INTERVENCIÓN ANTE LA
46 ASAMBLEA DEL BID
Abril 10 de 2005 (Okinawa – Japón)
Compatriotas:
Mil gracias por poder compartir con
ustedes esta Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo,
en esta bellísima
región japonesa que tantos vínculos tiene con
nuestra América Latina.
Permítanme referir a ustedes unas palabras sobre tres
temas: el BID en Colombia, la situación de Colombia
y el BID en la región.
El Banco Interamericano se ha convertido
en la principal fuente de financiación para Colombia. En el período
2002 – 2005 el banco ha desembolsado créditos
para Colombia del orden de 2.500 millones de dólares,
nos ha ayudado en todos los frentes: en la financiación
de infraestructura, por ejemplo, para sacar adelante uno de
los proyectos más ambiciosos de transporte colectivo
que haya emprendido en Colombia en su vida, la construcción
de seis sistemas de transporte masivo en seis grandes ciudades
colombianas, que hacen parte de lo que llamamos “la herramienta
de equidad para construir Calidad de Vida Urbana”.
El Banco nos ha financiado el avance
en nuestra red de Protección
Social. El Banco nos ha financiado aspectos muy importantes
en el programa de reforma del Estado.
Y al dirigir la palabra a ustedes,
puedo decir que Colombia ya ha prepagado al Banco un crédito de 1.250 millones
de dólares, un crédito de emergencia, de ventanilla,
un crédito caro, de corto plazo, contratado en el pasado.
Gracias Presidente Iglesias, gracias
directores del Banco por permitir este prepago de Colombia.
Importante para todos.
Importante para el Banco, porque puede demostrar un caso de
un país que se ha visto en enormes dificultades –al
cual el Banco ha contribuido de manera oportuna-, importante
para Colombia para continuar acreditando lo que siempre hemos
hecho.
Colombia jamás ha rechazado sus compromisos internacionales.
Colombia jamás ha incurrido en default. Colombia jamás
incurrirá en default. Colombia tiene porque reclamar
una altísima credibilidad en la comunidad financiera
y en los mercados.
Este punto, de ese prepago, tiene otra
connotación.
A pesar de que los analistas no han permitido todavía
que bajen suficientemente los spreads de Colombia, los bonos
soberanos de Colombia son altamente cotizados. No es fácil,
encontrar en el mercado, la posibilidad de prepagar bonos de
Colombia. Y esto tiene otra connotación: nos abre las
posibilidades para contratar empréstitos de largo plazo,
de mejor tasa de interés, a fin de dinamizar el sector
social de Colombia. Rogaría que tengan en cuenta, los
líderes de los mercados, este punto para unas peticiones
que me propongo hacer al final de esta intervención.
El segundo punto, al cual me quiero
referir hoy, es sobre la situación de Colombia. Nosotros nos hemos propuesto
recuperar confianza en Colombia. Confianza para invertir en
Colombia, confianza para trabajar en Colombia, confianza para
que la nueva generación quiera vivir en Colombia y tenga
la oportunidad de hacerlo con felicidad.
Para eso, nos hemos propuesto trabajar
en el área del
rescate de la seguridad con criterio democrático que
implica la derrota del narcotráfico, la derrota del
terrorismo. Nos hemos propuesto avanzar hacia la estabilidad
macroeconómica y avanzar hacia la cohesión social.
Para el rescate de la seguridad hemos
implementado una política
que denominamos de Seguridad Democrática. ¿Por
qué Democrática? Por dos razones: por una razón
histórica, para establecer la diferencia entre otras
tesis y prácticas de seguridad que recorrieron el Continente,
que afectaron las libertades públicas, que se utilizaron
para maltratar las voces de oposición, para anular el
disenso.
Y por una razón de Colombia, porque nuestra política
de seguridad es para unir la Nación, para dar seguridad
a todos, para que tenga seguridad el empresario, el trabajador,
el líder gremial, el líder sindical, el obrero
rural, el empresario agrícola.
Hemos dicho que en Colombia la seguridad
tiene que ser por igual, en favor de los líderes políticos que
apoyan en Gobierno y en favor de los líderes políticos
de la oposición.
No hemos ganado esta batalla, pero
la vamos ganando. En el año 2003, asistimos a un descenso del homicidio del
20 por ciento. En el año 2004, una nueva declinación
del 15 por ciento. Y en lo corrido de este año, una
superior al 24 por ciento.
En secuestro. En el año 2003, tuvimos una reducción
del 27 por ciento. En el año 2004, del 34 por ciento.
