CLAUSURA
DEL XXIX CONGRESO DE FEDEGAN
Noviembre
25 de 2004 (Cartagena de Indias – Bolívar)
Compatriotas:
Vengo con gran afecto a este congreso que
reúne a los ganaderos
de mi Patria. Con inmenso afecto por ustedes. Con inmensa solidaridad
por su tarea. Con inmensa solidaridad por su sacrificio. Con inmenso
compromiso por el presente para poder compartir con ustedes la esperanza
de que las nuevas generaciones de colombianos puedan vivir felices
en esta tierra.
En los últimos días, he tenido una serie de sentimientos
algunos de los cuales les quiero transmitir. Antes de ayer, me dirigía
por las calles de Bogotá al Aeropuerto Eldorado para llegar
a la Plata, Huila, y en un accidente fue arrollado el agente Agualimpia,
quien me acompañó durante tres años con gran
lealtad. Cuidarme a mi, el de arriba, y unos poquitos héroes
que generosamente han aceptado esa tarea.
¿A qué iba al Huila? A encontrarme con mis compatriotas
de esa abnegada tierra. Iba a expresar allí dos sentimientos.
La semana pasada una persona con 20 años de actividades terroristas
en la FARC llamó al Ministro del Interior (Sabas Pretelt de
la Vega), inmediatamente me llamaron a mí que quería
reinsertarse. Lo recibimos con generosidad. Yo les quiero decir que
en la Colombia de hoy, no hay algo que me de más alegría
que un reinsertado, inmensa alegría. Hay que recibirlos con
total generosidad.
¿Y a qué iba al Huila? El día anterior el Ejército
de la Patria dio de baja a un señor de las Farc, azote de
ese departamento y a cuatro de sus secuaces. ¿General, cuál
era el nombre del señor? la verdad es que esas noticias no
dan alegría porque uno tiene dos sentimientos: el sentimiento
democrático y el sentimiento cristiano, pero dan tranquilidad.
Yo vengo al Congreso de FEDEGAN a repetir
ante ustedes, queridos compatriotas, una cosa elemental y simple,
toda la voluntad política
para acabar estos bandidos.
Aquí no puede haber treguas, ni puede haber ahorros literarios,
ni puede haber embelecos políticos, ni puede haber rodeos,
con palabras elementales y sencillas, la expresión de una
voluntad política: hay que acabarlos. Los hemos aguantado
muchas décadas.
Muchas veces hemos tenido que trabajar en
el campo con la indeferencia del Estado, y tener esos bandidos
a toda hora haciéndonos
daño.
Hace poco me decía un compañero de ustedes del Cesar
que han empezado a tener un poquito más de tranquilidad. Y
me dijo: “hombre, Presidente, sigan viniendo aquí a
toda hora al tema de orden público, porque es muy grave que
el Estado colombiano haga presencia aquí para tomar whisky
en el Festival Vallenato, y en el resto del año este ausente
y deje que esa guerrilla este encima de nosotros maltratándonos”.
Me impresionó mucho lo que me dijo ese compatriota del Cesar.
Una llamada de atención bien importante.
Es que hemos tenido durante épocas mucha retórica
en el Estado, en el campo no hemos escuchado sino su retórica
y total ausencia. Eso no puede seguir. Por eso tenemos que continuar
en el camino emprendido de recuperar plenamente la seguridad en las
ciudades y en los campos de la Patria.
Hoy ha empezado otra etapa del proceso de
reinserción. Hasta
ayer llevábamos más o menos 7.050 reinsertados en este
Gobierno. Una suma muy importante.
Cuando se reinsertó el M-19 se reinsertaron 900 personas,
185 guerrilleros y los otros apoyos a esa actividad. Cuando se reinsertó el
Epl se reinsertaron 1.200. Cuando se reinsertó la corriente
de Renovación Socialista del Eln, 280.
La suma de todos esos grupos no alcanza el
50 por ciento de los 7.050 que habíamos logrado hasta ayer.
