestras democracias, a través de la cohesión
social, sino una gran fuente de expansión a nuestras economías.
Vínculo este esfuerzo de ustedes a la reivindicación
de los pobres de nuestros países. Cada uno de ustedes es un
generador de empleo, avancemos en esa dirección.
Ha sido muy estimulante, ver este salón hoy, concretando
el acuerdo CAN – MERCOSUR, concretando estos esfuerzos de Brasil
y de Colombia. Vamos a unir más y más a nuestros pueblos
a través del respeto de la democracia, a través de
la lucha por la seguridad para todos los ciudadanos y a través
de la lucha para conseguir la equidad, que será creíble
en la medida que reivindiquemos los grandes sectores pobres de América
Latina.
Presidente Lula: cada vez que me reúno con usted, aprendo
de construcción de consensos, aprendo de prudencia, para la
conducción de las relaciones internacionales. Salgo hoy de
aquí con la convicción de que todos los días
hay más y mejores posibilidades de unir a nuestras Américas.
Muy apreciados empresarios: mantengan los números en crecimiento,
crezcan estas relaciones, mídanlas en volumen de comercio
y en empleo. Cualquier atisbo, cualquier asomo ideológico
hoy en el mundo, llega a una conclusión: la empresa privada
es la única que nos puede resolver el problema de empleo,
el problema de ingresos y el problema de superación de la
miseria y de la pobreza.
A todos, muchas gracias.
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