ENTREGA
DE LA ORDEN DE BOYACÁ EN EL GRADO
DE GRAN CRUZ
A LUIS CARLOS SARMIENTO ANGULO
Junio 08 de 2004 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Luis Carlos Sarmiento Ángulo es una de las grandes figuras
bogotanas que ha hecho de Colombia el objeto de sus sueños
y esfuerzos. Representante inefable del alma empresarial, de quienes
enfrentan los retos del desarrollo, de la creación de empleo,
de la formación de infraestructura, de la apertura de mercados,
de la innovación tecnológica.
La Orden de Boyacá en grado de Gran Cruz, queda hoy un
hombre que en su pecho luce las virtudes que hacen notables a
nuestros empresarios. Esta condecoración no es un gesto
protocolario, sino ocasión para revitalizar y expandir
el buen ejemplo: el de la inteligencia, el estudio, el trabajo
honrado, la capacidad inventiva, el sentido social, la constancia,
representado en el interés por crear bienestar para todos
sus compatriotas.
¿
Cuántos colombianos trabajan o han trabajado en las empresas
que creó su imaginación emprendedora? ¿Cuántos
jóvenes deben su formación académica a los
apoyos de su Fundación? ¿Cuántas vidas se
han salvado gracias a sus esfuerzos para apoyar la Fundación
Cardio infantil? ¿Cuántas familias gozan de vivienda
propia gracias a su impulso constructor?
Los colombianos, tenemos una deuda perenne de gratitud con usted:
por su cultura de trabajo incansable, su aguda visión para
que Colombia progrese, su liderazgo en el sector financiero, en
tantas actividades industriales, su solidaridad con sus compatriotas.
Vidas y obras como la suya, son ejemplo para la Nación.
Su familia, usted, herederos de Don Eduardo Sarmiento, de donde
heredaron esa gran vocación por el trabajo, esa disciplina
de honrar a la Patria, en el diario altar de la educación
a los esfuerzos mayores.
Hoy, el riesgo de la empresa privada no se desprende del vigor
ideológico de las tesis que otrora desafiaron el capitalismo,
sino de la incapacidad del capitalismo de lograr que cada día
surjan nuevas empresas y nuevos empresarios. Sus empresas, sus
proyectos, su talante empresarial, son una demostración
de que Colombia es fuente fecunda de capital social, que nuestra
Patria tiene un capitalismo que adquiere vigor social, un entorno
de condiciones para generar nuevas empresas y nuevos empresarios.
Usted es un ejemplo que muchos, muchos jóvenes de la Patria
deben mirar.
Nuestra Patria tiene que recorrer el camino certero de la expansión
económica, que genere empleo digno y promueva la relación
solidaria entre el capital y el trabajo. Usted, con sus empresas,
demuestra que los trabajadores colombianos también pueden
conocer el camino correcto, que es distinto al discurso agitacional
que exalta la pasión sin avizorar el porvenir, que siembra
el odio y niega la reivindicación.
Usted, ha propugnado y liderado un capitalismo con sentido de
solidaridad y miras patrióticas. Hay que decir, con justicia,
que su vida se convierte en inspiración para todos: nos
recuerda de manera constante que debemos respetar la actividad
empresarial, fortalecerla y entender que solamente un crecimiento
vigoroso y sostenido de la economía, nos ayuda a crear
un modelo social y político de solidaridad, de capital
social, sin exclusiones, sin odios, de pluralismo amplio, de
permanente debate, pero debate fraterno.
Usted es un ejemplo de lo gratificante que es haber dedicado la
vida al trabajo y mantener siempre, simultáneamente, un
sentido de lo público. Un ejemplo de servir a Colombia,
desde la actividad privada y servir a Colombia aportándole
al interés público, simultáneamente.
Usted redime la vida cotidiana de miles de familias y hace que
los colombianos eleven su autoestima. Su patrimonio de trabajo,
su voluntad de hierro, garantizan que muchos colombianos tengan
hogar, mejores condiciones educativas, recreación, salud.
Estamos convencidos que usted es una gran ayuda para construir
el país de propietarios, base fundamental de nuestra democracia.
Sus palabras son anhelo ferviente de esta Patria, que lo oye cuando
ha dicho: "es notorio que se está recuperando la confianza
de la gente, que es un factor definitivo para la economía.
La confianza es el mayor motivador y el mejor actor para reactivar
una economía. Es claro que aquí la gente está recobrando
la confianza y se ve en muchas cosas. Se ve en la reactivación
de la construcción, que es evidente y en la reactivación
de la cartera de los organismos financieros".
En esos párrafos suyos, que los colombianos hemos escuchado
con atención se destaca lo fundamental en esta hora de la
Patria: la necesidad de la recuperación plena de la confianza.
Con el esfuerzo de todos, los inversionistas van a dirigir sus
capitales todavía más y más hacia Colombia.
Una Patria que está buscando cómo mejora las condiciones
para la seguridad jurídica, las reglas fijas, estables.
Persistimos en la Seguridad Democrática para que los colombianos
recobren plenamente las libertades en la Patria, su confianza
en la Patria. Una Seguridad Democrática sin claudicaciones
y sin jactancias. Sin claudicaciones para derrotar el terrorismo
y sin jactancias para que se abran las puertas que conduzcan
a la paz.
Colombia, Patria de la creatividad y de la inteligencia, tiene
que ser escenario multiplicador de la productividad de vidas como
la suya, que expresa nuestro admirable potencial en capital humano
y empresarial.
Al conocer la personalidad y la obra de empresarios como usted,
sueño que en la Patria corra la voz y que los inversionistas
quieran volcarse sobre Colombia. Que esa voz recorra la comunidad
internacional, tenemos magníficos operarios, grandes empresarios.
Cuando veo a mi Patria en el concierto de la economía
internacional, le veo un factor sobresaliente: su clase empresarial
que da confianza a los estados, a las instituciones multilaterales
y a la empresa privada, multinacional porque cuando Colombia
tiene un componente tan importante de capital social en su clase
empresarial, el mundo ve que aquí hay con quién
adelantar grandes empresas de desarrollo.
Construir clase empresarial es muy difícil, destruirla
es muy fácil. Por eso, honrar a quienes, para bien de la
Nación, han representado con lujo la clase empresarial,
es deber de los gobiernos. Esta condecoración que creó El
Libertador queda hoy en el pecho de un compatriota que nos ha dado
ejemplo en lo que es la primera prioridad: confianza en esta gran
Nación.
Siga trabajando por ella, don Luis Carlos, que millones de compatriotas
esperan los frutos de su trabajo.
Muchas gracias.
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