De esos 7.050, el 60 por ciento es de las Farc y el otro 40 por
ciento, mitad del Eln
y mitad de los grupos ilegales de autodefensa.
Y hoy se está dando un principio de desmovilización
masiva bien importante de estos sectores de autodefensa. Vamos a
proceder con todos los reinsertados con generosidad. Necesariamente
observando el ordenamiento jurídico dentro de sus límites.
Nosotros tenemos que ganar este desafío al terrorismo dando
ejemplo de respeto a la ley. Ese respeto a la ley que requiere esta
Patria para consolidar la unidad nacional y prospectarla.
Esos colombianos que hoy se están desmovilizando los acogemos
con todo el afecto. Vamos a hacer todos los esfuerzos para que ellos
tengan todas las oportunidades de reencuentro con sus familias, de
posibilidades de estudio, de reencuentro a plena luz del día
con sus compatriotas, de posibilidades de capacitación laboral,
de posibilidades de trabajo.
Finalmente, el mal llamado paramilitar o el guerrillero, provienen
del campesinado colombiano. Tan campesino de la Patria es el uno,
como campesino de la Patria es el otro.
Cuando se producen estos actos de rectificación, la Patria
los tiene que acoger con cariño, fraternamente, con generosidad.
Y hay preocupaciones. Hace dos semanas estuve
en Ocaña y
unos compatriotas nortesantandereanos del área del Catatumbo
acudían allí y me decían: “Presidente,
quién nos va a cuidar ahora que se desmovilizan los paramilitares.
Esa área del Catatumbo no hemos conocido la presencia del
Estado. Durante muchos años tuvimos la guerrilla encima y
llegaron los paramilitares con el pretexto de defendernos y finalmente
fuimos víctimas de crímenes de unos y de otros. Ahora
estamos amenazados que ante la desmovilización de los paramilitares
llegará la guerrilla a hacernos nuevamente daño”.
Ahí tenemos un reto en todas las regiones de la Patria, el
reto de hacer un gran esfuerzo para que los soldados y policías
de la Patria copen esas áreas. El reto de hacer un gran esfuerzo
para recuperar la seguridad institucional.
Colombia no puede ser una Nación sometida a la guerrilla.
Colombia no puede ser una Nación defendida por los paramilitares.
Colombia no puede ser una Nación cofinanciada por el narcotráfico.
Así no construiremos Patria. Así no le dejaremos esperanza
de Patria a las nuevas generaciones.
Se que no podemos ocultar la preocupación que se da hoy en
muchas regiones por el peligro del regreso de la guerrilla. Si a
alguien le corresponde hablar estos temas claramente de cara al país
es al Presidente de la República.
Esta desmovilización nos implica un desafío: emprender
el camino de la recuperación de la defensa institucional de
los colombianos a través de la Fuerza Pública. Pero
todos le tenemos que colaborar.
Esta Patria nuestra de casi millón 200 mil kilómetros
cuadrados, con inmensos accidentes geográficos que por fortuna
todavía conserva 578 mil kilómetros de selva, es una
Patria que requiere para recuperar la seguridad institucional, la
plena integración de la ciudadanía con la Fuerza Pública.
Vengo a pedir a los 450 mil ganaderos de
la Patria que cada uno sea un líder promotor en su región del apoyo de todos
los ciudadanos al Ejército, a la Policía de la Patria.
Vengo a pedir que cada uno sea amigo del
más humilde de los
soldados, amigo de los suboficiales, de los oficiales, y que cada
uno sea un líder para que la comunidad organizadamente se
alíe con la Fuerza Pública para apoyarla sobre tres
presupuestos: tenemos toda la voluntad política para derrotar
el terrorismo. Lo tenemos que hacer con toda la agresividad militar
y policiva de la iniciativa, y con toda la transparencia y la gran
capacidad de dar ejemplo en materia de derechos humanos.
