PREMIO NACIONAL DE ALTA GERENCIA
Mayo 05 de 2004 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Qué importante esta reunión para destacar a quienes
van dando ejemplo de buena administración y de buen gobierno
en Colombia.
Aquellos que nos van mostrando que es posible convertir en realidad
el sueño de un Estado sencillo en su estructura, asequible
al ciudadano raso, pronto y eficaz en respuestas. Ese tiene que ser
el objetivo: lograr ese Estado y replicar estos ejemplos, permitir
que pasen de ser excepciones y se conviertan en la norma general
de la Nación.
Quiero felicitar a cada uno de los galardonados, quiero proponerlos
de ejemplo ante todos los compatriotas. Ellos aplican muy bien las
palabras transparencia, eficiencia, participación de la comunidad,
austeridad, responsabilidad con lo público, creatividad, liderazgo,
innovación, trabajo en equipo.
Y aquí no estamos evaluando proposiciones, estamos evaluando
resultados, algo tangible, que los ciudadanos empiezan a disfrutar.
Veo aquí unos casos bien importantes. Por ejemplo, en medio
de la crisis de la salud pública en Colombia, qué bueno
que sean justamente hospitales como el Erasmo Meoz de San José de
Cúcuta, quienes ganen este premio porque nos demuestra todo
lo que hay que hacer por la salud en Colombia, el inmenso espacio
de mejoramiento gerencial.
Vamos a proponernos crear un sistema de cooperación, de alianza
estratégica, de asociatividad entre todos los hospitales,
ESES de Colombia y las empresas aseguradoras de régimen subsidiado.
Nos parece que es un paso fundamental para evitar esa contradicción
que se presenta todos los días, para saltar de la confrontación
a la cooperación. Nos hemos propuesto trabajar en la tarea
y cuando encontramos ejemplos como este, vemos más razones
para que de manera más directa, los hospitales de la Patria,
participen en el aseguramiento del régimen subsidiado de salud.
Todos los empresarios, con más énfasis en los pequeños,
se quejan de la cantidad de trámites que hay que hacer en
Colombia para constituir una empresa, por eso aplaudimos esas simplificación
de trámites de Planeación Municipal de Medellín. ¡Qué importante
que nos de un ejemplo!
Estamos tramitando en el Congreso de la República un proyecto
de ley antitrámites y ojalá ese proyecto se inspire
bastante en este esfuerzo de Planeación Municipal de Medellín.
Qué bueno que los funcionarios gubernamentales que han estado
al frente de las caravanas ‘Vive Colombia, Viaja por Ella’,
vayan recibiendo este reconocimiento de sus compatriotas para que
se estimulen a profundizar más en Colombia.
El lunes en La Macarena (Meta), los ciudadanos me decían
que: ‘cuando llegaríamos con la caravana al Caño
Cristales’, todavía hay unos retenes, pero ahí estamos
bregando a removerlos, doctor Toro, a ver si esa caravana se puede
hacer.
Qué bueno que se destaque esfuerzos como el del Hospital
General de Medellín, esfuerzos como el del Centro Zonal de
Suba, esfuerzos como el de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado
de Pereira.
Déjeme hacer unos comentarios sobre lo que creo del Estado.
Primero, hay que ponerlo al servicio del ciudadano. En lo que ha
sido el desarrollo del Estado burocrático en Colombia, ha
importado más el grupo de presión –llámese
político o gremial- que separa al ciudadano del Estado, que
el propio ciudadano. Eso hay que removerlo. El Estado se debe, no
al intermediario, se debe al propio ciudadano.
Y, en lo que es la concepción neoliberal, el Estado abandona
al ciudadano en la medida en que le entrega a las fuerzas del mercado
la cláusula social. El Estado no puede abandonar la lucha
por la construcción de equidad. En la medida en que el Estado
se deba al ciudadano, tiene que garantizar la construcción
de equidad.
Y ese Estado para estar cerca del ciudadano tiene que hacerle al
ciudadano la vida amable, la vida más simple, la vida ágil,
la vida sin trámites. Y ese Estado para estar cerca al ciudadano
le tiene que permitir al ciudadano que participe más en la
toma de las decisiones oficiales, que participe más en la
ejecución de esas decisiones, y que participe más en
la vigilancia de esas decisiones.
Por ejemplo, en los procesos de descentralización solo se
legitimarán en la medida que muestren su bondad para el ciudadano.
Si simplemente, favorecen en lo local, las mismas instancias intermediarias,
que en algún momento favorecieron en lo nacional, se puede
perder el esfuerzo de la descentralización.
