CONMEMORACIÓN DE LOS
150 AÑOS DEL NATALICIO DE MARCO FIDEL SUAREZ
Abril 18 de 2005 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Quiero agradecer inmensamente los ensayos
que hemos escuchado, a Lázaro Mejía y al ex presidente Belisario Betancurt.
Actualización fecunda del pensamiento de la obra y de
la vida del ex presidente Suárez, vida que tenemos que
exaltar hoy todos sus compatriotas.
En el concepto suyo de nacionalidad
concurren un amplísimo
conjunto de referentes. Algunos tienden a ver la vida de los
grandes hombres de la Patria, limitada a su participación
y aporte a un partido o a una corriente del pensamiento. ¡No!
La historia de Colombia ha sido forjada por todos los partidos,
por muchas escuelas de pensamiento, por líderes sociales
y escritores públicos de todas las tendencias. En la
perspectiva histórica, todos a una concurren a la formación
de nuestra personalidad nacional.
En Marco Fidel Suárez celebramos al precoz intelectual
que siempre brilló por su aplicación y su conducta
ejemplar; una consagración absoluta al estudio más
amplio: de las matemáticas, la latinidad, la filosofía,
el derecho, la teología, la historia, el arte, la industria.
Siendo estudiante pobre, trabajó desde sus 17 años
como maestro de escuela. De su época de adolescente
en su primer ensayo, leído en la reunión solemne
de la Academia Literaria del Seminario de Medellín, "El
Utilitarismo"; y a sus 26 años, fue premiado
por la Academia Colombiana de la Lengua con el Ensayo sobre
la Gramática Castellana de don Andrés Bello.
Se tiende a creer que don Marco Fidel
fue un hombre de letras extraviado en la política y en la función pública. ¡No
hay tal! En la lectura de los Sueños de Luciano Pulgar
se percibe a un Jefe de Estado inmerso en la realidad, que
viaja de incógnito por los caminos de Colombia y da órdenes
para que se construyan las grandes obras de desarrollo, como
abrir la vía al Pacífico y construir el puerto
de Buenaventura, con el fin de convertirnos en un miembro importante
de esa área del mundo.
Ordenó la elaboración del Censo General y expandió las
líneas del telégrafo para conectar con ellas
a las ciudades de Colombia. Enfrentó con energía
la negativa situación económica del país,
con una inflación que deterioraba la moneda y un desempleo
galopante.
Logró la aprobación de la ley 57 de 1918 que
imprimió una gran dinámica a nuestra industria
siderúrgica y se preocupó por modernizar nuestra
naciente legislación laboral. Fue él quien firmó la
primera ley que consagró el derecho de huelga.
También dio el primer impulso a la aviación
comercial y militar, en alianza con Francia, la primera potencia
aérea. Contra viento y marea quiso que Colombia rehiciera
sus vínculos diplomáticos y comerciales con Washington
-rotos como consecuencia de la intervención en la separación
de Panamá-, porque no concebía a un país
aislado de un vecino que se vislumbraba como la primera potencia
económica del universo.
Pero también sabía estrechar los vínculos
con los países bolivarianos. En abril de 1920 se encontró en
el puente de Rumichaca con el presidente del Ecuador, Baquerizo
Moreno. En esa ocasión revivió el sueño
de la "armonía boliviana". Fiel al legado
del Libertador, predicó la doctrina de reunir a las
naciones liberadas por Bolívar en el mutuo apoyo y respaldo.
Fue una constante de su vida el interés por afirmar
la posición de la Patria en el concierto de las naciones.
Lo demostró con su trabajo en el ministerio del ramo,
como consultor, periodista y maestro en el Colegio del Rosario
donde siempre dictó el curso de Derecho internacional
público.
Con Carlos E. Restrepo, Marco Fidel
Suárez, Pedro Nel
Ospina y Belisario Betancurt, miembros de la Academia de Historia
de Antioquia, nos une la membresía en la fraternidad
mundial de admiradores de Cervantes, estudiosos todos ellos
de su obra y discípulos de sus enseñanzas.
En los 400 años de la publicación de la obra
del Manco de Lepanto, vamos a repetir constantemente las palabras
del presidente Suárez, como expresión del sentimiento
general de los colombianos: “Los letrados la estudian,
los eruditos la escudriñan y comentan, las lenguas la
adoptan, el teatro le abre sus puertas, las bellas artes la
ilustran, los filósofos rastrean su significado, todos
saborean sus donaires, y todos admiran sus pinturas y enseñanzas”.
Trabajemos para que para que don Marco
Fidel Suárez
tenga motivos de escribir adicionales Sueños de Luciano
Pulgar sin gotas de amargura; para que el desarrollo de la
ciencia construya una comunidad de verdad fraterna. Para que
la visión de Marco Fidel Suárez, presidente sabio,
esforzado y justo, nos enseñe a todos a mirar más
allá de lo rutinario y cotidiano. Para que siga siendo
consigna su frase en el discurso de aceptación de su
candidatura a la presidencia: “El suelo de Colombia es
estéril para la simiente de la arbitrariedad”.
Así como él abrió el camino en América
a la aviación militar y dio una lección al mundo
de progresismo y capacidad de aceptación y absorción
de las tecnologías de punta, todos los colombianos de
hoy nos tenemos que concentrar en estudiar, trabajar, ahorrar
e integrarnos al mundo en calidad de líderes y protagonistas
de la historia del siglo XXI.