En los estados de opinión para poder preservar y prolongar
en el tiempo una política de seguridad se requiere un apoyo
sólido de la ciudadanía. Y ese apoyo se logra cuando
la ciudadanía siente que esa política es eficaz y que
los métodos de esa política son transparentes. Es lo único
que nos consigue un permanente apoyo nacional y un apoyo creciente
en la comunidad internacional.
En muchos países derrotaron el terrorismo con guerra sucia.
Nosotros no podemos. Nosotros lo tenemos que derrotar de la mano
de la Constitución, dentro de la ley, con toda la energía,
pero con toda la transparencia. Eso va ayudar a que esta Nación
se consolide más en su unidad, a que aquel amigo de las tesis
del gobernante y aquel que este en la oposición, sientan ambos
que pueden confiar en las instituciones de su Patria. Que hay un
designio superior a la emulación ideológica o programática
que es el designio de la seguridad para todos, la que hemos llamado
Seguridad Democrática que por ser seguridad para todos, entonces
la hemos calificado de democrática. Vamos a conseguir eso.
Todos tenemos muchas preocupaciones. Esta
semana mientras estábamos
interviniendo en el sur del Tolima, para sacar a las Farc de Planadas,
del Páramo de las Hermosas, porque la tenemos que sacar de
todos los puntos de la geografía de la Patria. Y si don Manuel
y don Jorge han tenido paciencia para maltratar a los colombianos,
nosotros tenemos toda la paciencia y toda la determinación
para derrotarlos.
Todavía encuentran escondites en la geografía de la
Patria, pero con el trabajo de todos, con la abnegación de
nuestro de Ejército y de nuestra Policía, con nuestro
compromiso y con nuestra cooperación, llegará un momento
en que no habrá un centímetro de la Patria en el cual
se puedan esconder.
Mientras la Fuerza Pública avanzaba en el sur del Tolima,
todavía cerca de Ibagué salía un grupito, nos
alcanzó a hacer un daño en unos vehículos, y
todavía en el norte del Tolima hay ciudadanos que me llaman
a decirme: la guerrilla nos está extorsionando.
Tenemos que persistir en esta tarea. Como
lo decía en su
brillante exposición el Doctor Lafaurie, no es una tarea que
produce resultados plenos de la noche a la mañana. Pero es
una tarea que exige nuestra vocación, que exige nuestra devoción,
que exige nuestra consagración minuto a minuto.
Cuando yo recibo una mala noticia de orden
público a las
10, 11, a las 12 de la noche, digo bueno desde que mi Dios nos tenga
con vida a las cuatro y media o cinco de la mañana para continuar
el combate, ahí nos defendemos.
Entonces mi pedido a ustedes es que no haya
ni rendición,
ni desmayo. El que reciba una extorsión que acuda inmediatamente
a la Fuerza Pública. El que sepa que un vecino, un familiar
o un amigo está teniendo dificultades con estos grupos, que
acuda inmediatamente a la Fuerza Pública y que lo convenzan
de que tiene que ir a la Fuerza Pública.
Estamos haciendo un gran trabajo al interior
de la Fuerza Pública
para que todos los días trabajemos más en la iniciativa,
para que todos los días trabajemos más integrados con
la comunidad, para que en la construcción de confianza comunitaria
cada integrante de la Fuerza Pública persuada al hacendado,
al campesino de la necesidad de cooperar. Para que cuando alguien
llame a un teléfono el integrante de la Fuerza Pública
responda con entusiasmo, con diligencia. Para que cuando alguien
toque las puertas de un cuartel del Ejército, de la Policía,
allí se le reciba con amabilidad y se le muestre una actitud
de plena, de presta disposición. Esa tarea, es una tarea que
nos compromete a todos.
Por eso quiero pedirles que los comités ganaderos en todo
el país se reúnan permanentemente con la Fuerza Pública.
Cuando empezó la candidatura a la Presidencia de la República,
que encarné con tan generoso apoyo de ustedes, propuse un
millón de cooperantes a la Fuerza Pública. Hemos rebasado
ampliamente la cifra, pero no estamos contentos. Vamos a restarle
a la población de nuestra Patria 25, 30 mil delincuentes que
todavía quedan y ahora la meta es que todo el resto se convierta
en cooperantes de la Fuerza Pública, para que este país
sea un país impenetrable por el terrorismo.
