ENTREGA DE
LA ORDEN DE BOYACÁ EN EL GRADO
DE GRAN CRUZ
AL EMPRESARIO GERMÁN MONTOYA VÉLEZ
Mayo 25 de 2004 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Don Germán Montoya Vélez es una de las grandes figuras
de Antioquia que ha hecho de Bogotá su escenario existencial
y de Colombia el objeto de sus sueños y esfuerzos.
Encarna, don Germán, la virtud de la disciplina de trabajo,
la vocación por el estudio, la entrega del don de la inteligencia
a las grandes tareas de la Patria. Ha hecho bien todas las tareas
encomendadas a sus manos.
Los colombianos tenemos incalculable de gratitud con usted por su
solidaridad, trabajo abnegado e incondicional como consejero y asesor
del inolvidable Presidente Virgilio Barco Vargas. Pocos saben, don
Germán, porque usted es poco dado a aceptar reconocimientos,
negados a halagos, de su impronta en ese gobierno trascendental en
la historia de la Patria.
Su consejo de no mirar atrás, sino siempre para adelante,
debiera imprimirse en los corazones de los altos funcionarios públicos.
Su decisión de llamar, promover a gentes nuevas, a la administración
como recomendó siempre al Presidente Barco, ayuda a remozar
la estructura política y calificar la función pública.
Colombia está en mora de hacer el reconocimiento a la obra
de uno de los grandes presidentes de la Patria. Ese hombre de las
dificultades, que en medio de los más aleves ataques por
parte de los terroristas, supo mantener el brazo firme y en alto
la voluntad de lucha.
Debe sentirse muy honrado, don Germán, de haber actuado como
coordinador de ese grupo de ciudadanos que guiaron a Colombia hacia
el progreso, iluminado por el sentimiento social que imprimió el
Presidente Barco a toda su obra.
Vida y obra como la suya, es lo que me convence de que el riesgo
contra la empresa privada no se desprende del vigor ideológico
de las tesis que otrora desafiaron el capitalismo, sino de la incapacidad
del capitalismo de lograr que cada día surjan nuevas empresas
y nuevos empresarios.
Su ejemplo, don Germán, es la demostración de que
Colombia va a lograr ese factor de legitimidad que es el crecimiento
permanente de la empresa privada y de la actitud empresarial. Ese
esfuerzo suyo por orientar a los jóvenes de las universidades,
por vincularlos a tareas productivas en las empresas, por recomendarlos
a sus colegas del empresariado, es algo que deben hacer todos a quienes
pueden cumplir un papel relevante en la vida de los pueblos.
Colombia tiene que recorrer el camino certero de la expansión
económica que genere el empleo digno y que genera la relación
solidaria entre el capital y el trabajo.
Usted, con su ejemplo en sus empresas en las empresas que ha fundado,
apoyado y promovido, con la asesoría que con todo vigor e
inteligencia presta a innumerables empresas colombianas, está demostrando
que los trabajadores de la Patria pueden conocer el camino correcto,
que es distinto al discurso agitacional que exalta la pasión
sin avizorar el porvenir, que siembra el odio y niega la reivindicación.
Muchos proyectos de espíritu público tienen su impronta.
Pero, además, cuánto le deben los empresarios y trabajadores
a su iniciativa y creatividad. Usted ha dado ejemplo de propugnar
y liderar un capitalismo con sentido de solidaridad y miras patrióticas.
En muchas de sus concepciones industriales se ha anticipado al
momento. Hay que decir, con justicia, que su ejemplo debe inspirarnos
a todos. Usted nos hace creer que debemos respetar la actividad
productiva, olvidar el esquema de los puestos improductivos y de
los negocios con el Estado.
Usted, ha dado un ejemplo de lo gratificante que es haber dedicado
la vida a la creatividad en bien del pueblo colombiano, a actuar
desde el sector privado, siempre pendiente del mejor discurrir de
la acción pública, siempre presto a servir a Colombia
donde Colombia lo llame.
Usted es el más joven de los viejos constructores de la grandeza
de Antioquia, venidos a hacer Patria en esta capital.
Le impongo con orgullo la Cruz de Boyacá. Exaltarlo a usted
es exaltar la laboriosidad del pueblo colombiano, su imaginación,
su creatividad. Exaltarlo a Usted es exaltar a miles de colombianos
que laboran disciplinadamente, de sol a sol, por esta Patria.
Muchas gracias.
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