LANZAMIENTO PROGRAMA DE POLÍTICA DE
SEGURIDAD DE CALI
Junio 24 de 2004 (Cali – Valle del
Cauca)
Señor alcalde Apolinar Salcedo:
Queremos felicitarlo, reiterarle nuestra decisión de apoyo
en todo lo que esté a nuestro alcance.
Déjeme hacer esta reflexión: superada la época
de la Guerra Fría, atrás la experiencia de las dictaduras
de América Latina, hay que preguntarse qué dará sostenibilidad
a las democracias. Por supuesto, la primera respuesta es la cohesión
social, la construcción de equidad. Eso nadie lo discute,
todos lo tenemos que trabajar. Hay diferentes visiones ideológicas,
pero el objetivo es el mismo.
En el caso particular de Colombia, no hemos tenido experiencias
dictatoriales sino en pocas ocasiones. Ha sido la nuestra una democracia
permanente, profunda, pero hemos tenido la dictadura del terrorismo.
Aquí, el desafío institucional lo ha provocado la
violencia. El sometimiento de los colombianos por un Estado incapaz
de protegerlos, un día el narcotráfico, otro día
la guerrilla, otro día los mal llamados paramilitares, ha
creado un proceso de desinstitucionalización de la Nación,
que amenaza a nuestra sostenibilidad democrática.
La verdad es que el país tiene que recobrar el imperio institucional.
Yo veía discurrir la situación colombiana de la siguiente
manera: visitaba como candidato unas regiones y allí había
pleno dominio de la guerrilla. Visitaba otras regiones y allí pleno
dominio de los paramilitares. Visitaba unas ciudades y había
pleno dominio de bandas armadas urbanas. Y en todas partes, un elemento
en común denominador: la financiación del narcotráfico.
Me pregunté: ¿es esto un Estado unitario? Me pregunté: ¿es
esto una democracia? Me pregunté: ¿garantiza esto la
sostenibilidad de la democracia? Y me contesté: aquí,
el Estado no es el que toma las decisiones y puede hacerlas cumplir,
son los delincuentes. Tenemos Estado en la forma, pero no Estado
en la realidad material. Y me dije: además todos estos poderes
de hecho, convirtiendo a la República en una colcha de retazos,
están acabando con el concepto de unidad nacional.
Una democracia así no se sostiene. Una democracia así no
genera confianza para que haya inversión, empleo, recursos
para la inversión social. La inversión social necesita
sostenibilidad, uno puede que se consiga unos pesitos para hacer
inversión social un día, pero si no hay una economía
en crecimiento, no hay manera de darle sostenibilidad a esa inversión
social. Y la inversión social sin sostenibilidad se convierte
en inversión social, flor de un día, en inversión
social sin credibilidad.
Entonces, ahí empezamos a conectar todo: necesitamos recuperar
el imperio institucional para que los colombianos sientan que son
ciudadanos de la Patria que quieren, de la Patria colombiana, que
son ciudadanos del Estado de sus afectos, del Estado colombiano y
no del Estado contrainstitucional de la delincuencia, para que haya
confianza, para que haya inversión, para que se posibilite
la inversión social, para que podamos construir equidad.
La seguridad hay que entenderla como un valor democrático,
como una fuente de recursos. Yo llegué a España hace
algunos años, venía de la Gobernación de Antioquia,
bastantes compatriotas y medios de comunicación no comprendían
esa política: Uribe paramilitar, Uribe de derecha, Uribe dictador.
Yo estaba convencido de que aquí la dictadura la había
impuesto el terrorismo y que las garantías del Estado habían
pasado a ser unas garantías formales y de papel. Habían
dejado de ser garantías selectivas. Y allá, en una
entrevista con Felipe González y cuando me aprestaba esa entrevista,
sentí complejo: ¿qué pensará, qué irá a
decir de mí, cuál será la apreciación
que tiene de mis ideas?
Cuál sorpresa cuando me dijo: ‘hombre, Álvaro,
insista. Para Colombia, recuperar el imperio de las instituciones
es tan importante como en su momento fue para España, tras
el tránsito de la dictadura franquista a la democracia postmoderna.’
Esa comparación surgió en esa conversación.
Escuché en esa conversación disquisiciones de gran
importancia, una alrededor de los valores democráticos. Entonces,
ciertas escuelas de izquierda, de las que uno no se puede dejar sacar,
quieren negar la seguridad como valor democrático. Cuál
mi grata sorpresa cuando Felipe González, encabeza el enunciado
de los valores democráticos con la seguridad. Y me decía: ‘es
una fuente de recursos, la seguridad es una fuente de recursos’.
Al Gobernador del Valle del Cauca (Angelino Garzón) ahora,
yo, le decía que me he entendido bien con él y con
Lula. Me dijo: ‘¿cómo le fue con Lula?’ Le
dije: bien, me he entendido muy bien con él, como con usted.
Cuando llego al Valle del Cauca, el Gobernador me dice: ‘Presidente,
vamos bien en aquel problema y en aquel otro, pero mire, se está reduciendo
el desempleo’. Yo conversaba esta tarde con el senador Carlos
Holguín y me decía: ‘estoy sorprendido por lo
que, en medio de esta tragedia de desempleo, todo lo que va mostrando
Cali y el Valle del Cauca. En las capitales, en Cali tenemos el menor
desempleo. Está en el 12 por ciento.’ Es muy alto, pero
de donde venimos, ¡por Dios! Y golpeando al narcotráfico.
Y golpeando al narcotráfico y la ciudad en plan de desempeño
y el departamento en plan de desempeño. Y la Nación
en cuarentena de gastos por el déficit. La sensación
de seguridad es muy importante, es una fuente de recursos, es un
camino para derrotar el desempleo, es un camino para garantizar la
equidad, la inversión social sostenible, no la inversión
social de un día.