Me acompaña hoy el General Reynaldo Castellanos, quien viene
de realizar el Plan Patriota en los alrededores de Bogotá en
la primera fase y de dirigir esa inmensa tarea que el Ejército
de la Patria está realizando en las selvas del sur, y es el
nuevo Comandante del Ejército.
Me acompaña el General Jorge Daniel Castro Castro, comandante
de la Policía, con toda la devoción operativa y con
toda pulcritud.
Me acompaña el Almirante Barrera,
quien ha tenido que recibir mi acoso diario, porque para ellos
no es bueno trabajar conmigo.
Además les coincidió el período de mi Presidencia
con el avance del celular y eso se ha convertido en un motivo adicional
de mortificación.
Y como algunos compatriotas entre las críticas que se me
hacen, y está bien la Patria tiene que ser democrática
y recibirlas amablemente, esta aquella: “es que Uribe se salta
el conducto regular, Uribe llama al General, al Coronel, al Mayor,
al Teniente, a todo el mundo”. Es verdad.
Un día le dije a unos comunicadores y al Ministro de Defensa
(jorge Alberto Uribe): ¿ustedes se imaginan que todas las
llamadas de orden público que yo hago de la cinco de la mañana
a las 12 de la noche se las hiciera al Ministro de Defensa? No tendría
tiempo sino para recibir las llamadas telefónicas del Presidente.
Si alguien le ha tocado recibir el acoso
permanente mío para
apoyar a Cartagena, sus alrededores y para avanzar en la derrota
del terrorismo en las regiones aledañas como los Montes de
María, es el Almirante Barrera y el Coronel Muñoz quien
ha estado al frente de la Brigada de Infantería en Corozal,
y el Coronel Agudelo al frente de la Policía de Bolívar.
Hemos creado una nueva estructura porque
estos procesos hay que realizarlos dialécticamente. Necesitamos más presencia
de la Armada en los mares y en los ríos, y más presencia
del Ejército en los territorios. Sin retirar la Armada de
Sucre, de la rivera atlántica entre Cartagena y el Golfo de
Morrosquillo, la hemos integrado en una Fuerza de Tarea con el Ejército,
y se ha creado para la región norte de la Patria, además
de la División, un Comando Conjunto que queda a cargo del
General Montoya quien también nos acompaña en esta
reunión.
General, le queda una responsabilidad inmensa.
Mis compatriotas me dicen: “los Montes de María son abruptos, pero no
mucho. Son extensos, pero no mucho. Tienen ojitos de bosque, pero
no selva tupida. Le queda una responsabilidad inmensa. Derrotemos
lo que queda de Farc y de narcotráfico en los Montes de María.
La única victoria que le vamos a permitir a las Farc es la
reinserción. Por eso celebramos con jubilo y alborozo el caso
de cada reinsertado. Y esta batalla tiene dificultades ideológicas,
pero adelantada de buena fe, ejecutada sin pereza, defendida con
entusiasmo, trabajada dominicales y festivos, los hombres públicos
en la Colombia de hoy tenemos que eliminar la noción de vacaciones,
de horas extras, de trabajo nocturno, de madrugadas frías
o calurosas, tenemos que eliminar la noción de puentes.
Nuestras vacaciones, nuestros descansos residen en la reconquista
de la paz para los colombianos. Eso es lo que nos va a dar tranquilidad
y reposo a todos.
General Montoya: ¡actúe, que le queda la tarea de demostrar
dentro de poco que somos capaces de derrotar a estos delincuentes¡ Y
lo vamos hacer tranquilamente frente a la crítica, pero con
toda firmeza en la voluntad. Eso sí aplaudamos y apoyemos
cada caso de reinserción. Eso será lo que finalmente
va a dejar a los cabecillas solitarios y aislados buscando raíces
en el monte, pero algún día llegaremos allá por
ellos.