Y el tema de la corrupción. Necesitamos el Estado eficaz,
amable al ciudadano y el Estado transparente. Ese es un problema
normativo, pero mucho más que normativo y sancionatorio, es
un problema cultural. Nosotros tenemos que crear en Colombia la cultura
de la transparencia, y esa cultura de la transparencia, no se crea
sino repitiendo el concepto y dando el ejemplo.
Hemos hecho esfuerzos en la Constitución del 91, este Gobierno
con el decreto 2170, pero esos esfuerzos normativos no producen efectos,
son inocuos, sino se le asigna la debida importancia a lo que es
el ejemplo. Cada entidad se tiene convertir en un ejemplo de transparencia.
A propósito, hace pocos días una sentencia del Honorable
Consejo de Estado definió que el Gobierno no tiene competencias
reglamentarias para hacer obligatoria la audiencia pública
en los contratos, tema que incorporamos al decreto 2170, con otros
temas como el del prepliego, para evitar que los pliegos se acomoden
a los intereses de algunos proponentes, tema como el de la veeduría
comunitaria para tener esa mayor presencia comunitaria en lo que
tiene que ser la vigilancia en los procesos del Estado.
Pues bien, aspiramos a que con la reforma a la Ley 80 le demos nivel
legal a la obligatoriedad de las audiencias.
¡Cuánto mejor un proceso tan delicado como el de la
adjudicación de la concesión Bogotá – Girardot
para la doble calzada tramitándose en audiencia pública,
que tramitándose sin presencia de la comunidad!
¡Cuánto mejor el debate que se ha dado estos días
en la audiencia pública que se está adelantando para
adjudicar la licitación, cuánto mejor a la otra opción,
una adjudicación silenciosa y que aparezca un problema posteriormente!
Es bien importante lo de las audiencias. Mientras el Congreso de
la República aprueba el proyecto de ley, que haga obligatoria
las audiencias, en el Gobierno Nacional, por disposición de
la Presidencia, hemos pedido que sean obligatorias, que no se adjudique
un solo contrato del Gobierno Nacional sin audiencia pública.
Y hay otro tema bien importante en la relación del Estado
con los particulares, es el tema de la conciliación de la
transacción de litigios.
Nosotros encontramos inmensa cantidad de litigios, litigios de inmensa
cuantía. Que en Telecom, que en el sistema de las concesiones
viales, que en los ferrocarriles, que en los aeropuertos, etcétera.
El Gobierno se ha propuesto, en la medida de lo posible, solucionar
litigios –en los casos que se pueda-, sobre dos condiciones:
la condición de la equidad y la condición de la transparencia.
Y la condición de la transparencia, entre sus muchas exigencias,
tiene la de la publicidad.
Por eso, y cito el caso de las transacciones que hemos venido adelantando
con los inversionistas asociados de Telecom, una vez se logre el
acuerdo, el Gobierno solamente lo considera preacuerdo, ¡se
obliga a una amplia difusión! para que la opinión pueda
emitir pronunciamientos y solamente, cuando se evalúe la participación
de la comunidad y estemos totalmente tranquilos de que fue un acuerdo
correcto, ese preacuerdo se firma, se perfecciona y se convierte
en acuerdo definitivo.
Digo esto, porque uno de los problemas que hemos encontrado en los
funcionarios públicos es mucho temor a la conciliación,
porque hay conciliaciones que se han hecho mal, algunas con dolo,
hay conciliaciones que han generado una serie de escándalos
injustificados durante muchos años en Colombia, hay pánico
en los funcionarios públicos.
Entonces, hay que hacerlas cuando se pueda, para bien público,
para los superiores intereses del Estado y la comunidad, y sobre
esos dos pilares: la equidad y la transparencia, la transparencia
en buena parte se soporta en la publicidad.
En el manejo de la función pública hay un tema bien
importante, el tema de la carrera administrativa. Ese es un tema
fundamental, esencial para la buena gerencia pública. Aspiramos
poder conciliar y aprobar con el Gobierno una reforma constitucional.
Mientras más se generalice el concurso para le ingreso, cuanto
mejor, pero que la carrera administrativa no se convierta en un fuero
intocable de estabilidad que finalmente opera en contra de la eficiencia.
Por eso, la proposición nuestra tiene dos elementos: avanzar
hacia la generalización del concurso, pero facilitar la desvinculación.
Casi diría: norma, concurso para acceder. Norma, libre remoción
por razones de buen servicio a cargo del funcionario responsable,
sin necesidad de motivación.
Alguien me decía: ‘pero entonces, continuará la
politiquería’, yo creo que se frena porque el concurso
bien hecho, el concurso imparcial frena la politiquería.