Yo creo en un modelo para Colombia, un modo elemental: la sostenibilidad
democrática, en lo política, a mi juicio, depende del
respeto al pluralismo. El pluralismo no lo tiene que respetar solamente
el Gobierno de turno, sino todos los actores del debate. Una condición
necesaria para la sostenibilidad del pluralismo es que el debate
sea transparente, con la menor subjetividad y que el debate no sea
un debate ácido de contradicciones insuperables. El debate
tiene que ser fraterno y a eso contribuye la seguridad.
Si Alexander López (Representante a la Cámara por
el Valle del Cauca) tiene diferencias con la manera de pensar del
Presidente de la República, pero que encuentra que el Gobierno
lo rodea de garantías, que tiene seguridad, que la institución
armada lo protege a él de la misma manera como tiene que proteger
a alguno de los distinguidos senadores o representantes que han apoyado
el Gobierno, él tiene que confiar en las instituciones.
Una cosa bonita de Colombia en este momento: enfrentando este desafío
terrorista y la Fuerza Pública protegiendo por igual a aquellos
que tienen más posiciones críticas que a aquellos que
tienen posiciones más cercanas. Y eso hay que profundizarlo
porque eso da confianza en las instituciones y eso nos ayuda a que
el debate sea menos ácido, a que el debate sea sin antagonismos
insuperables, a que el debate busque sintetizar contradicciones.
Eso es fundamental en la concepción política de la
Colombia de hoy y del futuro: un pluralismo de debate fraterno. Porque
el debate irreconciliable conduce a las crisis de los pueblos, conduce
a largas estaciones sin progreso. Y a todo eso nos ayuda la seguridad.
Le voy a proponer al Congreso de la República el 20 de julio
la tesis que relaciona la seguridad con la reconciliación.
En la medida en que haya una seguridad democrática, una recuperación
del imperio institucional, eso tiene que ir desarmando los espíritus,
los armados de fusiles y los armados de rabia. Y en la medida en
que se desarmen esos espíritus, se va posibilitando la reconciliación.
Vamos a insistir en esa tesis en la instalación de sesiones
del honorable Congreso de la República el 20 de julio. Creo
pues que, para Colombia, para su desarrollo democrático, es
de gran importancia la seguridad.
Me gusta mucho como hemos venido enfrentando esta delicadísima
situación de Cali. Sin marrullas, sin cartas escondidas, trabajando
armónicamente las instituciones armadas, la Fiscalía,
los organismos de control, el Alcalde, el Gobernador. Y eso tiene
que dar confianza, ayudar a construir consenso.
Alcalde, lo felicito. Cuente con todo el apoyo que pueda dar el
Gobierno Nacional. Todo caleño que se sienta con seguridad,
es un caleño que contribuye a superar el fraccionamiento de
la ciudad. Esta ciudad, infortunadamente, como tantas de Colombia,
ha vivido una época de fractura social que hay que superar.
La seguridad para todos ayuda a superarla.
Ustedes mencionaron el tema del menor delincuente, del menor infractor.
En el Código del Menor, el ministro (del Interior y Justica)
Sabas Pretelt se propone presentar unas alternativas. Yo he creído
que hay que dar la posibilidad de que el Estado tenga unas familias
tutoras, seleccionadas por los fiscales y jueces de menores y que
haya la posibilidad de que un menor infractor se ponga bajo la tutoría
de una de esas. Porque si todo lo remitimos a los centros tradicionales
de recuperación del menor infractor, de rehabilitación,
el costo es inmenso. Cuesta menos un muchacho enviado a la Universidad
de Harvard un año que en uno de los centros colombianos habilitados
para rehabilitar al menor infractor. Entonces, hay que buscar alternativas,
creo que esa es una de las alternativas.
Yo no soy partidario de reducir la edad del menor infractor haciendo
tabla rasa. Creo que hay que darle la oportunidad al Fiscal y al
juez de apreciar el grado de peligrosidad para definir cómo
trata a ese menor infractor. La edad no puede ser en todos los casos
superior al grado de peligrosidad.
Entonces, uno ve a las autoridades competentes para estudiar los
casos del menor infractor en este problema: este muchacho ha matado
15 personas, pero es menor. Son casos donde tiene que apreciarse
más el riesgo de la peligrosidad que la edad cronológica.
Ahí hay otros elementos para estimar si es imputable o no.
Los invito a un debate constructivo sobre esa materia ahora que se
va a discutir el Código del Menor.
Me parece de gran importancia el tema de los centros de conciliación. ¡Qué bueno,
Alcalde! El Ministro del Interior quiere apoyarlo en eso. Qué bueno
que ustedes pudieran cumplir la meta de que tuvieran, al final de
los Gobiernos actuales del departamento y municipios, una presencia
de esos centros de conciliación en todo el departamento.
Sin abundancia de recursos, ustedes saben cómo estamos de
limitados. Cuenten con todo el apoyo, cuenten con todo el apoyo.
Ahí tienen un interlocutor en el Ministro del Interior, que
también se propone presentar ahora a consideración
del Congreso, en la reforma a la justicia, que con la ayuda de Dios
se va a presentar el 20 de julio, el proyecto de justicia alternativa
como uno de los proyectos para agilizar la justicia en Colombia y
como uno de los proyectos descongestionar la justicia, para llevar,
por ejemplo, todos los pequeños pleitos a procesos arbitrales.
Creo que eso nos va a ayudar mucho y espero que el Congreso reciba
este proyecto el 20 de julio.
Muchas gracias.
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