Este país confundió la civilidad con la debilidad.
Este país confundió la dialéctica ideológica
con la pusilanimidad frente al terrorismo. Y ese estado de cosas
lo tenemos que superar con espíritu democrático, pero
con firme decisión a derrotarlos.
Necesito ahora que ustedes, cada uno, se
conviertan en apoyo a la Fuerza Pública. Que allí donde esté la señal
de celular todos estén comunicados con la Fuerza Pública.
Que en todas las fincas haya comunicación con la Fuerza Pública.
Que nadie se quede callado frente a una extorsión, frente
a la presencia de delincuentes. Que allí donde todavía
no haya señal de celular integremos las redes de radio y todos
estemos comunicados con la Fuerza Pública. La tarea es de
todos y por eso todos nos tenemos que integrar en la acción
operativa.
Y esto lo vamos a recuperar con firmeza en
el orden público,
con firmeza para recuperar la economía, con transparencia
en la acción estatal para derrotar la corrupción y
con recuperación del tejido social de la Nación.
Tres cosas necesita Colombia: la derrota
de los terroristas, la derrota de la corrupción y la reivindicación
de los pobres. Y frente a esos tres objetivos no podemos ser inferiores.
Cuando empezó el Gobierno, las proyecciones de Planeación
y del Ministerio de Hacienda para el crecimiento de la economía
eran débiles. Por supuesto, por todo el cuadro clínico
de la macroeconomía.
El año pasado contabilizada la droga que descendió crecimos
al 3.75, sin ella al 4.07. Este año estamos haciendo un gran
esfuerzo a ver como nos aproximamos al cinco. Hay que poner esta
economía a crecer establemente por encima del cinco por ciento
para generar empleo.
La Patria nuestra entre 1994 y el año
2000 vio crecer el desempleo abierto del 7.5 a casi el 20 por ciento
y el desempleo
de cabezas de familia del cuatro al 10 por ciento.
El sector privado colombiano, con un gran
apoyo en el sector agropecuario, en los últimos dos años ha creado más de un
millón 100 mil empleos.
Las cajas de compensación en sus afiliaciones han crecido
este año alrededor del 11 por ciento, unas y del 16 por ciento,
otras.
Un millón 300 mil colombianos nuevos se han afiliado al régimen
contributivo de salud. Medio millón de colombianos a pensiones
y medio millón de colombianos a riesgos profesionales.
Vamos a hacer un pacto social con el liderazgo
de ustedes compatriotas ganaderos y de su Federación. Vamos a contribuir en todas
las empresas agropecuarias a crecer el empleo, y el empleo con afiliación
a la seguridad social.
Que FEDEGAN le pueda mostrar un balance al
país de crecimiento
del empleo en las fincas ganaderas y de crecimiento en la afiliación
a la seguridad social en todas las fincas ganaderas de Colombia.
Que todos los trabajadores de la ganadería colombiana tengan
afiliación al régimen contributivo de salud, tengan
afiliación a riesgos profesionales, tengan afiliación
al sistema de pensiones.
Que todas las empresas ganaderas de Colombia
contribuyan con sus cotizaciones al SENA, a Bienestar Familiar
y a las cajas de compensación.
Es un esfuerzo grande pero tenemos que hacerlo
por dos cosas: para dar ejemplo de cumplimiento en la ley y, por
una segunda, para poder
mostrar que estamos comprometidos con la recuperación del
tejido social de la Nación.
Y vamos a seguir trabajando en medio del
déficit, en medio
del endeudamiento para llevar de la mano la política de orden
público con la política social.
Hemos creado 750 mil cupos en primaria y
secundaria en estos dos años, pero la meta es llegar a millón y medio en el
año 2006.
Hemos venido avanzando ya en la universidad para una ambiciosa meta
de 400 mil nuevos cupos universitarios.