Si yo como funcionario, declaro a un funcionario de carrera insubsistente,
de acuerdo con la norma que estamos proponiendo, no voy a tener interés
politiquero porque, a pesar de que lo puedo declarar insubsistente –ejerciendo
la facultad de libre remoción- por razones de servicio público
que no tengo que motivar, carezco de la posibilidad de reclamar,
de reemplazarlo por libre nombramiento. Para el reemplazo tengo que
apelar al concurso.
Me parece que nosotros, doctor Grillo, tenemos que luchar para sacar
adelante esta posibilidad.
Hay mucho que trabajar en la administración pública,
el tema de las loterías. Era Gobernador del Tolima el doctor
Guillermo Alfonso Jaramillo y vimos en esa lotería un gran
avance, un gran avance formidable. Yo la quiero poner de ejemplo
ante el país.
Hay mucho que trabajar en todos los temas del Estado. Por ejemplo,
tenemos que definir cómo vamos a gastar los recursos del Estado.
Yo creo que las reformas que venimos haciendo en el Sena, en Telecom,
en Ecopetrol, no son reformas que siguen el molde del Estado neoliberal
de la destrucción del Estado y de las privatizaciones en masa
de América Latina.
Son reformas, no para eliminar al Estado, sino para tener un Estado
sostenible, y me quiero referir a algunas de ellas, por ejemplo Telecom.
La vieja Telecom estaba perdiendo 500 mil millones (de pesos) al
año, la nueva va a evitar esa pérdida y va a tener
utilidades de 500 mil millones (de pesos). Eso nos permite mejorar
la telefonía, mejorar las condiciones técnicas de comunicaciones
en las zonas más remotas y garantizar el pago de los pensionados
de la vieja Telecom.
¿Ustedes se imaginan qué pasaría si no hubiéramos
hecho esa reforma? ¿El Estado – Nación en este
déficit trasladándole 500 mil millones (de pesos) a
Telecom al año para pagarle a los pensionados? Iría
peor nuestra situación de finanzas públicas.
Pero algunos me dijeron: ‘Presidente se quedó corto
en la reforma, ¿por qué no privatizó, si allí está el
sector privado prestando servicio de telecomunicaciones?, ¿por
qué no? Porque en esas áreas no podemos eliminar totalmente
el concepto de Estado empresario, en esas áreas no podemos
atenernos solamente al concepto de Estado regulador, necesitamos –en
algunas áreas también- un concepto de Estado operativo
por muchas razones, simplemente por una: por fallas de mercado.
Si, hay presencia de los particulares en la telefonía móvil,
y hay presencia de los particulares en internet y hay presencia de
los particulares en televisión, en todo eso; pero ¿qué pasa,
muchas veces, para llegar a una zona remota?, ¿qué pasa,
muchas veces, para evitar presiones hacia el alza excesiva de las
tarifas?, que se necesita el operador estatal. El operador estatal
que le de énfasis a la parte social del servicio y que ayude,
por ejemplo, en el caso de la regulación de tarifas.
Es el caso de las empresas de energía. Yo descarté,
desde que empecé el Gobierno, la privatización de Isagen
y dije: ‘¿y quién va a hacer las hidroeléctricas,
si en Colombia el sector privado ha comprado hidroeléctricas,
pero no las ha construido?, ¿cómo vamos a eliminar
a Isagen?’, y alguien me contestó: ‘el mercado
hace las hidroeléctricas’, y le dije: ‘no las
ha hecho en California’. Aquí no tenemos una sola experiencia.
Y otro me dijo: ‘no se preocupe, entonces las hacemos con plata
del Presupuesto Nacional, pero no necesitamos a Isagen’.
Entonces dije: ‘y el día que requiramos ya hacer esas
hidroeléctricas por cuenta del presupuesto, sino tenemos al
Isagen, entonces tenemos que montar la respectiva organización ¿y
cuánto tiempo perdemos?, desaprovechando la experiencia, la
eficiencia, la transparencia de entidades como Isagen?
Lo importante detrás de estas entidades es su eficiencia,
su sostenibilidad, que no se conviertan en cargas para el Estado
y para los ciudadanos.
El tema del SENA, que tanta controversia ha causado en las últimas
semanas. Ese tema es el ejemplo clarísimo del Estado Comunitario.
Hay que escoger en qué nos gastamos el presupuesto del Estado:
o en altas nóminas burocráticas o en atención
burocrática a las presiones politiqueras, o en formación
de colombianos.