Y en lo que va corrido de este año, una reducción
superior al 60 por ciento.
-Tengan en cuenta eso, especialmente,
Ministro de Hacienda del Japón y Presidente de la Asamblea de Gobernadores,
para una petición que les voy a hacer al final-.
Teníamos 170 mil hectáreas de coca en Colombia,
todavía tenemos muchas, estamos entre 70 y 80 mil, pero
lo más importante es que tenemos intacta la devoción
política, la determinación política, para
derrotar los cultivos ilícitos que son la fuente de
financiación del terrorismo.
En esa tarea hemos encontrado una ayuda
práctica que
trascendió la retórica –de gran importancia-
de los Estados Unidos, que proponemos como un ejemplo de ayuda
práctica, que es lo que necesitamos de todas las naciones:
pasar de la ayuda en términos de declaración
retórica, a la ayuda práctica para que Colombia
pueda superar esta pesadilla.
El segundo punto, ha sido la lucha
por la estabilidad macroeconómica.
Hemos aumentado los ingresos del Estado, hemos disminuido sus
egresos.
Para aumentar los ingresos ha sido
muy importante la mayor confianza del sector privado, el
mejor comportamiento de la
economía, la introducción de dos reformas tributarias,
el control de la evasión a través de un sistema –que
se llama el Sistema Muisca- el cual ha recibido un gran apoyo
de la administración de Impuestos y de Aduanas de España.
En el año 2003, crecimos los ingresos tributarios de
Colombia en 17 por ciento. En el año 2004, los crecimos
en un 22 por ciento. Y aspiramos este año, tener un
crecimiento mínimo del 10 por ciento.
Cuando este Gobierno empezó, la base de bienes y servicios
que se gravaba con el Impuesto al Valor Agregado (IVA), era
del 37 por ciento, hoy es del 52. Pero reconozco que tenemos
que avanzar en la ampliación de esa base.
Cuando este Gobierno empezó, los contribuyentes del
Impuesto de Renta en Colombia, eran 280 mil. Terminamos el
año pasado con 715 mil. Aspiramos terminar este año
con millón y medio y confiamos que el 2006 concluya
con una Colombia con un total de contribuyentes de renta, de
dos millones.
A pesar de nuestros esfuerzos para
aumentar la seguridad, para mejorarla –que han implicado mayor gasto público-
hemos hecho reducciones de gasto en los otros frentes del Estado,
hemos introducido una gran política de racionalización.
Quizás el mejor legado que esta administración
pueda dejar a la economía colombiana sea el legado de
la Reforma del Estado. Hemos reformado 151 entidades del Estado,
hemos eliminado 37. El valor presente de esa reforma es de
12 puntos del Producto Interno Bruto (PIB).
Quiero referir tres casos. Teníamos la empresa estatal
de telecomunicaciones (Telecom) carcomida por el terrorismo
y derrotada por los costos pensionales. La liquidamos, creamos
una nueva, con todas las garantías para el buen manejo.
La empresa estatal en liquidación, estaba dando pérdidas
de 180 millones de dólares al año. La empresa
nueva, el año pasado, dio utilidades cercanas al billón
de pesos, que son utilidades superiores a los 400 millones
de dólares.
Pero no nos vamos a quedar allí, vamos a dar un nuevo
paso, para que ese patrimonio del Estado y no el monopolio –que
actúe en un escenario de gran espacio para los particulares-,
encuentre aliados estratégicos que garanticen su buen
manejo a fin de poder llegar con el servicio a tantas comunidades
remotas de la Nación. Confiamos que ese paso va a ser
de muy buenos resultados para Colombia.
Nosotros hemos hecho la reforma del
Estado con una visión
de que Colombia tenga un crecimiento económico liderado
por el sector privado, pero sin entrar en aquello que tanta
polémica política, que tan aguda contradicción,
que tanta polarización, creó en América
Latina: las privatizaciones a ultranzas.
Nosotros hemos preferido la tesis del
Estado sostenible, eficiente, transparente, no obstaculizante,
a la tesis de que hay que
declinar el Estado y entregarlo todo al mercado. No podemos
seguir, en lo que tanta polarización política
creó en América Latina, tenemos que buscar nuevas
soluciones, nuevas visiones, que en la medida que sean menos
contractuacionales, van a tener mejores resultados prácticos
y van a crear una mejor atmósfera para el propio sector
privado.