Desburocratizamos al SENA. Con el mismo presupuesto
la cotización
de los empleadores colombianos ha pasado de capacitar millón
100 mil colombianos que capacitaba hace dos años, a capacitar
dos millones 600 mil colombianos que capacita este año.
Ha pasado de entregar cinco millones de horas
de formación
a entregar 10 millones de horas de formación. Tenemos hoy
la presencia del SENA en todos los municipios de la Patria. Nos propusimos
eso como una meta de Gobierno.
Hoy 80 mil bachilleres campesinos de la Patria
están en un
programa especial con el SENA que se llama Jóvenes Rurales.
Y la meta es grande porque esperamos que
en el año 2006 en
el SENA no haya el millón 100 mil colombianos que se formaban
en el 2002, tampoco los dos millones 600 mil de este año,
sino cuatro millones de colombianos.
La educación, el acceso a la educación es la expresión
de la igualdad en nuestra época, que es la igualdad de oportunidades.
Nos propusimos aumentar la vinculación de tres millones de
colombianos al régimen subsidiado de salud. El año
pasado se vincularon millón 100 mil, este año estamos
vinculando tres millones 400 mil. El Congreso tramita una Ley que
nos permitirá, una vez se empiece a aplicar, dar un gran salto
en régimen subsidiado, un salto para llegar a más de
20 millones de compatriotas. Esa tarea de la seguridad social, esa
tarea de la reivindicación de los pobres, tenemos que llevarla
con tanta urgencia, con tanta devoción, como la tarea de derrotar
a los terroristas.
Hagamos pedagogía, que cada uno de ustedes explique la política
social a sus vecinos, nos ayude a corregirla, y que cada uno de ustedes
explique que no podemos tener política social sin política
de orden público y que, visto de otra manera, la política
de orden público no es sostenible si no se sucede y se lleva
de la mano de una política social. Sin política de
orden público no crece la economía. La economía
colombiana entre los 60 y principios de los 80 creció al cuatro
y medio, de principios de los 80 al 2002 apenas al 2 por ciento.
No creció la economía y ese crecimiento de la población
condenó a nuestros compatriotas a la informalidad y a la miseria.
Tenemos que explicar cómo hay que llevar de la mano una política
de orden público y una política social.
Y es bien importante avanzar en la atención de los niñitos
y en la atención de los adultos. Nos habíamos propuesto
que 500 mil niñitos menores de 5 años se adicionarán
al grupo de niñitos colombianos atendidos por Bienestar Familiar.
Ya hemos logrado 503 mil, pero ahora nos proponemos otros 500 mil.
Cuando el Gobierno empezó 60 mil ancianos recibían
una pensión monetaria del Estado, este año terminamos
con 170 mil ancianos pobres que reciben una pensión monetaria
del Estado, que hoy hace presencia el programa en todos los municipios
de la Patria. Y estamos empezando un programa complementario, un
programa de una comida diaria para otros 400 mil ancianos pobres
de la Patria.
Aspiramos que al terminar el mes de marzo podamos decirle a todos
los compatriotas: hay 170 mil ancianos recibiendo un subsidio monetario,
hay 400 mil ancianos adicionales recibiendo una comida diaria.
Le agradezco mucho al Banco BBVA su solidaridad
con el sector agropecuario, y lo más importante es llevar al sector financiero a servirle
a los sectores productivos de la Nación y a los microempresarios.
Prestarle únicamente a los riquitos va a dejar de ser negocio,
hay que expandir el mercado financiero, hay que llegarle a aquellos
que no han accedido al crédito, hay que recuperarle la condición
de sujetos de crédito a quienes la han perdido y hay que llegarles
a quienes nunca han podido acceder al crédito.
En este Gobierno hemos podido entregarle
microcrédito a millón
300 mil colombianos. Hace dos años, el 30 de julio de 2002,
los microempresarios colombianos tenían una cartera a su favor
o le debían al sistema financiero 707 mil millones. El 30
de septiembre habíamos subido a un billón 600 mil millones.