Los colombianos tenemos que releer
Los sueños de Luciano
Pulgar, ese compendio de saber enciclopédico, la relación
de sus variados y amenos recuerdos, las pinceladas sobre las
gentes que dejaron huella perdurable en su memoria, el estudio
sobre temas gramaticales, la historia, las descripciones de
los paisajes que admiró en sus extensos recorridos por
la geografía de su Patria. Una obra que por su prosa
y la pureza de su estilo es un clásico de la lengua
castellana.
Que importante es traer la enseñanza del presidente
Suárez a la Colombia de hoy. Cuando apenas estamos haciendo
esfuerzos para integrarnos definitivamente al pacífico,
en su Gobierno él anticipó esa necesidad, es
el padre del Puerto de Buenaventura y además el padre
de la salida al pacífico.
En su Gobierno, enseñó algo en lo cual nos hemos
retrasado bastante en Colombia, el país no puede ir
a la saga en la evolución de la escalera tecnológica. Él
siempre pensó en una Nación que estuviera en
la vanguardia tecnológica y ese pensamiento se incorporó a
la práctica cuando asumió el liderazgo de incorporar
la aviación.
En materia política, he releído un ensayo sobre
libertad de prensa, de gran importancia, porque en el, el presidente
Suárez hizo el más bello ensayo que se ha hecho
en la historia colombiana sobre el concepto de la libertad
con responsabilidad, tan necesaria en nuestros días.
Libertad con responsabilidad para que
los medios de comunicación
en una democracia, donde jamás se piensa en la censura,
sean los que definan como autorregularse en función
del bien público.
Libertad con responsabilidad para que
el Estado no ejerza sus atribuciones en desmedro de los derechos
de los ciudadanos,
lo puntualizaba en ese ensayo el presidente Suárez:
Si queremos inversión extranjera las facultades de intervención
del Estado no conllevan una libertad infinita, tiene que ser
una libertad con responsabilidad, una libertad regulada para
dar confianza a los inversionistas, concepto tan necesario
en nuestros días.
Libertad con responsabilidad para poder
desarrollar una práctica
moderna de la ética, para que el ejercicio de la libertad
no maltrate el bienestar del pueblo, no le haga daño
al prójimo.
En ese concepto, en ese ensayo del
presidente Suárez,
publicado en el primer tomo de sus sueños hay unos valiosísimos
conceptos filosóficos sobre el ejercicio responsable
de las libertades y sobre la defensa del idioma.
“Si señor aquí se han olvidado los estudios
de lenguaje que prosperaron en otro tiempo,” dice en
un sueño, en otro sueño: “Esto ha dado
causa para que la mayor parte de los periódicos no ofrezca
ya aquella tersura que llegaron a ostentar sino tal descuido,
que en ocasiones lo que hace uno la recibirlos es primero que
todo, pasar por ellos la vista, para entresacar y apuntar los
dislates que todos los días produce.
En lugar de decir asunto, argumento,
campo, cosa, caso, cuerpo, materia, negocio, objeto, particular,
sujeto, materia, tema,
dice el tópico, palabra que absolutamente no tiene que
ver con otras ideas.
Sin necesidad llaman a la ciudad la
urbe, latinismo tan innecesario, como los de Juan de Mena
y ocasionado a una transposición
de letras de resultado muy desagradable.
Llaman verbo la elocuencia e intelecto,
el entendimiento, afectación innecesaria que pervierte el lenguaje llano
con el empleo de voces escolásticas para decir, manifestar
o declarar palabras muy claras y de uso espontáneo,
dicen exteriorizar como si hubiera interiorizar o interiorizar
y para significar, impedir, estorbar o dificultad, dicen obstaculizar,
vocablo nefando a todas luces.
Otras voces oyen cantar el gallo y
no saben donde, extendiendo correcciones muy fundadas a casos
que ellos no comprenden,
cuando supongo que así como no puede decirse recién
que llegó, tampoco puede decirse recién llegado,
siendo muy corriente el uso de recién con palabras como
llegado, nacido, venido.
Lo mismo sucede con frases como entonces
fue que llegó,
que se corrige, entonces fue cuando llegó, pero que
no obliga a decir a todo trance desde cuando llegó,
hasta cuando venga porque en estas locuciones, puede muy bien
decirse: desde que hasta que, como en otras muchas en que no
media el verbo ser; ahora, hoy que, luego que”
En fin, este sueño, el sueño en otro sueño
es hoy de gran actualidad. Leyéndolo, releyéndolo,
pensaba en la necesidad de que todos los compatriotas en estos
400 años de El Quijote y en este aniversario de uno
de los más castizos de la lengua, corrijamos aquello
de tratar de incorporar palabras difíciles de admitir
como empoderar. O aquellas locuciones que se escucha de los
más eruditos como el “han habido”.
Yo creo que hay que sacar una tarjetita
al que diga “ha
habido”, una tarjetita que diga: recuerde a don Marco
Fidel. O me preocupa muchísimo, que cuando pedimos unas
ideas fuerzas para desarrollar una tesis, se les titula Bullet
Points, o cuando necesitamos mostrar algo que ka ciudadanía
requiere o que los estudios demandan, se les titula Power Point.
O cuando requerimos poner puntos de referencia, ejemplos, como
el que hoy ponemos en don Marco Fidel Suárez, se les
dice benchmark
Entonces, que importante presidente
Betancurt, doctor Lázaro,
Ministra (de Cultura, María Consuelo Araujo) y muy apreciados
compatriotas que nos acompañan esta mañana, que
en las reflexiones de este año sobre El Quijote y sobre
don Marco, nos ayuden a dejar, no solamente un recuerdo histórico
sino fecundas directrices para el presente y devenir de nuestros
compatriotas.
A todos, muchas gracias.