Una reforma parecida adelantamos en
la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol) y para no repasar lo que ha
sido esta reforma, que toca 151 empresas del Estado, déjenme
decir –para finalizar este punto- que cuando esta administración
empezó, todas las empresas de energía eléctrica
del Gobierno Nacional estaban generando pérdidas, al
terminar el ejercicio fiscal del 2004, todas presentaron utilidades.
Pero nos falta mucho trabajo en la
Reforma del Estado, a penas estamos empezando la tarea de
reformar los hospitales públicos.
En la medida que avancemos, eso va a contribuir muchísimo
también a superar el déficit fiscal.
Y por su puesto nos falta mucho trabajo
en el frente de los impuestos. Creamos una sobretasa de renta,
pero también
hay una deducción muy importante del 30 por ciento a
las nuevas inversiones. Esa deducción, de la mano de
nuestra política de Seguridad Democrática, va
a contribuir o a generar dos resultados.
El primer resultado: la inversión privada volvió a
crecer en Colombia. La inversión privada había
descendido al seis por ciento del PIB, está nuevamente
en el 12. En los últimos dos años, la inversión
privada ha crecido en Colombia en promedio al 25 y 30 por ciento.
Y por supuesto, nos falta avanzar en
otras reformas. Tenemos un grave problema pensional. Colombia
dio un gran salto con
la introducción del sistema de capitalización
individual con solidaridad en 1993. Al iniciar este Gobierno,
introdujimos una nueva reforma pensional en diciembre de 2002,
nos faltaron votos, a pesar de un gran apoyo, para poder superar
el umbral y aprobar el Referendo en materia pensional.
Pero tengan en cuenta –para una petición que
voy a hacer al final- lo siguiente: estamos, con el Congreso
de la República, adelantando una reforma constitucional
para dar otro gran paso en materia de solución del problema
pensional, para eliminar privilegios pensionales, para poder
avanzar hacia el remedio fiscal, hacia la garantía de
que la nueva generación no tenga que dedicar todos sus
recursos a pagar las pensiones de los antiguos, en perjuicio
de sus propios derechos. Esa reforma necesita ocho debates,
ha sido aprobada en cuatro y haremos todo el esfuerzo para
que este finalmente aprobada antes de que se termine el mes
de junio.
Pero hay otro punto en materia pensional
que es bien importante que consideren, para la petición
que voy a hacer al final.
En las 151 entidades que hemos reformado
del Estado, hemos eliminado el sistema de privilegios pensionales.
Porque muchas
veces desde afuera se lee: ‘Colombia no aprobó el
Referendo en materia pensional’, pero se ignora el gran
paso que dimos en materia pensional en el 93, se ignora el
gran paso que dimos en materia pensional en el 2002, se ignora
el gran esfuerzo que hicimos en el Referendo y se ignora que
hemos demolido los privilegios pensionales en todas las empresas
estatales reformas en este Gobierno. Vamos a seguir en esa
tarea.
Y estamos trabajando para que mejoren
los resultados. El déficit,
cuando este Gobierno empezó, era de 4.2 por ciento (del
PIB). Este año aspiramos que no supere el 2.5 por ciento.
El endeudamiento, cuando este Gobierno
empezó, era
de 56 por ciento (del PIB). Este año esta entre el 46
y el 47 por ciento. Y reitero el compromiso de Colombia de
bajarlo de bajarlo por debajo del 40 por ciento.
Cuando este Gobierno empezó, Colombia días antes,
había hecho el salto de una taza de desempleo del 7.5
por ciento, a una cercana al 20. Hoy está entre el 12
y el 13 por ciento. Confiamos que muy pronto podamos decirle
al mundo que nuestra tasa de desempleo esta en un dígito.
Cuando este Gobierno empezó, Colombia había
experimentado la tragedia de que el desempleo de jefes de hogar
había saltado, entre 1994 y el año 2000, del
4 al 10 por ciento. Ha empezado a reducirse, está en
el 5.8, pero tenemos que reducirlo muchísimo más.
Hemos hecho un gran esfuerzo para poder
aumentar la cobertura de la seguridad social, un millón 600 mil trabajadores
han entrado al servicio de seguridad social en el recorrido
de este Gobierno. Y aspiramos que los sectores más pobres
de Colombia, definitivamente, tengan cobertura de salud en
los próximos dos años. Hemos avanzado en cobertura
en un 50 por ciento.