Hemos venido creciendo con la cooperación de los bancos, con
el liderazgo del Fondo de Garantías y del Ministerio de Industria,
con las entidades de segundo piso del Gobierno, con las fundaciones,
con alcaldías y gobernaciones, hemos venido creciendo enormemente
el microcrédito.
Tenemos 340 mil familias pobre de la Patria
que están recibiendo
37 mil millones cada dos meses, ese dinero lo deben gastar pagando
la educación de sus hijitos y atendiendo las necesidades alimentarias
de ellos para que puedan asistir al aparato escolar.
Ya hemos completado 21 mil familias campesinas
guardabosques, las hay en la Sierra Nevada, las hay en el sur del
país, las hay
en el Putumayo, están próximas a empezar en el Huila
y en los próximos días completaremos 35 mil familias
guardabosques.
Esos campesinos reciben un dinero al año, entre 3 millones
600 para la nuevas familias inicialmente de cinco millones, si se
comprometen a mantener las áreas libres de droga y a vigilar
la recuperación del bosque. Pero es mucho lo que falta. Estos
son apenas principios de política social.
Entonces, tenemos que mantener firme el orden
público para
recuperar plenamente la paz, firme la disposición de que la
economía crezca y firme el avance en política social.
Quiero pedir que cada uno de ustedes sea
un actor que dé ejemplo
en estas materias.
Debo regresar esta noche a Bogotá a cumplir una cita que
es con el Minuto de Dios y el Banquete del Millón. Por eso
voy a pedir la venia de ustedes para no hacer esta tarde el conversatorio,
pero me sentiría muy mal con el padre García Herreros,
con su memoria, con sus sucedáneos, de no acompañarlos
en esa cita tradicional de la Patria.
Mañana podrán analizar con el Ministro de Agricultura
(Carlos Gustavo Cano), con los diferentes funcionarios que me acompañan
en esta tarea de Gobierno, los temas de nuestra política agropecuaria.
Sé que tienen ustedes preocupaciones tributarias, sé que
tienen preocupaciones por la participación del sector en los
mercados internacionales. Con patriotismo, aportando todos, buscando
opciones, ahí iremos encontrando caminitos.
Quiero saludar muy afectuosamente a quienes
han recibido esta tarde la condecoración Hernán Vallejo Mejía, los doctores
Jorge Visbal Martelo, Augusto Beltrán Pareja, Carlos Villa
Navarro, doña Paulina de Castro Monsalvo, doña Gabriela
Leyva de Borrero, Vecol, don Bernardo Vega Sánchez, la Asociación
de Criaderos de Ganado Normando en cabeza del doctor Armando Echeverri,
la Asociación Holstein en cabeza del doctor José Jaime
Nicholls, el doctor Felipe Calderón y la Unión Nacional
de Asociaciones Ganaderas. A todos ellos un aplauso desde el fondo
del alma porque son compatriotas de quienes nos sentimos muy orgullosos.
Quiero sumar mi testimonio de gratitud, el
de todos los ganaderos colombianos, a la tarea que cumplía al frente de la Federación
el doctor Visbal Martelo, que nos llena de entusiasmo sobre la tarea
que ahora empieza a cumplir a favor del buen nombre de Colombia en
Canadá.
Y quiero aplaudir ese principio de tarea
lleno de estudio, lleno de entusiasmo del doctor José Felix Lafaurie. Los muchachos
de ahora son muy inquietos por el computador, lo habrán visto
ustedes en sus hijos y yo cuando hablo con los míos, cada
vez me siento más ignorante, y algún día me
decían: ‘papá tú nos has criado a toda
hora en estos pedazos de tierra pero es que el computador no nos
da’. Dije: ‘ni me lo muestren, porque los que estamos
en la tierra estamos porque la queremos, somos devotos de ese noble
trabajo que es el trabajo agropecuario’.
Lo único que nos arregla el balance es la razón de
afecto por el sector agropecuario, la he sentido en mi alma, por
eso la comprenden ustedes. ¡Los admiro mucho mis compatriotas
ganaderos!
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