El SENA formó a alrededor de un millón de colombianos
en el año 2002, y el año pasado formó a más
de 2.100.000 colombianos, y aspiramos que en el año 2006,
el SENA esté formando cuatro millones de colombianos por año.
El tránsito de un millón a cuatro millones, en el
cuatrienio, es un tránsito bastante exigente, pero eso obliga
a replantear el manejo de la entidad, porque como no podemos hacer
un crecimiento con proporcionalidad en expansión del presupuesto,
nos toca hacer esfuerzos de reorientación de recursos y de
eficiencia de recursos.
Por eso hemos tenido que: recortar nóminas administrativas,
sustituir presupuestos administrativos por presupuestos de instructores
y al mismo tiempo, apelar también, a la tercerización
de servicios, para cumplir la meta de formar cuatro millones de colombianos
en un año.
Y entonces viene el tema de la tercerización. Ese tema sí que
es necesario y es compatible con el Estado sostenible y es necesario
para el Estado sostenible. Hay mucho servicio que hay que tercerizar
y tercerizarlo sin complejos ideológicos. Tercerizarlos con
la convicción de que es conveniente para la respectiva entidad
estatal y para la comunidad.
Viene el tema, por ejemplo, de Ecopetrol, que se ha debatido tanto
en las últimas semanas.
He dicho desde un principio: nosotros no hemos estado en el plan
de privatizar a Ecopetrol, acepto y entiendo que un recurso natural
no renovable, tan sensible y estratégico, debe mantenerse
en cabeza de la entidad estatal, pero la entidad tiene que ser sostenible,
eficaz, competitiva.
Cuando se crea la Agencia Nacional de Hidrocarburos, que se independiza
de Ecopetrol, es para ir independizando dentro del Estado una empresa
operadora de Ecopetrol y una entidad que administra otros recursos
nacionales que hace los contratos, que entrega las concesiones, como
la Agencia Nacional de Hidrocarburos.
Y cuando tenemos que denunciar la convención, es ¿por
qué? Porque necesitamos una Ecopetrol sostenible.
¿Qué tal que con un agotamiento del recurso petróleo
y con unos altos costos administrativos en la empresa, la empresa
que ha ayudado a sostener el presupuesto nacional se invierta y se
convierta en una carga para el Presupuesto Nacional?
Una empresa que ha salvado las finazas públicas de la Nación,
la Nación no puede darse el lujo de que esa empresa mañana
o pasado mañana, pase de ser la salvadora de las finazas públicas
de la Nación, a la empresa que arruine las finazas públicas
de la Nación.
Estas reformas en Ecopetrol son para garantizar su sostenibilidad
y no sé por qué se ha hecho tanto escándalo
con la reforma de Ecopetrol, me parece elemental.
Lo que hizo el Tribunal de Arbitramento, es nada del otro mundo.
Simplemente dijo: ‘el régimen especial de pensiones
se le mantiene a los actuales pensionados y a los actuales trabajadores.’ O
sea, que se respetó el derecho adquirido y la expectativa,
incluso de los actuales trabajadores, independientemente de que en
unos casos sea más próxima y en otros casos, más
lejana. Eso sí, los nuevos trabajadores entran en el régimen
ordinario de pensiones. Ahí se respetó el concepto
de derecho adquirido y de expectativa. Simplemente la expectativa
de los nuevos es la ley general de pensiones.
Y lo mismo hicieron en normas laborales. Por ejemplo, aquella norma
convencional que hacía prohibitivo un despido unilateral por
razones de buen servicio de Ecopetrol, se mantuvo esa excesiva estabilidad
para los actuales trabajadores, pero se le da a la empresa flexibilidad
para los nuevos trabajadores.
Todo eso ayuda que la empresa sea más competitiva, sea más
flexible. Porque, está bien que aboguemos a que el Estado
mantenga su presencia en muchas áreas, por la cláusula
social, para evitar los fracasos de mercado, para el bien de la comunidad,
pero lo importante es ser conscientes de que así como la empresa
privada se tiene que mantener en un curso de mejoramiento continuo,
también se tiene que mantener la empresa estatal.
En el Estado hay que innovar todos los días. Una de las cosas
que yo he visto con preocupación es que, mientras en el sector
privado todos los días vivimos en función de innovar
e innovar, en el Estado muchas veces nos amodorramos, nos dormimos
y dejamos de innovar.
Por eso, hay que estar innovando en el Estado y hay que poner como
buenos ejemplos el de las entidades estatales que han sido premiadas
en el día de hoy.
Qué bueno que todos los días podamos mostrar un pasito
adelante en la tarea de Estado más amable para nuestros compatriotas.
Felicitaciones y gracias a todos ustedes.
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