Nuestro nivel de pobreza es inmensamente
alto, pero en este Gobierno se ha reducido del 57 al 52 por
ciento. Colombia tiene
dos realidades –y lo decía en China y lo voy a
repetir mañana en mi reunión mañana con
las autoridades de Japón-: ese 52 por ciento es mucha
pobreza que tenemos que rescatar, pero el 48 por ciento restante
tiene un esquema de solidaridad, de prestaciones, de seguridad
social, con justicia que se puede demostrar con orgullo en
cualquier parte del mundo.
Y ahí vamos entrando en ese tema de cohesión
social, donde quiero decirle que hemos trabajado lo que llamamos
las Siete Herramientas de Equidad. Voy a referirme a la Revolución
Educativa (la primera).
Presidente Iglesias, usted, con el
talento con que suele hablar, se refirió hoy nuevamente al tema de la competitividad.
Nada más importante que la Revolución Educativa
permanezca en América Latina, para mejorar productividad,
competitividad y el nivel de ingresos.
Nosotros estamos empeñados en esa revolución
educativa, en el área de cobertura, en el área
de calidad, pertinencia, capacitación técnica;
en el área de mejorar la asignación presupuestal
a los procesos de ciencia y de tecnología.
Hemos creado millón cien mil cupos en educación
básica. Antes, el programa de capacitación técnica
le llegaba a un millón de colombianos por año,
este año le llegará a más de tres millones
y el año entrante le llegará a un mínimo
de cuatro millones de colombianos. 32 rectores de universidades
visitan con nosotros el Asia y mañana tendremos la oportunidad
de reunirnos con ellos en una representación muy importante
de la Comunidad Académica de Japón, en la ciudad
de Tokio. Esa Revolución Educativa es crucial para los
programas del Banco, en América Latina.
La revolución del microcrédito (país
de propietarios, sexta herramienta). El crédito en Colombia
ha crecido estos 32 meses en un 21 por ciento, pero el microcrédito
ha crecido en un 180 por ciento.
Los bancos están hoy, como todo el sector financiero,
en una situación sólida en Colombia que invita
a tener fe en Colombia, a confiar en Colombia. Y Les hemos
dicho que, hay que entrar en ese proceso de legitimar las instituciones
privadas, de legitimar la financiación privada y que
el gran camino para obtener ese apoyo popular es expandir las
oportunidades de crédito a favor los sectores tradicionalmente
excluidos.
Un millón 800 mil microempresarios de Colombia han
recibido crédito durante esta administración,
el problema no es de recursos –los recursos están
en el mercado, están en los bancos de segundo piso-,
el problema es de preparación, de capacitación,
de identificar los proyectos adecuados, de acompañamiento,
de garantías. En eso venimos haciendo un trabajo coordinado
con el sector privado, con sus fundaciones, un trabajo apoyado
con el Banco –apoyo que queremos agradecer-, un trabajo
que tenemos mucha fe, va a redundar para sacar adelante la
necesidad de más cohesión social en Colombia.
El Banco en la región. Hoy, tanto el Presidente saliente,
como el Presidente entrante de la Asamblea de Gobernadores
(el Presidente Mesa), se han referido a algunos de lo retos
del Banco, en la región. Para no repetir lo que se ha
dicho, me parece de gran importancia acelerar todos los programas
para financiar las redes de infraestructura Suramericana y
para financiar la infraestructura básica del Plan Panamá – Puebla.
Colombia participa en ambos, recientemente
fue aceptado en el Plan Panamá – Puebla, como observador para
participar especialmente, en dos puntos. El punto de la integración
energética, de la interconexión eléctrica,
de la construcción de la línea de gas y otros
puntos de infraestructura.
Está en discusión la Carretera del Darién,
ese tema no lo podemos ignorar. Hay que hacer un gran trabajo
de opinión pública en Panamá y en Colombia,
en todas las organizaciones ambientales.
Mi tesis, bien elemental, es la siguiente:
ese el tesoro del Darién, aislado de la visión comunitaria, simplemente
conocido a distancia y en el papel, nadie va a cuidarlo. Ese
tesoro del Darién, con vías de comunicación,
con los estudiantes, con las universidades, con la comunidad
científica del mundo acudiendo a él, todos los
van a cuidar.
Es más fácil cuidar los tesoros ecológicos,
con esa infraestructura mínima que permita la presencia,
que cuidar los tesoros ecológicos manteniéndolos
aislados y abandonados. Ese es un tema bien importante para
revisar con el liderazgo del Banco, como retos de infraestructura
en nuestras Américas.
Quiero referirme al referente político. El referente
político, con la estabilización de nuestra democracia,
no puede girar más alrededor de la división entre
bloques de Izquierda y bloques de Derecha. En un concepto de
democracia sólida, esa división es obsoleta.
El nuevo referente político, a partir del respeto a
la regla democrática, tiene que marcar diferencias en
cuanto al grado de respeto a las libertades públicas,
en cuanto al grado de avance en materia de cohesión
social, en cuanto al grado de respeto a la transparencia. Ese
referente político tiene que marcar diferencias en cuanto
al grado de solidez institucional.
Colombia ha avanzado enormemente en
solidez institucional, ha trascendido la vieja y elemental
división de los
poderes para crear instituciones modernas, que se convierten
en ese conjunto normativo que somete al gobernante.
Nosotros, estamos adelantando esta
feroz batalla contra el terrorismo sin afectar las libertades
públicas, sin
suprimirlas. Muchas naciones en nombre de la lucha por la seguridad,
en nombre de la lucha contra el terrorismo, afectaron las libertades
públicas, aún, obtuvieron apoyos de opinión
para justificar transitorias limitaciones a las libertades
públicas.
Nosotros no lo hemos hecho, ¡jamás lo haremos!
Nuestro reto es derrotar el terrorismo sin afectar las libertades
públicas, con total transparencia sin afectar los derechos
humanos, porque eso va ayudar a cohesionar más a la
sociedad colombiana.
Es bien importante, en el referente
político mirar
el grado de transparencia. Es nuestro afán y nuestra
prioridad. Por ejemplo, en el sector de telecomunicaciones
encontramos 19 contenciosos con el sector privado internacional,
varios de ellos con Japón. Nos hemos propuesto superar
esos contenciosos con tres fundamentos: con sujeción
rigurosa al ordenamiento jurídico, con equidad en las
prestaciones mutuas entre el Estado colombiano y los asociados
con quienes se desataron esas disputas y con transparencia.
La transparencia no solamente hay que
practicarla, sino que hay que lograr que la comunidad la
perciba. Por eso, hemos
tomado decisiones prácticas como esta: todo acuerdo
para conciliar una disputa legal y hemos avanzado bastante.
De los 19 pleitos en el sector de telecomunicaciones, nos falta
por resolver 4. De las dos empresas japonesas que con las cuales
teníamos dificultades, ya las superamos con una. En
cada ocasión que resolvemos uno de estos pelitos, antes
del perfeccionamiento del acuerdo conciliatorio, publicamos
en Internet los términos de ese acuerdo.
Hacer públicas, decisiones trascendentales del Estado,
hacer convocatorias públicas a las licitaciones contractuales,
permitir la discusión pública para antes de evaluar
y adjudicar los contratos del Estado, para evaluar propuestas,
es un paso fundamental en todas nuestras naciones para poder
profundizar la transparencia, que tiene que ser uno de los
elementos para juzgar nuestras democracias.
El terrorismo. Creo que hoy, la discusión, no es entre
quiénes apoyan y quiénes se enfrentan al terrorismo,
la discusión hoy, es entre el apoyo, entre el rechazo
activo y el rechazo pasivo del terrorismo.
¡Todo el mundo nos ayuda a rechazar el terrorismo en
Colombia, pero lo que necesitamos es que ese rechazo no sea
pasivo, que el rechazo sea activo! Quiero llamar la atención
de ustedes sobre esa materia.
Esa es mi primera petición:
que el mundo entero nos ayude en el rechazo activo al terrorismo.
Mi petición al Japón
y al Asia: que reanuden sus inversiones en Colombia.
No hemos derrotado totalmente el secuestro,
pero hemos avanzado mucho en su derrota, como lo dicen las
cifras, como lo dice
la recuperación de confianza de colombianos y la comunidad
internacional, que ha visitado recientemente nuestro país.
Necesitamos hacer otra petición a los mercados: que
se reduzcan los spreads de Colombia, que se reconozca a Colombia
como país con grado de inversión.
Y una petición al margen: que se aceleren los procesos
de colocación de créditos en moneda local. La
experiencia que Colombia va teniendo en esa materia, de ese
prepago al Banco, de un crédito de 1.250 millones de
dólares, son presupuestos bien importantes para sustentar
esta petición.
La competitividad del sector manufacturero
en Colombia y en muchos países de nuestra América, no va a depender
exclusivamente de la reestructuración que nosotros hemos
acometido, sino de la capacidad de socios y aliados estratégicos.
Financiar esas alianzas estratégicas para mejorar la
competitividad del sector manufacturero en nuestros países,
es una gran necesidad.
Muchas gracias a todos.